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Sabor a helado (parte I)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

La pornografía arruinó mi vida, a mis veinte años aún no he podido tener alguna novia y en cambio solo unos cuantos "casi algo", era el único virgen entre mi grupo de amigos y en ocasiones solo me quedaba escuchar sus historias o anécdotas que tenían respecto al sexo. Solo escuchaba y nada más.

Siempre he sido adicto al porno pero últimamente he tratado de dejarlo y aunque en ocasiones me resulta fácil existen ciertos momentos en los que recaigo, pongo un vídeo porno y me masturbo. Pero resulta que hace tiempo logré evitar ver pornografía por poco más de una semana, lo hice con la intención de mejorar un poco mi vida y por fin, después de desexualizar mi cerebro conseguir una novia. Todo iba bien pero entre mi grupo de amigos había una chica llamada Marbella, por cuya personalidad podría entrar en la categoría de "puta" además de su forma de vestir con minifaldas ajustadas y blusas muy cortas para su cuerpo. He de decir que es un poco gorda pero en forma, al menos para mí que siempre he tenido ese fetiche por las gordibuenas, y sinceramente a pesar de que me cae un poco mal en ocasiones por ser muy grosero, bipolar, criticona y contradictoria, no le diría que no a la oportunidad de follar con ella.

Pero bueno, ella tiene novio y la historia que voy a contar empieza cuando nos mandaron a hacer nuestro servicio social de la universidad a ella, una amiga y a mi en una misma empresa. Teníamos que ir siempre vestidos de traje formal y el hecho de que yo estuviera solo con dos chicas muy buenas a decir verdad, fue una de las causas por las que mi racha de semana y media sin ver porno pendía de un hilo, trate de llevarme bien con ambas, ser un caballero con ellas y demás, sobre todo a la hora de la salida en qué nuestra compañera se iba por un camino distinto al que nosotros tomábamos para tomar el camión. Era un camino largo y ella al traer tacones siempre llevaba unos tenis para al finalizar la jornada cambiárselos y así evitar cansarse mucho, pero un buen día los olvidó.

El mayor acto caballeroso que he hecho fue el haberme ayudado yo mis zapatos y dárselos a ella para que caminara con ellos. Era evidente que yo no podría caminar con los tacones por lo que fue mejor caminar yo descalzo. Desde días antes ya me había empezado a portar bien con ella, por lo que nuestra relación de amistad ya había entrado en un círculo de confianza que nunca creí tener con ella y el hecho que yo le diera mis zapatos a ella para evitar que se cansará fue lo mejor que pude haber hecho, incluso lo publicó en uno de sus estados de WhatsApp. Camino a tomar el camión pasamos por un helado el cual ella me invitó como agradecimiento de mi acto, comenzaba a llover y caminamos un poco más rápido.

Tomamos el camión y estando en el se me ocurrió decirle sin pensarlo "que rico lo chupas" ella me volteo a ver y aunque creí que le había molestado solo se río un poco y dijo "solo en eso te fijas". Para ese momento mi racha de no ver pornografía y sobre todo no masturbarme no se había roto, llevaba ya dos semanas pero en ese momento creí que no soportaría más al llegar a mi casa y masturbarme por qué estando todo el día con ella, viéndola con su traje "formal" super ajustado y ahora viéndola saborear su helado me tenía tan excitado y mi pene estaba muy duro tanto que el líquido preseminal comenzaba a chorrear y manchar mi bóxer.

Comenzó a llover un poco y era evidente que no tardaría mucho en llover muy fuerte, llegamos a la parada, aún tenía que caminar bastante para llegar a mi casa pero la de ella estaba más cerca y sin importarme que podría empaparme por la lluvia, decidí acompañarla como todos los días a su casa, otra razón por la que me trataba mejor.

Llegamos a su casa y yo había olvidado que estaba descalzo hasta que me dijo que entrara para que ella se cambiara los zapatos y me regresará los míos. Yo aceite, no había nadie en su casa, ella fue a su habitación a cambiarse los zapatos pero se tardó demasiado tanto que ya había comenzaba llover más fuerte. Cuando salió estaba vestido como acostumbraba ir a la escuela, con un short de mezclilla super pequeño para sus nalgas gordas pero atractivas, dejando ver por completo sus piernas carnosas, además llevaba una pequeña blusa un poco escotada aunque ella tenía unos senos muy pequeños.

Total que me dio mis zapatos, me los puse y de reojo vi que se revisaba el culo en un espejo posando, en eso únicamente se me ocurrió decirle "¿Que tanto te ves, si ya sabes que te ves bien?" y ella al voltear a verme solo me dijo "ay, en qué cosas te andas fijando" y yo, sin pensar en como podría sonar por mis comentarios le respondí que además de en la forma en que lo chupa (el helado) también en su cuerpo.

