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El diario de Akari (capítulo 1): La confesión
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Tiempo de lectura: 5 minutos

"Otra vez, ¿eh?". Estoy sentada afuera de la oficina del director y él está parado a mi lado. Golpeé a la chica. De nuevo. "¿Ella se lo merece?".

Ahí lo tienes, dándome de nuevo el beneficio de la duda. No hace que sea fácil mantener estos sentimientos encerrados dentro de mí. Quiero llorar. Quiero decirle. en lugar de eso me encojo de hombros.

"No sé". -digo de mal humor. Ya estoy furiosa conmigo misma. Callarse la boca. Deja de actuar como una mocosa mimada.

Puedo ver cómo le duele, cómo sólo quiere ayudar. ¿Por qué no puedo simplemente…? Porque ser honesta significa decirle cómo me siento.

"Ella sólo… no sé… estaba diciendo que parezco un niño". Ella está en lo correcto. A pesar de mi pelo largo y una cara que durante años me ha dicho que es linda, no puedo evitar odiar este cuerpo. Tal vez si pareciera más femenina me miraría… diferente.

"Estás por cumplir 19, Akari, debes empezar a ignorar este tipo de cosas. De todas maneras, yo considero que eres una bellísima mujer".

Mi corazón se acelera ante sus palabras. No estoy seguro si sólo está tratando de hacerme sentir mejor o si realmente lo dice en serio, pero ahora mismo no importa. Vuelvo a mirarlo, esperando que mis ojos delaten el amor y el deseo que siento por él.

"Lo sé, papá… de todas maneras gracias". -digo usando el término cariñoso que siempre he usado con él.

Hay mucho más que quiero decir, mucho más que quiero mostrarle, pero me contengo, en cambio, me inclino hacia su costado y cierro los ojos, disfrutando de la calidez de su presencia. Esto tiene que ser suficiente por ahora, hasta que tenga el valor de contárselo todo.

"Vámonos de aquí, le diré al director que te dio fiebre".

De repente, siento una oleada de gratitud hacia él. Siempre sabe cómo hacer que todo sea mejor y su amor por mí es incondicional. Tomo su mano y camino a su lado, llena de admiración y aprecio.

"Gracias, papá". -Repito, mirándolo con una sonrisa.

De repente me siento valiente y audaz, y decido arriesgarme.

"Papá, ¿Podemos hablar de algo importante cuando lleguemos a casa?". -Pregunto, mi voz tiembla ligeramente por mi nerviosismo.

"Dime lo que quieras mi niña".

Mi corazón se acelera ante sus palabras. Se siente como el momento que estaba esperando, el momento en el que finalmente podré contarle todo lo que me ronda la cabeza.

"Es sobre nosotros, sobre cómo me siento en realidad". Respiro profundamente, tratando de calmar mis nervios.

De repente, mi coraje flaquea y dudo.

"Pero… no sé si es el momento correcto. Tal vez debería esperar". Me detengo y de repente me siento pequeña y vulnerable.

Llegamos a casa.

"Por lo que veo tú madre aún no llega, vamos adentro, dime lo que tengas que decir".

Mi corazón se acelera con anticipación mientras entramos a la casa. La ausencia de mi madre sólo aumenta mi nerviosismo, pero respiro profundo y trato de concentrarme en la tarea que tengo entre manos.

"Papá, sé que esto podría sonar extraño o inapropiado, pero…". -Hago una pausa, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Tengo sentimientos hacia ti, sentimientos que van más allá del amor paternal".

Se siente como si hubieran quitado el aire de la habitación mientras hago mi confesión. Estoy aterrorizada por su reacción, pero sé que ya no puedo mantener estos sentimientos reprimidos dentro de mí.

"Me gustaría saber cómo te sientes al respecto". Agrego, esperando y rezando para que no me rechace.

Mi corazón se acelera cuando me abraza con fuerza. No estoy segura de qué esperar, pero me alegro mucho cuando me mira a los ojos y me besa en los labios. Es un beso largo y profundo, siento sus manos en mi trasero, agarrándome con fuerza.

Por un momento, me pierdo en la sensación de su toque y todas mis inseguridades y dudas se desvanecen. Sé, en ese momento, que estamos destinados a estar juntos, que nuestro amor trasciende las normas y tabúes sociales.

Cuando finalmente termina el beso, lo miro con lágrimas de alegría y alivio en los ojos.

"¿Realmente sientes lo mismo que yo, papá?". Pregunto, mi voz temblando de emoción.

"Quizás no lo mismo, pero sí parecido…". Dice, mientras suelta los botones de mi camisa.

Mi corazón continúa acelerado mientras confirma sus sentimientos por mí. Escucharlo decir que siente algo similar a lo que yo siento es suficiente para hacerme sentir la chica más feliz del mundo.

