Una experiencia real. Mi nombre es Yeye, soy rubia y aunque chaparrita, tengo una figura sexi. Vivo en un departamento dentro de un conjunto habitacional. Lo que contaré pasó hace ocho años, en aquel momento recién había rebasado los 40, siendo una madura con ciertas experiencias pero nada como lo que les contaré.
Vivía con mi hija y mi ex esposo, el último año habíamos tenido muchas discusiones, por lo que él se había ido de la casa. Yo trabajaba en un banco de lunes a viernes, por lo que los fines de semana los tenía libres. La verdad, me sentía algo triste y aburrida, así que mi vecina Paty del departamento de enfrente que también era mi amiga, al verme de esa manera me invitó a salir a bailar a un antro un viernes después del trabajo.
Ella es 10 años menor que yo, un poco más alta y un poco menos agraciada de la cara, pero con unos senos y caderas voluptuosas que cuando se arreglaba se veía muy atractiva. Era de mente abierta en el aspecto sexual, contándome algunas de sus aventuras con ciertos detalles privados; aunque, según yo, en aquel momento vivía de manera más estable con su novio. No imaginaba lo que sucedería esa noche de viernes.
Me dijo que solo saldríamos las dos, por lo que me pidió que si por esa ocasión, por ser noche de amigas, podía cambiarse ella también en mi casa. Le comenté que no tenía ningún inconveniente, así que cuando estaba eligiendo la ropa que me pondría para esa noche, me sugirió que utilizará un vestido negro corto algo escotado, pantimedias naturales y sandalias de tacón, pues con ello me vería un poco más alta y sexi. Agregó que mis pies se verían más lindos bajo la lycra con mis uñas pintadas de rojo. Cuando por fin me vestí, me dijo que la tanga se me marcaba demasiado, qué sería mejor si solo me ponía las pantimedias. Sentí que todo lo que decía era para levantarme el ánimo, ya que estaba algo deprimida, así que le hice caso sin cuestionarla.
Ella se vistió con una blusa floreada que dejaba adivinar el gran busto que tenía, un pantalón blanco ajustado que marcaba sus caderas y unos zapatos de plataforma. Me dijo que ella tampoco usaría tanga para solidarizarse conmigo y soltó una risita sospechosa.
Le dije que podíamos irnos en mi auto, pero ella me dijo que su novio nos llevaría en el suyo al antro y que cuando saliéramos él también nos iría a recoger, por si nos decidíamos a consumir alcohol. Yo estuve de acuerdo, asi que cuando salimos de mi departamento su novio ya nos esperaba en las escaleras. Paty al verlo, nos presentó preguntándole que si su amiga, o sea yo, me veía guapa, como para conseguir un novio en el antro. Yo me sonríe apenada y su novio le dijo que sí, que seguramente conseguiría una pareja en el antro, sin dejar de ver mis piernas. Paty se sonrió conmigo y me guiñó el ojo. Al llegar al auto nos abrió la puerta a ambas, cuando tocó mi turno noté que no dejaba de ver mis piernas, pero no le di importancia porque iba con Paty.
Nos dejó en el antro y le dijo a Paty que le llamara quince minutos antes de que saliéramos para no hacernos esperar afuera del antro. Ya dentro, estuvimos bailando con varios hombres, algunos de ellos nos preguntaban si veníamos solas, para llevarnos a nuestra casa mi amiga decía que nuestro novio llegaría en cualquier momento por nosotras. Así, entre copa y copa, baile y baile, Paty me comenzó a decir que si después del antro podíamos seguirla en su casa, que su novio no tendría problema pues era muy comprensivo. Le respondí que dependía de la hora. Por mi estado de ánimo, las copas se me subieron muy pronto, por lo qué le comenté a mi amiga que lo mejor era regresar a casa. Paty llamó a su novio y a los quince minutos pasaba por nosotros a la salida del antro.
