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Esa noche me preñaría mi novio, pero nos preñó alguien más
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Tiempo de lectura: 18 minutos

Enlace al relato anterior al final de este relato.

Después que Nelson me cogió, me volví a sentir culpable, fue una estupidez haberme dejado llevar por el deseo y ser nuevamente infiel a mi novio con ese apuesto extranjero, del cual no sabía nada, en cambio yo amaba a mi novio, tenía una vida feliz con él, mi novio me amaba también, era atento y comprensivo, no merecía que le pusiera el cuerno, ni arriesgar mi relación por una aventura.

Recibí muchos mensajes de Nelson, pero no respondí ninguno, si bien era cierto que extrañaba sus caricias y me excitaba al recordar, mi conciencia me decía que no debería volver a verlo, era muy insistente y decidí bloquear su número.

Pasaron las fiestas decembrinas y ya estábamos a mediados de Enero, todo había vuelto a la rutina normal, volví a hacer cálculos para tratar de quedar embarazada y según mis cálculos ese fin de semana serían los días más fértiles de mi ciclo de ovulación, así que le había pedido a mi novio que no me cogiera en toda la semana para que ese fin de semana me cogiera con todo y pudiera al fin embarazarme.

Cómo les había comentado, mi novio es de Guanajuato, de una región cercana a Jalisco donde la mayor parte de la población es de tez blanca, y mi novio, cuyo nombre es Guillermo, no era la excepción, es muy guapo, de tez muy blanca, pelo castaño, estatura normal, delgado, su cuerpo sin ser muy atlético está bien formado, apuesto de cara y aparenta menor edad de la que realmente tiene.

Después de cenar y ver un rato televisión nos fuimos a dar un buen baño, me puse un conjuntito de tanga y sostén de color negro con detalles de encaje muy sexy y estábamos a punto de ir a la cama, cuando escuchamos que llaman a la puerta, nos extrañó y mandé a mi novio a ver quién tocaba, con fastidio se puso un short y una playera y salió a ver quién llamaba tan insistentemente.

De pronto escuché fuertes ruidos y me levanté asustada, iba a trancar la puerta de la recámara y pedir auxilio, cuando la azotan antes de que pudiera poner el seguro, veo a los cuatro venezolanos y mi novio golpeado y sujeto por uno de ellos, otro le amenazaba con una navaja. Nelson me mira enojado y reclama:

– ¿No dijiste que vivías sola?, ¿Este marico quien demonios es?

Me dio tanto miedo la situación que empecé a llorar y con sollozos les dije:

– Es mi novio, suéltenlo, no le hagan daño.

Estaba medio desnuda y los cuatro se me quedaron viendo con una mirada pervertida, Pablo, quien portaba una botella de licor, señal de que venían tomados, intervino.

– Mira chama, no te asustes, no venimos a hacerte daño, solo venimos a cogerte entre los cuatro, como te cogimos la vez pasada, pórtate bien y nadie saldrá lastimado

Sacaron unos cables y cinta de aislar eléctrica de una mochila y ataron a mi novio en un sillón que teníamos en la recámara y le taparon la boca con cinta aislante.

– Tú te quedas aquí quietecito pana, te dejaremos ver cómo cogemos a tu jeva, la muy puta ya nos conoce- Exclamó Nelson

– Yo voy primero, yo los traje aquí y será mi venganza con la puta por no contestar mis mensajes y haberme bloqueado. – Agregó

Se acercó a mi, me abrazó fuertemente, el olor de su aliento alcohólico inundó mi nariz y me susurró al oído:

– De mí no te burlas chama, te mandé muchos mensajes y me bloqueaste, no soy tu juguete, me dejaste plantado y arrecho, me voy a desquitar, te voy a dar una cogida que no podrás ni caminar en una semana.

Seguía estática, sentía miedo y temblaba, Nelson me recostó en la cama y me desnudó completamente, luego se desnudó y sus amigos se desnudaron también.

Se recostó encima de mí y con una mano tomó mi cara y me dio un tremendo beso, permanecí con los labios cerrados, seguía aterrada, miraba la cara de mi novio asustado y con los ojos bien abiertos, su lengua, filosa como un cuchillo, forzó mis labios y logró escabullirse dentro, recorrió mi paladar y sentí un ligero sabor a alcohol, mordía mis labios y su lengua entraba y salía de mi boca a voluntad, continuó besando mi cuello, mis mejillas y mis orejas, su peso sobre mi cuerpo me tenía inmovilizada, traté de forcejear con mis manos y piernas y quitármelo de encima.

