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El bautizo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Supongo que las reuniones familiares siempre son bulliciosas, llenas de gente que no conoces y que bueno, estoy hasta la madre de ver hablar con las mismas señoras siempre. Particularmente con las vecinas de mi abuela quienes llegan a dichas reuniones, aunque sean en otros lados, la reunión en cuestión, bautizo del tercer hijo de diferente padre de una de mis primas.

Como de costumbre me acerco a saludar a mis parientes y me presentan a los gorrones, entre uno de ellos estaba un matrimonio clásico, el bajito y panzón en botas y sombrero bebiendo cerveza como si se fuera a acabar, ella bajita, delgada con un vestido naranja muy recatado con un rostro que reflejaba aburrimiento y pena por su panzón, el nombre de él no tiene importancia, el de ella Delia según supe mas tarde a quien salude de mano y un beso en la mejilla o media mejilla porque calcule mal y rose sus labios, cuando me enderece porque estaban sentados en una mesa con mi abuela le sonreí y ella también me sonrió y cuando estaba soltando su mano le acaricie la palma con el dedo medio, cuando lo hice le volví a sonreír y ella esbozo una leve sonrisa inmediatamente volteando a ver a su marido que estaba a su lado a quien salude de mano a continuación.

Me retire de la mesa a la mía donde pedí un wiskey a mesero y empecé a recorrer el cuerpo de Delia con la mirada, ese vestido era muy recatado hasta el cuello le llegaba, pero aun con todo eso se le dibujaban unos senos de buen tamaño, C diría yo, pero los brasieres y vestidos pueden ser engañosos.

Con el paso de la velada oscurecía un poco, el panzón se ponía cada vez mas y mas pedo, incluso se cambió de mesa a la de mis tíos con quien tomo más intensamente mientras que Delia estaba en la mesa de las señoras y de vez en cuando intercambiábamos miradas, fue en una de estas miradas en las que nos quedamos viendo fijamente mientras con una mano hice un círculo y con el dedo medio de mi otra mano empecé a penetrar ese círculo, ella se rio cambio la mirada de lugar.

Unos minutos después me puse de pie pasando por un lado de la mesa si quitarle la mirada hasta que ella volteo y me vio pasar, estábamos en un terreno chiquito con puro zacate que tenía 4 baños distribuidos por los a los rededores del área de las mesas cada baño era un escusado con puerta para mujeres y otro para los hombres, en el más alejado del lugar que igual manera se oía muy fuerte la música me pare como esperando mi turno para entrar, pero volteando a la mesa de Delia.

Unos segundos después ella viene caminando y se forma en el de mujeres, cuando la muchacha para delante de ella entra al baño quedándonos solos y sin decir una palabra la jalo y la meto al baño de hombres, ella sin perder un segundo se me lanza prendiéndose de mi cuello dándome un largo y húmedo beso, mientras me sujeta con las piernas en mi cintura, yo hago lo propio metiendo las manos debajo de su vestido acariciando sus piernas, muslos llegando a su trasero.

La bajo al suelo tomándola del cabello hago que se hinque al lado del lavabo y en automático ella me quita el cinto, baja mis pantalones y boxers para meter mi ya erecto pene en su boca, donde empieza dar una catedra de como mamar una verga, combinando labios con sus manos.

La pongo de pie y me siento en el escusado bajando la tapa, a ella le doy la vuelta dándome la espalda y le bajo los calzones, levanto su vestido y hago se siente en mi durísima verga, ella se sostiene del lavabo y de la pared con las manos y empieza a darme de sentones, mientras que yo me limito a acercarme sus calzones a la cara y olerlos como un animal huele a su presa, entonces le doy la vuelta la llevo a la pared y poniendo sus piernas en mis hombros empiezo a embestirla violentamente contra la pared hasta que eyaculo lo mas adentro de ella que puedo.

Nos quedamos así unos momentos mientras nos empezamos a besar, entonces la pongo en el suelo despacio ella se inclina y limpia mi pene con su boca. La ayudo a ponerse de pie, nos vestimos y salgo del baño sin voltear atrás, llego a mi mesa me siento y pido otro wiskey cuando me doy cuenta que me quede con sus calzones una pantaleta de seda plateada muy sobria, como ella, ya con sus años, pero deseosa de acción.

Unos minutos después llega ella perfectamente arreglada, como si nada hubiera pasado, al poco tiempo el panzón regresa a la mesa, hablan un rato y se retiran del lugar, yo por mi parte llegue a mi departamento y me masturbe con su panty, espero que se repita porque parece que tengo una afición a las señoras recatadas.

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