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Tragate tu proteína
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Fue fácil llevarla al orgasmo.

Tenía 5 días sin follar con mi mujer, su periodo había llegado el viernes así que: viernes, sábado, domingo, lunes y puede que el martes, no tenía oportunidad de follar con ella.

Aunque a mí no me importa manchar mi armadura ella es muy tajante en ese aspecto cuando esta Andrés no se puede.

Pero eso no quiere decir que no haya intimidad en esos días entre nosotros, por lo regular me ordeña manualmente un día sí y otro no cuando está en su periodo, aunque no me deja meterle mano porque dice que se calienta y luego le da un dolor molesto en su vientre, yo por supuesto como buen caballero me ofrezco a aliviar su malestar, pero solo se ríe y me dice relajate antes de continuar con la chaqueta.

El martes por la noche ella ya debería andar muy ganosa de recibir cariño y traté de aprovecharlo.

Nuestro hijo mayor todavía no llegaba a casa, la mediana estaba en su habitación grabando tiktok y el menor en su cuarto jugando con una pelota. Alicia estaba sentada con su celular en mano en el sillón frente a la puerta del baño de la planta baja, yo fui por una toalla para meterme a bañar, deje intencionalmente la puerta abierta para que Alicia viera todo, me saque la playera y baje mi pantalón hasta quedar solo en bóxer, comencé a tocarme la polla por encima de la tela. Alicia se dio cuenta y dejo aun lado su móvil. Cuando ya estaba completamente duro la invite a bañarse conmigo, pero con una sonrisa en su boca me dijo que no con el dedo índice e hizo una seña con su mano.

Quería verme masturbarme, así que subió y bajo su mano para indicarme qué lo hiciera.

Tome el lubricante qué ella tiene ahí para ponerse su copa menstrual, después metí mi mano debajo del bóxer unte el lubricante por mi polla y testículos hasta dejarlos bien aceitado y comencé a subir y bajar mi mano sobre mi falo por dentro de la tela, Alicia estaba atenta a mis movimientos, y a que ninguno de nuestros hijos fuera a llegar de improviso, sus ojos eran de lujuria y su boca de ganas por tenerme cerca.

Una gota transparente traspasaba la tela cada que mi mano llegaba al glande yo la usaba para lubricar más mi falo que ya estaba muy sensible por la constante fricción contra la tela, sentí como me iba acercando cada vez más a eyacularte subí el ritmo de mis caricias, un minuto más y sería suficiente para derramar mi semilla dentro de mis calzones. Fue ahí cuando escuche la puerta de la entrada abrirse y tuve que cerrar rápidamente la puerta del baño, lleno de frustración pensé terminar ahí mismo, pero el tributo era para mi esposa y ella debería estar presente así que me contuve.

Me duche con agua fría y me calme.

Ya en nuestra cama ella me preguntó que como había sido mi orgasmo y le dije que lo estaba reservando para ella.

Cuando llegué a la habitación Alicia ya estaba ahí lista para dormir, me senté al borde de la cama dándole la espalda con la toalla aun puesta sobre la cintura.

-¿Te esperas para mañana?

Dudé antes de responder que sí porque la verdad yo estaba muy caliente. Alicia lo entendió.

-Jajaja ya debes traerlos casi de fuera.

Sentí como el colchón se movía y el abrazo desde atrás acariciándome. Metió su mano por la toalla y comenzó a acariciar mi verga.

Cuando estaba duro me quito la toalla y me puso de rodillas sobre el colchón, ella siguió acariciando desde atrás, no la veía solo sentía sus manos y caricias, de pronto su mano apretó mis testículos fuerte, muy fuerte. Se me escapó el aire y un bufido, ella se rio.

-Te gusto.

No me dejo responder, los volvió a apretar mientras susurraba:

Yo se que sí

Luego siguió masturbándome y de repente con la palma de la mano me pegaba en las bolas, me dio una pequeña sesión de ballbusting sin dejar de masturbarme.

