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Me sacrifiqué por mi esposo
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Mi nombre es Sofía, tengo 56 años vivo en Nicaragua. Soy casada y tengo una hija que la saque del país por su seguridad antes de que comenzara esta historia. Mi esposo trabajaba desde la casa para un periódico y les enviaba los artículos por email.

Un buen día llego la policía a mi casa y se lo llevaron preso a la estación, ese mismo día fui a preguntar el motivo de la detención y me dijo el comandante de la estación que lo habían arrestado por escribir unos artículos que no les gusto a ciertas personas y que me prepara con un buen abogado porque no iba a ser fácil sacarlo.

Contrate un abogado pero el juez le había dado18 años de cárcel, pero el abogado logro reducirla a 15 años y fue enviado a una cárcel que quedaba a 6 horas de la ciudad. Un buen día fui a visitarlo pero un oficial de este lugar llamado Carlos tenía 45 años me dijo que no podía verlo pero que me ofrecía unos servicios para que no le pasara nada pero a cambio tenía quedarle una plata o pasar una noche con mi hija, además me dijo que sabía todo de nosotros y otros detalles que no vienen al caso. Ese mismo día hable con una persona que saco a mi hija del país y le dije que no se preocupara que yo me iba a hacer cargo de todo.

A las 2 semanas volví a esa cárcel y logre ver a mi esposo pero fueron solo 5 minutos y eso con vigilancia me dijo que estaba bien que no me preocupara de ahí camine hacia la oficina de Carlos el oficial que me propuso el trato y le dije que le iba a dar una cierta cantidad de dinero pero el cambio de opinión y me dijo que me ofreciera como su amante, me quede sorprendida con lo que me dijo, le dije que lo iba a pensar me dijo que en mis manos estaba la seguridad de mi esposo.

A los tres días recibí una llamada de Carlos, me dijo que íbamos a salir a cenar al día siguiente Carlos llego en su auto y me recogió en la casa y me invito a cenar a un buen restaurante donde luego de cenar fuimos a mi casa y sellamos el trato. Ingresamos en la casa y lo lleve a la habitación de huéspedes y ahí me quite el vestido y Carlos también sé que quito la ropa y quedo con el bóxer, así que me senté en la cama nos empezamos a besar y él me quito el brasier y las pantaletas y metió su lengua en mi vagina y empezó a pasarla por todo los labios vaginales y me hacía soltar varios gemidos duro unos minutos.

Era la primera vez que experimentaba eso y de pronto comencé a tener un orgasmo, luego Carlos se desabotono el pantalón y cayó al suelo y me dijo que se la chupara. Me dio pena decirle que yo nunca había chupado un pene, así que, me le acerqué, lo tomé con la mano; ¡no me cabía!, y eso que estaba aún todo flácido!

Empecé a jugarlo en mis manos, hasta que sentí que me empujaba la cabeza y entonces, procedí a besarlo, a meterlo en mi boca, tengo que admitir que su pene se veía muy duro y más grande que el de mi esposo. Y comencé a bombear suavemente de vez en cuando la sacaba de su boca y lo acariciaba y besaba el tronco de su verga hasta que me la metió hasta la garganta y me hizo hacer unas arcadas, luego la saco y seguí chupando su verga hasta que no aguanto más y eyaculo en mi cara.

Luego me puso en cuatro y al entrar su pene hacía mucho que no lo hacía pegue un grito de dolor, pero disfrutaba luego comenzó a moverse rápido mientras apretaba mis senos y me nalgueaba una y otra vez, se agarraba de mis caderas y aumentaba la velocidad de sus penetraciones me estuvo perforando por un largo tiempo, hasta que le dije que ya no podía, que estaba agotada, que ya terminara y él, agarrándome de las caderas una vez más, empezó a bombearme con fuerza, diciéndome que ya se iba a venir. Luego se acostó y dijo móntame, y así lo hice puse su pene en mi ano y comencé a cabalgar, despacio y luego rápido, mientras el empujaba mi cuerpo agarrando mi cintura.

Luego me abrí de piernas y se tumbó encima de mí y de un solo golpe me la clavó. Ahogué un grito de placer, y me dejé follar por él. Él se agarró mis dos senos y como si fueran un soporte me los agarro con fuerza cada uno con cada una de sus manos y tirando de ellos comenzó un frenético mete y saca de su pene en mi coño, que aun doliéndome muchísimo mis pechos por los tirones que daba de ellos, me hizo subir al infinito de placer.

Luego bajó su cabeza a mis pechos, pero sin soltarlos de sus manos y continuando apretándomelos y comenzó a chupar y mordisquear con gula. Así estuvo un rato hasta que sacando la cabeza de entre mis tetas y mirándome fijamente al tiempo que me sonreía busco con su boca la mía y nos fundimos en un apasionado beso, Él entonces aumentó la fuerza de sus embestidas y comenzó a arquear su espalda hacia atrás y los músculos de sus nalgas se tensaron. Y explotó dentro de mí, comenzando a depositar toda su leche hirviendo en mi coño. Quedamos abrazados sobre la cama sin aire y agotados del esfuerzo realizado. Luego se levantó y se marchó mientras yo me iba a bañarme.

Todos los días a partir de esa fecha lo hicimos sin parar, inclusive tuve que comprar y tomar pastillas anticonceptivas para protegerme por si algún accidente pasaba. Una día estaba cabalgando a Carlos en mi cuarto cuando suena mi celular era mi hija le decía a Carlos que parara un momento pero él me metía la verga más duro así que intentaba hablar con mi hija tratando de no gemir luego colgué el teléfono entre gemidos, luego Carlos me abrió las piernas y me la metió de una al principio me dolió pero yo le decía que siguiera que me hacía muy feliz, ni cuando estaba con mi esposo me sentía así.

Cada día siempre pienso en el riesgo de aquella relación nueva, apasionada, adúltera, excitante, que podría cambiar mi vida para bien o para mal. Carlos me ha propuesto que me divorcie de mi esposo y me mude con él, aun lo pienso todavía amo a mi esposo pero no puedo dejar a Carlos.

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