Dentro del auto, ella le dijo que si podíamos seguir la fiesta en su departamento, respondiéndole él que no tenía ningún problema. Yo le dije que quizá otro día, pero ella me insistió diciendo que ya en su depa estaríamos seguras, podríamos seguir bailando y tomado sin contratiempos, además de que si yo me sentía indispuesta, bastaría con cruzar el pasillo para llegar a mi departamento. Acepté, pensando que tenía razón, además que yo aún me sentía aburrida, y que el día siguiente sería sábado. Cuando llegamos al departamento de Paty, su novio me preguntó que si podía convivir también con nosotras, ya que a él le gustaba bailar y así no tendríamos que bailar solo entre nosotras. Me pareció buena idea, así que puso música, sacó una botella de ron, unos refrescos de cola y sirvió para los tres.
Ellos abrieron el baile y después Paty me sacó a bailar. Mientras bailábamos, me preguntaba qué me parecía su novio. Yo le dije que si a ella le gustaba estaba bien, a lo que ella agregó que aunque no era tan atractivo era un buen amante y que gustaba de las mismas locuras de ella. Nos sentamos un rato en la sala mientras consumíamos varias cubas.
Después, su novio me sacó a bailar, ella desapareció pues según tenía que ir al baño, lo que él aprovechó para, discretamente entre vuelta y vuelta del baile, tocarme un poco de más las nalgas y el busto. Al mismo tiempo, me decía que Paty no se molestaba que él tuviera otras aventuras pues él también estaba de acuerdo que ella tuviera las suyas. Yo, un poco mareada por el ron y los giros solo atiné a decirle que eso dependía de ellos.
En eso llegó Paty y al vernos bailar se unió a nosotros. En eso, me tomó de ambas manos, y empezó a bailar solo conmigo con movimientos sugerentes, mientras su novio solo observaba. Yo, traté de imitarla pero con pena, diciéndome Paty que me dejara llevar por la música, que estábamos en confianza. En eso, su novio la tomó por detrás, arrimándole el miembro a sus nalgas, mientras que con sus manos tomaba sus grandes pechos, siguiendo el ritmo de la música.
Yo iba a sentarme en el sillón, pero ella no me soltó, sino que por el contrario me retuvo por las manos y continuó bailando con su novio pegado a ella. De pronto, él la soltó y ella bailando me dio un giro, quedando ahora yo delante de su novio. Entonces él me tomó por las caderas, arrimándome su miembro en un movimiento muy lujurioso, Paty aprovechó para extender sus brazos junto con los míos y al ritmo de la música frotar sus senos sobre los míos, mientras con un movimiento sensual soltaba mis manos para acariciar con las suyas mis brazos y colocarlas en mi busto, bajarme el escote y el brasier dejando al aire mis senos blancos con sus pezones rubios ya endurecidos por las caricias.
De momento sentí sorpresa y pena, pero su novio besando mi cuello, me dijo al oído, que me dejara llevar. En eso sentí algo húmedo y caliente sobre mi busto. Era Paty quien se había prendado de uno de mis pezones con su boca, mientras que con una de sus manos apretaba mi otro pezón. Solté un pequeño gemido, cuando de pronto, sentí como las manos del novio de Paty alzaban mi vestido, agarraban mis caderas y se introducían por debajo de las pantimedias buscando mi vagina. Una mano empezó a frotar mi clítoris mientras la otra se introducía en mi vagina.
Eran tantas sensaciones que pasaban en mi cuerpo, ricas todas ellas, y algo de despecho por lo que pasaba en mi vida con mi ex esposo que me dejé llevar totalmente, Tomé a Paty por su cabeza mientras le decía que también chupara mi otro pezón. No solo hizo eso, sino que apretujando mis pechos con sus manos, introdujo mis dos pezones en su boca, dándoles pequeños mordiscos y succionándolos al mismo tiempo.
