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Gran escuela de hostelería (parte 9)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Estoy en el Uber hecha un mar de lágrimas, me siento fatal porque no era consciente de lo evidente que era que no estaba enamorada de Roel y encima le he hecho daño, ha sido muy injusto para él. Me da rabia haber echado a perder lo que teníamos por alguien que ni siquiera sabe que existo en un mundo fuera de la escuela.

De camino a la ciudad le escribo un mensaje al grupo de Pelotudos:

"Hola chicos, os hace una pijamada antes de empezar el cole de nuevo? Necesito una noche de amigos"

Todos responden enseguida y en cuestión de 10 minutos hemos montado una quedada para el finde antes de empezar el cole. Gracias a las tonterías que van diciendo me calmo un poco, cuando llego a casa aún tengo los ojos hinchados del berrinche y todos los de casa se preocupan al verme así, pero los tranquilizo y les explico que he cortado con Roel y que estaré bien, que se me tiene que pasar el disgusto.

***

Han pasado 2 semanas desde la ruptura con Roel y me siento algo mejor, aunque aún duele pensar en el daño que le hice, no le tengo en cuenta lo que paso en nochevieja, sé que en parte fue culpa mía y lo asumo.

Llega el finde de la pijamada y nos juntamos con un montón de bebida y algo de comida. Esta vez hacemos la pijamada en casa de Nico.

Mientras cenamos les explico lo que pasó con Roel a medias, porque no quiero hablar de como Jorge esta tan metido en mi cabeza que no me ha dejado tener una relación sana con mi exnovio, y después empieza la juerga con bebida y los cigarrillos especiales de Carlota.

Pierdo la cuenta de los chupitos que llevo encima, Laura es la primera en caer dormida y Carlota le sigue. Nico y yo nos quedamos los últimos hablando y partiéndonos de risa con cualquier tontería.

Nico es un chico normal pelo rubio, ojos azules, no muy agraciado, pero con un cuerpo de escándalo, se ha trabajado ese cuerpo en el gimnasio durante muchas horas, no es muy alto, me sacará un par de dedos como mucho, será cosa del alcohol, pero lo veo más atractivo que de costumbre.

Como hacemos mucho ruido decidimos ir a la cocina a seguir la marcha, abrimos un bote de helado y nos lo comemos a medias, esos cigarrillos te abren mucho el apetito.

Mientras lo comemos nos empezamos a mirar a los ojos y de repente Nico me da un apasionado beso al que yo respondo con desesperación. Nos ponemos de pie y empieza a masajearme las nalgas y de ahí pasa a los pechos, yo me limitó a enredar mis dedos en su melena rubia. Claramente esto que está pasando es resultado de todo el alcohol y tabaco especial que llevamos encima, pero aun así me dejo llevar, esto de algún modo me transporta a cuando Roel y yo éramos solo amigos con derecho a roce.

Nico es muy echado para adelante y empieza a quitarme la blusa y mete las manos por debajo de mi pantalón para encontrar mi sexo, al tocarlo y sentir lo húmeda que estoy saca los dedos y mientras me mira a los ojos se los mete en la boca y saborea el sabor de mi sexo, hace que apoye el culo en la encimera de la cocina y se pone rodillas frente a mi, me quita el pantalón y pasa su lengua desde mi pie derecho hasta mi sexo, donde se para a juguetear con él, mete la lengua dentro, la saca, me pasa los dientes por el clítoris y finalmente lo chupa y absorbe, mis piernas no paran de temblar, se pone de pie y me enseña dos dedos y dice:

– ¿Los quieres dentro? – niego con la cabeza, cojo su mano, la hago un puño y le respondo.

– Esto es lo que quiero dentro.

– ¿Ninguno? – yo niego con la cabeza de nuevo.

– Todo. – Lo miro insaciable, Nico abre tanto los ojos que parece que se le van a salir.

– Vale, pues empecemos entonces!- está entusiasmado.

Me coge de la cintura y con gran facilidad me sube al mármol abro bien la piernas y me mira a los ojos cuando empieza a meter los dos primeros dedos, yo asiento con la cabeza a modo de aprobación y empieza el juego. Los mete y saca unas 4 veces para asegurarse de que estoy cómoda y suma otro dedo, hace lo mismo hasta llegar a 5 al principio solo mete los dedos, pero cuando que es factible saca los dedos, convierte su mano en un puño y lo introduce muy poco a poco dentro de mi, cojo su otra mano y me llevo al vientre y la presiono para que el también sienta su puño dentro de mi, sus ojos parecen los de un niño pequeño con un juguete nuevo, está muy emocionado y entonces empieza a subir el ritmo y yo me descontrolo, caigo en una espiral y un squirt impresionante fluye de mi. Nico saca su puño de mi sexo y me pasa todos mis jugos dándome un masaje por los pecho y por el vientre.

Cuando me recompongo, me bajo del mármol y le doy un beso intenso, me doy cuenta de que su erección aprieta el pantalón, me muero por probarla, le quito la camiseta, dios mío, está como un tren, le chupo los pezones y sigo regando de besos todo el torso hasta llegar al pantalón, se lo quito con facilidad y libero esa erección, su miembro es grande, grueso, por un momento creo que no me cabra en la boca, pero me armo de valor y me lo meto entero de golpe en la boca, Nico da un golpe en el mármol y al mirar hacia arriba veo que tiene la cabeza echada hacia atrás y la mandíbula tensa, le está gustando y mucho, aceleró un poco el ritmo y saco mi arma secreta, dejo los dientes sin protección y araño el miembro con ellos poco a poco y muy suavemente mientras masajeo el glande con la otra mano, y noto su cadera empujando contra mi, hasta que me regala todo su semen, me lo trago, me pongo de pie, me doy cuenta de que una gota se me cae por lado del labio, le cojo su mano, recojo la gota de semen y le chupo el dedo con mucha fuerza mientras le miro fijamente a los ojos. Me coge de la cintura con decisión me da un tosco beso y me la vuelta, me inclina sobre el mármol, me da un fuerte cachete y de golpe me penetra, fuerte, duro y con rapidez, se me folla muy duro y en cuestión de embestidas estamos los dos estremeciéndonos y teniendo un orgasmo simultáneo y brutal. Me coge de la cintura, se yergue conmigo, se apoya en la pared y se deja deslizar hasta acabar los sentado en el suelo con el dentro de mi todavía.

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