Tenía casi todo el día libre, escribí a mi sumisa un WhatsApp, con el lugar donde debía recogerme a la mañana siguiente y algunas instrucciones. Al momento recibí un OK, apagué el teléfono.
A la mañana siguiente en el lugar acordado estaba esperando Isa con un vestido de punto de cuello alto, sin sujetador y zapatos de tacón, eché un vistazo al asiento de atrás y estaba la bolsa con los juguetes de mi sumisa.
La sonrisa de Isa dejaba ver la ilusión que tenía por tener la oportunidad de enseñarme su casa en el pueblo y poder usarla sin condicionantes.
Espero que le guste Amo, no es gran cosa pero esta algo apartada y creo que eso es un plus para nuestros intereses.
¿Nuestros intereses?
Perdón Amo, para poder hacer allí todo lo que quiera. Arrancó el coche dirección al pueblo.
¿Qué esperas de hoy? sin tratamientos
– Lo que quieras que ocurra.
– Eso seguro, alguna sugerencia?
– Puff, infinidad, que me uses a tu antojo y me humilles, me encanta, sacando la Puta que soy, que sobre todo que estés orgulloso de tu sumisa, haciéndome lo que quieras.
Isa, llevaba el vestido subido hasta los muslos, lo que dejaba muy poco a la imaginación, llevé dos dedos a su boca y los lamió, bajé la mano hasta sus bragas las aparté un poco y roce su clítoris.
– Uff, por favor, no me voy a poder aguantar.
– Aparca en la gasolinera, conduciré yo. Quítate las bragas y cuando entres súbete la falda.
Nos intercambiamos, ella hizo un movimiento rápido para quitarse las bragas, entró en el coche con ellas en la mano y me las entregó.
– Ya están ya húmedas?
– Si, desde ayer me he imaginado multitud de situaciones y como no me diste permiso para correrme estoy muy caliente, ya has visto que solo tocarme me he puesto a cien.
– Volví a meter dos dedos mientras retomábamos el camino,
Isa suspiró, – puedo correrme, lo necesito.
– No zorra, quiero que estés así.
Como estábamos muy cerca la dejé tranquila, sabiendo que estaba loca por tener un orgasmo.
A la entrada del pueblo tomamos un camino y dimos con el muro de una urbanización, eran parcelas con una pequeña vivienda, habíamos pasado varias antes de llegar a la suya, al final de la calle sin salida. Me comentó que antes había sido una urbanización con mucha actividad los fines de semana y vacaciones, ahora casi todas estaban vacías y sus dueños rara vez venían por allí.
– Baja y deja la ropa aquí antes de abrir la verja.
Miró por el espejo, bajo del coche dejando su ropa, abriendo rápido la verja, volviéndola a cerrar se dirigió rápidamente a la casa, al entrar hacia una temperatura agradable, la casa estaba templada.
– Amo cuando ayer me dijo que veníamos, me acerque a calentarla, espero que no le moleste.
– No zorra, has hecho bien, me gusta que tengas iniciativa.
Pasamos del pequeño recibidor al salón, la agarré del pelo la besé con fuerza y la bajé hasta ponerla de rodillas. Inmediatamente desabrochó el pantalón y comenzó a chupármela.
– Me puedo tocar Amo?
– No zorra, todavía tienes un castigo pendiente por dudar al bajarte del coche.
Isa se aplicó como siempre hacía, sin dejar de mirarme, esperando la orden para cambiar de postura. Cuando ya me la puso dura la volví a coger del pelo, besándola la llevé andando hacia atrás hasta tropezar con el sofá, entreabriendo sus piernas esperando ser follada, su cara era todo un ofrecimiento a lo que viniera, le dí unas palmaditas en su palpitante coño y comencé a comérselo con fuerza.
-Amo. Si, si que gusto, siga por favor, más, más, fóllese a esta Puta. Me corro, me corro por favor.
-córrete zorra
Sabiendo que en ese estado no podría aguantar mucho, empezó a convulsionar, a soltar jugos y algunas palabras inteligibles. Poco a poco se fue recuperando.
– Joder que gusto, Gracias, gracias, que sorpresa. creí que me iba a follar.
– Esto todavía no ha acabado putón, se le dibujó una amplia sonrisa.
– Toda para mi Amo.
Se la metí en su chorreante coño que seguía emitiendo jugos, entraba y salía resbalando por su volcán, le dí la vuelta jugando con mi polla entre su coño y su culo, ella hacia círculos con su cuerpo y se pegaba a mi intentando ser penetrada, cuando ya estuvo bien lubricado, la cogí del pelo, apoyé el capullo en su culo, se la metí de golpe y comencé a azotarla con la mano.
– Siii, Amo, deme por el culo, si fólleselo, es suyo, me gusta, me gusta su leche dentro, Joder soy su Puta.
Isa gritaba sin control, sabiendo que nadie podía oírla y quería liberarse. Se pellizcaba los pezones y metía los dedos en el coño, me corrí en su culo, cuando acabé de vaciarme, se tiró al suelo y comenzó a chupármela hasta dejarla bien limpia. Al finalizar:
– Amo, esto es el salón, quiere ver el resto?
