Después del encuentro con Oscar mi mujer cumplió lo dicho y Oscar podía venir a nuestra casa y coger con Jessi cuando quisiera, la regla era que todo encuentro es consensuado por ambos, así que cada vez que él quiere cogerse a Jessi, me manda un mensaje pidiendo permiso, a veces le dijo que si que espere a que yo llegue para hacer trio, como nos gusta a mi esposa y a mi, pero últimamente los he dejado que disfruten solos, con el pretexto de tener mucho trabajo, y tener que quedarme hasta tarde en la oficina, le dijo a Oscar que le diga a mi esposa que no me aviso nada, que yo no sé que hoy se la va a coger.
Cuando llego a casa, él ya no está, pero me la deja prendida como una puta, y me coge deliciosamente, Aunque eso está por cambiar, cuando se entere de mi infidelidad.
Sara, mi nueva compañera de trabajo, es una chica de 30 años, de 1.70, piel color canela, ojos café claro, labios delgados, es delgada, sin mucho busto pero con nalgas grandes y redonditas.
Ella lleva varios meses trabajando en la misma área de contabilidad de la empresa donde trabajo, compartimos mucho tiempo juntos en la oficina y nos volvimos amigos, yo empecé a fantasear con ella, en una ocasión que Oscar me avisó que quería cogerse a Jessi, pero yo tenía trabajo y no podía alcanzarlos, esa tarde me quedé hasta noche con Sara.
Mientras trabajaba no podía concentrarme pensando como mi esposa estaba de puta y yo aquí con tremendo problema, que tenía que resolver para el día siguiente, Sara era buena compañía pues realmente me ayudaba y hacía el tiempo más ligero con su plática, por lo que me sentía cómodo con ella, y ella conmigo.
Esa noche en la oficina, me llamo por teléfono mi esposa y empezó a decirme como se la estaba cogiendo Oscar, me mandó varias fotos y un video, me levante rápidamente, y salí de la oficina, porque Jessi estaba gimiendo y gritando como loca y temía que Sara fuera a escuchar y se incomodara. Me dirigí rápidamente al baño y me empecé a masturbar un poco, hasta que me colgaron, me habían dejado caliente y yo aun no veía para cuando terminar con el trabajo de la oficina.
Regrese un poco menos estresado y continúe trabajando, note a Sara un poco rara, pero no creí que haya escuchado algo. Todo iba normal hasta que me dijo:
– y… ¿Quién te marcó hace rato que saliste corriendo?
Yo un poco dudoso le contesté: – Unos amigos que andan de fiesta y querían que los alcanzara.
-Yo creo que necesitare una fiesta de esas, con tanto estrés de este maldito reporte que aún no terminamos.
-Si creo que yo igual.
No sabía cómo interpretar eso, estaba seguro que no se escuchaba nada de la llamada, y salí muteando el teléfono en cuanto escuche que empezó a gemir mas fuerte mi esposa. Terminamos el reporte cerca de las 11:30 pm, preparamos nuestras cosas y me ofrecí a llevarla a su casa, ella al principio no aceptó, me dijo que esperaría a su novio, pero después de 20 minutos de espera, accedió.
En el camino iba mandando mensajes y se notaba que estaba discutiendo con alguien. Con un gesto de enojo metió su teléfono a su bolso, y empezó a platicar conmigo, al principio normal, cosas como que cansancio, que fastidioso reporte, que odioso es nuestro jefe, y mencionó, tus amigos y nuestro jefe, bien a gusto, disfrutando la fiesta, y nosotros de matados en el trabajo, por eso me enoje con mi novio porque el también anda de borracho, con sus amigos y se olvidó que tenía que venir por mi. Como un reflejo puse mi mano sobre su rodilla y le dije que, todos tenían derecho a divertirse cuando tuvieran oportunidad, que ella debería hacer lo mismo de vez en cuando.
Note que me estaba viendo fijamente mientras hablaba y acariciaba mi mano en su rodilla, yo mantenía la mirada al frente, pero notaba como ella iba subiendo sus caricias por mi brazo y giraba sus piernas hacia mi, me dijo:
-¿Porque me dijiste que eran unos amigos los que te marcaron hace rato, si tu contestaste con un “Hola, amor”?
Esta vez más nervioso que antes, le contesté: -Es que mi novia está en la fiesta también y quería que fuera, y me pasó a un amigo para convencerme, pero no creo ir, no me siento de ánimo iré a casa a descansar y después iré por ella.
Ella me respondió un poco incrédula: -Pues se escuchaba que si estaba disfrutando, ¿no te dan celos?
-No, de hecho me gusta que ella disfrute y goce lo que quiera.
Yo no sabía ya de que hablábamos, no sé si ella entendía el doble sentido de mis preguntas, pero me sentía avergonzado de saber que una mujer sepa que soy cornudo por gusto. Pero esas dudas se iban aclarar después de lo que dijo:
-Pues yo creo que nosotros, también debemos divertirnos
-Y como propones divertirnos?
