back to top
InicioOrgías-GangBangInvitados a una fiesta swinger (parte 5 - final)

Invitados a una fiesta swinger (parte 5 – final)
I

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 4 minutos

En las partes anteriores, nos invitan a una fiesta swinger, pagada por un excéntrico que iba a usar los videos allí rodados para hacer una film más largo, comienzan los intercambios y las performances más extremas en pos de lograr la mayor atención de las cámaras.

En la parte cuatro encontramos una habitación reservada (la habitación del placer).

En esta quinta parte ella se entrega totalmente, al placer.

Ella estaba atada de pies, con una barra (spreader) para abrirle las piernas arriba de un cubo forrado en cuero y látex que estaba en el medio de la habitación. Las dos chicas que nos habían acompañado y ayudado le estaban haciendo un doble fisting, un puño en la vagina y otro en el ano, la cámara, se movía de un lado al otro para captar primeros planos, a ella se le notaba el éxtasis en su cara, lo disfrutaba al máximo, pero en unos breves minutos tuvo un fuerte orgasmo, enloqueció y tenía fuertes espasmos que parecían convulsiones, las chicas se asustaron porque sus esfínteres les apretaban fuertemente las manos y ninguna de ellas las sacó de allí.

Ella respiraba fuerte aún, su culo y vulva aún se contraían y abrían espasmódicamente y ellas intentaron sacar sus manos pero le causó dolor, tanto que gritó y las detuvo.

Intentaron de a una pero cada vez que una hacía fuerza para sacar la mano ella gemía y se contraía, y en ese forcejeo comenzó a jadear de nuevo, iba a tener un segundo orgasmo, ella jadeaba con un agudo quejido, gritaba y se contraía todo su abdomen, inmediatamente aflojaba, le costó un par de minutos y volvió a explotar.

Esta vez sí, aprovechando el tercer o cuarto espasmo ambas sacaron sus manos, primero una y luego la otra, luego ella aflojó y se relajó por completo.

Pasaron los minutos y entre los tres la ayudamos, a bajar de allí, estaba como en el aire y dijo.

-Uff, que intenso! No se si no fue el más intenso de mi vida.

Las dos chicas ya estaban jugando con la máquina de follar, una estaba en cuatro y retrocedía hacia el dildo, la otra buscaba el botón de encendido.

-En el control remoto, le dije:

Ella giró el botón y comenzó lentamente el vaivén, la cabeza gigante del dildo tocaba la vulva cada vez que iba hacia adelante, y ella retrocedió más, en la siguiente embestida el dildo zafó de su vulva y le recorrió la raya del culo, y la otra lo detuvo, apoyó la cabeza en el agujero y lo encendió nuevamente, la penetró como hasta la mitad en la primer embestida, ella se sorprendió pero no se quejó, el dildo era realmente grande, tenía más de cinco centímetros de diámetro.

Les pregunté si iban a usar el lugar que estábamos dejando y fascinadas con la máquina de follar dijeron que no. Ellas iban a intentar un fisting más tarde, con la experiencia que habían tenido recién, mi mujer estaba aún sentada sobre el altar, no paraba de decirme

-Es muy fuerte lo que sentí, parecía que me iba a partir al medio y cuando tuve el orgasmo, pensé que me moría, hasta perdí el conocimiento creo, porque no sabía ni donde estaba ni por qué sentía tanto placer.

-Vamos a la habitación? Comamos unas frutas y tomemos una ducha. Le dije.

Cuando despertamos, ya era media tarde.

De vuelta del baño ella me dijo:

-Tengo miedo de que la concha me quede así de grande y no sienta más, dijo y gesticulaba con las manos () como un aguacate de tamaño

Insistí que con descanso, y ejercicios en casa volvería todo al tamaño normal. Ambos estábamos cansados del ajetreo. Un paso por el baño, una buena higiene y ya en la cama le ayudé a pasarse una crema reparadora y humectante en sus abusados y maltrechos agujeros, el dolor abdominal posterior a fisting ya había desaparecido. Su vulva lucía, unos labios oscuros grandes y dilatados, cuando se acostó boca abajo para recibir un masaje de mis manos, entre los labios se veía un agujero grande y alargado. El ano había dejado de ser un agujero rojo sin forma y había retomado la forma de esfínter, pero se notaba aún laxo, ya no le iba a costar abrirse a nuevas experiencias.

La cena transcurrió con normalidad, en general todas las parejas hablaban en cierta privacidad. Con el transcurso del fin de semana muchos habíamos roto tabúes, algunas chicas se habían liberado, como mi mujer, y no se los demás pero yo había disfrutado de ver a mi mujer tan activa. De parte nuestra habíamos dado lo máximo para ganarnos la paga.

La cena fue copiosa, con abundante alcohol, los anfitriones agradecieron mesa por mesa la cantidad de material fílmico que iban a tener y comentaron que tal vez se armaban más de una película porno con ellos. Agradeció las performances que había visto de algunas chicas y de algunos tipos, yo había estado más preocupado en que mi mujer pudiera hacer buenas performances que en buscar una chica para yo tener una buena. Y eso se vería reflejado en los pagos seguramente. Esa noche dormimos toda la noche, es más, al día siguiente cuando nos levantamos el equipo de limpieza ya estaba en la casa, teníamos una carta por debajo de la puerta con el horario de salida y con la fecha en que nos harían el depósito, y el link de donde podríamos descargar la película una vez fuera publicada, además de los backstage.

Salimos de la habitación y ya no había nadie de los participantes, algunos de limpieza nos miraron irnos, ambos recién levantados después de dormir casi 10 horas, yo con las piernas doloridas de algún esfuerzo que hice en alguna postura y mi mujer además de la cara de dormida y un dolor en las piernas había vuelto la molestia abdominal y un leve dolor al intentar apretar el ano.

Pasaron los días, todo volvió a la normalidad, llegó el pago y fue más que interesante, ella aparecía más de ocho veces en el video final, su vulva y culo follados por todos, chorreando semen, dilatados, con puños metidos adentro y sus caras de orgasmos ficticios y reales. Yo estaba en muy pocas, había cosas más interesantes para poner en la película, lo que importa es la plata que hicimos en un fin de semana y pasándolo a lo grande.

Y ahí vinieron las preguntas

-Lo haríamos de nuevo? Si

-Con la misma gente? No

-En el mismo lugar? Da lo mismo

-Y si hacemos de esto un oficio?…

¿Por qué no?

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.