Como la música seguía sonando, todo parecía parte de una coreografía que sucedía a ritmo de bachata. Entonces el novio de Paty, delicadamente sacó mis brazos del vestido, quitándome el brassier y dejando todo mi torso al descubierto. Me dijo, que tenia una espalda muy sensual con esas pecas, para después empezar a besarla con mucho deseo. Mientras tanto, Paty se apresuró a bajarme todo el vestido quedando completamente desnuda, solo con las pantimedias y los tacones. Entonces Paty me dijo que mis piernas estaban para comerse.
Se arrodilló para acariciarlas desde los pies hasta las caderas, y después colocó su boca sobre mi vagina, aún con las pantimedias puestas y empezó a succionarla. Su novio puso entonces sus manos sobre mis pezones sin dejar de besar mi cuello y mi espalda. Me preguntó si me estaba gustando, a lo que respondí que sí con un jadeo profundo. Entonces Paty se puso de pie y dijo que era el él momento de dejarnos a mí y a su novio a solas, así que se encaminó hacia una de las recámaras.
Mientras tanto él me recostaba boca arriba sobre uno de los sillones, colocando ahora él su boca en mis pezones para chuparlos. Después acariciando con sus manos mi vientre, las llevo hasta mi cadera para hacer un agujero en mis pantimedias, cosa que logró sin mucha dificultad. Me dijo que tenía un duraznito muy rosadito y tierno, para después empezar a lamer mi clítoris primero y después mi ano. Yo me sujetaba del sillón con fuerza porque el placer era demasiado.
En eso se puso de pie y sacando su pene del pantalón, lo introdujo en mi vagina. No era muy largo pero si grueso, pues le costó algo de trabajo entrar en mi cuerpo. Después puso mis piernas sobre sus hombros para empezar a acariciarlas sobre las pantimedias. Me dijo que tenía unos lindos pies, mientras los acariciaba sobre las correas de mis sandalias.
Su miembro entraba y salía de mis pantimedias y de mi vagina por lo que los dedos de mis piecitos se estiraban reflejando el placer que sentía. Él se veía muy excitado y pensé que continuaríamos solo nosotros dos, pero en eso vi que Paty regresaba sin pantalones y con un consolador, de esos que se sujetan a la cadera. Le dijo a su novio, que ahora le tocaba a ella.
Apenas se quitó su novio, ella se colocó sobre mí, penetrándome con el consolador que traía en la cadera, mientras al mismo tiempo se masturbaba con las manos. El consolador no solo era más largo que el miembro de su novio, sino también más ancho. Casi grito cuando me lo introdujo, fue entonces que su novio puso su miembro en mi boca y me dijo que se la chupara.
Así estuvimos varios minutos, Paty decidio quitarse la blusa quedando desnuda también, con solo sus zapatillas de plataforma, dejando unos ricos pechos morenos al aire. Ella al igual que su novio también levantó mis piernas sobre sus hombros, apretujando sus enormes tetas con mis pantorrillas, por lo que la licra de mis pantimedias rozaba sus enormes pezones morenos todos duros. Luego sujetó mis pies por los tobillos, besándolos y lamiéndolos entre las cintas, repitiéndome lo que me había dicho en mi departamento, que mis pequeños dedos bajo la licra ajustada se veían muy sexys y más ahora que se estiraban al percibir su consolador dentro de mí cuerpo.
Su novio, aún más excitado se colocó tras de ella y tomando su cadera la penetró por la vagina. Ahora él se cogía a Paty, mientras ella me cogía a mi. Yo me acariciaba mis pezones también muy excitada. La música no dejaba de sonar, sin que los vecinos pudieran imaginar lo que sucedía en el departamento de Paty. Así nos vinimos juntas varias veces.
Entonces, Paty le dijo algo a su novio y ambos se detuvieron, poniéndome Pary de pie y diciéndome que se vendría lo mejor. Sin que ninguno de los dos dejara de acariciar cada rincón de mi cuerpo, me condujeron a su habitación. Ella le dijo a su novio que se quitara los pantalones y que se colocará primero sobre la cama.