-Pues la verdad escuche un poco de tu llamada y creo que eran gemidos, me calentó un poco.
-Nos podemos divertir igual.
Me orille de inmediato y sin pensarlo le di un beso, apasionado, ella me contestó con pasión mientras me sacaba el pene, erecto como roble. Nos besamos tanto que cuando los besos ya no eran suficientes, empezó a chuparme el pene. Se lo metía hasta el fondo y lo dejaba lleno de baba, lo chupaba con rapidez, le tome fuerte la cabeza y empecé a follarle la boca hasta que se le salieron las lágrimas. Me dijo con voz seductora que fuéramos a un hotel, yo empecé a manejar, y ella seguía pegada a mi pene chupándola con lujuria.
Llegamos a un motel de paso, de mala pinta, con un par de putas afuera, pero no me importo yo ya quería destruir el culo con el que fantasee todo el día, entramos al cuarto y sin perder tiempo se empezó a desnudar, la puse en cuatro y me empecé a comer su culo, la lamia con tantas ganas que ella me dijo, que imaginara que me había recogido haya afuera que hoy ella seria mi puta, tenía ganas de que la hiciera disfrutar, y eso hice.
Yo aun con ropa puesta le dije: Bueno cuando te coges a una puta de paso no te quitas, toda la ropa, y la penetre con fuerza, ella gritó y empezó a gemir ya estaba mas que caliente, y se sabía que sería toda una salvaje en la cama cuando empezó a estimular su ano, y no tardó en pedirme que le cogiera por el culo, yo encantado le dejé caer mi verga de un golpe en su ano, para mi sorpresa no le dolió tanto como creí, cachondo le dije: Estás bien abierta putita, vale la pena lo que cobras. Ella: – A ti no te voy a cobrar si me dejas llena de lechita.
Yo no podía creer que estuviera cogiéndomela como a una puta, cuando nunca habíamos tenido ni una sola insinuación o acercamiento, más allá de una plática cotidiana o de trabajo, ahora que recuerdo, ni siquiera sabía bien donde vivía, solo me dijo que carretera tomar y me avisa que salida debía tomar. Estaba en un trance de placer y deseo, hasta que el sonido de mi teléfono me despertó. Jessi estaba llamando al principio lo ignoré pero insistió con varias llamadas. Sara se desmonta y se acuesta abriéndose de piernas, me mira, y dice: – Contéstale, me excita que mis clientes, hablen con sus cornudas, mientras me follan.
Conteste el teléfono y era mi esposa, me preguntó si seguía en la oficina, quería que me apurara porque quería hacer trío con Oscar, yo le dije que ellos disfrutaran que yo aun no tenía hora de salida. Jesi me pregunto si me gusto el video que me había mandado, yo le dije que me había quedado con ganas, que nada me gustaría mas que cogerme una putita como esa. Sara se prendió con la conversación y me dijo al oído, con que eres de esos cornudos por gusto. Ya sabía yo que no había escuchado mal, y lo que oí en tu llamada eran gemidos. Jessi me hizo un par de preguntas más que no escuche bien y le dije que tenía que colgar que necesitaba concentrarme. Antes de que pudiera colgar Sara lanzó un gemido, un poco fuerte y me dio miedo que mi esposa lo hubiera escuchado. Le tape bruscamente la boca con su pantie, le metí la prenda en la boca y se lo volví a meter por el ano, estaba más excitado que nunca, gracias a esa llamada.
Sara: -La zorra de tu esposa no sospecho nada.
-Que no te importe y mejor chúpame la verga, que ya me voy a venir.
-Te dije que me llenes mi culito de leche papi
Le di unos azotes a su culo y termine llenándola de leche, le metí dos dedos, y los embarre de semen para metérselos en la boca, y saborea mi leche. Ella me chupo los dedos como si fuera un pene mientras me masturbaba, sacándome hasta la última gota de semen.
Recostados, recuperando el aliento después de aquel sexo tan rico, me dijo: De verdad te gusta ver como cogen a tu esposa?
Yo le contesté que si, a veces solo veía, y otras veces participaba, le conté de nuestra primera experiencia, y ella me preguntó que si no habían planeado un trio con otra mujer, yo le respondí si ella estaría dispuesta, a lo que me respondió que necesitaba pensarlo que ser la amante es una cosa, pero que la mujer oficial se entere y aparte estar con ella en la misma cama era algo fuerte, que no estaba segura si quería tener esa experiencia.
Ya eran cerca de las 3 de la mañana y nos apresuramos a irnos, la lleve hasta su casa y nos despedimos con un rico beso, ella aun olía a sexo.
Al llegar a casa todo estaba normal, mi esposa ya estaba dormida, vi varios condones usados en el suelo, y se me puso dura la verga de recordar aquella llamada en el hotel. A la mañana siguiente desperté y fui a desayunar, y luego al trabajo, pero al entrar al comedor estaba Jessi sentada en la mesa, con la pantie negra de Sara, me dio un escalofrío y no podía entender como ella tenía eso, pero les contaré en otro relato.