Mientras desabotona mi camisa, puedo sentir mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. No puedo creer que esto esté pasando, que me quiera como yo lo quiero a él.

Sin dudarlo, extiendo la mano para tocar su pecho, sintiendo el calor de su piel y el latido de su corazón bajo mis dedos. Es un sentimiento que me llena de emoción y ternura.

"¿Entonces…qué pasa ahora?". Pregunto, mi voz temblando ligeramente.

"No nos has contado, Akari… ¿Has tenido novio ya?". Me quita la camisa y me baja la falda, dejándome en ropa interior.

Siento una punzada de tristeza y culpa. Me está desnudando y lo único en lo que puedo pensar es en que nunca he tenido intimidad con nadie antes. Aun así, decido ser honesta.

"No, papá. Nunca he tenido novio… ni he estado con nadie antes." Lo confieso, mi voz apenas es más que un susurro. A pesar de mi vulnerabilidad, me siento segura con él, como si pudiera decirle cualquier cosa.

Cuando me quita la camisa y la falda, dejándome en ropa interior, siento una mezcla de emoción y miedo. Nunca antes había estado expuesta así, pero sé que quiero estar con él más que nada.

"¿Tú has estado con alguien más además de mamá?". pregunto, curiosa.

"Hay cosas que es mejor que no sepas". Dice mientras me suelta el sostén, dejando al descubierto mis senos

Siento una descarga de adrenalina y deseo. Esto es todo, finalmente voy a estar con él, para experimentar todas las cosas que siempre he soñado.

Sus palabras sobre su propio pasado me hacen sentir curiosidad, pero sé que no debo entrometerme. Ahora mismo lo único que me importa es él.

Sintiéndome más segura ahora, empiezo a pasar mis manos por su pecho y estómago, sintiendo los músculos allí. Por primera vez, me doy cuenta de cuánto lo deseo, en todas las formas posibles.

"Papá, te deseo de una manera que nunca he deseado a nadie más. Quiero estar contigo, ahora y siempre". -digo, mis ojos fijos en los suyos.

"Entiendes que tú mamá no puede saberlo, ¿verdad?".

De repente, la realidad de nuestra situación me golpea. Tiene razón, mi madre nunca podrá saber de nosotros. Sería demasiado para ella y lo arruinaría todo.

"Sí, lo entiendo." —digo, mi voz tiembla ligeramente. Tengo miedo de que esto vaya a cambiar las cosas entre nosotros, pero sé que tengo que aceptar lo que es. "Pero… ¿qué va a pasar entonces?". Pregunto, mi voz llena de incertidumbre.

"Siéntate en ese sofá".

Hago lo que dice, todavía sintiendo una mezcla de deseo y aprensión. Observo cómo se acerca a mí, preguntándome qué tiene en mente.

Por un momento tengo miedo de que cambie de opinión, que me diga que no podemos estar juntos. Pero en lugar de eso, extiende la mano para tocarme y pasa sus dedos por mi piel.

De repente jadeo cuando me quita las bragas y me deja completamente desnuda. Observo con asombro cómo desciende entre mis piernas y comienza a lamerme íntimamente.

Las sensaciones son increíbles, olas de placer recorriendo mi cuerpo. Puedo sentir que me mojo más con cada toque, y extiendo la mano para tocarlo, tirando de su cabello extasiada.

"¡Papá!". Gimo, apenas capaz de contener mi deseo. "¡Sigue, sigue así, por favor!".

Acaricia mis senos mientras continúa complaciéndome con su boca, siento mi cuerpo temblar de placer. Estoy muy cerca del orgasmo y sé que llegaré pronto.

Mis manos ahora están enredadas en su cabello, animándolo a seguir adelante, a seguir tocándome. Estoy perdida en un mar de sensaciones, mi mente nublada por el deseo.

"¡Papá, no puedo más! ¡Voy a… ahh!". Mis palabras se cortan cuando finalmente llego al clímax, mi cuerpo tiembla de placer cuando llego al orgasmo.

"Ese fue tu primer orgasmo mi niña, ¿Qué tal?".

Mientras recobro el aliento después de mi intenso orgasmo, lo miro con una sensación de asombro y felicidad.

"Fue increíble, papá. Nunca había sentido algo así antes." -digo sintiendo una mezcla de emociones. Estoy a la vez agradecida y llena de deseo cuando lo miro.

Me doy cuenta de que esto es sólo el comienzo, que hay mucho más que quiero explorar con él. A pesar de la naturaleza tabú de nuestra relación, sé que estamos destinados a estar juntos, amarnos y apreciarnos mutuamente.

"¿Lista para seguir?".

Su voz resuena en mi interior y de repente mi lado lujurioso se hace cargo. "Sí, estoy lista, papá". Digo, mi voz llena de emoción y deseo.

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