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A veces el sexo consentido no es ciertamente el mejor ¿o sí?
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Capítulo 1: ¡Splash!

Ella siempre vestía con minifalda, por debajo de la rodilla, eso hacía que a veces cuando un viento fuerte recorría, cualquiera que pasase junto a ella, si estaba de suerte, se ganase viéndole su entrepierna. Yo, desde que la vi por primera vez, sabía que ella tenía que ser mi novia, mi folla amiga, o algo que me permitiera conocerla más en su interior, y no me refiero a sus sentimientos como pareja, sino a como es que gemía mientras me la follase, ese era el objetivo, pero si en el proceso ella se enamoraba, eso me facilitaba las cosas, porque eso significaba que me la podía follar casi cuando quisiera. Sin embargo, como sucedía en casi todas las veces, y realmente, todas las veces que me acerqué a una mujer, estas solo querían una amistad sin sobrepasos, o simplemente nada conmigo. Y, como es que había sucedido en algunos casos, en donde previo análisis de la autoestima de la chica, si este era bajo, pues las había seducido para lograr mis objetivos, esto incluso si eso significara que, ellas tengan que tener las manos atadas, de rodillas sobre un colchón, y yo empotrándolas por el culo sin piedad hasta descargar mi leche dentro de ellas.

Desde que salí del colegio me había propuesto tener una vida sexual activa, pero luego de que con la primera chica que pensé iba a iniciar aquello, en lugar de mamármela, me casi reviente las pelotas con la patada que me dio, me di cuenta que ello iba a ser más difícil de lo que creí. Así que, o pensaba en algún “modus operandi” para lograr follar, o me quedaría virgen ¿Para siempre?

Cuando entré a la universidad, encontré un mundo nuevo, a diferencia del colegio, ahora literal, había hasta para escoger, pero eso implicaba que, las habilidades de uno debían ser suficientes para lograr que alguien se te acerque a ti, y lograr alguna cosa. En la universidad, había una chica que realmente me gustaba, me acerqué a ella, y la convencí de invitarla a salir conmigo, ella aceptó y yo estaba feliz. Ese día lo preparé todo, debía sino convencerla de algo más, por lo menos sentar las bases para que algo seguro ocurra en una eventual segunda cita, mi plan era simple, le hablaría lo mejor de mi y la adularía, además de pagarle todo, eso en mi cabeza, significaba que ella luego se vería “obligada” a recompensarme con algo, no podía fallar.

La primera cita llegó, tal y como habíamos quedado, ella estuvo puntual, yo y mis ganas también lo estábamos, ella toda carismática me dijo que quería ver una película, a lo que accedí. Vimos la película, luego me dijo que tenía hambre y si podíamos comer pollada, lo que accedí. Mientras comíamos, tal y como mi plan, cuando ella me preguntó sobre mí, yo le hablé lo mejor que pude de mí, y hasta le dije lo hermosa que era. Si bien, ese día mi intención era que algo más ocurriese, la verdad es que esto si resultaba en una relación, de por seguro ella hubiera sido la única, quizá hubiese llevado una vida normal, y no estaría relatando ninguna historia ahora.

Ella sonrió, para mi era una victoria, me dijo que también le parecía lindo, que me dijera eso la verdad me ilusionó. Sin embargo, lo que pasaría a continuación marcaría un antes y un después. ¿Quizá me sobrepasé? ¿Debí esperar a la siguiente cita? No lo sé. Le dije que como veía, se notaba que si le gustaba el pollo. Ella afirmó con la cabeza. Entonces le dije: ¿Puede quizá que te gusté también el otro pollo? -Haciendo señas poco explicitas con mi rostro, pero claramente ella entendió a lo que yo me refería. Su semblante cambió un poco, y cuando pensé que me había pasado, sonrió y dijo: Pues realmente siempre quise probar el otro pollo, pero nunca tuve oportunidad. Eso me puso a mil, si no fuera porque estábamos en el patio de comidas del centro comercial, creo que me la hubiese follado ahí mismo. Me contuve.

