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Sin bragas en la aldea (4): Zorra de dos generaciones
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Saludos, me llamo Daniela y para no tener que poner de nuevo la parrafada. Podéis encontrar mi descripción, en mi primera historia me describí físicamente, así podéis imaginar a la pequeña punk morbosa que os escribe. En este relato voy a contar como siguieron mis travesuras en el pequeño pueblo de Torre Val de San Pedro en él que me hospedé 10 días que se convirtieron en toda una experiencia. Esta vez me toca terminar el día con un broche por haberme portado "tan bien".

Tras dejar las cosas claras con Mario, salimos de la casa donde me hospedaba en dirección a la casa de Víctor. Sentada al lado de quien me había follado hacía tan solo unos minutos, no pude más que mantenerme mojada. Por lo que sabía la casa de Víctor no estaba muy lejos, pero con el pie todavía doliéndome un poco, no era plan de salir a la calle con el frío.

Mario conducía en silencio, pero una de sus manos, tras cambiar a segunda, se apoyó en mi muslo y subió mi falda. Sorprendido al mirar un momento dijo divertido y sonriendo con malicia excitada: -No sé porque llevas un tanga, si vas a terminar pronto desnuda. Dani- Yo no me anduve a la zaga y le comente juguetona poniendo mi voz de niña buena: – Quería regalároslo para que cada vez que lo veáis os acordéis del polvo que me habéis dado.

Mario se rio mientras que iba muy despacio por las callejuelas: – La madre que te parió jajaja, eres la hostia.- y retiro mi tanga, un momento para meterme los dedos para certificar que andaba bien mojada, levantando la mano para que pudiera ver mi humedad. – Ufff no sé yo si vamos a cenar siquiera…- A lo que conteste metiendo sus dedos en la boca y saboreando mis flujos, para luego retirarme poco a poco y guiñarle el ojo: – Cenemos para recuperar fuerzas y luego ya… que sea lo que tenga que ser…- Parecía que iba a contestarme algo más, pero quedo en silencio mientras aparcó el coche lo más cerca de la fachada. Lo justo para dejar espacio a otro vehículo si pasa por la angosta calle, si es que este cierra las retrovisores. Y eso que era una de las calles grandes del lugar.

Mario tras parar el coche me pregunta preocupado: – ¿Te ayudo a caminar?- Dudosa, plante un poco el pie, pero nada, seguía con ligeras molestias, por lo que acepte la ayuda. Espere a que abriese la puerta por mi lado y me apoye en él para llegar a la entrada. Tras ello, llamo a la puerta y tras un momento donde el frío de la noche me puso la piel de gallina, se pudo escuchar la voz de Víctor "¿Quién es?", a lo que Mario contesto con algo de sorna "yo, con grata compañía". A lo que Víctor abriendo la puerta, me dedicó una mirada de arriba a abajo, y tras morder ligeramente el labio inferior dijo: – Y tan grata. Anda pasa, que la pobre se le va a enfriar el culo.

Dejándonos espacio para entrar, antes de que Mario contestase les dije: – Como si fuerais a dejar que pasara frío.- Mario me dio una palmada en mi culo (aunque tuvo que agacharse un poco), que acepte gustosamente, dedicándole una sacada de lengua. En tanto Víctor cerraba la puerta detrás nuestro, pude observar el pasillo que parecía un catálogo de taxidermia. No es que me encantase que esos ojos de cristal me estuviesen observando, un poco me sentí como en una vieja película de terror. Especialmente por un zorro, que no estaba muy bien conservado y tenía cierta deformidad que le daba un aire bastante creepy. Todo hay que decir que la calentura que llevaba se me enfrío por ello.

-Pasad al comedor, que ya tengo puesta la chimenea, cenaremos y luego…- Dejo la frase en el aire, mientras que Víctor me llevaba a la sala del comedor, que es bastante amplia, con su chimenea (me sorprendió muy gratamente) rodeada de dos sofás y dos mecedoras con una mesa en medio de la sala y poniendo espacio con la chimenea, un televisor de plasma bastante grande, con un aparato de reproducción y varias baldas de cintas de DVDs y varias baldas de libros, que no parecían estar para coger polvo, se les notaba el uso. Pude fijarme en las fotos, familiares amigos… Y no quise preguntar por la mujer que salía en la mayoría de ellas hasta que las fotos ya eran más o menos recientes. Lo que si me di cuenta es de que Mario tenía un hijo, más joven que yo.

