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Mojadita en el cine
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Soy Clara, una mujer joven y soltera de veinte años, que simplemente tenía una fantasía sexual en mente, quería masturbarme en el cine y estaba totalmente dispuesta a hacerlo, así que me preparé mentalmente, pedí un día en el trabajo y compré un ticket para el lunes a la mañana, una película algo aburrida, lo suficiente para que no hubiera muchas personas presentes en aquél lugar.

Cuando llegó el día, ansiosa y algo miedosa, fui a mi cita conmigo misma, me había puesto un bonito vestido suelto, algo corto, pero bastante coqueto. No dejaba de pensar en todas las posibilidades que podría ocurrir, así que cuando finalmente estuve sentada esperé a que comenzara.

La película empezó bien, algo lenta, aprovechaba para mirar a mi alrededor y asegurarme de que tuviera suficiente espacio para que no me atraparan, y cuando estuve finamente segura y decidida comencé a taparme con un pequeño abrigo que había llevado para esa utilidad, me tapé un poco y poco a poco deslice mi mano por mi pierna, comenzando a frotar y acariciar mi intimidad por encima de mis bragas, notando que cada vez estaba aún más mojada, antes de seguir con mi otra mano la llevé hacia mi pecho y así apreté uno de mis tetas, masajeándola un poco haciendo que mi calentura de ese momento aumentara, aunque, cuando vi que una de las personas de la sala se levantó para ir al baño quité mi mano de allí arriba, pero no dejé de acariciar mi conchita, incluso tentándome empecé a jugar con mi ropa interior hasta moverla un poco y así acariciar la entrada de mi vagina.

Era un hombre, apenas podía verlo por la oscuridad de la sala, él se fue y luego de unos minutos volvió y algo que me sorprendió bastante fue que se sentó a mi lado, comencé a sentirme nerviosa, pero no quería dejar de tocarme, así que aprovechaba que tenía mi ropa por encima tapándome y fingí ver la película, aunque apenas y podía ocultar las pequeñas expresiones de gusto que hacía, hasta que comencé a sentir una mano más grande tocar mi pierna, y deslizarse lentamente dentro de mi vestido y debajo de mi abrigo, sabía que era aquel hombre grande a mi lado, pero no quería mirarlo a los ojos y simplemente alejé mi mano un poco, como si le estuviera dando libre entrada a que tocará todo de mí.

El hombre, sin miedo ninguno empezó a acariciar toda mi intimidad, incluso note que se acercaba un poco a mí, escuchando un susurro cerca de mi oído "estás mojadita…", eso me hizo estremecer, pero no retrocedí, incluso me calentó aún más, abriendo mis piernas lentamente, pude notar como él sonreía gustoso por como reaccionaba, y empezó a meter uno de sus dedos de forma lenta y tranquila, teniendo que apretar mis labios para no gemir por lo largo y gordo que era, dejándole entrar por completo antes de comenzar a mover lentamente mi trasero, queriendo que él también moviera e incluso metiera otro más, queriendo tentarlo de hacerlo, y lo hizo.

Metió otro de sus dedos y luego de eso empezó a moverlos con lentitud, pero constantemente, por lo que tuve que tapar mi boca con mi mano, y él con su otra mano aprovecho para así llevarla hacia uno de mis pechos, metiendo su mano por dentro de mi vestido, cabe aclarar que yo no utilizaba brasier con ese entonces mis pezones solían notarse aún más, él empezó a jugar con mi pezón, tironeándolo suavemente mientras sus dedos empezaban a moverse con un poco más de rapidez, era tan bueno con ello que incluso podía sentir como de vez en cuando usaba su pulgar para acariciar mi clítoris un poco y así otorgarme más placer de lo que me estaba dando, mordía mi mano intentando evitar cualquier sonido que de mi boca quisiera salir, babeando un poco esta por lo bien que se sentía.

Él continuo moviendo sus dedos, mientras sacaba mi teta que manipulaba para así acercar su boca a ella y comenzar a chuparlo y succionarlo como si de un bebé se tratase, cada acción que hacía me hacía temblar incluso sentía que en cualquier momento podría correrme, y él habilidosamente empezó a penetrarme con mucha más profundidad que antes y frotando mi clítoris lo más rápido que podía, mientras que me succionaba bastante y apretaba con su mano libre el otro pecho, sintiendo como mis piernas temblaban y mis ojos se ponían algo en blanco hasta que termine por correrme, apretando su mano con mis piernas y ahogando un gemido algo largo con mi mano.

Sabía que aún quedaba menos de la mitad de la película, pero cuando miré el bulto de aquél hombre sabía que eso no había terminado ahí, y me arrodillé frente a él sin preguntar quedándome entre sus piernas mientras desabrochaba sin problema su pantalón y sacaba su gordo miembro, chupándolo y metiéndolo en mi boca, sintiendo como sujetaba mi cabello para que fuera aún más profundo y rápido, moviendo mi cabeza llenándolo de saliva, comenzando incluso a succionarlo un poco hasta que luego de unos minutos de corrió en mi boca y yo me tragué todo sin vergüenza.

Luego de eso simplemente me acomodé mi ropa volviendo a mi lugar, él volvió al suyo y me fui del cine con una gran sonrisa en mis labios, no podía creer lo que había hecho y todo lo que había sucedido en esa sala.

Esta es mi primer relato, si les gusta háganmelo saber y díganme en qué puedo mejorar, ¡gracias!

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2 COMENTARIOS

  1. Te entiendo perfectamente, con complicidad de mi esposo hice algo parecido. De tardecita fuimos a un cine sin otra intención que masturbarnos mutuamente. En eso estábamos cuando un chico se sentó junto a mí y me manoseó sin más ni más. Nos sorprendió un poco y mi marido se quedó quieto viéndonos. El chico se vino en mi mano y vino otro. Mi marido se cambió de lugar y otro chico se sentó junto a mí. ¡Estuve cachondeada por varios sentados a mis dos lados! No se cuantas veces me vine. Lo hemos repetido varias veces.

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