– Que quieres una parada en cada habitación?
– Lástima que tan solo tenga dos. Sonrió por la ocurrencia.
– Vamos enséñamela, veo hay que hacerle una actualización.
– Si Amo, aunque la habitación principal no es tan grande como la de Madrid, si le parece bien pediré una cama más grande, y quitaré esos viejos muebles para poner algo más de su agrado.
– Abrí el cajón superior de la cómoda y vi dos juegos de lencería nuevos, con sus etiquetas.
– Zorra, veo que ayer estuviste entretenida preparándote.
– Si espero que le gusten.
Asentí mientras me dirigía a la otra habitación que debió ser la suya, con una cama individual y decoración al uso.
– Típica de niña buena, eras una niña buena.?
– Si Amo, bastante inocente. No como ahora. Jeje
– Bien, niña buena, quiero ver cómo te masturbabas y me enseñes lo Puta que eres ahora.
Isa se sentó en la cama dejando una pierna apoyada en el suelo y sin apartar un instante su mirada, intentando seducirme con sus ojos azules, puso cara de puta viciosa queriendo demostrar que sabía muy bien que hacer, se cogió los pezones y los giraba lentamente aumentando la presión sobre ellos, se chupó un dedo y luego dos bajando esa mano hasta su clítoris, con movimientos arriba y abajo fue abriendo su coño para metérselos, a estas alturas ya estaba muy caliente y se dejaba llevar por el momento de excitación, volvió a chuparse los dedos, introduciéndolos otra vez en su coño, esta vez se los pedí para saborearlos, indicándole que continuara ella sola, metidos de nuevo en su coño aceleró el movimiento de su mano, el orgasmo estaba cerca. Comenzó a gritar dejándose ir.
– Agg, agg, me corrro, me gusta, me gusta, Amo quiere follarse otra vez a esta Puta? Que gusto, Amo por favor, fólleme, Agg, agg.
Cerró las piernas atrapando su mano mientras se estremecía con pequeños espasmos, tardó unos minutos en recuperarse, cuando lo hizo sin dejar de mirarme, se lamió cada uno de sus dedos, buscando mi aprobación.
– Le ha gustado a mi Amo ver cómo ha disfrutado su Puta corriéndose.
– Vamos que queda mucho por hacer. Quiero ver cómo te quedan los modelitos que compraste.
Vístete, ponte el negro y rosa, pasearemos hasta el pueblo para tomar el vermut y ver como te exhibes
– Amo ayer también traje comida, si le parece bien preparo algo y lo tomamos en la terraza de atrás, tendremos más tiempo.
– Perfecto, veo que has estado en todo, deja la lencería para luego, quédate desnuda y no te entretengas mucho en la cocina.
Se dirigió a la cocina, mientras yo, había salido a la terraza posterior que daba a un jardín lo suficientemente grande con piscina y una caseta al fondo, pero que mantenía toda la privacidad deseable.
Fui a la cocina para ver el motivo de su retraso, estaba de espaldas y casi todo preparado.
– Tienes mucha hambre? Le dije tomándola por los pechos y apoyando mi polla contra su culo. Ella arqueo la espalda sacando el culo, buscando aumentar el contacto.
– Amo puedo esperar el tiempo que haga falta. Ha pensado algo? Mientras buscaba con sus manos mi polla.
– Trae la bolsa a la terraza y lo que has preparado.
Serví dos copas de vino, brindamos y la hice tumbarse boca-arriba en la mesa, atándole muñecas y tobillos a las patas, lo que la dejaba totalmente expuesta. Ella estaba nerviosa por la expectación de lo que hubiera preparado. Rellené su copa y la vertí sobre boca hasta que le costó tragar, la besé con fuerza jugando con su lengua mientras con mi mano bajaba hasta su coño, introduciéndole dos dedos, cuando estaba excitada, tome el flogger y le dí de manera suave sobre su coño y pecho unas cuantas veces. Su excitación iba en aumento, puse en su boca una mordaza-bola y volví a meter los dedos en su coño, sus ojos pasaron a ser su mejor herramienta de comunicación, muy abiertos cuando empezaba a follarla con la mano, los ponía en blanco con la excitación, mientras intentaba gritar atenuada por la bola.
Aumente el ritmo de mi mano, ella intentaba moverse sin ninguna posibilidad, gritar mientras se corría, recogía con mis dedos su corrida y se lo pasaba por la comisura de sus labios, intentaba saborearlos inútilmente. Decidí descansar un poco, teníamos mucho tiempo por delante, estaba adormilada en la mesa. Era una visión fantástica tenerla así de expuesta, después de beber un poco de vino observando su cuerpo, le desaté las manos y le ofrecí algo para reponerse, sonreía mientras reponía fuerzas.
– Ha sido brutal, estoy rendida, no puedo casi sostenerme, Gracias Amo, estoy agotada.
