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La contadora madura (parte 4): La AFIP y el vínculo secreto
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Después de las jornadas ajetreadas con mis chicas volvía a mis quehaceres. Las miradas de las chicas eran como lascivas, que pedazo de trolas todas. Menos la chiquita de la cual esperaba que en cualquier momento me tirara con algo, pero no era mi tipo. Al prender mi compu, una citación de AFIP, Analía se acercó por atrás, con una pollera arriba de la rodilla y una camisa negra que mostraba que no llevaba corpiño.

– Parece que hoy si tenes que ir a la AFIP

– Si, viste, un error en la presentación, voy a preparar un descargo y me voy temprano

– Vaya, vaya. Después le quería comentar de la fiesta de fin de año, va a venir Contador

– Por supuesto, si me invitan

– Estamos, ejem, pensando algo con las chicas, después le digo. Mariana se une también

– Ahí… se cuentan todo ustedes

– Si, tal vez nos anotemos también con Susana en el Gym, ejem… ahora vaya tranquilo

Para mí lo mejor era ir a última hora, te atienden rápido porque se quieren ir. Agarré el auto y salí raudo. Eran 15:00 cerraban a las 16:00.

Llegue, poca gente, diciembre época mas tranquila. Poca bola, poca gente atendiendo, hacia el fondo se acerca una madura, alta, 1,75, pelo corto negro, un conjunto de tailleur gris con camisa negra entreabierta, zapatos de taco altos, anteojos. Unas tetas muy duras que se vislumbraban por un botón sugerentemente abierto, la pollera llegaba justo hasta la rodilla, pero imagino que al sentarse subiría, y medias negra.

– Buenas tardes, lo atienden

– No, vengo por un requerimiento

– A ver, a si lo envié yo, soy Silvia Aguirre, la jefa del sector, hay poca gente y tengo que salir a atender. Bah en realidad lo vi a usted tan apuesto y dije bueno

– Bueno gracias

Me invito a pasar a su oficina con los papeles, como predije cuando se sentó la pollera se subió hacia mitad de su muslo, Revisamos los papeles, dos veces se levantó hacia otra oficina moviendo su culo alevosamente. En un momento se inclinó para acomodarse su zapato y me pareció que me miraba con deseo. Idea mía seguro ya les dije que después de cogerme a casi toda la oficina me sentía un pornostar.

– Bueno Raúl con esto estaría, baje al primer piso y que le sellen la copia. Le dejo mi celular, cualquier cosa que necesita me llama, estoy encargada de la agencia

– Gracias Silvia muy amable – muy galante me acerqué y le di un beso cerca de la comisura. Una boca sensual labios carnosos, muy rojos

Baje y pase a buscar el auto, cuando doblo para retomar por Yrigoyen la veo a la jefa esperando un taxi, lentes negros con un bolso negro también. Me acerque y baje la ventanilla.

– Contadora, para donde va, la acerco

– Voy para el Bajo, San Martin y Viamonte, no hay un taxi, no sé qué pasa

– Voy para ese lado, la llevo

– Bueno gracias

Estábamos al 4000 de Yrigoyen, era un trayectito atravesando el Centro para charlar con la jefa.

– Gracias Raúl, me salvo, menos mal

– Por favor Silvia un placer. Ya termino la jornada

– Si, en realidad sí. Vivo por ahí así que si, usted

– Me quedan un par de cosas todavía, pero me parece que la voy a terminar mañana.

– Ah. mire, no quiere bajar a tomar algo a mi departamento. Estoy sola, mi marido está de viaje al Interior, también inspector de AFIP, se fue el viernes vuelve el sábado.

– Acepto, aviso en la oficina así me queda la tarde libre

Avise a Analía que no volvía y tomamos rumbo al bajo. Por la zona de Once se cargó el tráfico, seguimos la charla, la inspectora aparentemente no estaba muy conforme con su esposo en la parte intima por lo que me sugirió.

– Usted es soltero

– Separado sí.

– Qué edad me da Raúl

– Mmmm…. – otra vez fui generoso – 45

– Jajaja gracias, pero no, 57, mucho gimnasio, dieta, el boludo de mi marido no lo sabe apreciar, pero bueno, usted como me ve

– La verdad, una bomba Silvia, tremenda mujer

Seguimos la charla con chicanas, chistes de doble sentido, flirteos, en un momento se rio y me apoyo la mano en la pierna, la movió un poquito e hice lo mismo.

– Entre y déjelo en la cochera, mi marido se llevó el auto y está libre

Bajamos, la ayude con su bolso además de unas carpetas que estaban en el asiento de atrás. Un lindo edificio, fuimos al ascensor, tenía un perfume que ahora que la tenía más cerca en menos espacio era muy intenso. En PB subió más gente, la note inquieta, respiraba un tanto agitada. Tal vez miedo que la viera alguien, se acercó al oído y me dijo.

