Hola a todos chicos, soy Andrea con otra anécdota para ustedes, en esta ocasión les contaré cómo en el camino al gimnasio me encontré con dos ancianos que dejé que me manosearan en un parque muy concurrido.
Estaba de camino al gimnasio, desde que comencé a exhibirme con más soltura durante el día, decidí cambiar la hora de ir al gimnasio, normalmente iba después del trabajo de inmediato, pero cambie mi horario a las 9 porque el gimnasio estaba abierto hasta las 23:30, ir a las 9 me daba la oportunidad de que ya estuviera algo oscuro, pero no lo suficiente era un atardecer muy lindo, pero para mí representaba solo excitación y oportunidades para exhibirme.
Yo desde siempre paso por un parque para acortar camino, el parque tiene árboles muy altos y frondosos, también pasa por el centro un pequeño rio por lo cual esta divido en dos partes, después de un tiempo de empezar a salir con ropa más reveladora durante el día me di cuenta de que había siempre dos señores sentados en una banca del parque, la banca estaba bajo un árbol muy grande y rodeada su base como de arbustos muy frondosos también ya saben perfecto para cubrirse del sol los días calurosos.
Yo la primera vez que los vi decidí exhibirme un poco frente a ellos, pase por su lado, vi que había una pequeña papelera pública así que tome una botella de agua usada que tenía y me incline al lado de ellos para botarla, me agache lo suficiente para que ellos quedaran a la altura de mis tetas y pudieran verlas a través de mi polera, estaba segura de que las vieron al momento de inclinarme porque cuando levante la cabeza, los vi con los ojos bien abiertos mirándome, yo les sonreí y seguí mi camino meneándoles el culo de manera exagerada mientras caminaba lentamente solo para divertirme y provocarlos un poco.
Lo gracioso es que desde ese día, casi siempre estaban en esa misma banca, así que yo cada vez que pasaba les daba una pequeña vista de mi cuerpo, otra cosa importante es que yo había decidido no ir vestida con mi ropa de gimnasio desde casa, sino que cambiarme en el mismo gimnasio, por lo que me vestía con ropa ajustada o un poco más provocativa en el camino de ida y después para volver a casa y por supuesto ese día no era la excepción.
Lo único malo si puedo mencionarlo es que las veces que llevaba alguna faldita, no podía ir sin bragas, ya que en el gimnasio eran algo serios con la política de no mostrar de más, eso era lo único que me molestaba, pero bueno tampoco era tan grave porque en esas ocasiones simplemente usaba bragas pequeñas o tangas con encaje muy sexi tipo lencería, ese día en específico llevaba una faldita con una tanguita azul de encaje y una polera que dejaba mi ombligo al aire, sin olvidar por supuesto mi siempre confiable plug para adornar mi hoyito.
Cuando estaba llegando al parque vi a lo lejos a los dos señores sentados en la misma banca de siempre yo me emocione un poco porque sentía que estaban ahí solo por mí, pensar en eso hacía que mi conchita se mojara un poquito, me aproxime a ellos lentamente cuando ya estaba cerca vi que uno de ellos tenía una especie de carpeta con unos papeles.
Yo mientras me acercaba a ellos pensaba en como exhibirme ese día, entonces cuando ya estaba cerca el señor que tenía la carpeta la dejo caer frente a ellos de una manera tan intencional, yo me frené de golpe al ver caer los papeles y me di la vuelta para verlos, ellos me dijeron.
-"Señorita, disculpe, ¿Usted sería tan amable de recoger los papeles, por favor?".
Yo en mi mente no podía creer que ese par de viejos verdes usaran un truco tan malo y evidente para intentar ver a una chica agacharse para verle la ropa interior, me dio un poco de risa la verdad, pero también me gusto porque siempre era yo la que ideaba situaciones para mostrarles mis tetas o por debajo de mi falda, así que me encanto que por una vez ellos tomaran la iniciativa eso provoco que mi conchita se mojara a un más porque me sentí deseada por ese par de viejos, ellos querían verme más detenidamente y eso me excitaba mucho así que decidí darles algo más que solo verme las tetas a través de mi polera, me saque la mochila y les dije.
-"Claro, señor, no tengo problemas".