– Por favor Nelson, me lastimas, estás como loco, suéltame- Grité

– Tranquila puta, o te estás quieta o te cojo a la fuerza, tú decides, igual voy a cogerte, eres una zorra y te voy a coger como mereces.

– No Nelson, no, perdóname, no quiero seguir, suéltame- repliqué

Mis esfuerzos eran en vano, al contrario, parecían excitarlo más, lágrimas resbalaban por mis mejillas, pasó su lengua lamiendo mi cara y limpiando mis lágrimas, me dolía el cuerpo, no tenía escapatoria, así que me resigné vencida y cerré los ojos esperando que terminara pronto mi suplicio.

– Muy bien chama, así quietita, te haré gozar como nunca-

Bajó a mis tetas y mordisqueó mis pezones, los succionaba con fuerza y sin poderlo evitar me retorcí y mis pezones se endurecieron, apreté los labios para evitar gemir, pero mi entrepierna se humedeció.

Abrió mis piernas y colocó la punta de su verga en la entrada de mi coño, me tomó de la cara y me dijo:

– Mírame, quiero que me mires cuando te la meto- exclamó.

Abrí los ojos, justo en ese momento empezó a presionar, sentí como su grueso miembro se iba abriendo paso, la enorme cabeza de su verga me traspasó y se quedó quieto, mi cuerpo se arqueó y mordí mis labios, un gemido ahogado escapó de mi boca.

– Mira cornudo, mira como se coge a una hembra, tu noviecita es una ricura y merece un verdadero macho- dijo mirando a mi novio con una sonrisa burlona y de un solo empujón me la enterró toda, me dolió y lancé un gemido de dolor.

– Nooo, auhh, dueleee.

– Te dije puta que esta cogida la ibas a recordar por siempre,

– Es muy gruesa, despacio, aughhh- gemía

La cara de mi novio estaba completamente roja, sus ojos abiertos como platos, miraba incrédulo como me traspasaba ese enorme trozo de carne, más largo y grueso que el suyo, me tomó de las nalgas y me embestía al tiempo que jalaba mi cuerpo hacia el suyo, ensartando toda su verga hasta lo más profundo y haciendo rebotar mi pelvis contra su pelvis, prácticamente levantaba mi cuerpo en cada embestida, la sensación de mi coño completamente lleno de carne y la cabeza de su verga alcanzando los rincones más profundos de mi ser, me provocaban una sucesión de gemidos agudos e intensos, Nelson me miraba a los ojos y una sonrisa de triunfo afloró en su cara al ver mis muecas y gemidos, volteó a ver a mi novio y humillándolo le dijo

– Tu novia no puede disimular lo mucho que le gusta mi verga, ya me la he cogido por todos sus huequitos y es deliciosa, mira como goza con un verdadero macho.

Aceleró más sus movimientos, embestidas largas y profundas que me arrancaban alaridos de placer, me mamaba mis tetas que se balanceaban sin dejar de embestirme, todo mi cuerpo empezó a temblar, mis ojos se pusieron en blanco y sentí una oleada de placer que recorrió mi cuerpo, prácticamente chillaba de placer y todo mi cuerpo se contraía.

– Así chamita, córrete, córrete como la putita come vergas que eres.

Lanzando un grito me corrí intensamente y comencé a convulsionar,

– Ay chamita, que rico aprietas, es el cielo, la chamita más caliente y puta del mundo.

Una vez que me corrí, Nelson seguía cogiéndome como si nada, sabía de la potencia que tenía ese macho, y que todavía podría cogerme un largo rato, pero sus amigos empezaron a protestar, hasta entonces, recobré conciencia de que estaban presentes.

– Ya Nelson, es nuestro turno de coger a la puta.- protestó Pablo.

– Si, Nelson, también queremos coger- agregó Alexis.

– No panas, está puta no la suelto hasta que la preñe, quiero que aprenda que de mi no se burla, además yo los traje hasta aquí.

– Cierto, pero no es justo, tu aguantas mucho y ya estamos al palo, con la verga a reventar danos chance.- agregó Freddy.

– Si tanta ganas tienen de coger ahí está otro culo- exclamó señalando con su dedo índice a mi novio

La cara de mi novio se transformó, una cara de terror, sus ojos parecían salirse de su órbita.

