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Sirvienta sumisa
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Llego a su apartamento y después de entrar el me indica que debo vestirme con lo que dejo en el baño para mí, me siguió hasta el baño entrando conmigo, allí había puesto un vestido de sirvienta clásico negro y blanco, sin mucho escote y con una falda hasta las rodillas, también había ropa interior femenina blanca, medias de liguero y unos tacones blancos, entonces me ordeno que me desnudara y me colocara la ropa interior, yo sumisa y obediente comencé a desnudarme y cuando estaba por terminar el salió indicándome que debía dejar la puerta abierta, yo seguí quitándome la ropa y cuando estuve desnuda tome primero los sostenes, estos tenían un relleno especial que me hacía tener un par de tetas grandes.

Luego me coloque las tangas blancas y apretadas que él había dejado, me quedaba muy ricas me coloque las medias de liguero con unas ligas, luego los tacones blancos y cuando estaba tomando el vestido el regreso tomando un trago y con una bolsa en la mano, me miro mientras me colocaba el uniforme y me maquillaba rápidamente con lo que había en el baño, cuando termine me entrego unas pulseras gruesas con una argolla negras y blancas que quedaban hermosas con el vestido, también unas tobilleras y un collar que me coloque rápidamente, cuando estuve lista me ordeno que lo siguiera a la sala.

Sobra decir que me hizo caminar delante de él y sentí como levanto mi falda varias veces para mirar mi nalguita, cuando llegamos a la sala ordenó que le quitara la ropa, yo obediente comencé a desabotonar su camisa mientras él me decía lo femenina que me veía, me decía que era una linda travesti y que me iba a enseñar a ser una buena sirvienta sumisa, yo seguí con su pantalón y luego de sacar su correa, quite el botón y le baje el cierre, su pantalón callo y me coloque de rodillas para sacar sus zapatos, las medias y por fin el pantalón, durante todo el tiempo había hecho de todo para no mirar o tocar su verga, pero la había rosado un par de veces y me pareció dura, grande, cuando él estuvo en bóxer me dijo que me quedara de rodillas y sacara mi lengua.

Yo obedecí lo más femenina que pude y el pego su verga con bóxer y todo a mi boquita mientras me ordenaba que lambiera, yo comencé a lamer su verga sobre el bóxer como una puta caliente, la lamia y la besaba sintiendo lo grande, dura y caliente que era con mi boquita, él se separó y tomo mis manos atándolas fácilmente a mis espalda con una cuerda y las pulseras con argollas, entonces se colocó frente al sillón y mientras me ordenaba que caminara arrodillada y rogando por su verga fue bajando sus bóxer, yo me moví de la forma más femenina que pude mientras seguía arrodillada y logre llegar a su verga con mi boquita abierta él se sentó y me ordeno que le diera una mamada como una buena perra. Yo obediente me puse de rodillas entre sus piernas y comencé a chupar esa enorme verga.

Ahí estaba yo vestida como una sirvienta chupando esa enorme y dura verga, masturbándola con mi lengüita mientras intentaba meterla toda adentro de mi boquita, entonces él me dijo que parara y me colocara de pie, yo lo obedecí y me puse de pie, el me dio la vuelta y me levanto la falda, me metió su mano entre las piernas, cuando me toco la nalga me dijo que la sentía muy caliente y mientras me decía que iba a mirar como tenía el culito metió sus dedos corriendo mis tangas y metió primero uno, luego dos por mi culito, eso me hizo gemir como una puta y mojarme toda entre las piernas, pero solo un poquito, él lo noto y me dijo que me iba a castigar por ser tan caliente y cochina, pues tenía la ropa interior toda sucia, luego me ordeno que volviera a ponerme de rodillas entre sus piernas y siguiera mamando su verga.

Yo obedecí sin saber que apenas la tuviera en mi boquita él iba a comerme toda por la boca, para hacerlo me tomo de la parte de atrás de la cabeza y metía su verga lo más duro que podía hasta llegar a mi garganta, yo me sentía ahogada pero me encantaba sentirme así usada como una perra, como una hembra por un hombre, así que mientras más me penetraba por la boquita más caliente me ponía, el siguió hasta que sentí que su verga se ponía rígida en mi boquita, se calentó mucho más y el la metió hasta el fondo de mi garganta, entonces se vino, me lleno la pancita de semen directamente como si me preñara, sentí varios chorros en mi garganta y cuando el me dejo ir sacándola para poder respirar sentí como se terminó de derramar en mi boquita dejándomela tan llena de semen que escurría por mis labios hasta mi vestido.