Entonces en vez de simplemente inclinarme de frente a ellos y mostrarles debajo de mi falda, me aproximé y les pedí sostener mi mochila, ellos la tomaron, yo me di la vuelta dándoles la espalda, entonces comencé a inclinarme lentamente, mostrándoles todo mi culo y mi tanguita, con mis manos tomé mi falda mientras me inclinaba y me la subí totalmente, al llegar abajo empecé a recoger lentamente sus papeles, mientras les movía el culo con toda mi falda levantada.
Yo me movía provocativamente para ellos, me percate que uno de los papeles estaba un poco más lejos así que no lo alcanzaba desde donde estaba parada, mire a ambos lados por si venía alguna persona muy cerca, había personas por el parque, pero no parecía que fueran a pasar por ese lugar por el momento, entonces me arrodille y me puse en 4 para alcanzar el papel, me subí la falda nuevamente dejando todo mi tanguita al aire.
Obviamente fue para provocarlos más porque yo moviéndome un poco más para adelante estando de pie fácilmente podía alcanzar el papel, pero quería dejarlos bien calientes conmigo, que me desearan más de lo que ya lo hacían, ya que se habían tomado la molestia de idear un plan para verme las tetas, pensé en recompensarlos con algo más, tome el papel y los junte todos nuevamente en la carpeta muy lentamente meneaba mi culito de manera coqueta, empecé a retroceder en 4 hasta estar cerca de ellos, mis nalgas tocaron la banca levemente, entonces sentí como uno de los señores me puso la mano en mi nalga izquierda y me dijo.
-"Cuidado, señorita, no se vaya a golpear".
Yo giré la cabeza rápidamente para ver al señor que tenía su mano en mi nalga, le sonreí pícaramente y le dije.
-"Gracias, señor, por no dejarme golpear muy duro, es usted muy considerado".
Él comenzó a pasar su mano lentamente por mi nalga, la acariciaba muy delicadamente mientras sentí cómo su mano empezó a recorrer mi culo totalmente, las caricias en mi culito me provocaron escalofríos y mi conchita por supuesto, se mojó aún más, el señor me dijo mientras me acariciaba.
– "Por supuesto, la ayudo como agradecimiento por recoger nuestros papeles, es usted una jovencita muy linda y considerada".
Yo miré al otro señor, note que estaba como nervioso, pude notar que quería sumarse a su amigo, pero no se atrevía del todo a ponerme una mano encima, seguramente no podía creer que una chica fuera tan zorrita como para dejarse manosear en medio de un parque por un par de desconocidos, lo que el señor no sabía es que esa misma zorrita deseaba esa situación, la buscaba constantemente y la disfrutaba como zorrita en celo, pero aun así no podía simplemente decirle que me manoseara porque siento que eso hace perder el erotismo y la complicidad de la situación cuando me exhibo ante extraños, me gusta que las personas también tomen la iniciativa o que en su defecto me sigan el juego y me toquen como me gusta, así que para animar al señor más tímido volví a mirar al otro señor que para ese momento ya estaba tocándome la conchita por encima de la tanga, le dije al señor.
-"¿Dígame, su amigo es igual de considerado que usted?".
El señor me respondió.
-"Sí, lo que pasa es que mi compadre es más tímido, pero es muy considerado también, le gusta ayudar a la gente".
Yo le dije.
-"Qué bueno, porque sabe, al agacharme me dolió un poco la espalda, y como usted ya está protegiéndome muy bien para que yo no me golpee, pensé que quizá su amigo pudiera darme un pequeño masaje en la espalda".
Mientras decía esa frase, me di la vuelta para mirar al señor más tímido otra vez y puse mi mano justo en la parte baja de mi espalda, le guiñé el ojo, le sonreí y le dije.
-"Justo aquí, ¿puede ayudarme, por favor, señor?"
Se lo dije en un tono muy tierno, pero caliente y erótico a la vez, el señor sin demora se animó de sobre manera, porque sentí como su mano comenzó a recorrer la parte baja de mi espalda y rápidamente el bajo a mi culo, acariciando mis nalgas totalmente mientras el otro señor ya había movido mi tanguita de mi conchita y estaba con su dedo metido entre mis labios inferiores, acariciando mi conchita por fuera de una manera suave, yo me sentía en el cielo en ese momento, disfrute cada segundo de esa experiencia mientras los señores me acariciaban en público.