Después, dándome unas pequeñas nalgadas me inclinó sobre él y agarrando el miembro de su novio lo colocó en mi vagina para que volviera a penetrarme. Su novio mientras tanto tomó mis senos para chupar mis pezones. Paty, comenzó a masturbarnos a ambos, agarraba el miembro de su novio y luego con sus dedos estimulaba mi clítoris. Yo no quería que parara, cuando de pronto sentí que algo líquido se escurría sobre mis nalgas y se embarrada en mis pantimedias. Era un poco de aceite lubricante que se deslizaba hacia mí ano.
Paty comenzó entonces a estimularlo con sus manos, dando unos giros sobre mi pequeño orificio e introduciendo poco a poco sus dedos en él .Yo sentía que me desmayaba de placer, pues su novio no dejaba de entrar y salir de mi vagina. Tanto era mi gozo que mis pies en el aire se contraian casi saliéndose de mis sandalias de tacón. Paty lo notó y dándome unas nalgadas más, me dijo lo sexi que me veia en esa posición y lo dulce que se veían mis deditos debajo de la lycra moviéndose con tanto placer.
Cuando Paty notó que yo ya estaba lo bastante lubricada y excitada, subió a la cama colocándose detrás mío y tomando mis nalgas con sus manos, introdujo su consolador en mi ano. Lo fue metiendo poco a poco agregándole un poco de aceite para que deslizara mejor. Yo sentí dolor pero al mismo tiempo un placer qué nunca había sentido. Cuando lo introdujo todo, empezó a deslizarlo hacia afuera, para dejar solo la punta del consolador dentro de mí y volver a penetrarme. Así, fue acelerando el ritmo, hasta que pudo entrar y salir de mi cuerpo sin ninguna dificultad. ¡Que rica sensación era tener a Paty y a su novio dentro de mí! No quería que pararan.
Afortunadamente, la música no había dejado de sonar, porque hubo momentos en los que mis gemidos aumentaron de volumen. Ambos salían y entraban con mucha energía. Él novio de Paty no había dejado de chupar mis pezones mientras Paty se tocaba los suyos y se masturba. Paty y yo llegamos quién sabe cuántas veces antes de que él novio de Paty sacara su miembro de mi vagina para venirse fuera de mi cuerpo, salpicando mi vientre con su semen.
Paty por su lado, siguió cogiéndome unos minutos más hasta que por fin no pudo más, viniéndose una última vez con su consolador dentro de mí., para después sacarlo de mi ano. Mis piernas estaban temblando y mis pantimedias todas mojadas. Paty, me tomó por la espalda, me puso de pie, me abrazó y después me besó en la boca. Me dijo que había sido el mejor trio que había probado, que teníamos que repetirlo.
Su novio se puso de pie y también me abrazó y besó. Yo quedé en medio de ambos, sintiendo los senos de Paty sobre los míos, y el miembro de su novio en mis nalgas. Se besaron y me besaron, acariciando otra vez todo mi cuerpo con sus manos. Entonces, Paty le dijo a su novio que era suficiente, que ahora les tocaba solo a ellos dos.
Paty me besó en la boca y me dijo que no me asustara, que la habíamos pasado bien los tres. Su novio se puso los pantalones, salió por mi vestido y al regresar también me besó en la boca, agregando que ahora seríamos tres amantes, y que si yo quería podríamos repetir la experiencia. Me puse el vestido y les dije que lo había disfrutado mucho pero que no sabía si volveríamos a estar juntos de esa manera, pues si mi esposo regresaba a casa, sería complicado.
Ellos me dijeron que entendían pero que si yo me decidía podríamos volver a pasar un buen rato. Mi ex esposo no regresó a casa y después nos divorciamos, así que mientras Paty siguió viviendo en el edificio y yo no tuve pareja, de vez en cuando volvimos a repetir la experiencia.