Pablo sonrió maliciosamente y exclamó:

– Bueno, un hoyo es un hoyo, aunque sea de marico.

Se acercaron los tres a mi novio, lo desataron, amarraron sus manos a su espalda con cinta y lo arrastraron a la cama, allí lo tumbaron boca abajo con una almohada en la cintura y le arrancaron su short y playera con la navaja y a tirones, quedó justo a un costado mío, pero en dirección opuesta por lo que mi cara quedó a la altura de sus nalgas.

No podía creerlo, esos desgraciados estaban a punto de violar a mi novio, me arrepentí de todo lo que había hecho, pero no había vuelta atrás.

Nelson volteo a ver a sus amigos sin dejar de penetrarme y les dijo.

– En aquel cajón tiene la puta un tubo de lubricante.

Mi novio se resistía, pero poco podía hacer, Freddy le puso la rodilla sobre su espalda inmovilizándolo, mientras Alexis va por el lubricante, Pablo se posiciona entre las piernas de mi novio y le intenta abrir las nalgas, mi novio se resiste y recibe una fuerte nalgada, que le queda marcada en su blanca piel.

– No te resistas marico, tienes buen culo y estoy seguro que eres tan putita como tu novia.

Nuevamente le abre Pablo las nalgas a mi novio y Alexis le aplica un chorro de lubricante en medio, mi novio trata nuevamente de apretarlas, pero Pablo lo tiene firmemente agarrado y el lubricante cae justo en su esfínter.

– Tu novio tiene culo de puta, blanquito y suave, putita, será un placer desvirgarlo- exclamó Pablo al tiempo que le apretaba y acariciaba sus blancas nalgas.

Alexis presionó su dedo y violó por primera vez el ano de mi novio, quien dio un respingo apretando el culo y trató de patalear, sin éxito, su dedo se introdujo hasta la mitad.

– Está muy apretado tu novio, aprieta rico, realmente es un culito virgen- exclamó Alexis.

– No por mucho tiempo- exclamó Pablo, los 4 degenerados se echaron a reír.

Alexis siguió metiendo y sacando el dedo del culo de mi novio unos segundos mas y le entregó el tubo de lubricante a Pablo, quien se embadurnó toda la cabeza y el tronco de la verga, la rojiza cabeza se veía brillante e imponente, parecía imposible que pudiera caber en el estrecho culo de mi novio, Pablo se incorporó con las piernas de mi novio bajo las suyas, Alexis es ahora quien le abre las nalgas, Freddy hace mayor presión sobre su espalda y Pablo lo sujeta de las caderas y apunta el tremendo garrote al cerrado ojete de mi novio.

– Ahí te voy marico, te voy a hacer mi jeva.

Da un golpe de cintura y la enorme cabeza vence la resistencia de su esfínter, mi novio patalea, se retuerce en la cama, intentando zafarse, pero es imposible a pesar de los intentos lo tienen bien sujeto y todos sus esfuerzos son en vano, los desgraciados ríen.

– Quieto marico, ya tengo la cabeza del güevo dentro, no aprietes el culo, que te lo voy a desgarrar y te vas directo al hospital- anunció Pablo y le dio otra tremenda nalgada.

– Por Dios, como aprieta mi verga, aghhh, que rico- Agregó y se quedó quieto disfrutando el culo de mi novio

El dolor que debía estar sintiendo mi novio debía ser atroz, todo su cuerpo antes de piel muy blanca se puso roja, sudaba y seguía pataleando y retorciéndose en la cama, a pesar de tener su boca tapada con cinta escuchaba sus gruñidos ahogados de dolor, me daba tanta pena que estuviera sufriendo por mi culpa, era cierto lo que decía Pablo, no había escapatoria y mientras más se resistiera más lo lastimarían, así que acerqué mi mano a las suyas, que estaban atadas a su espalda y apretando sus manos traté de tranquilizarlo.

– Amor, amor, es cierto, mientras más te resistas, más te lastimarán, trata de relajarte, afloja el cuerpo para que no te vayan a lastimar tanto.

Al escuchar mis palabras y mi mano sobre las suyas volteó a verme, su cara estaba roja y su frente sudaba, lágrimas escurrían por sus ojos, se miraba tan desvalido que mi corazón se hizo trizas y alcanzando su espalda le repetí:

– Sé que te duele y mucho, pero tienes que relajarte y aflojar el cuerpo, confía en mí, si no estos brutos te romperán por dentro.