Cuando me sintió a punto de eyacular se recostó en la cama y me indicó que me hincara frente a ella. Deje una pierna a cada lado de su cuerpo aprisionándola, ella comenzó a jugar con mi falo y a buscar sacar mi leche, fue rápido y me derrame sobre sus tetas, ojos y boca, su cara quedó llena de mi esencia. Luego me dijo que comiera mi propia proteína y con mi lengua le limpie su cuerpo cubierto de lefa

Nos dormimos enseguida.

Al siguiente día lleve las bendiciones a la escuela y me fui directo a la oficina sin tiempo para nada así que a media mañana le mande un mensaje:

-Tengo tantas ganas de ti

-¡Yo también!

-¿Hoy?

Como respuesta solo me mando un emoji con la carita de traviesa.

Yo sabía que ese día ella ya no aguantaría más, que su sexo estaría pidiéndole verga, qué las palpitaciones y la humedad serían la constante entre sus piernas y que yo estaría en sus pensamientos más sucios.

Cuando llegué a casa Alicia estaba hermosa, ya se había bañado, perfumado y estaba más arreglada de lo que normalmente está en casa.

Cenamos sándwich de jamón y queso fundido. Fuimos casi corriendo a la habitación en cuanto tuvimos la oportunidad.

Comencé a besarla. Besos lentos que Alicia respondió con hambre, besos húmedos, lenguas entrelazadas, manos traviesas qué comenzaron a explorar los cuerpos.

Se recostó en la cama esperando mis caricias, yo me tendí de lado junto a ella para poder besarla.

Alternaba los besos entre su boca, su cuello y sus tetas.

Mientras mi mano seguía explorando su cuerpo, deliberadamente tarde en poner mi mano en su entrepierna

Sentí su sexo: húmedo, caliente y palpitante.

Empecé deslizando las yemas por suavemente por su piel, regando su humedad por toda el área, acariciaba sus labios y frotaba su clítoris en suaves círculos, pasaba por la entrada de su sexo sin llegar a meterlos ni un poco y humedecía de nuevo mis dedos.

Su mano busco mi dureza y comenzó a mover su mano arriba, abajo de forma constante pero lenta, me quería dispuesto, pero no quería que me corriera antes de tiempo.

Ella me indicaba donde y como.

-Más arriba…

Más lento…

A tu izquierda…

Me deje llevar por sus instrucciones hasta que comencé a notar como sus piernas comenzaban a temblar y su respiración se hacía más entrecortada

-Ahí

Ahí

Ahí no te muevas de ahí

Ya casi

Ya casi

Deje de besar sus tetas y su boca, tratando de no quitar mis dedos de ese lugar, me incorporé y puse mi cuerpo entre sus piernas, deje la punta de mi falo en su sexo listo para entrar en ella, los temblores de sus piernas ya eran más seguido y fuertes, ya no me daba instrucciones ahora los gemidos qué escapaban de su boca eran mi guía, cerraba los ojos y sus manos se aferraban a la almohada lista para llevarla a su boca y mitigar sus gemidos para que nuestros hijos no la escucharán.

Entre en ella en el momento exacto sin dejar de masturbarla. Lo hice fuerte y hasta el fondo.

Fue fácil llevarla al orgasmo, un par de arremetidas bastaron para que el pacer explotara dentro de ella, es tan fácil gozar cuando se tiene al socio correcto, quito mis dedos de su clítoris hinchado y sensible, ahora necesitaba que lo frotara con mi falo cada que entraba y salía de ella, en un par de minutos ya se había corrido un mínimo de tres veces. Sudaba y respiraba rápidamente entre orgasmo y orgasmo. Escucharla me llevó al límite.

-¿Puedo correrme?

-Sí

-¿quieres tu proteína?

-Sí

Fue un orgasmo brutal, sentí como descargaba chorros de leche dentro de ella, sentí cada descarga, cada chorro hasta quedar vacío.

Pero no me tumbe sobre ella, salí con el falo duro y lleno de fluidos, me puse de rodilla sobre su pecho y la arrime a su boca:

-Chupa, trágate tu proteína.

Alicia sonrió y abrió su boca…

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