Pasaron unas cuantas semanas que enfriaron el encuentro clandestino entre cuñados con total normalidad. Las rutinas, dueñas del tiempo de cada uno, hacían que el transcurso de los días no dejase pie siquiera a hablar entre ellos de lo que había pasado. Se acercaba Viernes Santo, fecha en que la familia al completo se reuniría en el chalet de Miguel y Victoria, tía de Javier y Mateo por parte paterna, fecha que obsesionó a Javi con la posibilidad de repetir lo que hasta entonces había sido su experiencia más morbosa y satisfactoria.
La primera vez lo tenía todo completamente planeado, sabía que iba a hacer en cada momento, y jugaba con la ventaja de estar seguro que ella lo deseaba en secreto. Ahora era distinto. Aunque sabía que ella disfrutó seguramente tanto como él, nunca llegó a saber cómo se tomó ella el final, cuando se corrió sin permiso dentro de su boca. Desde entonces no se habían vuelto a ver, y tampoco hablaron por WhatsApp, lo que le hacía dudar si, como acordaron esa noche, ella de verdad lo dejó todo allí en el momento y no se repetiría nunca.
El domingo anterior a Semana Santa, Javi se encontró con su hermano Mateo casualmente en casa de sus padres. Venía a recoger unas cosas con María, y se iban a cenar con unos amigos. Javi subió a su habitación, y , pasando junto a la puerta del baño, esta se abrió, apareciendo María que salía recién maquillada.
– Menudo angelito me acabo de encontrar en el baño- saludó Javi sonriente, antes de agarrarla por la cintura para plantarle 2 besos.
– Uy si angelito, será por el maquillaje, cuidado no te manches- fue la respuesta de ella, que lo miraba nerviosa y esquivaba su mirada.
– Me encantaría mancharme de ti- dijo Javi guiñándole el ojo en busca de complicidad.
– Me tengo que ir que llegamos tarde- ella lo regateó, haciendo dudar más aún a Javi, que le dijo al oído mientras pasaba, jugando su última carta.
-El viernes a ver si te veo con unas mallitas bien sexys, que no te apague ese soso-. Giro María su rostro hacia el justo antes de llegar al primer escalón, regalándole una sonrisa picarona por un par de segundos, y bajando sin decir nada más mientras Javi observaba apoyado en la pared, tratando de descifrar esa sonrisa.
Mateo y María llegaron los últimos al chalet, parece que se habían entretenido haciendo la tarta que María se empeñó en llevar. Solo ellos sabían que también tuvo que ver su reciente discusión, en la que María consiguió dejar muy claro a Mateo que nunca le volviera a hacer sentir mal por la ropa que se iba a poner.
Se acercaron a saludar a todos, Mateo con un polo azul claro y bermudas, sabiendo el calor que llevaba haciendo toda la semana, y María con un conjunto deportivo que estrenaba ese día, sorprendiendo a todos con un estilo que no acostumbraban a ver en ella. Su suegra alabó lo guapa que iba nada más abrazarla, dando a Mateo una imaginaria patada en los huevos, sintiéndose incómodo con su novia tan provocativa.
Javier le plantó dos besos con total naturalidad, igual que María, con sus mejillas ruborizadas, que siguió con el protocolo saludando a todos los allí reunidos. Javi miro su figura, dibujada perfectamente con esos pantis rosas resaltándole el trasero, a juego con la camiseta de tirantes que se ajustaba a su espalda. Eufórico se deleitaba mirándola, y, al volverse ella hacia él, atrapó su mirada la sombra dibujada en la entrepierna, marcando sobre la tela Rosa palo los labios vaginales de María, creciendo dentro de él el deseo incontrolable de hacerla suya.
Espero paciente la oportunidad, charlaban unos y otros con el picoteo, y pasaba el tiempo, alguien tenía que ir a por leña para empezar las brasas. María y Mateo se hacían los remolones cuando les dijeron de ir a ellos, y Javi enseguida dijo venga vamos María, que Mateo lo de trabajar no le va muy bien.