Ella se sorprendió y no lo tomo a mal, como comenté ya teníamos cierto tipo de confianza por lo que solo jugó un poco conmigo realizando cierto comentarios hacia mí y o yo a ella pero en ese punto mi pene ya me dolía, trate de ponerme de pie para despedirme e ir a mi casa a pesar de que aún llovía. Ella noto mi erección y se burló de mí un poco, pero luego el momento tomo un tono serio, después de decirme que les diría a todos nuestros amigos ella se acercó a mi, y aún si go sin entender en qué momento se le ocurrió besarme.

Yo me senté en el sofá de nuevo y ella se sentó sobre mí continuando besándonos. Comenzó a mover sus nalgas sobre mi pantalón meneando mi pene dentro del bóxer provocando que comenzará a eyacular pero por un momento pude soportarlo. Dejo de besarme, creí que había recordado a su novio pero continuó inhalando y exhalando con euforia, luego se puso de pie solo para ponerse rodillas frente a mi, y mientras me decía "no se lo digas a nadie, en serio, a nadie ni siquiera a tus amigos" comenzó a desabrochar mi cinturón, bajo el pantalón y ese momento me dio un poco de vergüenza porque mis boxers grises estaban un poco empapados por el poco semen que eyacule, pero ella al parecer no se dio cuenta.

Bajo los boxers miro mi pene y lo segundo que me dio vergüenza fue que me dijo "pequeño" riéndose un poco pero aún excitada, me dio vergüenza y era algo que me tenía porque mi pene solo es de 12 centímetros. Introdujo mi pene en su boca, meneo un poco su lengua alrededor del mismo y comenzó a haber gárgaras teniéndolo dentro, dos semanas sin porno ni masturbarme para esto y solo duró cinco o diez segundos. Si, me vine en su boca y lo único de lo que podría estar orgulloso es de la gran cantidad de semen que expulse directo en su garganta, tanto semen acumulado en dos semanas solo para ella. Tanto que aunque pude notar que trato de tragárselo no pudo hacerlo y lo escupió sobre mi pelvis y mi abdomen.

Creí que se burlaría por lo rápido que fui, pero en cambio no dijo nada y simplemente se sacó mi pene de la boca para después comenzar a chupar mis testículos cubiertos de semen, limpiando uno por uno a chupadas y mi pene lamiéndolo, para luego saborear el semen que había dejado caer cobre mi abdomen.

"Sabe a helado" me dijo riéndose y yo también me reí, no sé si fue en serio pero me reí y me relaje al saber que no le había molestado el venirme tan rápido y luego menos en su boca. Después de eso solo se puso de pie y yo también y mientras me abrochaba el cinturón ella en tono serio y algo preocupado mirando si celular, me dijo que me tenía que ir.

Aún seguía lloviendo muy fuerte pero no me importa ni a ella tampoco y antes de irme pude ver qué en su pierna y en el suelo tenía semen embarrado, no le dije nada porque se me hizo un poco excitante la idea de que alguien se diera cuenta también, alguien de su familia o incluso su novio aunque podría meterme en problemas. Pero aun así, nos idea de dejar un poco de mi semen en el suelo de su sala, en su pierna y sobre todo en su boca y ahora en su estómago me excito de nuevo tanto como para poner erecto mi pene otra vez.

Creí que habría algo más en ese momento pero eso fue todo ese día, más tarde me envió un mensaje diciendo que no me dijera a nadie nada sobre lo que pasó y después me bloqueó. Esto ocurrió un viernes de la primer semana de nuestro servicio social y para el lunes casi ni hablamos, nuestra compañera pareció darse cuenta que había algo mal entre nosotros porque se mostraba incómoda y he de admitir que a pesar de haber perdido mi racha de nos semana sin porno ni masturbación a causa de una jugosa mamada no me arrepiento, y aunque aún sigo sin ver porno, ese mismo día, el sábado y domingo me masturbe recordando ese momento. Incluso el lunes después del servicio, aunque como dije, casi no hablamos.

El martes se me ocurrió llevar piña para almorzar al servicio, nuestra compañera hizo un hizo sobre eso pero Marbella no solo se río también, sino que además comento que era una lástima que eso no aumentará el tamaño.

Era más que obvio que empezaría a haber chistes sobre lo que pasó haciendo indirectas pero esa ocasión no fue la única vez que casi lo hacemos ni mucho menos los dos solos.

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