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Antes de comenzar a relatarles lo que ha sucedido les voy a hacer una breve descripción de cada personaje de esta ardiente familia que va a aparecer en este relato.

Yo me llamo Martina, tengo 19 años y seré la voz que cuente cada acontecimiento.

Mi familia es muy especial porque permite que mi hermano Martín de 25 años y yo mantengamos una relación de pareja, hacemos todo juntos, vamos a pasear, hago el amor con él todas las noches, lo que hacen todas las parejas normales, mi familia a eso lo ve con buenos ojos porque son de mente muy abierta.

En mi familia somos 6 personas.

Está mi padre Anselmo con su bonita cabellera rubia casi blanca, todos sus hijos heredamos su hermoso color de cabello y los ojos verdes de mi madre.

Mi papá tiene 52 años, es alto y musculoso.

Luego está mi madre llamada Mar que es una verdadera belleza femenina de 45 años con un cuerpo espectacular y una mirada que seduce a cualquiera.

Después están mis dos bellas hermanas que se llaman Violeta y Azul.

Violeta tiene 20 años, también tiene un cuerpo bonito, pero no tanto como el de mi madre, ella tiene tetas pequeñas y el culo de tamaño mediano.

Azul tiene 22 años, con unas tetas enormes y trasero un poco más grande que el de Violeta.

Y en cuanto a mis rasgos sensuales les puedo decir que tengo los muslos desarrollados los cuales a Martín le encanta sentir en su cintura y tengo un buen trasero, mi cintura es pequeña y mis pechos son medianos.

Ahora les voy a hablar de mi sexy y atractivo hermano el cual también es mi novio, no hay nada que me guste de él, tiene unos pectorales definidos, unos brazos fuertes que me hacen sentir segura, abdominales marcados y una pija que me hace gozar bastante durante nuestras noches de pasión.

El día que ocurrieron todos esos ardientes acontecimientos durante la tarde Martín y yo estábamos en mi habitación a los besos, él me besaba con mucha lengua y me agarraba las nalgas, yo estaba totalmente entregada a sus besos, no escuché que la puerta de mi dormitorio se abrió y entró mi hermana Violeta.

Ella presenció toda nuestra sesión de besos y nos interrumpió haciendo una leve tos.

Martín la fulminó con la mirada y le dijo:

-¿No te das cuenta de que estoy en un momento íntimo con mi novia?

-Disculpen, pero los interrumpí porque mamá y papá nos quieren decir algo.

-¿No puede ser después de que hagamos el amor? Yo y Martín lo necesitamos -esta vez yo me dirigí a mi hermana.

-Ellos quieren que estén todos sus hijos -respondió ella y se retiró hacia la sala de estar.

-Ya habrá tiempo para tener sexo -le dije yo a Martín.

-Solo unos besos más -me respondió él, no me pude negar y nos volvimos a besar como antes de que mi hermana entrara a la habitación.

Luego de unos minutos decidimos que teníamos que ir, fuimos tomados de la mano hacia la sala de estar, nos sentamos juntos y vimos que todos estaban ahí reunidos.

-¿Por qué tardaron tanto? -preguntó mi madre dulcemente.

Mi hermana Violeta se apresuró a responder y dijo:

-Estaban en una ardiente sesión de besos.

-Queríamos follar -dijo Martín con toda sinceridad.

-Lo hacen todos los días -dijo Azul.

-No interfieras en la intimidad de mi novio y yo -le respondí a mi hermana.

-¡Basta! -gritó mi padre y todos hicimos silencio de repente.

Todos miramos fijamente a mi padre para ver que tenía que decir.

-Ya van a tener tiempo para coger todo lo que ustedes quieran gracias a mi propuesta -hizo una pausa y luego continuó diciendo:- Quiero que tengamos una tarde de sexo en familia, que todos nos demos placer ¿qué piensan?

Miré a los demás y vi que la idea de mi padre tenía aceptación, empezamos a gritar que queríamos esa deliciosa tarde.

Nos dirigimos al dormitorio de mis padres que es el más grande de toda la casa además del de Martín y yo, mi padre nos dijo que nos quitáramos nuestras ropas. En unos pocos minutos ya estábamos todos desnudos (mis dos padres también) y pudimos admirar sus bonitos cuerpos sin nada.

-Violeta y Azul vengan conmigo, Martina y Martín ustedes le darán placer a su madre -dijo Anselmo mientras le tocaba el culo a mis dos hermanas.

Mi hermano fue a darle un beso en los labios a mi madre, luego yo también la besé y besa increíblemente bien.

Le miramos la vagina a nuestra deliciosa madre, intercambiamos una mirada rápida con Martín.

-Primero tú, cariño -me dijo él y hundí mi lengua en el clítoris de mi madre.

Ella intentó gemir, pero mi novio le tapó la boca con su verga y Mar se la empezó a chupar muy sensualmente mientras le acariciaba sus testículos.

Estaba disfrutando de la carnosa vagina de mi madre, solo desvié la vista unos segundos en dirección a mi padre y a mis hermanas a ver que era lo que estaban haciendo. Anselmo estaba con la verga bien dura y parada mientras sus dos hijas le chupaban el pene con mucha rapidez al igual que en los videos porno que yo y Martín solemos ver cuando estamos solos.