Cuando el saco su verga de mi boquita me pego con ella en la carita sacudiéndola así que me dejo toda llena de semen, mientras se recostaba en el sillón note que su verga seguía parada y me imagine que seguía, pero el me ordeno que me pusiera de pie, cuando lo hice me giro para soltar mis manos en mi espalda y las volvió a atar esta vez al frente, luego me levanto el vestido y me toco entre las piernas mientras me regañaba por estar tan mojada y sucia, entonces tomo una bolsa que estaba al lado de su silla y me ordeno que me diera vuelta, yo lo obedecí y sentí como me quito las tangas, luego sentí como me mojaba el culito con un lubricante y luego sentí sus dedos otra vez adentro de mí.

Mientras el hacia todo eso me llamaba putica, mariquita cochina, perra en celo y yo seguía excitándome y hasta movía mi colita para él, entonces sentí como metió un juguete erótico en mi culito y después de dejarlo adentro me coloco unas pantis blancas de algodón y encaje, después de colocármelas bajo mi falda y luego me dijo que me tirara al piso, cuando lo hice ato mis piernas juntas y con la misma cuerda ato mis manos para que las mantuviera entre las piernas, entonces me ordeno que me masturbara como una mujer delante de él, yo obediente comencé a tocarme y el tomo un control y se sentó en la silla delante de mí, mientras me decía que lo que tenía en el culito era un juguete que vibraba y aumentaba su tamaño a control remoto sentí como lo prendió, sentí como eso empezó a vibrar adentro de mi culito haciéndome poner más caliente, yo me movía y me tocaba humillada por lo que me hacía, me tocaba mientras él jugaba con las velocidades del vibrador, mientras hacía que aumentarla el tamaño del dildo que tenía en el culito haciéndome gemir como una perra en celo.

El no dejaba de recordarme que era una puta, una sumisa, una mariquita travesti, que había ido para que el me sometiera y me usara como su sirvienta, que deseaba que me penetrara por el culito y me dejara bien preñada como una perra en celo, yo seguía tocándome y entre gemidos respondía siempre que si cuando me preguntaba si quería que me penetrara, si deseaba que me partiera todo el culito, incluso durante un rato me ordeno que le rogara por su verga, entonces yo comencé a rogarle que me metiera su verga por el culo, que me llenara de leche, que era su hembra sumisa, su sirvienta sumisa.

Mientras lo rogaba el aumento más el tamaño del juguete y lo puso a su máxima potencia y yo termine mojándome en los pantis entre gemidos, ruegos y suplicas por tener su verga en mi culito y ser preñada como una perra.

El noto que me había mojado toda, entonces apago la vibración y también sentí como el juguete iba reduciendo su tamaño sin salir de mi culito, él se puso de pie y se acercó con su verga otra vez dura, con su pie levanto mi falda y mirando como había dejado las pantis todas mojadas me dijo que era una perra cochina, que era una puta sucia, entonces me soltó las piernas y me coloco una correa de perrita, luego soltó mis manos y me ordeno que caminara en cuatro como una perra sucia delante de él, yo obedecí mientras sentía como mis piernas temblaban, el me llevaba de la correa y me hizo ir hacia un patio, allí vi un mueble muy especial, era una silla de ginecólogo, el me llevo hasta la silla y antes de sentarme me dijo que me quitara las pantis y se las entregara, yo lo obedecí y cuando le entregue las pantis en las metió en mi boquita.

Luego me senté en la silla y abrí mis piernas, el las ato a la silla, luego también mis manos, mientras me ataba él me decía que era una puta sucia, una sumisa que solo servía para ser una sirvienta perra y puta, que me merecía ser humillada y usada por ser una mariquita travesti, una sumisa, yo solo asentía con mi cabeza mientras seguía chupando mi propia lechita de mis pantis, cuando estuve completamente atada él fue por algunos juguetes y comenzó a usarlos en mi culito, primero fue un dildo con vibración que me hizo babear toda, me puso super caliente, él lo metía y sacaba mirando como quedaba de abierto mi culito, me ponía lubricante, luego siguió un segundo juguete, este era un plug con una bomba que lo inflaba, él lo metió y comenzó a preguntarme si era una puta, yo asentí y sentí como se inflo, una perra, una mariquita sumisa, yo seguía asintiendo mientras el seguía inflando ese plug y yo sentía que mi culito iba a estallar, pero también me sentía caliente, humillada y sobre todo muy sometida.

Luego de estar un rato así y de que él me tratara como una sumisa y me humillara todo el tiempo saco el aire del plug y lo saco de mi culito, entonces tomo unas bolas atadas por cuerdas, era un vibrador con forma de bolas chinas medianas, el metió cada una por mi culito aumentando la vibración con cada una de las 5 bolas que traía el juguete mientras me recordaba que era una puta y el tenía todo el derecho a jugar con mi culito como quisiera, pues era una sumisa que disfrutaba mucho cuando me usaban como una muñeca erótica, era una travestida mariquita y sumisa con el culito abierto y caliente, cuando termino de meter las bolas se puso encima de mí y comenzó a penetrarme muy duro, muy fuerte haciéndome gemir aun con las pantis en mi boquita.

