Las vacaciones de Navidad, mi época favorita y la más corta… paso estas vacaciones en familia, como hemos hecho siempre, fiestas tranquilas, sin apenas discusiones y con mucho cariño en el ambiente. Roel no estará en Navidad, porque la pasará con su familia, pero pasará con nosotros el año nuevo y Reyes.
Noto a Roel más frío y distante desde el día del desmayo… cierto es que yo tampoco es que sea un cascabel cuando estoy con él, pero él siempre era el entusiasta y ahora no.
Para año nuevo Roel ha alquilado una de esas burbujas, donde puedes ver las estrellas tumbado en la cama, hace meses que tiene la reserva, y aunque las cosas están un poco raras, espero que sea una noche memorable.
***
Cuando llegamos a la burbuja lo primero que hacemos es desmontar las maletas, reservaremos el sexo para después de las uvas, no vaya a ser que nos quedemos dormidos antes de las campanadas.
Cuando ya tenemos el equipaje desmontado, salimos a dar un paseo por la zona, ya está atardeciendo así que hacemos un paseo corto. Al poco de llegar a la burbuja, vienen con la cena, en el menú entra una ensalada de canónigos con piña y langostinos aliñado con vinagre de Módena, de segundo yo me pedí el bistec de ternera y Roel pidió el secreto ibérico, de postre nos han puesto un helado de uvas junto con unos barquillos bañados en chocolate con sal, y también nos han traído un par de bandejitas con doce uvas cada una.
Cenamos y está todo buenísimo, nos reservamos las uvas, solo falta media hora para las campanadas y la pasamos viendo los recordatorios que dan en la televisión hasta que por fin llega el momento de las uvas, espero no atragantarme con ellas. Empiezan los cuartos y yo nerviosa, porque nunca sé cuándo tengo que empezar a comerlas… pero lo consigo y me como las 12 uvas, al final Roel y yo entrelazamos los brazos y brindamos por el año nuevo y nos bebemos la copa de champagne, nos besamos y ya no podemos parar…
El deseo nos invade, Roel me desnuda con rapidez y me tira sobre la cama, coge el antifaz de la mesilla de noche y me lo coloca.
No veo nada pero siento como baja de la cama y cuando vuelvo a sentir como se sube me abre las piernas y siento su lengua en mi sexo y sus dedos entran y salen a la vez. Noto algo raro en su forma de hacerlo, le falta la delicadeza con la el suele hacer estas cosas, es algo brusco… pero aun así estoy muy excitada y no tardo en llegar al clímax.
Cuando me recompongo Roel me levanta el culo y me pone un cojín bajo la cintura mete sus dedos nuevamente en mi sexo totalmente empapado y los desliza hasta mi ano, lo rodea y juega con él. Oh Dios mío! Lo está lubricando, no creo que este lista para esto… me revuelvo y la mano de Roel sobre mi pecho me hace parar, se me acerca al oído y me dice:
– Por favor, confía en mí, necesitamos esto.
Ha usado la dichosa palabra… "confía" sabe que a eso no me resisto, confío en el más que en nadie, pero esto no me acaba de convencer…
Vuelve a meter sus dedos en mi sexo y vuelve a llevárselos a mi culo.
-¡Ay! Joder… duele…
Pero Roel solo me chista y sigue introduciendo su dedo corazón en mi culo. Duele, pero duele más la humillación, tendríamos que haber hablado esto…
Extrañamente mi sexo sigue humedeciéndose, cuando consigue que el dedo entre entero lo mete y lo saca varias veces hasta que se hace fácil. A mi me sigue costando asimilar todo esto…
De golpe lo saca y se baja de la cama, oigo una cremallera y deja algo encima de la cama, oigo su ropa caer al suelo y se vuelve a subir a la cama. Me coge la cintura y me da vuelta, el cojín queda en mi vientre y me quedo con el culo en pompa, Roel vuelve a introducir un dedo en mi culo, chillo de nuevo, mi manos se clavan en el edredón y muerdo con fuerza la almohada. Al fin lo saca, noto que se acerca a mí y me dice:
– Abre la boca. – me introduce como una bola metálica en la bola – Chupa nena.
Hago lo que me dice, al principio está muy fría y al rato coge la temperatura de mi boca, la retira y siento que Roel vuelve a ir a la parte de abajo de la cama. Mueve esa bola por todo mi sexo y cuando llega a mi culo noto como la aprieta. ¡Mierda! Es un plug anal… no se si voy a poder…
Entra de golpe y yo vuelvo a chillar, me duelen las manos de tanto apretar y se me saltan las lágrimas. No me puedo creer lo que está pasando…
Roel se tumba sobre mí y me da un beso en los labios y me pregunta si estoy bien.
Hago un amago de asentir, pero solo siento dolor, Roel me dice:
– Podemos parar cuando tú quieras, solo quiero tu placer.
– Sigue. -le contesto entre sollozos. Aunque me duele, siento mi entrepierna muy mojada y quiero ver como acaba esto, sigo confiando en él.
Me da otro beso en los labios y me abre las piernas, me coge de las caderas y noto su gran miembro efecto dentro de mí, cada embestida hace que el plug tiemble dentro de mí, con cada embestida algo tira dentro de mi vientre, con el plug siento más su verga y en contra del dolor que siento mi cuerpo se estremece y acabo con un gran orgasmo.
Roel me quita el plug, eso es algo doloroso pero muy placentero a la hora de salir. Se sienta en la cama y me ordena que me siente encima suyo, me guía y cuando me voy a sentar un verga entra dentro de mí, me coge de la cintura y me sube y me baja mientras lame y muerde mis pechos, yo le abrazo el cuello y cuando voy a caer de nuevo en el clímax, le cojo del pelo y juntos caemos en la espiral, caigo sobre él y el sueño se me lleva.