Pero Mateo también se levantó después de ella, así que fueron los 3 frustrando el primer intento. Llevaron algo de leña hasta las parrillas, algo lejos de donde estaban cogiendo, y tras un primer viaje Javi le dijo a Mateo que fuese empezando el fuego que ahora le traían más. Mateo se puso inocente, en sus ganas de demostrar que él era el que mejor podía encender el fuego y asar la carne, y así quedo allí, ajeno a lo que su hermano mayor tenía planeado para su noviecita.
Se alejaron, y nada más quedar ocultos tras la pared, Javi espero a María aguantando a duras penas las ganas de abalanzarse sobre ella.
– No sabía cómo hacer para estar solos- le dijo al pararse ella, sorprendida al verlo ahí parado.
-No estamos solos, aquí está toda tu familia- ella permanecía sería, y el continuo, mirándola a los ojos.
– Me ha encantado verte así de sexy por fin, no sabes lo buena que estas María- paso la mirada de arriba a abajo por el cuerpo de ella, que sintió esos ojos casi rasgando la tela de su ropa al moverse sobre ella. Sintió un escalofrío en ese momento, e intentó contener sus emociones.
-Ni me lo he puesto por ti, ni me lo voy a dejar de poner por tu hermano- dijo orgullosa, recordando la discusión previa.
-Claro que no, ya te dije que no aguantases los celos, que tu tienes que brillar- respondió sincero, admirando su belleza. – Te ha dicho algo? –
-Le he cortado rápido el rollo. Para una vez que me visto como todas mis amigas casi se pone a llorar. Al final bien, pero la hemos tenido- se sinceraba con él, sintiéndose entendida y liberada con Javi, descubriéndose a gusto de poder hablarlo con alguien.
– Dijimos que se quedaba allí Javi, que quieres ahora? – le preguntó hinchando el pecho, llena de poder.
– Quiero repetirlo nena, no sabes lo que me gustó estar contigo- el se derretía a sus pies, cambiando así las tornas entre ellos por primera vez.
– No me parece bien, no podemos hacerle esto a Mateo- decía mientras se acercaba a él, dejando sus labios unos centímetros más abajo de los suyos, ofreciéndolos con la cabeza erguida.
– No se va a enterar, esto sólo lo vamos a saber tu y yo- dijo antes de inclinarse a besarla, metiendo la lengua en la boca de ella, que respondía enérgica entrelazando la suya, luchando por meterse en la boca de él. Javi la levantó contra él, agarrando sus nalgas con ambas manos, y la restregaba contra su cuerpo, sin parar de comerse la boca, frotando sus sexos con la ropa puesta. Ella gemía, el subía la intensidad, y, tras apoyarla contra la pared, busco con sus dedos la humedad de la calentura que acababa de invadirla. Sus dedos se movían dentro de su vagina, haciendo que sus piernas perdiesen el equilibrio. Hasta que una voz tras ellos paralizó completamente la magia del momento.
– Pero que estás haciendo Javi? ¿Que estáis haciendo los 2? – era la voz de su tío, fría, rasgando centímetro a centímetro la autoestima de Javi, en shock sabiéndose descubierto.
– Perdona Pepe, nos hemos rayado- contestó sin saber que decir.
-Que os habéis rayado? ¿En serio ni a tu hermano respetas sinvergüenza?- y clavo la mirada en ella, que se colocaba las mallas deprisa – y tu engañas a Mateo con este pieza que no hace la O con un canuto? En serio? Te tenía por una chica 10 y te veo ahí. Se me cae la cara de vergüenza solo de pensar como contárselo a Mateo. Y a tu padre? Tu sabes lo que va a pensar tu padre?
– Pepe no digas nada porfa, déjame explicarte- Javi suplicaba desesperado – Quieres ir tu para allá y lo hablo con él- dijo Javi mirándola, que se marchó a pasos apresurados sin decir nada.