El me monto así sin dejar de decirme que era una puta, una mariquita y yo me movía como una, movía mis caderas como podía para que me montara, para que me penetrara toda, el seguía dándome duro y puso el vibrador a su máxima potencia mientras metía su gran verga lo más adentro de mi culito que podía haciéndome tener un orgasmo gigante, me comencé a mojar toda sin tocarme y mientras mi verguita seguía pequeña, me derrame así mientras el miraba y seguía taladrando mi culito, yo sentía mi cuerpo relajado cómodo así con mi falda levantada y ese hombre penetrándome toda, partiéndome en dos mientras tenía un juguete vibrando en mi culito.

Entonces el primero saco las pantis de mi boquita, me limpio con ellas y las volvió a meter en mi boquita mirando que mi leche quedara bien sobre mi lengüita, soltó mis piernas, luego mis manos y tomándome con sus manos me dio vuelta y movió los soportes y la silla de forma que tuviera ahora mis pies atados a los soportes mientras estaba arrodillada y recostada de frente en la silla con mis manos amarradas en la cabecera, así me comenzó a dar nalgadas.

Primero fueron unas nalgadas que me hicieron volver a excitar, me volví a sentir caliente como una puta, el seguido con una correa y luego también el dildo que había usado, yo me movía sintiendo mis nalgas calientes y gemía ante cada correazo como una hembra, luego cambio por una fusta y luego de darme unas buenas nalgadas con ella me metió un vibrador por el culito dejándolo adentro, entonces sentí como se ponía entre mis piernas, el prendió el vibrador y mientras me pegaba otras nalgadas me decía que era una puta muy sumisa, una perra muy caliente, que se notaba que estaba en celo y necesitaba una verga en el culito.

Yo asentía y recibía su castigo cada vez más excitada entonces sentí como volvió a meter su verga en mi culito sin sacar el vibrador, entendí que el vibrador que tenía era especial cuando sentí como su verga me penetro hasta el fondo, abriéndome toda, el comenzó a penetrarme mientras subía la vibración y yo me sentía como una hembra feliz y satisfecha así siendo montada, usada, sometida, el tomo la correa de mi collar de perrita y me halo para penetrarme mucho más duro, mucho más rápido mientras me decía que me iba a preñar como a una perra en celo, que me iba a dejar mi culito bien abierto y lleno de leche, lleno de semen, que era una mariquita travestida y era lo que quería, lo que deseaba, yo movía mi cabeza asistiendo mientras movía mis caderas como una perra en celo, el seguía penetrándome y puso el vibrador al máximo, así me monto halándome, metiendo su verga hasta el fondo de mi culito.

Mientras yo sentía que me habría toda, que me partía en dos, entonces su verga se puso caliente, se puso mucho más dura y yo supe que me iba a llenar el culito de semen como a una hembra, eso me excito al máximo, me puso muy caliente y empine mi culito para que me metiera su verga hasta el fondo él lo hizo y estallo adentro de mí, sentí como me llenaba toda de semen, lo metió otras 4 o 5 veces llenándome más adentro, llegando más profundo en mi culito, haciéndome gemir como una hembra y mojarme toda así como una hembra sumisa, me moje toda otra vez, él se dejó caer encima de mi un momento, yo sentí como su verga se iba poniendo delgada, apago el vibrador y sentí como salió de mi culito, entonces comenzó una de las cosas más deliciosas que uno puede sentir, su leche comenzó a salir de mi culito y bajo por mis piernas dejándome toda húmeda, toda mojada, me sentía como toda una hembra, él se levantó y soltó mis manos y pies mientras me ordenaba que me colocara las pantis que aun tenía en la boquita, yo lo obedecí y me las coloque así todas mojadas, él se fue al baño y yo me tuve que sentar pues mis piernas temblaban y las sentía muy débiles, él me había hecho una hembra y yo me sentía como una mujer, como una sumisa que desea ser humillada y castigada por su hombre.

Muchas gracias por los comentarios y los correos, eso siempre me anima a seguir escribiendo mis fantasías, espero que disfruten esta historia. Gracias por leer y disfrutar de esta fantasía, espero seguir publicando. Mi correo es [email protected] y me encanta recibir todo tipo de mensajes, así como conocer personas que disfruten de este tipo de fantasías por correo.

De mi parte disfruto mucho siendo humillada, feminizada y sometida, me encanta recibir mensajes en donde me tratan como una mariquita sumisa, como una hembra caliente y me excito mucho cuando puedo responderlos vestida como toda una putica, una secretaria, sirvienta o cualquier otro rol femenino que sirva para hacerme sentir como una mujer, así que siempre animo a quienes me escriben a contarme lo que disfrutan y fantasean, siempre con mucha seguridad y discreción pues soy una travesti de closet y no deseo encontrarme en situaciones complicadas, ni peligrosas.

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