Hace calor, estoy sentada bajo la sombra de un árbol mirando el cielo y las hojas mecerse suavemente. Agarró el celular y veo una foto en Instagram de una mujer con bucaneras color rosa y una chaqueta de jeans, casi sin ropa, sus curvas son perfectas, está casi de perfil por lo tanto aparenta no tener nada puesto debajo, muy atrevida y extremadamente sexy. Una cola perfecta firme y a la vez carnosa.
Mi marido está leyendo en el estudio. Yo mientras miro la fotografía pienso en cómo luciría así vestida o… ¡casi desvestida! Recordé que tengo unas botas largas de color rojo guardadas por ahí que una vez utilice para una fiesta de disfraces, me las había regalado una amiga que las había traído de un viaje, voy por las botas y la chaqueta de jeans con mucha picardía riéndome de la idea que he tenido de emular esa sesión de fotos.
Frente al espejo de la habitación me quito toda la ropa, paso crema en todo el largo de mis piernas, en el busto, en los glúteos y brazos, quiero verme un toque brillante. Sube la temperatura de mi cuerpo mientras me unto suavemente la crema y práctico alguna facción de fem fatal con mi rostro. La idea me divierte y a la vez me pervierte bastante. Cambié mis bragas de uso habitual por una más pequeña y con encaje, también de color rojo. Ya con las botas puestas practico algunas poses, posicione mi móvil junto al espejo para tomarme unas fotos, estoy sorprendida de lo bien que se me da el posar como una porno start.
Me excita mucho verme y sentir como se incrementa la humedad en mi cuerpo, como mi boca se abre de una manera seductora mientas intento cubrirme las tetas o más bien algo de ellas con la chaqueta, estoy de perfil, me inclinó un poco hacia adelante para que la chaqueta cubra un poco mi pubis, eso más los tacos hacen que mis nalgas se vean maravillosas no puedo dejar de pasar mis manos por ellas, que lindo se siente.
Las fotos me gustaban cada vez más, estoy verdaderamente excitada, un jadeo sale de mi cada tanto. Me siento observada, alzó la vista y veo a mi marido mirándome desde la puerta, puedo ver debajo del pantalón su pene totalmente erecto. Sin decir una palabra y con una mirada de fuego se acerca hasta mí, me pone de espaldas, con sus manos arquea mi espalda y jala fuerte mis caderas contra él, puedo sentir lo duro que esta su pene.
Solo sé que lo quiero dentro mío de inmediato, escucho que baja el cierre de su pantalón y luego siento su pija entre mis nalgas, me nalguea con su mano derecha con un golpe fuerte y secó y me dice que eso es por vestirme como una zorra. -Ahora quiero verte coger como una. Me lleva las manos hacia adelante sobre el espejo, desde ahí puedo ver su rostro serio y como se muerde los labios mientras me nalguea otra vez y luego me acaricia todo el lugar del golpe y más, su pene cada vez lo siento más duro.
Yo estoy mucho mas excitada que antes, con mi cola al descubierto contra sus caderas, desliza su mano hacia mi clítoris, la misma con la que me nalgueo y comienza a tocarme suavemente.
-Me gusta que las zorras no griten, dice y me tapa la boca con su otra mano, cada vez me frota el clítoris con más fuerza corre mi flujo por su mano, cada tanto mete sus dedos en mi vagina, voy a morir de placer, soy una vela ardiendo bruscamente.
Deja de masturbarme y me indica que siga yo tocándome. Me separa un poco las piernas y me penetra intensamente, rebota mi cola contra sus caderas. Con cada envestida yo muerdo su mano. Con cada movimiento corto y constante de su pene dentro mío, se me escapa un gemido, en ese momento me tapa aún más fuerte la boca y alterna con penetraciones suaves y lentas para luego darme con todo, tiene un pene grande y gordo lo puedo sentir como entra todo bien adentro.
Como me calienta este hombre, como me caliente verme y sentirme como una puta cogida con tantas ganas, mi figura en el espejo es de escándalo siendo penetrada tan ricamente.
No aguanto más y doy un fuerte y largo grito, con la exhalación se libera de mi vagina un caliente fluido que corre por mi entrepierna. Otra vez su mano pesada sobre mi cola, nalgueándome ferozmente
– Te dije que mi zorra no grita!! Su voz áspera y firme en mi oído me deja sin aliento, siento su pene duro dentro y solo quiero que me siga cogiendo, así duro salvaje, siento mi glúteo caliente por la nalgada y vuelvo a gritar quiero más de ese tortuoso placer.
Quien me está cogiendo? Quien es este hombre que me está haciendo su zorra, su puta? Es mi marido, ese que leía apaciblemente su libro, el que nunca me dijo una grosería y es muy tradicional en el sexo? Es él? Woo todo mi ser explota de placer me coge como una vestía.
Me tira a la cama dejándome boca arriba, la chaqueta se abre y quedan mis tetas al descubierto, me mira extasiado, abre mis piernas, se para en el borde de la cama, me mira fijamente, agarra su pene con la mano derecha y me pregunta si quiero más; asiento con la cabeza no me atrevo a hablar, quiero ver a donde me lleva esto, siento que tanto él como yo estamos en otro plano.
Se tiende arriba mío, me frota el pene en el clítoris y me besa con fuerza, me muerde la boca, luego el cuello, baja a mis pecho y succiona mis pezones y los muerde como si comiera la fruta más deliciosa del mundo. Gimo, grito y el con cada grito me muerde más fuerte. Mete sus dedos en mi concha y haciendo presión hacia arriba me dice – ahora me toca comerme está.
Empieza a lamer mi vagina de abajo hacia arriba la llena de saliva, su lengua pasa por encima como si fuera un helado, la chupa, la absorbe, succiona mi clítoris, vuelve a meter sus dedos y me da el sexo oral más delicioso de mi vida, no puedo parar de venirme una y otra vez.
Un dedo del él juega en mi ano, como una buena zorra después de semejante comida de concha, me doy vuelta y me pongo en cuatro, sabiendo lo apetecible que se ve mi culo acompañado de esas botas de un rojo lujurioso, ya no me cabe dudas de ello. Sin decir una palabra se lo meneó, le muevo rico mi cola. – Como me conoce mi putita, ya era hora de que me dieras ese culito.
Ufff esa voz parece que viniera del fondo de la tierra. Sólo pienso hijo de puta, rompeme el culo que quiero sentirte venir dentro mío!!! No hacen falta palabras, en una fracción de segundos tengo su pija entrando en mi culo, va lento, se escupe la pija, y siento como milimétricamente va entrando, me llena de placer… y siii hasta el fondo, si, si, así, fuerte, sí soy tu puta ahora y siempre.
Siento en mi espalda el aire caliente de tu boca, tu respiración agitada me dice que ya viene, plac, plac, se hunden tus caderas en mi culo, una y otra vez. – ahí viene, ahí viene putita, zorra rica, puta de botas rojas, que te vuelva a ver tocándote sola el culo en el espejo, putita rica, daleee grita ahora, grita que te estás comiendo la pija de un demonio liberado, grita puta, te gusta, te gusta ahhh sí te gusta!
Leche rica, leche caliente. Nos desplomamos en la cama, yo boca abajo, él sigue adentro mío. Sin palabras, creo que ninguno quiere salir de este estado. La curiosidad me llevó al Olimpo del sexo!!