Hola, me llamo Luna, soy estudiante de arquitectura, tengo 21 años de edad. Físicamente soy delgada (155 cm de altura), de piel blanca, ojos castaños y redondos.
Me enamoré de mi exmaestra de inglés Bueno tengo muchas historias, pero quería contar una que me pasó a inicios de este año. En febrero empecé a utilizar una app para buscar citas. Yo siempre me consideré una persona de mente abierta por eso soy bisexual.
Un día me encuentro con el perfil de mi ex maestra de inglés del colegio. Ella es muy bonita, es alta (170 cm), tiene un cabello castaño claro y su piel es muy blanquita. Aproximadamente va por sus 40 años de edad. Ella fue mi maestra de inglés cuando yo tenía 15 años. Siempre fue una profesora de temperamento calmado y bastante serena.
La cosa es que me pareció muy curioso así que decidí darle like. Pensé que ella me ignoraría o tal vez ni me recordaría. Mi sorpresa fue grande cuando un día después hicimos match. Yo la saludé amablemente y por fortuna ella me reconoció. Hablamos de muchas cosas, ella me preguntó por mi vida. La conversación por chat era muy fluida. Al cabo de unas horas charlando ella me invitó a tomar un café. Eso a mi me sorprendió (la verdad no tenía expectativa de nada) así que acepté. Nos citamos a las 3 de la tarde en una plaza. Yo estaba con uno leggings negros y un sweater beige.
Llegué a la plaza unos minutos antes de la hora acordada. Estaba un poco nerviosa, no sabía qué esperar de este encuentro. Miré a mi alrededor y la vi caminando hacia mí. Ella se veía muy bonita usaba unos pantalones grises anchos y una bonita blusa negra que resaltaban su piel clara. Mientras paseábamos la sentía mucho más juguetona. Atrás quedó la imagen de una profesora seria.
Ya en la cafetería notaba cómo ella de vez en cuando agarraba mi mano (eso me derretía jaja) y cuando menos lo esperaba estábamos las dos agarradas de la mano como novias.
La verdad me divertí mucho en la cita, ignoré el hecho de que ella hubiera sido mi profesora. Bueno al terminar la cita me pidió que le acompañe a tomar el bus, yo acepté. En eso ella me pregunta si me parecía atractiva. Yo algo sonrojada le dije que sí. Me dijo que se había divorciado hace muy poco y qué le gustaban las mujeres y los hombres, pero que preferían las mujeres porque le hacían sentir más cómoda y feliz. Y luego me preguntó si habría alguna razón para no besarnos. Yo me quedé inmóvil y en blanco.
Ella se acercó a mi, me agarró de las caderas y me besó. Comenzamos a besarnos apasionadamente como novias que no se veían desde hace tiempo. Fue muy excitante, mi corazón se aceleraba. Sentía como sus manos frotaban mis caderas y eso me prendía más. Llegamos a la parada del bus y no parábamos de besarnos. Y hasta ahí puedo contar.