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Me volví infiel (II)
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¡Hola! Cómo estás, soy Mony y vengo a contarles la segunda parte de mi aventura con Luis, aquel tipo con el que engañé a mi marido por primera vez.

Habían pasado semanas de ese acontecimiento, pero Luis y yo nos seguíamos escribiendo, resulta que el también era casado y que al igual que yo había entrado en la monotonía y por eso buscaba sexo ocasional pero el decía que yo le guste tanto que quería que fuéramos amantes de planta, el problema era que no teníamos tiempo yo en las mañanas cuidaba de mis hijos y mi marido llegaba en las tardes y el igual, trabajaba y después a sus obligaciones de casa y ni pensar los fines de semana, ya que teníamos que salir en familia y cosas así

Pero no la pasábamos platicando por las mañanas, conociéndonos un poco más y en las noches ya que nuestras parejas dormían, las pláticas eran más calientes, me manda fotos de su rica verga y yo me tomaba en el dia para enviarle por la noche, hablamos de aquella noche dónde cogimos rico y lo que deseábamos hacerlo nuevamente.

Confieso que me masturbaba pensando en él, viendo sus fotos y le mandaba videos de lo que hacía, el grado era tal que cogiendo con mi marido pensaban en él y así pasaron dos meses hasta que la oportunidad de vernos se dio.

Mis hijos se fueron a casa de mis suegros y mi marido tuvo que salir a un curso en Guanajuato así que inmediatamente me puse de acuerdo con el para vernos en la noche.

Ese día me depile toda, todita, me arregle como hace tiempo no lo hacía, me puse una minifalda negra y debajo una medias color piel con liguero además de mi tanga y una blusa negra entallada la verdad me veía muy bien y quería hacerlo para él.

Llegué al lugar que quedamos, un bar por insurgentes, el me vio y quedó boca abierta y admito que el también se veía muy apuesto.

L: ¡Mi amor que espectacular!

M: ¡Gracias! Me vestí así para la ocasión.

Comenzamos a beber, bailar y platicar, cada que podemos nos besamos y así anduvimos dos horas y media en el bar hasta que decidimos ir al hotel para quitarnos las ganas.

A diferencia de la primera vez, está vez teníamos mucho tiempo así que el me pidió me desnudara bailando y así lo hice, puse una música se teibol y comencé a moverme, el me tomaba fotos y videos y eso no me molestó, dejé caer mi falda, mi blusa, me lucía frente a el, me quite el bra y la tanga quedando en liguero y medias.

Me acerque y empecé a quitarle la ropa, su camiseta besando su fuerte estómago, le quite sus pantalones y finalmente su trusa, el estaba paradisimo así que nos acostamos y mientras nos besábamos rico yo le acariciaba su duro pene.

L: hagamos un 69, la traes depilada y quiero devorarla!

Nos acomodamos para tragar juntos, yo devoraba su pene, lamiendo lento su tronco, testículos y glande para después tragar poco a poco y el vaya trabajo que hacía, su lengua entraba y salía de forma suculenta, sus manos jugaban con mi clítoris y a veces me lamía hasta el ano, que rico momento.

L: Mony, te deseaba, ya quería estar contigo.

M: y yo a ti!! Me encanta tu pene!

Ambos nos dábamos tremendas mamadas, ambos disfrutábamos de las ganas del otro, yo no dejaba de comer palo y el con su lengua y dedos ya me había hecho venir.

Está vez yo empecé, el se acostó y yo subí a cabalgar, comencé despacio, moviendo mi cadera suave mientras Luis me apretaba los pechos, las piernas, baja para besarnos y ahí moverme para sentir solo su puntita.

L: Mony, eres la mejor.

M: Tu me encantas, ah, que rico es tenerte dentro!

Subí la velocidad de mis movimientos, de arriba para bajo con fuerza y en círculos, Luis gemía del placer que le estaba dando, me puse en cuclillas y me daba sentones, quería acabar con el

M: Papi te gusta? Te gusta lo que te hago?

L: Me encanta siento que me vengo pero aún no quiero!

Rápidamente me tumbó a la cama, levanto mis pierna y me cogía de patas al hombro, se sentía riquísimo como entraba y salía, le encantaba acariciar mis pies envueltos en medias, eso lo ponía más duro.

L: Toma nena, te dije que te haría gemir, toma toma!

M: que rico!!! Te necesitaba, uhhhh, ah, más!!

Se movió riquísimo, lo besaba, le dejaba que me mordiera todo me valía que fuera esposa, solo quería sentirlo a el.

Me puso a cuatro patas y me la metía fuerte dándome de nalgada, jalando mi cabello, eso me mataba, yo también me movía para si deleite, no con mi marido cogía así.

L: Mony, me enloqueces, que nalgotas, que pinche suerte tengo, ah, ah!!

M: No dejes de meterla, así, que duro, que duro!!!

No dejaba se babear, apretaba las cobijas, finalmente ambos nos venimos juntos, el orgasmo fue increíble, las piernas me temblaban y el quedó encima mío todo agotado.

Pero no termino ahí, nos besamos y baje a chupársela para coger nuevamente, mis mamadas hicieron que Luis estuviera nuevamente duro para la acción, está vez me puso de pie, apoyo una de mis piernas en el sofá de posiciones y me la metía de patita de angel, era increíble tenerlo así, nos besamos rico y el apretaba mis nalgas con fuerza.

L: me encanta como eres, toda una ninfo!!

M: Así me pones tu, dios mío, que rico!

Se acostó en el sofá y me daba de sentones en el, la verdad se sentía tan rico, a esas alturas ya me había olvidado que tenía marido, 10 años de casada y familia, solo me importaba ser suya.

L: te quiero dar por tu culito

M: hazme lo que quieras!!!

Me puse en cuatro en aquel sofá y lentamente me penetro por mi ano, hace tiempo que no lo hacía, me dolió pero no quería decirle nada, solo sentirlo.

Una vez que entro la mitad, grite y le pedí despacio, Luis así lo hizo y se movía suave, comenzaba a romperme despacito.

L: Mamasita que rico culo, uhm!!

M: Duele, pero se siente bien!!!

Ahí estaba en cuatro patas dándole el culo a mi amante que no desaprovechaba para darme lento y después con todo.

Sus embestidas me dolían pero al mismo tiempo me elevaban al cielo, Luis me tenía loca, me había hecho como quiso y mi culo ahora de abría y abría.

M: Ah, Luis, más, dame más, aunque me duela, me mates, no dejes de meterla.

L: Toma, uhm, eres una diosa, que culo, uhm, no mames, ah, ah!!

Ambos estábamos en el punto, mi vagina empezó a chorrear, me temblaba todo y Luis empezaba a inflarse, yo me vine y el justo antes de venirse me la saco y me aventó su semen en mis nalgas y espalda.

L: Ah, uff, que rico, que rico!

M: Dios, no voy a poder caminar, ufff!

Nos recostamos en la cama abrazados, que tremenda noche, una de las más calientes de mi vida.

Cuando salíamos del hotel, todo termino, me dijo que se mudaría a Veracruz, que triste, pero Luis despertó en mi a una puta indomable y desde ese día comencé con mi ninfomanía.

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