– Escucha a la puta de tu novia, marico, es buena puta y sabe lo que dice, mi intención no es romperte el culo, se niña buena y relájate y vas a gozar la culeada- añadió Pablo

Mi novio dejó de patalear y trató de relajarse, lo escuché respirar fuerte tomando aire para intentar aflojar el cuerpo.

Al ver que dejaba de luchar, y aflojaba el cuerpo Pablo le dio otra nalgada en cada glúteo y exclamó.

– Muy bien Marico, te voy a coger despacito para que te guste mi verga – exclamó Pablo y empezó un lento vaivén, veía como Mi novio apretaba y relajaba los puños, señal de que seguía sintiendo dolor a medida que Pablo lo iba abriendo.

Nelson que se había quedado viendo con su verga enterrada en mi coño el desvirgue de mi novio, reanudó sus embistes.

– Ja, ja, que rico tiene el chiquito el marico, está tan apretado y cuesta meterle la verga, me la aprieta tan rico y parece que me succiona, se siente bien chévere, es bien suave y caliente, que culito más rico tiene este catire- exclamó Pablo.

– Gózalo pana, hazlo marico para tener dos hembras para coger, ahhh – exclamó Nelson.

Mientras Nelson me embestía, seguía viendo como la verga de Pablo entraba y salía del culo de mi novio, cada vez ganaba más terreno y entraba más profundo, hasta que dando un golpe de cintura le enterró su verga hasta los huevos, mi novio alzó nuevamente los pies y se retorció dando un gemido, un gemido que parecía de dolor, pero también de placer, Pablo reanudó sus embestidas, la sacaba casi entera y se la metía hasta el fondo a mi novio, moviendo las caderas en forma circular cada que se la ensartaba hasta el fondo, para mí sorpresa, Guillermo empezó a mover las caderas al ritmo de las embestidas que le daba Pablo, y su verga, que había quedado a un lado de la almohada se le había puesto dura, Pablo lo notó de inmediato y expresó:

– Vaya parece que a tu novio le gusta mi verga- exclamó Pablo y tomándolo de la cintura lo empezó a embestir con mayor fuerza, al tiempo que le decía.

– ¿Te gusta?, siéntela dentro, siente como te estoy rompiendo el culo, ya eres mi hembra.

Mi novio no respondió, pero no hacía falta que lo hiciera, sus gemidos delataban el placer que sentía, ya no fue necesario que lo siguieran sujetando y Alexis le quitó la cinta de la boca.

Después le preguntó:

– ¿Si te suelto las manos prometes pórtate bien?

Tampoco respondió, pero agitó levemente la cabeza en forma afirmativa, por lo que con la navaja liberaron sus manos, Pablo lo empezó a embestir con más fuerza sin dejar de apretarle las nalgas y acariciar su espalda.

– Asi, ya eres mi hembrita, marico, ahora tenemos dos hembritas ricas para gozar, te dije que mi verga te iba a gustar, agggh, aggggh,,,,

Era morboso ver a mi novio disfrutando de la verga de Pablo y eso me excitó más, busqué la boca de Nelson y le di un beso cachondo en los labios, empezó a embestirme más duro, me sentía liberada al ver a mi novio gozando y ya sin pena mis piernas rodearon su cintura y lo apreté contra mi cuerpo, mis gemidos se hicieron más intensos y movía mi cintura como una puta, empezó a taladrarme a un ritmo infernal y mis ojos se pusieron en blanco, mi cuerpo empezó a temblar y lanzando un fuerte gemido me volví a correr, otro orgasmo intenso y delicioso.

– Ayyy, puta, que rico, cada vez eres mejor puta, que rico te mueves, me vas a hacer correr, ya no creo aguantar mucho, te voy a llenar el coño de mi leche- me susurraba Nelson en el oído.

Nelson me tomó de las caderas y empezó a bombearme salvajemente, sentía sus testículos golpear contra mi vagina, hasta que cerrando los ojos dio un bramido de placer y dándome una última empalada, empezó a descargar su ardiente semen en las profundidades de mi vagina, sentía como su verga se engrosaba y dando pulsaciones lanzaba sus chorros de leche:

– Agggh, puta, te estoy llenando de leche, agggh, que rico, ¿Alguna vez tu noviecito te cogió así? – me cuestionó Nelson.

