Dos hombres gordos desnudos tienen sexo y se chupan el pene. —me gusta sigue Óscar —decía Roberto mientras penetraba a Óscar.
—Creo que te gustará ver esto —decía Óscar, sacando su teléfono celular para enseñarle un video que había guardado de Roberto, mostrando a Roberto tirado en la cama, con la cara de Óscar enterrada entre las nalgas.
—¿Cómo conseguiste ese video? —preguntó Roberto.
—Lo grabé hace un par de días.
—Por favor, se vio muy bien, no lo hagas, Óscar, no quiero que nadie más vea ese video, es vergonzoso.
—Te prometo que no le mostraré a nadie más, pero primero debes cumplir tu parte.
—Ya veremos.
El sonido del celular de Óscar interrumpió el momento. Era su amigo, Julio, el que estaba con ellos en el parque.
—Me preguntaba si aún estás con Roberto.
—Estoy con él, ¿te parece si paso a recogerte y los llevo?
—Si no te molesta.
—Nos vemos en 20 minutos.
Roberto se dio cuenta que ya no era el día de los inocentes, algunos jóvenes que iban caminando por la calle les preguntaron si no necesitaban un paseo en auto, otros le ofrecieron una mamada. Al principio le avergonzaba, pero conforme se fueron acostumbrando, le empezaba a gustar.
Julio y Óscar le comentaron que tenían muchos clientes. En la calle había muchas personas buscando sexo. Según les comentó Óscar, en los museos, hoteles y centros turísticos, había muchos jóvenes buscando a alguien que pueda pagar por sus servicios.
Los tres llegaron a casa de Roberto, los tres se tiraron en la cama, los tres se desnudaron. Óscar y Julio se dedicaron a estimular la erección de Roberto.
—Creo que no es tan malo, Roberto —dijo Julio, tragándose la erección de Roberto.
—Eso es lo que estoy pensando, mejor lo intentamos, por un par de semanas, no nos arrepentiremos.
—Está decidido.
Los tres se besaron. Óscar comenzó a penetrar a Roberto, mientras que Julio recibió la boca de Roberto. Óscar y Roberto no pararon de penetrarse y chupar a Julio hasta que no quedaron sin aguantar, hasta que no explotaron los tres.
—Mejor lo mejor, Roberto —dijo Julio.
—Lo haremos mejor, ya lo verás —dijo Óscar.
Desde ese día, los tres se convirtieron en escort y no les faltaron clientes, pues, aunque muchos hombres aún no aceptan la sexualidad de los homosexuales, muchos hombres pagan por el sexo.
A los pocos meses, Roberto, Óscar y Julio, ya no eran un trío, pues, aunque Ángel, el hermano menor de Roberto, había aceptado la orientación sexual de su hermano mayor, él y Óscar, eran pareja, mientras que Julio y José Manuel, su amigo, se convirtieron en una pareja.
Roberto no se arrepentía de lo que había hecho, pero aunque aceptó tener sexo por dinero, él jamás lo utilizó para conseguir cosas materiales, aunque su trabajo lo hizo sentirse muy bien, él quería tener algo en que invertir, algo que le permitiera sentirse feliz.
Por eso, él, a los pocos años, se convirtió en profesor de literatura, enseñando a muchos jóvenes como él, aprovechar la escritura para expresarse, para compartir, para transmitir.
Él era feliz, pues aunque muchos a su alrededor, se burlaban, criticaban, él, a pesar de ser homosexual, seguía siendo él.
Fin
Author's Note:
Aclaraciones
1.- Los títulos que aparecen entre asteriscos, son canciones que podrían estar relacionadas con los personajes.
2.- Algunos de los títulos de los capítulos están tomados de canciones, si no se sabe el nombre original, se indicará el título.
3.- Esto es ficción, lo que puede leerse, no puede pasar, ni pasará.