– No quiero que digan nada, es en el piso 7, baja en el 8, seguí uno más y venite al 74, te dejo la puerta entreabierta, haceme ese favor bombón

Bombón me dijo, la tarde venia encendida. La vi bajar en el 7, sin mirarme, pero moviendo su culo de un lado a otro, baje en el 8vo., le tiempo a que abriera y entrara y baje despacio por las escaleras. Ultima puerta del pasillo, entre, un lindo departamento, con un gran ventanal vista a la ciudad, Silvia ya se había sacado los zapatos y me esperaba sentada en un amplio sillón.

– Que tomas lindo

– Lo que tengas está bien

– Sabes que, este encuentro amerita algo especial, traigo un champagne que tenía guardado

– Si, como no acepto.

Fue hasta la cocina, se agacho y la pollera subió un poco más, al traer la botella y las copas no la acomodo y quedo así más arriba de los muslos. La ayude a descargar todo en una mesita, pero no se molestó en bajarla, creo que al contrario abrió un poquito las piernas para que se subiera un poco más y descubriera que las medias eran panty y se vislumbraba una pequeña tanga al final.

– Te molesta me pongo algo más cómodo Raúl, pone música o la tele si queres

– Para nada Silvia estás en tu casa, yo me voy a sacar los zapatos jajaja

– Por supuesto dale, ya vengo

Abrí el champagne y cogotee un poco la puerta sutilmente entreabierta que dejo la turra. Al sacarse las medias quedo una tanga hilo dental negra que dejo, después se corrió como al interior de un placard y ya no pude ver más nada. Me relaje, serví dos copas y me acomode en el sillón cuando la vi salir.

Traía la misma camisa negra, otro botón más desabrochado, pero ahora sin corpiño, saltaba a la vista. Sus tetas con algún toque bien duritas y paraditas, abajo un culote también negro de encaje apenas cubierto por el largo de su camisa, descalza, unas uñas pintadas de rojo fuerte, unos pies hermosos, todo con un andar felino y sugerente.

– Me puedo sentar acá al lado tuyo Raúl no te molesta

– Para nada Silvia, es tu casa, che soy yo o hace calor

– Hace calor, yo ahora al verte así es como que me subió un poco la temperatura jajaja

– Te gusta, te doy una vueltita a ver

Giro y al dar vuelta con su mano levanto un poco la camisa para ver el culote incrustado en un hermoso culo, grande, sin una marquita, se perdía en la raya del culo, de encaje, precioso.

– Impecable Silvia aparte todo durito veo

– Siii… son horas de gimnasio, toca toca fíjate

– Permiso eh

Arranque por las pantorrillas, seguí por los muslos, palpando, al llegar a los muslos con caricias y seguí hacia arriba subiendo

– Puedo

– Claro Raúl, toca tranquila, vos también tenes lo tuyo. Porque no se te sacas la camisa y el pantalón así estamos iguales

Me saque camisa, medias y pantalón. Tenía un bóxer ajustado que me marcaba mucho el bulto a esta hora desenfrenado por lo que veía y estaba tocando.

– Ahí no, es trampa, yo también me saco la camisa entonces

Quedo en tetas, el culote, un monumento a la mujer, delante mío. Le pregunté si podía seguir la inspección me dio el visto bueno y seguí por su cola. Toda durita, increíble, empecé a jugar con mis dedos sobre su cola colándolos por abajo, hacia su conchita.

– Mmmm… contador, que busca por ahimmgh

No aguante más y me pare de golpe. La abracé por atrás y le comí la boca mal, una boca carnosa, jugosa, una lengua traviesa que jugaba en mi boca, iba por mi cuello, mis orejas.

Así agarrada la tire sobre el sillón, me abrazo y me paso las piernas alrededor de la cintura mientras me comía la boca mal, empecé a meter manos por todos lados, esas tetas duras con pezones bien duros, me sumergí a chuparlas, lamerlas, morder un poquito los pezones mientras mi mano iba hacia su conchita. Descorrí un poco el encaje del culote y metí dos dedos en su sexo, todo depilado, brilloso.

– Veni, vamos a la habitación acá nos pueden ver de afueramgh

La levante agarrándola de la cola con ambas manos y me la lleve a la habitación que alcanzo a indicarme donde era porque mi boca iba sobre la suya.

A pesar de ser grandota la lleve bien, era cerca el dormitorio, con el impulso la tire en la cama y me abalance arrancándole el culote y cayendo con mi lengua en punta y dedos en su concha, empapada a esta altura. Empecé a cogerla con la lengua y dedos jugando con mi lengua en su clítoris, rápido encontré su punto G porque empezó a retorcerse y agarrar las sábanas con los puños apretadísimos, mordía su labio y de pronto empezó a gemir fuerte, y más fuerte y más fuerte.

Me saque el bóxer y me trepe sobre ella poniendo mi pija sobre su boca entreabierta y lujuriosa y empecé a cogerle la boca así. Apenas apoyando los pies y los brazos en la cama y bajando y entrando en su boca con mi pija dura. Ella acostada boca arriba apenas podía contener en su boca caliente mi pija dura, parada, firme. La metía hasta el fondo y con mis manos agarraba sus manos arriba y la cogía mal, entrando a fondo.

