Mauricio, seguía alargando su orgasmo, quería disfrutarme lo más posible.
Mi mejor amiga quedó sin fuerzas tendida, después de aquel orgasmo, sus piernas no dejaban de temblar y yo volví a correrme, me sentía como una puta de verdad. Mauricio me puso en 4 patas, tomo mis brazos y los ató con un pañuelo, pego mi cara a la cama y me clavo su verga completa, me corrí nuevamente, nunca me habían cogido así. Y por ese orgasmo apareció algo que jamás pensé que pasaría, Mauricio busco en su mesa de noche un envase, y comenzó a untarlo en mis nalgotas, olía a fresa, cubrió mis ojos y me habló al oído.
Mauricio: Ahora por perra mala, te voy a castigar…
Escuchaba murmullos con Eliza pero no alcance a entender, masajeaba mis nalgas y me excitaba, metía sus dedos en mi boca y me hacía chupar, me daba bofetadas y se reía.
Mauricio: Así me gustan obedientes…
Y cuando fui a hablarle, me dijo.
Mauricio: Shhh silencio puta, no te he dado permiso.
No entendía nada, actuaba como si fuese Christian Grey, y la idea no me asustaba me estaba poniendo más y más deseosa. Separo mis piernas escupió en mi cuca y en el culo, pasaba su lengua y me hacía gemir, sentí a mi mejor amiga acercase.
Eliza: Disfrútalo amiga, que te ves preciosa de puta.
Busque su sexo con mi olfato, hasta que por fin lo encontré y comencé a lamérsela, sus gemidos eran muy pasionales, de momento Mauricio paro de comer mi cuca y mi culito, y sentí como clavó un dedo en mi culito me hizo sentir un poco de dolor pero me gustó, seguía comiéndole la cuquita a mi querida Eliza hasta que la sentí convulsionar.
Mauricio: Te voy a castigar mi rica puta.
Aplico más de ese líquido, y sentí algo de muchas cuerditas en mis nalgas, comenzó a azotarme, aquella sensación me inundó de miedo pero sentía placer, los primeros 5 azotes me dolieron pero no dejaban de causarme placer, en ese momento era su sumisa, y sabía que Eliza lo estaba disfrutando, pues era una de sus fantasías, Mauricio me castigo con 12 azotes en mis nalgas y piernas, hasta que le suplique verga.
Lorena: Aaaa aaaa que rico papi, dame verga métela toda si?
Mis palabras fueron suficientes para voltearme quedando con los brazos hacía arriba, y Mauricio clavándome la verga de misionero, quitó la venda de mis ojos, y me miraba con lujuria, me daba bofetadas en mis grandes tetas, aquel hombre estaba disfrutando el sexo conmigo.
Mauricio: Uff, ay que rica estas Lorenita, me encantas mamacita, que rica cuca tienes zorra
Mientras que sus embestidas eran más y más agresivas, Eliza estaba disfrutando de aquella escena, se masturbaba con muchas ganas, Mauricio la miraba y la agarraba por el cuello, le lamía la cara y escupía su boca, verlos me ponía más y más cachonda, y reventé en un gran orgasmo que me dejó sin aire. El disfrutaba cada vez que me corría, y bajaba sus embestidas seguro para no alcanzar el clímax, quería seguir disfrutándome, yo ya no tenía fuerzas de nada, mi cuerpo era completamente de él, aquel hombre me estaba cogiendo divinamente. Después de unos minutos, me dijo
Mauricio: Dónde la deseas cerda, en la cara o en la boca?
Yo solo accione a abrir mi boquita, deseaba que descargará su leche en ella y poder saborearla.
Me puso de rodillas, Eliza sujetaba mi cabello, yo abrí la boca mientras él retiraba el condón y salió aquel chorro de leche directo en mi boca, era caliente, y muy abundante no deje caer ni una gota, me la trague y le deje su verga bien limpia, Eliza me besó, y luego nos dimos un beso grupal. Nos vestimos, el llamo a un taxi y el olor a sexo era notable. Al llegar a casa recibí un mensaje de un número desconocido.
"El mejor sexo de mi vida, me lo acabas de dar rica putita, espero verte pronto a solas, besitos para esa rica cuquita preciosa, fue un placer conocerte Lorena".