No contesté para no humillar a mi novio, se tumbó sobre mi cuerpo y me dio un jugoso beso sin sacar su verga de mi Interior. así estuvimos unos minutos, hasta que escuchábamos que los gemidos de Pablo y mi novio aumentaban de intensidad, Pablo arremetía con toda su fuerza contra el castigado culo de mi novio, y empezó a gemir:

– Ayyy, marico, me sacas la leche, que rico aprietas, agggh,

Y dándole una fuerte embestida descargó su semen en las profundidades del recto de mi novio.

Después de un par de minutos, Pablo y Nelson se retiraron y era el turno de Freddy y Alexis. Alexis me puso en cuatro patas y Freddy puso a mi novio en idéntica posición, justo a un lado mío, pronto sentí la cabezota de la verga de Alexis presionando en la entrada de mi coño, me afianzó bien de la cintura y empezó a enterrármela, volteé a ver a Guillermo y su cara era de dolor y placer combinados, tenía los ojos cerrados y apretaba los dientes, Freddy acariciaba su espalda, sin dejar de enterrarle su enorme mástil, dio un grito cuando se la enterró hasta los huevos, pero no intentó resistirse, la cara de mi novio siendo ensartado me dio mucha ternura, tan frágil, me acerqué a su cara y le di un tierno beso, Guillermo respondió a mi beso y sonrió levemente, comenzaron ambos a embestirnos, lenta y profundamente, me encantaba sentir esa gran verga entrar y salir de mi coño y ver a mi novio gozando mientras era penetrado por otro macho, me causó una excitación tremenda, nunca pensé que me excitaría tanto ver a dos hombres cogiendo, empecé a gritarle que me cogiera más duro.

– Cógeme fuerte, dame más- gritaba

Alexis al escucharme me empezó a dar más duro, me tomó fuertemente de la cintura y sentía como me embestía, mis tetas se balanceaban sin control en cada empalada, Freddy se recostó sobre el cuerpo de Guillermo y besaba y lamía su oreja, su verga acribillándolo con fuerza sobre el colchón, y mi novio mordiendo la almohada y gimiendo como una puta, indudablemente estaba gozando, y mucho, sintiendo el mismo placer que sentía yo, disfrutando el placer que nos daban esos machos, empecé a culear, los gemidos de Guillermo y los míos eran intensos, algo alucinante, impensado, así nos estuvieron cogiendo largo rato, Freddy agarró del pecho a mi novio y lo hizo incorporarse sin dejar de embestirlo por el culo y lo abrazó fuertemente contra su cuerpo, al tiempo que besaba su nuca, su cuello y lamía su mejilla y arremetía con toda su fuerza contra su culo, la mirada de mi novio estaba perdida, sus ojos en blanco y temblaba, la imagen de ese macho dominando a mi novio, era surreal, en esa posición alcancé la verga de mi novio y lo empecé a masturbar, no tardó en correrse lanzando un potente chorro de semen en las sábanas, gruñendo de placer, en ese momento Freddy pidió cambiar,

– Agggh, el marico me está apretando la verga bien rico, pero no quiero acabar, vamos a cambiar, prueba el culito del marico y déjame gozar a la chama.

Freddy se colocó frente a mí y me puso patas arriba con mis piernas en sus hombros y Alexis tomó a mi novio y lo puso también patas para arriba, pero en lugar de poner sus piernas en sus hombros agarró una pierna en cada una de sus manos y así nos volvieron a penetrar, me dio morbo pensar que esa verga que me penetraba era la misma que acababa de dar placer a mi novio, la misma que había estado dentro de su cuerpo y ahora me perforaba a mí, abracé a Freddy del cuello y le di un tremendo beso en los labios, a mi lado escuchaba los gritos de placer de mi novio y los gruñidos de Alexis empotrándolo, las piernas de mi novio se balanceaban en cada embestida, agarradas firmemente por los tobillos por Alexis, parecía una marioneta.

– Tienes razón, el marico aprieta bien rico la verga, que apretadito, ufffff- Exclamó Alexis.

Nos estuvieron dando caña otro largo rato hasta que aceleraron sus movimientos y recibí mi segunda descarga de semen en mi coño, y mi novio volvió a recibir otra descarga en su ano, ambos quedamos desfallecidos en la cama, exhaustos pero contentos.

Para entonces Pablo y Nelson ya estaban recuperados y tenían ganas de más guerra,

– Pues voy a tener que probar ese culito también, a ver si es cierto que esta tan rico- expresó Nelson

– Si, cógelo, esta super apretado, a mí me falta coger a la chama y quiero cogerla por el culo, para comparar que culo es más rico.-respondió Pablo.