– Puta, solo hemos empezado.
Se le atragantó el sorbo de vino, su cara mostró preocupación y nerviosismo. La hice tumbarse de nuevo volviéndola a atar y colocar la mordaza, añadí un antifaz. La situación le excitaba al no ver que se le avecinaba. Volteaba la cabeza al menor ruido, imaginando que era lo que ocurría.
Tomé el vibrador y se lo metí en el coño después de frotárselo un par de veces, intentando gritar, accioné el mando, su cuerpo se estremeció al instante, paré, me senté a observarla y accionaba el mando intermitentemente, volví a su lado tomándole los pezones, jugaba con ellos los chupaba, mordía, pellizcaba, ella arqueaba la espalda para ofrecerlos mientras chillaba, estuve alternando jugar con sus tetas y el vibrador, a veces ambos, con cortos descansos. Su corrida no podía demorarse mucho, quedó totalmente extenuada, la liberé de sus ataduras y la llevé hasta la cama, debía descansar.
En el tiempo que descansaba aproveche, dí un paseo por los alrededores y comí algo de lo preparado, revisé alguno de los álbumes de fotos, a las dos horas, apareció Isa en el salón con el juego Negro y Rosa y una amplia sonrisa de satisfacción.
– Amo podemos comer algo? Estoy desfallecida.
– De momento paséate como una perra para ver ese modelito. Luego comerás. Isa había aprendido como excitarme, dio unas vueltas sobre si insinuándose, tocándose y se puso a cuatro con esa mirada de puta que tanto me ponía, se dirigió hacia mí, abriendo mi pantalón se la metió de golpe y empezó a comerme la polla lentamente, la agarré de la cabeza y comencé a follarme su boca. La hice levantar y apoyándola en la mesa, aparté la bragas y se la metí en el coño, se agarró a mi cuello, mientras la besaba con fuerza, le saqué por encima del sujetador las tetas y le apretaba los pezones, sincronizamos los ritmos.
– Amo useme, useme como una puta, que gusto, llene mi coño, useme, agg agg. Me corro, Amo.
Aceleré las embestidas y me corrí dentro, bajo enseguida a limpiarla, mientras caían pequeñas gotas de su coño sobre el suelo. Una vez estuvo bien limpia, la subí de los pelos y la besé.
– Limpia esto y come algo, yo tomaré café.
Rápidamente limpio el suelo y estábamos de nuevo en la terraza comiendo y tomando café, hablando distendidamente sobre lo ocurrido sin tratamiento.
– Ha sido brutal, excitante, el estar tan expuesta a tus deseos sabiendo que no podía hacer nada me ponía mucho más, que liberación gritar mientras me corría, no sé si podré aguantar este ritmo.
– Seguro que podrías, había que aprovechar la ocasión.
– Gracías por permitirme descansar.
– No era plan de que llegarás a la extenuación, debías reponerte, pero puede que tengas alguna otra sorpresa.
– Lo que tengas preparado estará bien, sabes que te pertenezco.
Aunque se estaba bien, empezaba a refrescar. Le dije de pasar dentro y encender la chimenea.
– Vete a cambiar el modelito, este ya lo has estrenado bien.
Isa encendió la chimenea y fue a cambiarse. Cuando volvió traía un conjunto de encaje blanco que realzaba su figura. Sentado en el sofá, Isa se tumbó a mi lado, con su cabeza sobre mis piernas. Puse la TV y la conecté con mi móvil, comencé a poner videos, se mostró asombrada,
– Pero? Cuando los ha grabado? No me he dado cuenta.
– Mejor así puedes ver lo puta que eres cuando te dejas llevar,
Estaban prácticamente todos nuestros encuentros de ese día desde que volvía desnuda de cerrar la verja, hasta nuestras sesiones en la terraza, pasando por su “Exhibición” en su antigua habitación de niña buena. Comentamos como se sentía en cada momento, yo estaba jugando con su coño y su boca, Isa se estaba excitando de verse a si misma corriéndose una y otra vez, de vez en cuando apretaba mi brazo, cerrando las piernas y se estiraba para besarme mientras me daba las gracias.
Cuando vimos todos era algo tarde, nos dispusimos levantarnos.
– Te has excitado viéndote?
– Mucho, el masaje en mi coño también ayuda, lo tengo para revisión, voy a dormir seguido un par de días. Gracias.
– Voy a ducharme, vete recogiendo esto, no te pongas ropa interior, quiero que sientas ese olor a Puta recién follada, hasta que llegues a casa.
En 30 minutos estábamos de camino de vuelta, Isa no paraba de decirme lo bien que se había sentido y para qué negarlo, yo también había disfrutado llevándola al límite de sus fuerzas y comprobando su entrega, ahora mi mente pensaba en las posibilidades que ofrecía esa casa para disfrutar de nuestra relación Amo-Sumisa. Volvemos cuando la ocasión lo permite y hemos tenido experiencias muy gratificantes pero eso son parte de otra historia.
Continuará.