Estaba sumamente mojada y sentía que podía empezar a gemir en cualquier momento, sin embargo, mi felicidad y disfrute no duro casi nada porque escuche como se acercaba gente hacia donde estábamos, yo abrí los ojos mire a ambos lados y vi a un señor con un niño pequeño, el señor venía pendiente del niño por lo que no me había visto, así que yo en un acto reflejo, me enderece para ponerme de pie rápidamente, una vez de pie deje los papeles sobre la banca y me acomode la ropa nuevamente, mi aventura era muy excitante, pero era riesgoso hacerlo de manera prolongada, además ya había hecho más de lo que normalmente hacía para los señores, así que estando ya lista para irme, me di la vuelta para ver a los señores, mientras pasaba el señor con el niño, les dije.
-"Aquí tienen sus papeles, tengan cuidado que no se les caigan de nuevo".
Les extendí la mano con sus papeles, el señor de mi derecha el que había sido más activo, hizo el gesto de tomarlos, pero en el último segundo retiro su mano, yo solté los papeles y volvieron a caer sobre la banca, desperdigándose otra vez, pero esta vez más cerca de la banca, yo lo mire sorprendida e incrédula, él me dijo.
-"Qué tonto soy, señorita, disculpe a este viejo, ¿podría recogerlos de nuevo?".
Al principio pensé en negarme y simplemente irme, pero considerando que yo misma fui la que acepte entrar en su juego la primera vez y me gusto mucho que me tocaran en el parque, decidí hacerlo una última vez, volví a mirar a los lados, ahora ya había menos gente en el parque y el señor con el niño ya estaban lejos y de espalda a nosotros, además era más tarde y empezaba a oscurecer, así que lo mire amablemente y le dije.
-"No se preocupe, señor, yo le ayudo otra vez".
Me puse de rodillas lentamente frente a ellos, como los papeles ahora quedaron bajo sus pies, no podía mostrarles el culo, pero si las tetas un poco, empecé a recogerlos, estaba tomando uno que estaba entre las piernas del señor más activo, me acerque para tomarlo entonces sentí como me sujeto con fuerza de la cabeza y sin poder reaccionar el señor llevo mi cara directo a su entre pierna, me paso con fuerza por todo su bulto, que debo decir estaba duro y se sentía bastante caliente a través de su ropa, yo solo podía emitir pequeños ruidos "mmm… Mmm… mmm".
El señor me empezó a subir de arriba a abajo la cabeza, yo me deje llevar un poco me erguí un poco más y puse mis manos en sus piernas para sostenerme, abrí un poco mi boca para complementar los movimientos del señor luego de unos instantes me suelto, yo me aparte y respire un poco, mire a todos lados, pero no había nadie, respire profundo porque pensé que alguien podía haberme visto así, sin decirle nada, simplemente continúe recogiendo los papeles, pude notar como su entrepierna estaba húmeda por mi saliva, había algunos detrás de la banca así que me puse de pie lentamente, me incline por sobre la banca justo en medio de ambos señores, ese dejo mi estómago apoyado en la banca y mi culo levantado justo a su lado, empecé a moverlo y rápidamente sentí como sus manos volvían a estar sobre mí.
Me tome mi tiempo para tomar los papeles, les moví mucho el culo y ellos lo acariciaban bien, me sentía muy excitada por la situación, finalmente tome el último papel y empecé a volver, rápidamente el señor de mi derecha el más activo, puso una mano en mi nalga y la otra mientras yo me incorporaba, la puso sobre una de mis tetas haciendo como que me ayudaba a enderezarme nuevamente, me apretó el culo y las tetas, entonces ya de pie nuevamente frente a ellos, simplemente les deje los papeles en la banca y tome mi mochila, les dije.
-"Que estén bien, señores, por favor, cuiden que sus cosas no se vuelvan a caer".
Les guiñé el ojo y me fui, meneándoles el culo que pocos segundos antes habían estado manoseando con pasión, mi concha chorreaba líquidos, estaba muy caliente, pero ya era hora de seguir mi camino al gimnasio.
Este es el fin de esta anécdota, espero que les guste, les mando un beso a todos.