Pablo tomó la botella de lubricante y me dio vuelta quedando acostada boca abajo y Nelson hace lo propio con mi novio, abre mis nalgas y aplica el gel lubricante en mi rosado anito, Nelson se sube sobre el cuerpo de mi novio y empieza a besar su espalda, recorriendo su piel con su lengua, le besa el cuello y mejillas en forma cachonda y tomándolo de la cara le planta un tremendo beso, mi novio abre la boca y veo como la lengua de Nelson se introduce en la boca de Guillermo, mientras Pablo presiona y mete un dedo dentro de mi culo, lo mueve en forma circular y lo mete y lo saca dilatando mi culo como un experto, Nelson ha bajado hasta las nalgas de mi novio y se las acaricia y aprieta:

– Realmente tienes culo de nena, nalgas blancas, suaves y sin pelos, me has sorprendido- expresó.

Le abre las nalgas y su lengua recorre el canal que las separa, veo a mi novio retorcerse de placer y apretar las sábanas con los puños, no lo culpo, al contrario, lo envidio, sé que Nelson es un experto en dar placer y ahora mi novio lo disfrutaba, en eso, siento las manos de Pablo en mi cintura y automáticamente abro más las piernas y doblo mi espalda, levantando mi colita, la punta de su verga recorre la raja entre mis nalgas y una corriente eléctrica recorre mi cuerpo cuando la tersa y caliente cabeza se spoya en mi agujero, empezó a presionar y la cabeza vence la resistencia de mi esfínter que se abrió como una flor para recibir y darle una cálida bienvenida al grueso visitante, estaba tan caliente que no sentí dolor alguno, Pablo siguió conquistando mi culo avanzando lentamente, estirando y abriendo mis pliegues internos con suavidad, gemí de placer cuando sus huevos chocaron con mis nalgas, me había penetrado completamente hasta el fondo de una forma magistral

Nelson levanta la cintura de mi novio y pone un par de almohadas bajo su cintura, lo estaba preparando para ser empalado, después se incorporó y aplicó lubricante en su inmenso trozo de carne, le abrió bien las piernas y empujó su espalda hacia abajo para que levantara el culo y se pusiera en el ángulo correcto para ser empalado, abrió sus nalgas y empujó, mi novio dio un grito desgarrador, a pesar de ya haber tenido tres vergas en su culo, la verga de Nelson era más larga y gruesa que la de sus amigos, y el tremendo hongo de la cabeza seguramente había desgarrado algunos de los pliegues de su esfínter, mi novio no estaba preparado para semejante verga e intervine.

– Nelson, para, ten paciencia, no lo lastimes- le grité

Nelson con una mirada incrédula se quedó quieto, no siguió penetrando, pero tampoco se retiró y se me quedó viendo, Pablo también se quedó quieto expectante, pero con su verga enterrada hasta lo más profundo.

Acaricié la cabeza de mi novio para captar su atención y volteó su cara hacia mí.

Su rostro reflejaba dolor.

– Me duele demasiado, no puedo- balbuceó con un hilo de voz.

– Aguanta amor, relájate todo lo que puedas, la verga de Nelson es más gruesa y sé que te duele, a mí me la ha metido por el culo y se del dolor, pero a pesar del dolor, aguanta y afloja el el cuerpo, relájate y no aprietes, pronto sentirás el placer más intenso que puedas imaginar, confía en mí, déjate llevar y vas a gozar como nunca.

Nelson sonrió al oírme y expresó:

– Hazle caso a tu novia, ella es una tremenda puta y te hará gozar como ella.

Me hizo caso, su cuerpo se relajó, lágrimas seguían saliendo de sus ojos y con ternura limpiaba sus lágrimas y acariciaba su cara.

– Paciencia, paciencia, ya pasará el dolor- le decía, acariciando su cabeza y nuca, Nelson gentilmente también le acariciaba la espalda y las nalgas.

– relájate, relájate, marico- expresó Nelson

Pronto las lágrimas cesaron y sus gritos se fueron haciendo más débiles, le miré a los ojos y le pregunté:

– ¿Ya disminuyó el dolor?

Agitó su cabeza en forma afirmativa, y le pedí a Nelson continuar.

– Comienza a culearlo, suave, muy suave, se paciente.

Nelson así lo hizo, reinició un lento vaivén, Pablo también reanudó sus embestidas, aunque más largas y profundas.