Mi hermano le sacó la verga de la boca a mi madre, pude ver que en la cabeza ya tenía un poco de líquido, él ya estaba por eyacular y la vagina de Mar ya estaba bien húmeda, podía sentir la humedad de mi mamá con la lengua.

Martín la acomodó en la posición de cuatro para darle salvajemente por su trasero.

Mientras tanto mi padre ya tenía a Violeta sentada a horcajadas sobre su verga, él le clavaba la pija muy rápido y ella daba saltos sobre el pene de Anselmo.

Azul estaba al lado de mi padre y de mi hermana, ellos seguían cogiendo a una gran velocidad y ella estaba abierta de piernas masturbándose esperando a que le llegue su turno para recibir la verga de papá.

Martín penetró a mi madre con una sola embestida, ella dio un gemido y él solo siguió metiéndosela en su trasero mientras le daba nalgadas muy fuertes que le iban a dejar su culo colorado.

Ahora era Azul la que estaba recibiendo la pija de mi padre en su vagina, solo que a diferencia de Violeta ella estaba abierta de piernas, pero mirando hacia el frente le daba la espalda a mi padre, lo que hacía esta posición es que podamos ver mejor el espectáculo erótico que se estaba desarrollando.

Mi hermana Violeta vino hacia mí y me dio un apasionado beso en la boca.

-Siempre he querido coger contigo -me confesó al tiempo que se subió encima de mí, unió mi concha con la suya y empezamos a movernos.

Ella me daba numerosos besos en el cuello a la vez que movía bien delicioso su pelvis contra la mía.

Yo le agarré su trasero y nos empezamos a mover más rápido.

Todos estábamos teniendo un sexo en grupo realmente maravilloso, mi madre disfrutaba la verga de su hijo que salía y entraba en su trasero, mi padre gozaba de clavarle su pene a la hermosa Azul y yo estaba feliz de tener la vulva de mi hermana unida con la mía.

Todos terminamos casi al mismo tiempo y mi papá me dijo:

-Ven Martina es tu turno de recibir el miembro de tu papi.

Obedecí a mi padre y le enredé las piernas en su cintura, él me penetro y empezó a hacer los mismos movimientos que les hacía a mis hermanas.

Mi hermano y mi madre han cambiado de posición y ahora él la está embistiendo por la vagina mientras ella le acaricia la espalda. Azul y Violeta están manteniendo unas increíbles relaciones lésbicas, por la manera en la que se mueven pude notar que ya venían teniendo sexo desde hace mucho tiempo.

Estuvimos así durante unos cuantos minutos hasta que mi padre eyaculó en mi vagina y Martín le dio un poco del semen que le quedaba a mi madre, ella soltó un gemido de satisfacción, mis hermanas siguieron teniendo sexo, pues, ellas estaban en su mundo.

Yo me acosté al lado de mi padre completamente agotada y nunca me hubiera imaginado lo que él diría a continuación:

-Martín, hijo ¿te gustaría sentir una buena verga entrando en tu trasero así como la sintieron tus hermanas?

Mi hermano tampoco se esperaba eso, en realidad nadie lo hacía.

-¿Me cogerías? -preguntó mi novio.

-Duro y rico -contestó Anselmo.

Martín aceptó ser cogido por nuestro padre y él solo se puso para que le diera por el culo.

-Esto te va a doler un poco, pero lo vas a disfrutar -le aviso mi padre.

Aún no podía creer lo que estaba viendo, mi padre agarró a Martín de la cintura y lo penetró con una sola embestida, al principio a mi hermano se le soltaron un par de lágrimas por el dolor, pero luego gemía pidiéndole a nuestro papá que le diera más duro. Por lo visto a todos nos gustan las embestidas de Anselmo.

Mi hermano tenía en su rostro la expresión máxima del placer, descubrió algo nuevo y se notaba que le estaba gustando mucho.

Después de una serie de embestidas, mi padre eyaculó en el trasero de Martín y se lo dejo goteando de leche.

-Me encantó tener una verga dentro de mí -le confesó Martín.

-Te voy a coger siempre que quieras, hijo, igualmente debes seguir dándole mucha pija a tu novia para que grite por las noches -le respondió mi padre.

Todos terminamos la tarde de la mejor manera, mi madre con semen de su hijo, Violeta y Azul con la vagina bien roja de tanto frotarse la una con la otra, mi hermano tenía su trasero colorado por las embestidas que recibió y yo he estado completamente satisfecha por la maravillosa tarde.

Luego Martín y yo nos fuimos a nuestro dormitorio.

-¿Te gusto ver como papá me cogía? -me preguntó él mientras nos abrazábamos.

-Me encantó y a ti te gustó mucho que él te cogiera.

-Si, eso es verdad, pero ahora quiero cogerte a ti -me respondió mientras me sentaba a horcajadas sobre él y me clavaba la verga en mi vulva.

-Mi maravillosa novia -me dijo entre gemidos.

Yo le respondí con un beso y la cama empezó a moverse como sucedía siempre que teníamos sexo.

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