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La amiga de mi ex novio
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Tenía 18 años y estaba en mi último año de la secundaria, cuando lo conocí a mi ex. Fede era un chico simpático y buena onda. Nuestra relación duró relativamente poco, aproximadamente 9 meses, en esos meses conocí a su familia y a su mejor amiga Eliana.

A ella la conocí en su cumpleaños, él cumplía años en un día de primavera donde hizo mucho calor. El realizó una fiesta en su casa, con la familia y allegados donde me presentó como su novia.

Ella llego con sus padres. Y cuando la vi me puse celosa de mi novio en ese momento. Una chica blanca, de altura 1,70. Con su pelo de color rojo natural, ojos de color verdes claros, labios carnosos y pechos hermosos. Traía un vestido corto tipo strapless que le quedaba pegado al cuerpo.

Lo miré a mi ex en ese momento y le dije:

S: ¿Ella es tu amiga?

Imaginándome intimidad entre ellos por lo hermosa que se veía y teniendo un poco de celos por la amiga que tenía.

F: Si, pero es como mi hermana.

En ese momento nos saludamos y nos presentamos. Me pareció muy agradable y simpática. Además de hermosa. después de las 12 de la noche los padres y los familiares se fueron, quedando los amigos de mi ex y yo.

Como no había muchas chicas en la fiesta me quedé hablando con ella, y me contó que lo conocía a Fede, desde que tenían 5 años que eran amigos porque sus padres son amigos desde la universidad. Y Fede, es el hermano que nunca tuvo, ya que ella es hija única. Cuando termino la fiesta ambas nos sentimos muy unidas. Como amigas nos pasamos los teléfonos.

Pasaron los meses, yo termine mi relación con Fede, pero la comunicación con ella no terminó, es más empezamos a salir juntas. Una noche salimos a un bar y mientras estábamos consumidas por el alcohol, ella me confianza que es bisexual, que se estaba viendo con una chica hace tiempo, y que estaba triste porque esa relación había terminado. Y yo sorprendida, siempre había tenido curiosidad de que se sentía estar con una mujer, porque miraba porno lésbico. Y le pregunté:

J: ¿qué se siente estar con una chica?

E: ¿por qué querés probar?

Me quedé muda… y ruborizada

E: ¿siempre es mejor con una amiga?

Y mi timidez o vergüenza me hicieron decir que no, aunque me moría de ganas de probarla.

Paso el tiempo, yo la dejé de ver. Entre la universidad y trabajo, tenía el tiempo siempre ocupado con alguna tarea. Además de que me fui a vivir sola.

Una noche me llega un mensaje al celular de ella:

E: ¡¡amiga!!

¿No nos vemos más?

¿Queres que nos veamos?

J: estoy ocupada con miles de cosas, pero estoy viviendo sola, ¿querés pasarte un rato?

E: ¡claro!, pasame la dirección que voy a verte.

En 10 minutos escuche el timbre de mi departamento y estaba hermosa como siempre, con una remera diminuta que resaltaba su figura, y unos leggins donde se podría apreciar sus hermosas caderas y piernas. En ese entonces tenía en sus manos 2 botellas de vino y una pizza. Y le dije.

J: ¿Viniste preparada?

E: ¡claro!, quería verte! Con una hermosa sonrisa en la cara.

En cuanto entró a mi casa, la miré de arriba abajo y no me pude contener. Y la besé, y le mordí los labios ella sorprendida me miró y se alejó, pero luego me siguió con otro beso. En ese momento no me había dado cuenta, pero ella me deseaba tanto como yo a ella. No sentamos en el sillón, mientras nos besábamos nos sacamos la ropa, porque el calor nos invadía a ambas, y ella me empezó a tocar la vagina mientras yo se la tocaba a ella, mientras besaba esos hermosos pechos redondeados y hermosos que tiene, (que tanto había deseado), bien erectos, solos mordía y se los besaba, mientras ella me tocaba. Y los gemidos de placer… me empezaron a salir de mi cuerpo y con más rapidez ella me tocaba hasta que mis jugos salieron y me hizo terminar.

Luego yo la llevé a mi habitación y allí la hice poner en cuatro. arriba de la cama donde la empecé a besar su vagina, de arriba abajo y cada vez con más velocidad, mientras le chupaba con ganas y mordía un poquito, ella gemía y me decía… ¡me encanta!, seguí así, con vos agitada de placer, y le empecé a meter los dedos, y se mojaba cada vez más, hasta que acabo en mi boca, sentí, todos esos jugos en mis labios.

Ella se subió encima de mí y me dijo, abrime las piernas y empezamos hacer unas tijeras deliciosas, mientras yo le tocaba las tetas y se las pellizcaba, ella me manejaba en las tijeras como la diosa que es. Me daba tan fuerte con sus movimientos de vagina con vagina, estaban tan mojada que me hizo acabar de nuevo.

Esa noche fue hermosa, estuvimos toda la noche haciéndolo.

Después de esa noche de placer, somos amigas con derecho.

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