Al notar donde dirigía la mirada me informó: – Mi hijo Marcos, es buen chaval, este finde vendrá de visita. Me toca pasarlo con él, aunque "el jodio" prefiere estar con sus amigos que andar en el pueblo con su padre… aunque es lo normal- Parecía algo dolido por eso. Sabía que estaba divorciado, parece que no salió muy bien parado de la separación. Me ofreció asiento en el sofá, que acepte agradecida (el pie me andaba dando lata), tras ponerme un canal anodino de televisión y dejarme el mando a mi alcance, me dijo: – Voy a ayudarle, no sea que termine tirando algo. Espera aquí.- Se marcho no sin dedicarme una mirada llena de intenciones… Joder, como si no me hubiera follado hace menos de diez minutos.

Silenciados por la televisión, parecía que los dos se andaban peleando con la cena. Me parecía bastante entrañable y ahora sin tanto bicho mirándome, volvía a estar más a tono. Muchas ideas perversas se me venían a la mente, desde que ellos vinieran ya desnudos dispuestos a empalarme a que en realidad fuese una encerrona y llegaran más amigos para darme caña… Y francamente todas me parecían interesantes opciones. Además el calorcito de la chimenea, hacía que incluso con la ligera ropa que llevaba estuviera acalorada.

Mario abrió la puerta y trajo los cubiertos, hice el ademán de levantarme, pero me espetó: – ¡Quieta ahí! Aquí eres una invitada y no mueves un dedo, y más en tu condición… ya te tocará mover el culo dentro de un rato de todas formas.- Mientras colocaba la mesa, le hice un gesto para que se acercará y sonriendo se acercó, lo suficiente para que le diera un buen morreo, que prolongamos unos segundos, mientras el se calentaba y me metía mano por debajo de mi falda. Pero Víctor al entrar por la puerta y vernos, le gritó: – Cabrón, venga a ayudarme y no te aproveches, que ya lo has hecho antes de venir aquí.- Mario se quitó encima de mi un poco renuente, y salió enfadado por la puerta, con el miembro ya empezando a dar muestras de que quería guerra.

Víctor tras dejar la bandeja de comida (unas patatas asadas), me miró de arriba a abajo con evidente excitación: – Joder, te has puesto ropa pidiendo guerra, putita.- Coqueta me levante la falda para que viera mi tanga y le agradecí: – Gracias… Espero que te guste lo que ves.- Se sentó a mi lado y me acaricio las piernas, rozando mi sexo solo protegido por mi tanga (lo que me hizo gemir ligeramente) mientras decía: – Mucho… Ya te digo que me he tomado con mi hijo la pastillita, pero tal como vas, creo que no voy a necesitarla…

Iba a contestarle algo caliente, pero en ese momento llego Mario, con pollo asado… Y menuda cantidad, se iban a reír de mi cuando comiese apenas unos cuantos pedazos y dijese que ya andaba llena. No es que lo hiciese por dieta, es que de siempre he sido de no comer mucho, supongo que por eso soy tan bajita. Además traía una botella de vino, no les quise decir que yo soy más de cerveza, la verdad, estaba feo encima que invitaban. Todo hay que decir que Mario al vernos acalorados, le dedico una mirada a su padre de "tú si, pero yo no" y Víctor en plan "cuando seas padre comerás carne". Por lo que todavía con las manos del hombre de campo dentro de mis piernas, intente no reírme de la situación.

Renuente se quitó de mi lado y se sentó un poco apartado de mi, Mario se sentó también a cierta distancia pero al otro lado. Tras un poco de charleta previa empezó la comida. No es que fuera una delicatessen, pero he comido bastante peor, por lo que decidí celebrar al cocinero, lo que al parecer contentó a Víctor. La conversación paso de interesarse mínimamente por mi a conversaciones sobre su trabajo y demás entre ellos. Yo comí pronto los trozos que me correspondían y una pieza de fruta que habían traído como postre… Evidentemente escuchar que Pascual tenía cierta vaca enferma o que había que arreglar el alero de la nave no era una cosa que me apasionara, por lo que empecé a aburrirme.

No es que no dedicasen alguna mirada y demás. Pero al parecer para ellos era importante y la conversación les abstrajo de mí. Lo que me toco un poco las narices. Por lo que ni corta ni perezosa me quite la camiseta y me quede con los pechos fuera para estirarme como si tal cosa. La conversación sigo unos segundos para quedarse muerta mientras los dos no paraban de observar mis pechos y mis tatuajes. Víctor me dijo con una voz muy grave sin dejar de mirar mis pezones (que se estaban poniendo de punta) – Joder niña… ¿No nos vas a dejar comer a gusto? – Puse carita de niña buena, con una voz cargada de vicio le contesté: – ¿Yo? Si solo me he quitado la camisa porque hace mucho calor… – Mientras empecé a quitar mi tanga y lo deje de centro de mesa: – ¿Ves? – Mario se rio con ganas, para levantarme la minifalda y ver como mi coño ya empezaba a mojarse y me dijo: – Tranquila, ya te digo que vas a tener un buen rato… Espera un poco, putita.

