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Me dejé coger el culo
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Una noche de paseo en la ciudad, encontré a varios transexuales en la calle. Uno estaba despampanante y no aparentaba ser hombre. Me ofreció sus servicios y me ganó la calentura de cogerle el precioso culo qué se le marcaba en una cinturita perfecta con piernas torneadas.

La verdad no me importo cuanto me cobraría, lo que deseaba era cogérmelo porque iba excitadísimo.

Entramos al auto hotel y la verdad todo bien, tenía voz bastante femenina y no se le notaba para nada la tremenda verga qué tenía.

Me le acerque y le dije que me gustaba mucho. Empecé a besarle los pechos y el empezó a acariciarme bajando hacia mi pené.

Estaba super caliente. Me la saco y me la acariciaba. Yo estaba mojadísima y le encantó verme así. Me desvistió muy fácilmente. Y me acostó boca arriba. Me chipaba la verga deliciosamente y me besaba los huevos cuando de repente me dio varios lengüetazos en mi ano.

Aunque me asustó me encantó, luego me dijo me encanta lo apretadito qué lo tienes y sentí como una calentura fuertísima se apoderó de mi.

Siguió chupándome todo. Me sentía como si fuera su mujer. Me empezó a meter la lengua y me volvía loco del gusto. Yo tenía cerrados los ojos para disfrutar cada caricia. Cuando los abrí tenía enfrente una verga grande y venosa saliendo de la tanga qué llevaba.

Sin pensarlo me la metí a la boca. Y sentía como palpitaba porque también él estaba muy caliente por cogerme el culto. Como podía hacia lo posible por meterme la toda pero era imposible porque estaba muy grande. Me chorreaba semen entre mis piernas y a él le salía líquido seminal por montones.

Me excitaba oírlo gemir con cada mamada qué le daba. No sabía lo que me esperaba cuando me puso en cuatro a la orilla de la cama. Me dio una metida de lengua y dedo en mi culto qué ya palpitaba por comerse la tremenda verga qué tenía.

Me dijo vas a ser mi mujer y me metió suave y delicioso ese tremendo palo acariciando me la verga también. Ya para ese momento me había venido dos veces.

Cuando la tenía toda adentro no podía creer como muchas mujeres se negaron a darme el culo siendo tan rico recibir verga por ahí. Sabía hacerlo extraordinariamente.

Se movía y se movía y yo más trabado por ese palo delicioso. Si me sentí cogido como mujer… Pero valió la pena.

Continuará.

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