Sentía que se ahogaba, pero no cedía, se retorcía y disfrutaba mi pija, la envolvía con su lengua, jadeaba, mande una estocada hasta el fondo y la saque dejándola casi sin aire.

– Me parece que así no se trata a una dama señor

Gire la cabeza, sentado en un sillón lejos de mi vista, un moreno, de unos 50 años, más alto que yo, sonriente, desnudo observaba todo.

– Soy Gilberto, pareja de Silvia, y en realidad esto fue un engaño que hicimos, quería hacer un trio con un desconocido, en cuanto te vio me mando una foto y le dije que sí, así que aquí estamos mi amor. Usted tiene algún problema señor Raúl en compartir a esa puta viciosa con un amigo colombiano

– Encantado, no, para nada, que sería compartirla.

– Quiere que la cojamos los dos juntos y después probar una doble penetración, pero con ese caño hermano argentino me da miedito por ella, tú te animas amor

– Claro Gil, y vamos cójanme pedazo de impotentes

No termino de decir esto Gilberto se puso de pie exhibiendo un tremendo caño la levanto a Silvia como si nada y la puso en 4.

– Avance amigo yo me voy a comer esa boca golosa con esta pija, prepáremela que hoy esta muñeca va a recibir la cogida de su vida.

La tiro boca arriba en la cama y dando la vuelta le agarro la cabeza con las dos manos y le empezó a coger la boca, Silvia pataleaba atorada con semejante pijon (más ancho que el mío y más largo, un animal).

– Vamos compañero sin piedad agárrela de los tobillos y ensártela, le va a gustar a esta pochocha

Hice caso la tome de los tobillos entre los pataleos, me embadurne con un gel que había en la mesita de luz y le entre a esa concha jugosa. Pego un grito ahogado y Gilberto empujo aún más. Entramos en un frenesí de coger y coger desaforados, Gilberto además le mordía las tetas y gritaba y aullaba en una mezcla de dolor y placer. Mientas yo humildemente con lo mío taladraba esa concha hermosa, jugosa de Silvia, todo era un descontrol. De pronto Gilberto me miro y me dijo.

– Culo o cachucha para la doble

– Cola

– Ahí vamos entonces

Levanto a Silvia como una hoja de papel tomándola de la cintura y acostándose la dejo caer sobre su pija enhiesta, parada, pego un grito y Gilberto le comió la boca para ahogarlo mientras la abrazaba pegándola a su cuerpo y dejándomela servida para que le coja ese culo.

– Dale Raúl, ponete un poco de gel y ensartala de una que le gusta

– No por favormmmgh – no pudo terminar la frase porque Gilberto la pego a su pecho y asintiendo con una sonrisa compradora la sujeto con sus dos fuertes brazos y exhibiéndome ese hermoso culo. Aproveche para embadurnarla y que quedara brillosa, me frote la pja y de una la ensarte con todo. Otra vez intento gritar, pero esta vez yo me tiré encima y le apreté la boca con mi mano

Ahora éramos uno, con la doble pija en el culo de Silvia moviéndose, Gilberto con menos espacio, pero levantaba su pelvis y la dejaba caer una y otra vez mientras yo la tomaba de la cintura y le daba sin piedad. La sincronización era perfecta, Silvia gemía, puteaba, aullaba, mordía su propio hombro de placer, desde atrás apretaba sus tetas que saltaban y se movían frenéticas, la tomaba del pelo y más fuerte le entraba y seguía cabalgando como loca.

– Cambio compañero

Gilberto la levanto con una facilidad increíble y la dio vuelta, ahora la tenia de frente y el turro la ensarto en el culo de una sin nada. Silvia pego un grito otra vez a lo que me lancé sobre ella y mientras se reclinaba hacia atrás le metí la pija en su concha que ya era un rio de jugos. Ahora de frente aproveche para comerla la boca, apretarle las tetas y sincronizar con mi compañero, que seguía con sus atléticos movimientos de pelvis dejándola caer en el culo. Seguimos así cada vez más fuerte cuando Silvia empezó a conectar con su punto G por la frotación de las dos pijas al mismo tiempo.

– Ah… Ahhh… si guachos me están matando, pero me gusta, ay si si si siii acabooo…

Al unísono con ella lance 4 lechazos en su concha mientras que un minuto después el rostro de Gilberto se transfiguro y pego un grito dejándole caer en el culo una enorme cantidad de leche, lo que pude ver después cuando seguía saliéndole de su culo.

Caímos los tres sobre la enorme cama, agotados. Mire la hora eran las 17:00 todavía temprano.

– No te vayas amigo todavía, en un rato viene una amiga de Silvia y hacemos algo más si queres, es contadora también, se llama Susana

– Susana Ruiz

– La conoces

– Claro trabaja conmigo, hemos tenido un par de encuentros

– Ja, mira, si queres no le digo nada y es sorpresa

– Porque no dale, ahora o a la noche

– Date una ducha tomamos algo y te repones tranquilo, como quieras

– Bueno dale, llamala

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