Me incorporé con la verga de Pablo en mi interior y alcancé el tubo de lubricante, que había quedado sobre la cama, fui poniendo lubricante entre el tronco de Nelson y el culo de mi novio, con un poco de dificultad, porque Pablo no dejaba de empalarme, poco a poco la verga Nelson iba ganando terreno y desaparecía dentro del culo de Guillermo, era impactante ver el tremendo grosor de la morena verga de Nelson hundirse dentro del apretado y blanco culo de mi novio, una visión que me estremevió y me excitó sobremanera.

– Espera Nelson, detente un segundo le supliqué.

– Amor, ya tienes media verga dentro, intenta culear en movimientos muy cortitos, hasta donde aguantes.

Miraba como mi novio daba bocanadas de aire y empezaba a recular, en movimientos muy suaves, cada vez entraba más la verga de Nelson, hasta que dando un movimiento de caderas lo ensartó completamente, toda la enorme verga de Nelson desapareció dentro del culo de mi novio, dio un fuerte gemido y su cuerpo se retorció y temblaba.

– Ya entró toda en el culo del marico, ufff, tienen razón que rico culo tiene, apretado y caliente, tan rico como tu culito chamita.

– Sí Nelson, tranquilo, ya se la metiste toda, no te muevas, aguanta a que mi novio se acostumbre al tamaño de tu verga.- exclamé.

– Amor, ¿estás bien?, ya la tienes toda dentro, ¿puede continuar?

– Sí, pero despacio, para poder aguantar- exclamó Guillermo.

Nelson sonrió y expresó:

– Pocas putas me la aguantan entera, pana, eres tan puta como tu novia.

Empezó a cogerlo de la misma forma suave y profunda como me había cogido a mí, lento pero constante, tratando de que mi novio gozara su verga como yo había gozado y cuando se la metía hasta el fondo movía la cintura en forma circular y mi novio se tetorcía de placer, sus gemidos motivaron a Pablo para acelerar sus movimientos y pronto tanto mi novio como yo teníamos un concierto de gritos y gemidos, al compás de los embistes de nuestros machos, era riquísimo sentir que estaba completamente repleta de carne mientras observaba como mi novio gozaba y sentía lo que yo sentía, nuestros cuerpos sudaban, minutos después Pabló aceleró sus embestidas al máximo, un frenético mete y saca que me dejaba sin aliento, hasta que su verga se engrosó dentro de mi culo y explotó llenándome de su caliente y espeso semen, justo cuando lanzó su primer chorro de leche en las profundidades de mi recto, empecé a convulsionar y me corrí intensamente, un orgasmo larguísimo que me hizo ver estrellas, caí rendida y exhausta en la cama con Pablo encima de mí, conforme recuperamos la respiración, nos quedamos observando como Nelson seguía cogiendo a mi novio, hasta que Nelson se recostó sobre el cuerpo de mi novio y abrazándolo fuertemente del pecho empezó a taladrarlo a un ritmo endemoniado, mi novio puso los ojos en blanco y gemía sin parar con la boca abierta, todo su cuerpo se sacudía en cada embestida de Nelson hasta que su verga empezó a lanzar chorros de leche que quedaban depositados en las sábanas, nunca había visto a mi novio correrse de forma tan intensa, Nelson aguantó unos segundos más, disfrutando como los espasmos de mi novio le apretaban la verga, hasta que dándole una última estocada le vació el contenido de sus huevos en su maltratado, pero feliz culo, sus cuerpos sudaban y se desplomaron, justo a un lado mío.

Después de unos minutos Pablo y Nelson se incorporaron y ahora eran Freddy y Alexis los que se habían puesto duros y querían volver a cogernos, ni mi novio ni yo podíamos ni movernos, pero eso no les importó, Fredy me hizo poner de costado y se puso detrás de mí, mientras que Alexis ponía de costado a mi novio y se acostaba detrás de él, mi cuerpo quedó frente al de mi novio, su cara frente a la mía, Fredy me levantó una pierna y la puso sobre su costado, lo mismo hizo Alexis con mi novio, enseguida sentí la verga de Alexis recorrer mis nalgas y buscar mi coño, mi vagina estaba tan dilatada que entró sin ninguna resistencia, pero no pasó lo mismo con mi novio que pegó un gemido de dolor, pobre, seguramente Nelson le había dejado muy rozado el culo, acerqué mi mano y sequé el sudor de su frente, pronto el dolor pasó y ambos empezamos a gemir de placer, en mi boca se dibujó una sonrisa observando cómo mi novio gozaba y estirando mi cuerpo le di un tierno beso, nos estuvieron cogiendo largo rato, Alexis me apretó contra su cuerpo y aceleró sus movimientos, su mano acariciaba mis tetas y pellizcaba mis pezones, nuevamente estaba en el cielo, hasta que sentí sus chorros de leche llenar mi vagina, pocos segundos después fue mi novio el que se retorcía y recibía la descarga de Freddy en su culo.

