El presente relato, data del año 2001 cuando rondaba los 19 años y ya estaba cursando la Universidad.
Desde chico acostumbraba a acompañar a mi madre a su espacio de trabajo y por lo general recibía cariños de sus amigas del trabajo, que a pesar que no he sido de una contextura definida, mi altura me favorece y al parecer mi simpatía, educación, que por ser un poco tímido les llamaba la atención.
El tema es que me ausenté de esas idas frecuentes por mi ingreso a la universidad y pasaron alrededor de un par de años que volví y pues ya con mi cambio de joven a adulto se empezaba a notar y justamente eso es lo que notó la amiga de mamá, una mujer de unos 40 años, que se mantenía soltera y le gustaba disfrutar la vida, contextura delgada, baja y con unos implantes que siempre se notaban sugerentes para la acción, las cuales fueron musa de innumerables momentos de placer en mi intimidad y mente.
Al momento del encuentro ella lucía un pantalón de cuero negro, con tacones rojos, una blusa de tirantes blancas que demarcaban la silueta de sus pechos y un labial rojo sangre que incitaban los malos pensamientos. Obviamente llamo mi atención y ella lo notó al instante y se inventó una excusa para que la ayudara a recortar unos formularios en su oficina y cómo yo por lo general ayudaba siempre que iba de visita, ella aprovecho inmediatamente como una experta la oportunidad.
Una vez en su oficina, estuvimos charlando un rato y me preguntaba sobre cómo me iba en la universidad y cosas sin ninguna trascendencia, mientras yo no perdía de vista esos pechos que ya me tenían con una erección latente.
Ella parece haberlo notado, es lo que presumo porque se levantó sutilmente y fue caminando a un pequeño cuarto de almacenamiento que tenía su oficina y me llamó para que la ayudara supuestamente a cargar unas cosas. Mi sorpresa cuando entro y la veo reclinada con una mano en la pared en una posición amenazante y con sus pechos al aire y me dice:
– Así que ya te hacen efecto este par de tetas?
Sin poder dar crédito a lo que veo respondo acercándome un poco sugiriendo el bulto de mi paquete que no es muy dotado pero visible ante semejante incentivo.
Ella se acercó lentamente para unir nuestros labios y me dice:
Ella: No sabes cuánto tiempo he pensado en este momento.
Yo: Pues, pues yo (tartamudeando) también.
En ese momento, siguió besándome mientras agarraba mi paquete por encima del pantalón que ya quería salir y llenarla de mi esperma por la excitación que tenía.
Comenzó a bajar el cierre de mi pantalón y a meter la mano sutilmente en el interior para llegar a mi pene, ya a este punto yo estaba saboreando uno de sus pezones y mi mano recorría la silueta de su trasero sobre el pantalón de cuero que se sentía delicioso al tacto.
En cuestión de segundos ya la amiga de mamá había sacado mi miembro y con una sensualidad magistral comenzaba a inclinarse para acceder a él y darme la primera mamada de mi vida! No me lo podía creer, la amiguita de mamá, la más rica de todas con sus tetazas al aire, estaba con toda la disposición de tomarse todo mi pene para ella.
Cuando bajó, se dio cuenta de mi inexperiencia y cómo si un demonio se apoderaba de ella frunció el ceño y la excitó más, abrió su pantalón y se metió un dedo para sacarlo y dármelo a oler, cosa que me puso como un burro y con ganas de cogerla con todas mis fuerzas, ella vio mi reacción y se apoderó de mi miembro, con esa boquita experta, que sabía por lejos lo que tenía que hacer con un novato como yo.
Estiró el capullo hacia atrás, lo olió y se lo paso por toda la cara, luego lo engulló completamente en su boca usando su lengua para darme placer en el glande mientras sus manos ya jugaban con mis testículos, así estuvo dándome placer por un rato y empecé a sentir un cosquilleo que no estaba acostumbrado producto de sus caricias, ella seguía en lo suyo, lo sacaba, lo metía, se lo ponía entre el cachete y los dientes como una chupeta, hasta que ya no aguante más y ella de lo más natural agarro todo en su boca y se bebió mi néctar como quien se comiera un dulce, lo limpio todo sin dejar desperdicio a medida que seguí dándome lengüetazos en mi pene y en mis testículos.
Mientras yo me reponía ella agarro mi mano y la metió en su hilo, donde descubrí lo cálido de su cuquita, estaba bien mojada y empecé a tocar para descubrir con el tacto lo que me estaba ofreciendo. Así por instinto y por haber visto algunas películas, comencé a hacer movimientos con mi mano pasando por su clítoris y metiendo en su raja rápidamente, movimientos que ella fue correspondiendo y moviéndose con más ahínco, hasta que se detuvo por un momento y me llenó mi mano de sus fluidos producto de un orgasmo, inmediatamente me abrazo y no sé si me beso o me mamo la boca por unos minutos más, una delicia sentir esa boca querer tragarme.
No dimos crédito del tiempo que pasamos allí, no sabemos realmente lo que demoramos, pero luego de nuestros orgasmos como que salimos de un trance en el que estábamos inmersos y nuestra razón comenzó a cobrar vida. Por suerte, cómo era costumbre que yo ayudaba siempre a las amigas de mamá, no había sido de extrañar mi ausencia por el momento, salimos a la oficina y continuamos con nuestro "recorte de formularios".
Finalmente conseguí el teléfono de la amiguita de mamá y comenzamos a chatear para un futuro encuentro que describiré en un próximo relato si este cumple con las expectativas de la comunidad de lectores.