Le dije entonces, pues si gustas podemos ir a un lugar más tranquilo, menos ruido, donde nosotros seamos los protagonistas. Ella sonrió con una risa picarona, y dijo: Pues vamos. Salimos del lugar, caminamos dos cuadras, y cerca del hotel que había previsto con anterioridad, me dijo: Para que no gastes, mejor aprovechemos que esta zona está oscura. Cerca había un lote que estaba en venta, pero no estaba cercado, y la verdad estaba todo oscuro, los postes estaban apagados, y ese lote solo cubría de la parte delantera un morro de tierra, cosa que nos podría servir para estar “más seguros”. La mire sorprendido, y algo confundido, y ella me dijo: ven no seas tímido, y muéstrame lo que tienes ahí, que hace rato veo que estas duro.

Me tomó del brazo y me llevó con ella, entonces se arrodilló delante de mí y me comenzó a bajar los pantalones, sentí frio, pues era zona descubierta, por lo que mi pene se comenzó a encoger, ella lo tomó con una de sus manos para calentarlo, lo que provocó que en cuestión de segundos de nuevo este duro, por otro lado mis testículos a diferencia de lo que pensé, no estaban encogidos sino más bien colgaban debajo como si el frio no pareciese afectarles. Ella me dijo: Mira. Y en ese mismo instante se quitó la blusa, dejándome ver sus senos, que, aunque no eran grandes, si eran lo suficientemente “grandes” como para una buena rusa.

Ella había logrado embobarme, y ciertamente yo sentía estar en la gloria cuando me tomó suave con sus manos mis testículos, con la otra tomó la base de mi pene y se lo dirigió a la boca. Yo me sentía realizado, sobre todo cuando comencé a sentir el calor de su boca en mi glande, y la punta de su lengua. Pero, como había dicho antes, este sería el momento que marcaría un antes y un después en mí.

Cuando pensaba que se tragaría mi pene con su boquita de caramelo, pues pese a que pude tomarla de la cabeza y clavársela de golpe, preferí dejarme llevar, lo que me costaría caro, sentí como dejó de tomarme de las pelotas, a oír un ¡Splash!, seguido de un fuerte dolor en mi entrepierna. Un ligero beso con sus labios en mi glande, y un segundo ¡Splash!, esta vez, pude sentir claramente como esa mano angelical, se había convertido en un poderoso puño, que estaba aplastando mi escroto con mis pelotas dentro, y, en consecuencia, causándome gran dolor.

En total fueron tres, las veces que esta chica, la que pensé que me la mamaría esa noche y campeonaría, casi reventó mis pelotas. Mis manos fueron directo a mi entrepierna, a tratar de proteger lo que claramente ya había sido vulnerado, del dolor caí al suelo. Ella solo río levemente, y mientras yo me retorcía de dolor, ella se bajó ligeramente el sostén, dejándome ver la punta de sus tetas, y estrujándoselas, diciéndome: ¿Realmente pensabas que te la mamaría? Tienes buena verga, pero no tan rápido jovencito. Hoy, y probablemente nunca, sobre todo luego de como es que han quedado tus huevos, te la mamaré ni follaré contigo.

Realmente pensé que, si me las había reventado, pero pronto el dolor me comenzó a pasar. Como pude me levanté y le dije: Esto no se quedará así, (Quizá el ser que en un futuro afloraría en mi esa noche se manifestó) Le dije: Hoy, si o si, usted, señorita me la va a mamar, y le va a gustar, o si no… Y antes de que pudiera terminar, sentí un cuarto ¡Splash! En mi entrepierna, pero esta vez era su pie, pues, ya que al haberme levantado antes como pude, aún estaba con los pantalones abajo y mis genitales expuestos, a lo que ella aprovechó para meterme tremenda patada directo a mis pelotas.

