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Familia ardiente (parte 2)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Para entender mejor este relato deben leer el anterior porque esta es la segunda parte.

Mi hermano me dio una última embestida mientras eyaculaba una buena cantidad de semen en mi interior.

Yo di un último gemido y nos volvimos a besar como es nuestra costumbre después de hacer el amor.

Seguimos con nuestros besos hasta que nos dimos cuenta de que los demás integrantes de mi familia estaban en nuestra habitación.

-¿Desde cuándo están aquí?- pregunto Martín.

-El tiempo suficiente para ver sus besos con intercambio de lengua- responde mi hermana Violeta.

-La próxima vez toquen la puerta antes, mi novia y yo necesitamos privacidad- le contesta mi hermano.

-A ustedes dos les encanta que estemos aquí- dice mi hermana Azul mientras se ríe junto con Violeta.

Mi padre interviene y dice: -Vamos a pasar una hermosa tarde en familia como la vez anterior ¿quieren?

Todos respondemos que si y los demás se van quitando sus ropas.

Mi padre sienta a mi madre en su verga y la empieza a embestir.

Las tetas de ella comienzan a moverse, mi hermana Azul y yo nos apresuramos por agarrar uno de sus senos para empezar a chuparlo.

Mi hermana Violeta se abre de piernas y en unos segundos tiene la verga de Martín clavada en su vulva, él toma con ambas manos sus pechos y la penetra con salvajismo.

Los gemidos de mi madre y de mi hermana llenan por completo la habitación.

Martín está cumpliendo su fantasía sexual de coger a otra de sus hermanas y yo me alegro mucho de ver lo feliz que lo está haciendo esto.

Estoy pensando en todas estas cosas mientras el hermoso y suave seno de mi madre está en mi boca, me concentro en lamberlo una y otra vez para deleitarme.

Las embestidas de mi padre aumentan mucho de velocidad y el pecho de mi bonita madre empieza a moverse mucho más rápido contra mi boca.

Violeta aprieta las piernas enredándolas en la cintura de Martín y él ya le está dando las últimas embestidas porque se le nota por la rapidez con que se mueve su miembro dentro de la concha de Violeta.

Luego de unos minutos sucedió lo de la vez anterior y mi hermano junto con Anselmo eyaculan los dos al mismo tiempo.

Mi hermana Azul se pone en cuatro parando bien alto su culo y le hace una seña a Martín, en la toma de la cintura y en una sola embestida le penetra el culo.

Yo me siento a horcajadas sobre mi padre y él me clava de la misma manera que lo hizo con mi madre, me empieza a dar embestidas y Violeta se sienta en el rostro de Anselmo para que le chupe su vulva.

Mi madre se pone frente a Violeta y empiezan a besarse con mucha lengua mientras se acarician los senos la una con la otra.

Miro hacia el costado y veo a Martín penetrando muy salvajemente a Azul por su trasero, el cuerpo de ella se estremece por el placer y el sexo duro al tiempo que sus nalgas se ponen completamente rojas por las fuertes nalgadas que le da mi hermano.

Mi padre está teniendo una doble estimulación porque yo estoy saltando sobre su miembro y Violeta mueve su concha sobre su rostro y él le manda cada vez más lengua, disfruta mucho chupando la vagina de su hija y cogiéndose a otra Violeta dio su último gemido y todos sus fluidos fueron a parar dentro de la boca de mi padre, él se los trago todo con una gran satisfacción, mi hermana también le dio un último a mi madre Mar.

Anselmo con una última embestida más eyaculo dentro de mí.

Nosotros no fuimos los únicos que terminamos porque mi hermana Azul tenía el agujero de su culo bien abierto y dentro de él había una gran cantidad de semen perteneciente a Martín.

Y yo soy consciente de que dentro de mi vulva tengo el semen mezclado de mi hermano y de mi papá.

Anselmo y Martín murmuran algo entre ellos, por las expresiones de sus rostros me doy cuenta de que se viene algo de lo más ardiente.

Mi padre se sienta con su verga bien dura apuntando hacia arriba y mi hermano se sienta a horcajadas encima de él, pero dándole la espalda, esta ya es la segunda vez que papá penetra a mi novio y a ambos parece gustarle mucho esto.

-Amor, ven a sentarte encima de mi pija, mirando hacia mí- me dijo Martín, yo le obedecí y recién ahí me di cuenta de lo que estaban haciendo, aquí en esta situación nadie se iba a quedar sin ser penetrado, mi padre lo penetraría a él y mi novio haría lo mismo conmigo al mismo tiempo de sentir las embestidas de papá.

Empezamos con esta práctica tan rica que nunca había experimentado y a los minutos puedo decirles que me ha encantado.

Mientras yo estaba experimentando la doble penetración, mis hermanas se dedicaban a mi mamá.

Azul estaba encima de nuestra madre frotando su vulva contra la de ella y Violeta se masturbaba con sus propios dedos.

Fue tan delicioso, en esta posición donde me encontraba podía sentir todo, sentía los músculos en tensión seguidos de los movimientos de mi padre y luego también las embestidas de Martín que ya conozco de memoria.

Azul está saltando encima de mi madre y sus conchas van en perfecta sintonía están fundiéndose en una perfecta unión cada vez más apasionada y Violeta se sigue deleitando con su masturbación.

Unos minutos después ya todos habíamos terminado y estábamos satisfechos con nuestra tarde de sexo familiar.

Los miembros de mi familia se retiraron a sus respectivos dormitorios, solo quedamos Martín y yo en nuestra habitación.

Él me abrazo y me dio un beso en mis labios.

-Tengo una fantasía por cumplir, quería que sea solo contigo- me confesó.

-¿Cuál es esa fantasía mi amor?- le pregunto.

-Quiero que me metas un dedo en mi trasero- respondió él tímidamente.

-Te la voy a cumplir- fue mi respuesta.

Se acostó, yo le tomé su verga con ambas de mis manos, empecé a pasarle la lengua en todo el largo y luego me la metí entera en mi boca para saborearla.

Libere una de mis manos para llegar al agujero de su culo y cuando encontré su entrada no lo dude y le metí mi dedo bien en el fondo mientras seguía chupando su miembro.

Se estremeció de placer al sentir mi dedo jugando dentro de su trasero, era otra de las fantasías que él estaba cumpliendo.

Seguí jugando con mi dedo adentro hasta que sentí su humedad y lo retire, me mire el dedo y me di cuenta de que había sacado semen del culo de Martín.

-Es de papá- me aseguró, yo me lleve el dedo a la boca y lo lambí dejándomelo limpio.

Lo volví a besar en su boca, en segundos nuestro beso fue apasionado y luego me acosté junto con él apoyando mi cabeza en su pecho. Me sentí feliz por tener un buen novio y por mi maravillosa familia.

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