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En el hotel de la costa
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Después de habernos conocido por Messenger y con web cam donde ambos nos masturbábamos decidimos coincidir para conocernos, tenía ganas de poder pasar mis manos y acariciar aquel cuerpo formado por esos abdominales bien marcados y bajar mi lengua por ellos hasta poder deslizarla por su polla y su culo.

El cuerpo bien marcado y formado de ese chico latino, de rasgos aniñados se me presentó esa noche de hotel en un pueblo de la costa, aunque era invierno, mi temperatura corporal era caliente, los latidos de mi corazón se notaban en mi polla mientras me imaginaba la llegada triunfal y esperaba que llamase a la puerta.

Tras abrir la puerta de la habitación del hotel, yo, con unos simples slips y nada mas, marcando mi abultado paquete que ya estaba a medio empalmar, recibí a Lukas, y solo llegar nos besamos metiéndonos la lengua hasta el fondo de nuestras bocas, y recorriendo nuestros cuerpos con las manos.

Le quité la camisa, mi ansia de ver esos abdominales que me apasionaban era insaciable, le bajé los pantalones, con ganas de ver ese paquete que se marcaba en la parte delantera de los vaqueros, se los quité, su slip estaba cedido por el enorme tamaño de su polla, y por el volumen de su culo redondo y duro de tanto trabajo y esfuerzo en el gym, no puede esperar para empezar a besar ese cuerpo, recorriendo toda su anatomía con mi lengua húmeda, besando y chupando los pezones mientras se erguían y se ponían duros al mismo tiempo que mi polla se engrosaba y empezaba a cambiar de tamaño, que la iba rozando por encima de su paquete, y notar ambos bultos como se restregaban y aumentaban de grosor, al mismo tiempo que se humedecían.

Besaba sin parar, bajando por los abultados abdominales, mi lengua no podía con tanto músculo, chupando y besando el cuerpo de ese chico hasta llegar a los slips donde empecé a masajear con mi lengua y mi boca hasta notar que su pene se endurecía y se volvía casi en un arma de destrucción masiva, que me llevó a quitarle la ropa interior y meterme su herramienta en mi boca, saboreando su enorme capullo circunciso y su polla venosa que me tragaba hasta la garganta mientras él me acariciaba mi culo y me masajeaba el ano que empezaba a lubricar mientras jugaba con sus dedos dentro de mi, que me hacía gemir como si se fuese a acabar la existencia.

Tumbados en la cama nos besábamos, cambiábamos de posición mientras ambos, practicando el 69 nos comíamos nuestras pollas mutuamente, comiéndonos los huevos redonditos y gordos recién depilados, que entraban en la boca de manera espectacular llenándonos de placer intenso y notando el grosor de nuestros penes en la boca de cada uno al mismo tiempo que íbamos saboreando el liquido pre-seminal, al mismo tiempo que Lukas deslizaba su lengua por mi ano húmedo y caliente mientras combinaba el juego con su lengua y sus dedos

Me cogió, me tumbó de espaldas me puso a 4 patas y con sigilo empezó a introducirme su enorme polla en mi ano húmedo, costaba pero mi culo tenía ganas de tragar, dilataba con suavidad con la ayuda de sus dedos, llegando a meter dos para poder después introducir su enorme polla, que iba entrando dentro de mi, esos 20 cm estaban dentro de mi culo, mientras Lukas iba empujando sin parar con suaves movimientos, mi ano pedía más, quería ser taladrado por su enorme rabo, lo notaba como se adentraba dentro de mi, haciéndome gemir y gozar hasta llegar al límite, mientras que él empujaba yo me iba masturbando, pidiendo cada vez que me diese más, necesitaba estar saciado de polla, mientras la mía iba aumentando de grosor por el placer infinito que me causaba cuando me follaba sin piedad.

Mi polla estaba al límite, goteando al mismo tiempo que notaba sus empujones y el rebote de sus huevos en mi zona perineal, mientras me corría sin dejar de escupir esa lefa caliente dejando un gran charco de leche en las sábanas de la cama y notando como seguía empujando y gimiendo de placer, sacaba de dentro de mi aquel enorme rabo que soltaba esa cascada de leche caliente sobre mi espalda y notaba como iba escurriéndose por mi cuerpo bajando por mi culo mientras yo mojaba mis dedos con esa leche sabrosa y me los llevaba a la boca para besarle si ambos compartir el placer llevándonos a ambos a la ducha para relajarnos y poder seguir disfrutando de nuestros cuerpos en contacto, apoyándome en la pared de aquella ducha de agua tibia que hacía que Lukas volviese a meter su enorme rabo dentro de mi, mientras me iba abriendo mi culo y volvía a notar el inmenso placer de ser follado, y de tener dentro mi 20 cm de placer, que me llenaban mi ano abierto y carnoso de leche caliente.

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