Claro, eso era muy fácil decirlo, por lo que pinche por otro lado. Abriéndome la raja para que la vieran bien comente: – Por cierto, María os manda recuerdos… me ha dicho que de ser necesario vendría a poner el culo para acompañarme.- Mario sonríe: – Se dice que de tal palo tal astilla, pero no sabía que si una puta alquila una casa la que lo alquila también se vuelve así jajaja Ya le daré el saludo que se merece.- Víctor come rápidamente un trozo de pollo, como si tuviera prisa para acabar y tomarse su postre. Lo que hizo que una sonrisa llenara mi boca y coqueta retire los platos de mi sitio y apoyando mi culo en la mesa les mire a los dos con la misma intención- Terminad pronto que el postre está caliente…

Víctor se levantó y se situó enfrente de mi mientras empezó a bajarse los pantalones, sin decir una palabra, solo la excitación en su mirada y le comente: – Parece que alguien no puede esperar…- Lo atraje hacía a mi y le comí la boca, mientras notaba como intentaba bajárselos del todo. Mario se ríe, mientras se baja de igual modos los pantalones: – No sabes callarte… Espera y te pongo algo dentro de esa boca de puta para que lo hagas…- Entonces es cuando se caen los pantalones de Víctor y me retiro para mirarle con ganas y fiereza, sus poco sexys calzoncillos pronto dieron paso a esa polla gorda que ya había tenido el placer de recibir´, abriéndome de piernas y con mis dedos de agujero, con un hilo de voz solo pude decir: – Jédeme viejo…- Por un momento mi cordura me dijo que dijera que se pusiera condón.

Pero, ufff con que ganas apunto a su polla y me taladro, fue tan bruto que empecé a gritar agarrándome como podía a la mesa, haciéndome casi daño, mientras el me agarraba de mi cintura- Siiii joder, sigue, hostia puta… -(perdón cuando follo suelo ser muy mal hablada jajaja) No es que tardase mucho antes de correrme por primera vez, aunque seguía recibiendo castigo por lo que empecé a temblar por el gusto y mi voz se distorsiono, lo que causo mucha risa a Mario. Que había estado retirando los trastos de la mesa, todavía con las convulsiones provocadas por el placer me hizo tumbarme dejándome a la altura de su polla al tener la cabeza boca abajo mirándola directamente en el otro lado de la mesa y no pude más que gritar: – Quiero comérmela joder…- Ni siquiera hizo ademán de contestarme, sino que me puso la polla en mi boca que devoré gustosa, mientras Víctor no paraba de joderme.

Los minutos pasaban y me sentía en el cielo. No es que no hubiera hecho tríos antes… mi novio tenía la opinión que había que explorar cosas porque sino la pareja bla bla bla… aunque también me dijo de hacerlo con sus amigos y yo como idiota pues agachaba la cabeza (y otras cosas) porque estaba enamorada de él… en fin. Pero vamos, con gente extraña, mayor, en un puto poblacho que no me conocía ni dios y encima… es que se les daba muy bien.

Mientras me lo hacían no paraban de decirme de todo, bastante fuerte y eso me ponía muy perra. Es más en cierto momento quite una de mis manos de la polla de Mario y puse las dos en el pecho poniéndolas en forma de corazoncito. Lo que hizo que se quedarán parados un momento y me preguntó Víctor, todavía con la polla dentro de mi: – Pero ¿Qué coño haces?- Mario informo: – Creo que está haciendo un corazón con las manos…- Gracias a que me dejaron ese momento de respiro pude quitarme su polla de la boca y les confirme: – Lo es, es que creo que me estoy enamorando de …-Y cogiendo carrerilla dije: – Vuestras pollas, par de cabrones. ummmm jodeeer- Eso último lo dije porque Víctor volvía a machacarme en esa posición durante un rato mientras que Mario me miraba. Entonces extrañada le pregunte a Mario entre gemidos y resoplidos: – ¿No me vas a dar polla?- Al poco note como el viejo estaba a punto de correrse sin condón lo notaba mucho más.- Oyeee hazlo fuera ¿No?- Pero seguía: – Víctor, te estoy hablandooo- Entonces note como el semen entraba dentro de mí. El cabrón del viejo se había corrido dentro. Sacando su polla, mi coño empezó a sacar su corrida que no era mala de tamaño- Estas cosas hacen sentirse a uno joven.- Iba a decirle algo para que no me ignorarse

Pero entonces Mario me agarro la cara y la dirigió hacía él mientras me decía de forma malévola: – Te advertí que podía pasarte esto putita, aquí haces lo que nos de la gana y…- Su cara se quebró un poco al verme sonreír: – Pero qué…- Entonces le empecé a pajear mientras le decía suavemente: – Ya lo sé, joder, es para poneros más a tono. Pero dejad que baje del sofá, que quiero daros algo por la cena.- Como pude baje de la mesa y me puse a cuatro en el sofá, mientras Víctor se sentaba delante de mi y yo le ronroneaba, Con Mario mirándome empecé a menear el culo: – Sabes que has estado pensando en taladrarlo desde que lo has visto ¿No? Pero si no es el caso, tengo otro agujero esperando que lo revientes…