Inmediatamente como su pie volvió al suelo, y yo haber quedado en breve shock, me dio un golpe con su puño en mi mandíbula, pese a ella ser un poco pequeña en estatura que yo, en ese momento tenía la ventaja. Tras ese duro golpe simplemente me desmayé. No sé la verdad cuanto tiempo estuve así, pero al despertar me sentí como si aparte de aquellos golpes, me hubieran dado una paliza. Traté de levantarme, pero no pude, y cuando al fin lo logré, me di cuenta que la muy ¡Hija de p…! se había llevado mis pantalones. Solo estaba con mis zapatillas, mi camiseta semi puesta, pues se notaba que me la había tratado de quitar, y mi casaca, que la había lanzado a un costado antes de aquel fatídico episodio. Sin embargo, no estaba en donde recordaba haberme desmayado, sino, en una especie de zanja.

Resulta que, en ese mismo lote, en la parte de atrás había una zanja hecha seguro por los propietarios del lote, ella se había tomado el trabajo de no solo quitarme los pantalones, sino de arrastrarme y lanzarme a la zanja. Sin lugar a dudas, una chica muy peligrosa, si lo pensaba bien. En ese momento solo podía pensar en salir de ahí, por suerte mi celular y documentos, al estar en mi casaca, esta no se lo pudo llevar, pero yo estaba sin pantalones, y con los genitales expuestos, que, incluso al intentar salir de aquel lugar a la superficie no había podido evitar algunos leves golpes en mi escroto y pene. Vi la hora, y habían pasado 3 horas, eran casi las 12 de la noche. El lugar seguía oscuro, entonces, coloqué mi casaca como si fuera una “falda” y salí de ahí hacia una calle donde vi pasar un taxi, le hice señas, me subí y logré llegar a mi casa cerca de la 1 de la mañana.

Realmente no podía creer como es que todo había terminado así, cuando pensé que ese día alguien me la iba a mamar, lo que realmente pasó fue que por poco y me castraban. Pensé mucho en que iba a hacer como venganza contra ella, después de todo, no es que la hubiese tratado de violar, todo había sido consentido, y ella me había engañado aprovechándose de mis ganas, y me había hecho tal cosa. Se me pasó por la cabeza, violarla, literal, después de lo que ella me había hecho si la denunciaba, ella de seguro se defendería y me voltearía la torta, así que lo pensé, pero el problema era como hacerlo, ella siempre tomaba una sola ruta a la que decía era su casa, y esas zonas normalmente son iluminadas, no podría tener oportunidad, a menos que la cite nuevamente diciéndole que la perdonaba y todo, y una vez en el sitio, doparla y romperle el culo por casi reventarme las pelotas. Sin embargo, por lo que había acabado de pasar, ella no era una obvia chica normal, sabría que algo está mal, y no aceptaría. A más pensaba como, más me terminé estresando, así que decidí mejor ir a bañarme, pues estaba sucio por la tierra, y dormir.

Al siguiente día, teníamos clase nuevamente y ella le tocaba conmigo en mi misma aula, la verdad me entre aterraba y daba vergüenza de como es que la vería de nuevo a los ojos, o si incluso la veía de lejos, luego de lo que había pasado. Claramente ella quizá podría habérselo ya contado a todo el mundo, lo que me aterró más, o incluso inventar alguna versión de los hechos perjudicial para mí. Sin embargo, al llegar, pese a que ella era puntual, no estaba en el aula, y aunque esperé que llegara, nunca lo hizo. Realmente por el resto del ciclo, no lo haría más.

Pregunté a una de sus amigas con las que ella se juntaba, y la única información que me dio es que desde ese día que faltó, ella nunca más se volvió a comunicar con nadie, literal, era como si simplemente hubiese desaparecido. Aunque tampoco le preocupaba, ya que como era quinta semana de primer ciclo, quizá no salió bien en sus exámenes, y decidió retirarse. Sin embargo, cuando una vez tuve oportunidad de ver el registro de notas del docente, ella que ya figuraba como inhabilitada, en la primera unidad había salido con buenos calificativos.

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