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Cómo me sentí desvirgada por segunda vez y lo disfruté
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Este es el primer relato (real) que estoy compartiendo en este sitio de mis experiencias sexuales, las cuales espero vayan formando una serie de relatos complementándose con las experiencias de mi esposo.

Lo que les voy a contar sucedió cuando tenía 20 años y vivía en un pueblo pequeño al sur del país. En ese entonces vivía con mi madrina y su familia en una finca tradicional en clima frío que tenía ganado y producía moras, entre otras cosas.

En esa época yo ya había tenido novio y experiencias sexuales aparte pero ya llevaba como 6 meses sin acción (en verano) y no acostumbraba masturbarme por lo que andaba con bastantes ganas acumuladas.

Un día se hizo un grupo de oración en la casa y un chico joven (después me enteré que había cumplido 18 años hacia pocos meses) se puso justamente al frente mío al otro lado de la sala donde nos encontrábamos. Ese día hubo algunas miradas donde sentí su deseo y se sintió la química, por lo que yo después pregunté de quién se trataba y me enteré que él también había preguntado por mi. Resultó que él era un familiar de mi madrina por lo que no fue difícil encontrarlo y empezar a conocernos.

Él actualmente no estaba estudiando y le gustaba andar con sus amigos, es decir andaba un poco sin rumbo, pero cuando empezó a hacerme visitas formales a la finca y a salir como amigos al pueblo, su familia notó un cambio para bien que me agradecieron y me empecé a sentir bien de salir con él.

Yo en ese entonces también estaba esperando iniciar a estudiar por lo que tenía tiempo disponible y cuando me invitaba a salir nos dábamos besos y caricias y en esos encuentros sentía que había algo interesante allá abajo. Se sentía grande y ese roce me hacía mojar. También un día se quitó la camisa y vi de primera mano su buena figura, no muy musculosa pero firme…

Así que no pasó mucho tiempo para que ideáramos un plan para estar juntos. En la finca los hijos de mi madrina tenían una carpa para acampar en el patio, de esas para dos personas adultas y vimos la oportunidad para encontrarnos allí una noche.

Esa noche en que acordamos yo estaba nerviosa pero emocionada, no sabía si iba a pasar lo que quería pero iba dispuesta y salí de la casa sin que nadie se diera cuenta. Él llegó un poco después y dentro de la carpa aprovechamos para relajarnos viendo las estrellas y charlando un rato… la verdad fue una experiencia romántica bonita que todavía recuerdo con cariño.

Como no teníamos mucho tiempo nos quitamos toda la ropa rápidamente y dentro de la carpa no había mucha luz por lo que esa primera vez que lo vi desnudo no vi con claridad su pene, claro que cuando él se hizo encima y me empezó a penetrar después de algunas caricias sentí ese dolor que se mezcla con la excitación y él tuvo que hacerlo despacio y de a poco.

Él tenía un pene con un tronco grueso y más ancho que la cabeza. Cuando penetró completamente lo sentí hasta el fondo y por todas las paredes de mi vagina. Literal, sentí como si me hubieran quitado la virginidad por segunda vez… nunca lo había sentido así y me encantó. Después de varios bombeos que se fueron poniendo intensos y sin cambiar de posición, y bastante rápido por la excitación previa, no aguantamos y nos vinimos al mismo tiempo, él con condón, pero sintiendo la presión delicioso…y yo como acostumbraba en esa época sin gemidos ruidosos, ya que por pudor me contenía en esa parte.

Estuvimos un rato desnudos en la carpa después de eso, yo sentía el calor de su cuerpo al lado y empecé a acariciar suavemente su pene de arriba a abajo porque aun después de haber terminado su verga mantenía una rigidez envidiable, después nos vestimos porque igual teníamos miedo de que nos descubrieran.

Luego de eso estuvimos varias veces más en la casa de él… aunque por la juventud le faltaba experiencia para intentar otras cosas, cuando nos besábamos y acariciábamos era irresistible porque se sentía ese gran tamaño y yo solo lo quería sentir dentro.

Nunca lo estimulé manualmente o le hice sexo oral porque realmente en esa época no sabía de eso y él nunca me lo pidió. Después de unos meses tuve que viajar a mi pueblo de origen y ya nunca más nos volvimos a hablar… era una época diferente, menos conectada.

Si les gusto el relato espero sus comentarios.

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