Quedamos desplomados sobre la cama, exhaustos y con nuestros agujeros llenos de leche, mientras Nelson y sus amigos se vestían y se retiraban, yo tenía tres descargas en el coño y una en el culo y mi novio cuatro descargas en el suyo, al cabo de un rato con esfuerzo nos levantamos y nos dimos un baño, me ardían mis agujeros y seguramente a mi novio también, así que terminando de bañarnos tomé una crema para la hinchazón y heridas y se la apliqué en su culo que estaba inflamado y al rojo vivo y así nos acostamos y nos quedamos dormidos, no teníamos fuerza ni para cambiar las sábanas y olía a sexo, sudor y semen.

El siguiente día era domingo y nos quedamos todo el día en la cama, no hablamos nada de lo que pasó, pensé que a mí novio le sería muy difícil asimilar lo ocurrido y no toqué el tema, a los pocos días todo volvió a la normalidad, y por fin hablamos de lo sucedido, nos sinceramos y le expresé que lo seguía amando y lo ocurrido no cambiaba ni cambiaría mi amor por él, al contrario, lo amaba más, él me expresó que también me amaba, y que aunque había sido forzado, había gozado mucho con los venezolanos, una experiencia que le había abierto su mente, que no se sentía gay, pero que le gustaría nuevamente ser cogido. Tres semanas después ya no me bajó la regla y al hacerme la prueba de embarazo resultó positiva, mis deseos de ser madre se cumplían, pero era altamente probable que no fuera mi novio quien me preñó.

Un mes después empezó la crisis por la pandemia de COVID y por estar embarazada me quedé confinada en casa, igual mi novio, que inició con clases virtuales, sin embargo las visitas de Nelson y sus amigos no pararon, nos siguieron cogiendo semanalmente y a veces entre semana a pesar de estar embarazada, cuando llegaban mi novio se transformaba en una puta para ellos, a mí me pone como loca ver como mi novio es penetrado por esos machos y también por el placer que esos machos insaciables nos daban y hacían con nosotros lo que se les antojaba, cogiéndonos en todas las posiciones y formas posibles.

Cuando inició mi sexto mes de embarazo dejaron de visitarnos, los extrañaba y le dije a mi esposo que fuéramos a buscarlos a su departamento, al llegar y tocar en el departamento nadie abrió, fuimos a buscar la casera dueña de los departamentos, quien nos dijo que por la pandemia, el trabajo para los venezolanos había disminuido y que se fueron a la frontera para tratar de cruzarla y llegar a los Estados Unidos.

Se fueron como unos cobardes, sin avisar, pero creo que fue lo mejor, unos meses después nació un hermoso bebé, sano y fuerte, parecía portada de revista de bebés, pero con la piel ligeramente morena, si me preguntan, creo que se parece a Nelson, a mi novio no le importó y se casó conmigo, es un excelente marido y padre, y por lo sucedido cambió radicalmente su forma de pensar, se dio cuenta que el placer del sexo, se puede gozar de una forma abierta, excitante y morbosa, sin estereotipos, sin importar si es hombre o mujer quien lo proporciona, que yo también necesito un macho dominante que me haga chillar de placer y qué el también podía disfrutar de ese macho y a partir de entonces, con frecuencia trae a casa a algún macho que nos goce a ambos, es maravilloso tener un marido así, que te comprenda y que se encargue de proporcionarte el placer sexual que no te puede dar y que también pueda disfrutar ese mismo placer de un macho sin prejuicios, sintiendo lo mismo que siente su esposa, también nos unimos a clubes swinger para probar todo tipo de experiencias sexuales y tenemos muchas anécdotas que iré contando posteriormente.

Me encanta que me escriban y me cuenten sus experiencias y fantasías, me pueden escribir a [email protected].

Relato anterior:

Infiel a mi novio con extranjero de verga enorme

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