Agarrando con mi mano la polla de Víctor empecé a mamarla para poder saborear su corrida. Lo que agradeció bastante. Ni siquiera mire hacia atrás, solo noté como se ponía detrás de mí y una de sus manos acaricio uno de los carrillos de mi culo. Arqueé mi espalda con antelación esperando recibirle, pero en vez de eso me dio un fuerte azote que caí me hace darle un mordisco al pobre Víctor. Luego mi otra nalga fue castigada, y así una y otra vez, pero cuando hacía ademán de volverme el arreaba más fuerte y le decía a Víctor que me sujetará. Entonces empezó a joderme el coño con firmeza con dos de sus dedos ásperos y cuando estaba a punto de tener algo volvía a atacar mi culo con su mano.

Terminé por recibir de nuevo la carga de Víctor en mi garganta, y finalmente parecía dispuesto a hablar. Me dolía el culo de la hostia, pero estaba tan cachonda que más que enfado me salió casi un gemido: – Joder, Mario ¿Qué te ha dado?

Entonces noto su polla cerca de la entrada de mi culo, pero en vez de sentirla dentro de mi solo anda jugando con ella: – Sabes putita, he hablado con mi padre y la verdad es que Marcos ya tiene una edad que se estrene… Y nadie mejor que tú que tienes experiencia para que se le quite la tontería al crío ¿Me entiendes?- Me quedo flipando ¿Estos cabrones se creen que soy una puta de verdad o qué? Pero en ese momento también andaba jodidamente mojada, pero no soy tan gilipollas para no preguntar: – Pero ¿Qué edad tiene?- Víctor se ríe, observe que todavía andaba en pie de guerra… joder con las pastillas: – O sea, te estas jodiendo a gente que como mínimo te dobla la edad y me vienes con melindres?- La verdad en ese momento con la polla de Mario rozando la raja de mi coño me costaba responder, por lo que no le solté nada.

Mario siguió hablando como si nada, mientras ponía su polla en la entrada de mi culo y presionaba poco a poco lo que me hizo morder los labios: -Pues eso, viene el viernes por la tarde y te lo envió a tu casa. Lo condones corren de mi cuenta. Si me haces ese favor, ya te haré alguno mujer… O te pago por las molestias- la polla seguía sin entrar del todo y me estaba volviendo loca. Por lo que con uno de esos pensamientos lucidos de los que te arrepientes horas después, pensé que lo único que iba a conseguir es enfadarlo. Siempre podía mandar a la mierda al crio o a las muy malas salir por coche o lo que fuese. Pero la verdad, es que en ese momento me sentía una puta barata, con el culo reventado a azotes, con una polla dentro de mi culo… y joder como lo estaba gozando. Y solo le conteste un sí. Entonces empezó a joderme el culo mientras miraba yo a Víctor, su cara de vicio y especialmente a su apetitosa polla.

Mientras me jodía el culo con dureza me seguía preguntando, al parecer le excitaba: – ¿A follarte a mi hijo?- mi cabeza acabo apoyada en la pierna de Victor mientras mi mano castigaba mi coño, al ser mi culo violado de esa forma, lo necesitaba: – Síiii- No pude más y me corrí como una perra, pero el seguía dándome: – ¿A cobrar como una puta por tus servicios?-Por inercia chille un sí, antes de que notara como él se corría dentro de mi culo.

Estuvimos un rato enganchados así en silencio con Victor descansando. Fui yo quien rompí el silencio: – Joder que intenso.- Entonces note como la polla de Mario salía de mi agujero y me daba un beso tierno en uno de mis carrillos doloridos: – Un trato es un trato, te pagaremos bien, que quiero que sea el regalo del chaval.- Ahora con la mente más clara me daba más cuenta de lo que había prometido. Pero Victor se levanta: – Anda vamos a la cama y así cuando estemos reventados nos dormimos allí… no, yo me quedo a dormir y tú a tu antiguo cuarto, que para eso es mi casa y quiero tener cerca a este culo cuando me levante.- Acepte que me acariciase el culo, mientras que Mario le picaba al viejo con que no sabría ni por donde empezar, el también se puso de pie y me ayudo a incorporarme. Ya volvía a estar caliente y tenía más ganas de recibir caña.

Acompañada por ellos dos, subimos al piso de arriba, donde digamos que pase una noche muy divertida, pero también agotadora. Pero eso es otra historia que quizás cuente luego. ¿Aunque os gustaría saber que pasó en el bar del pueblo o con el hijo de Mario antes?… Espero comentarios. Besos.

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