Todo comenzó un día en qué en que yo lo conocí, la verdad me parecía un chico muy atractivo, confieso que soy casada, pero mi temperamento sexual es muy alto, por eso ese día cuando él me invitó a salir; no pude rechazarlo, era tan rico sentir esa adrenalina y esa sensación y, experimentar ese dicho que dice que lo prohibido es más rico y más excitante.
El ya desde más antes me tenía pensando, incluso a veces pensar en él me humedecía y yo podía sentir con mi excitación escurría por en medio de mis piernas como un hilo de agua y sentir unas sensaciones de tenerlo dentro de mí; sentir todo su calor todo su grosor palpitando dentro de mí embistiendo mis entrañas, reventándome por dentro al hacerme suya y sentir como explotaba dentro de mí.
Y como yo tenía el más delicioso de los orgasmos y poder comportarme como siempre quise hacerlo como una cualquiera en la cama, sin reproches y sin prejuicios; hacer las locuras inimaginables montando una y otra vez a ese macho que me provocaba sensaciones que nunca antes sentí, solo de pensarlo y de saber que me iba a ver con un desconocido y tener intimidad ya palpitaba de ganas y de deseo por tenerlo empujando toda su virilidad dentro de mí; haciéndome morder la almohada una y otra vez embistiéndome como una potranca en celo, deseosa de ser montada por un macho caliente y complaciente que me deje escurriendo toda su lava ardiente qué rico ufff…