En la parte uno, somos invitados a una fiesta, donde el dueño de casa era cineasta, iba a filmar a parejas teniendo sexo, intercambios, orgias, etc., e iba a pagar a cada uno por el tiempo que aparecieran en el video final.
Mi mujer estuvo de acuerdo, llegamos y nos liberamos, tanto que mi mujer ya le estaba dando una mamada a un tipo.
Yo le propuse a una chica tener sexo con ella, no se negó pero entendí que el esposo la había forzado a ir por sus propios intereses.
Le pregunté si prefería que le diera sexo oral a ella en vez de penetrarla y me lo agradeció de antemano. Ella reposó en otro camastro, estaba totalmente depilada, sus labios vaginales eran la mitad de los de mi mujer, a pesar de que ella aparentaba la misma edad, seguramente el tipo la cogía poco. Mi lengua recorrió sus labios vaginales, comenzó a jugar con su clítoris, luego penetró su vagina, así estuvimos unos minutos, ella tenía en la mano un tubo de lubricante que no soltaba, es más, lo apretaba cada vez que yo insistía sobre su clítoris.
-Hecha un chorro aquí, y le señalé mi mano
Eso hizo y deslicé dos dedos en su vagina, era apretadita, al meter el tercer dedo ella no tardó en tener un orgasmo, rápidamente se levantó y tímidamente de cabeza gacha se fue a paso rápido.
Al levantar la vista, mi mujer, que ya había ido a enjuagarse la boca, estaba en otro camastro acostada con un tipo arriba dándole por la vagina, ella miraba a la cámara y hacía gestos de dolor y de gozo, que yo reconocía como ficticios.
A mi costado había dos mujeres mirando de cerca como el tipo penetraba frenéticamente mi mujer, seguramente una era la mujer del tipo y la otra parecía la esposa del dueño. Del otro lado la cámara buscaba la mejor toma del pene y vagina, me sumé a los espectadores mientras el tipo intentaba eyacular.
Una de ellas me agarró el pene, se sorprendió de lo duro que estaba, también me tocó mis potentes nalgas y piernas, se arrodilló a darme una mamada, pero no fue necesario que insistiera mucho rato, habrán pasado unos cinco minutos y tuvo toda mi leche en la garganta, no derramó ni una gota.
Mi mujer al lado sonreía mirándome mientras el tipo intentaba eyacular, al final ella lo movió de arriba y le dio una mamada, con un par de veces que se metió todo el pene en su boca, el tipo explotó en un orgasmo, el semen chorreaba y mojaba su mentón su cuello y sus tetas.
Coincidimos con mi mujer en el lugar de aseo, era un lugar abierto, ella se duchó y lavó bien metiéndose los dedos a la vista de todos, mientras yo me lavaba las manos, salí primero del lugar de aseo y la erección aún permanecía.
-Está bien gorda, dijo ella.
-Tomé la pastilla, recuerdas? Dije.
-Me quieres encular aquí o en la habitación?
-No voy a poder eyacular pero tú sí, vamos a la habitación, dije
Apenas cerrábamos la puerta y la abracé desde atrás, caminábamos hacia la cama con dificultad, por el abrazo y porque mi dedo mojado en sus fluidos ya hurgaba en su culo.
-No sabes lo caliente que estoy, dijo.
-necesito tener un orgasmo, agregó.
Allí mismo se montó arriba mío, comenzó a fregarse contra mi pubis y en un abrir y cerrar de ojos tenía mi pene adentro, refregaba su clítoris contra mi pubis y se clavaba mi verga todo lo que podía pero no llegaba al orgasmo, se le cortaba. Retomé el control, nos acostamos y le recordé que me pidió ser enculada, un poco de lubricante y dos dedos fueron dilatando el ano hasta que nuevamente la invité a subir arriba, ella bajó despacio, casi sin respirar mientras mi abultada verga entraba centímetro a centímetro, no era gran cosa, pero los dieciséis por cuatro los sentía como si fueran más, cuando ya no hubo más que meter, comenzó lentamente un vaivén, toda la verga en el culo y el clítoris fregando contra mi pubis lograron que explotara en un potente orgasmo, gritó, gimió, bufó y se dejó caer sobre mí.
Estuvimos charlando sobre lo que habíamos visto, en un poco más de una hora ella había estado con tres tipos, incluido yo, y yo con tres mujeres incluida ella, ella me preguntó del grito de la mujer y le conté con detalles del casi fisting que no fue. Y me dijo que a ella le gustaría probar pero para empezar con alguien de mano chica como una mujer. Le dije que le iba a gustar y que era un camino sin retorno.
Ella me contó del sabor raro del semen del primer tipo, pudo escupirlo casi todo luego de jugar con la cámara que filmaba, y también se nos reímos del segundo que semi flácido no podía eyacular.
-Pero tú tienes tus armas, dije riendo.
-Me sentí bien puta, dijo, un objeto sexual, no sentí nada, ni asco, pude hacer un poco de acting para la cámara y además mirar lo que vos hacías al lado de mí.
-Ja ja, acoté. Ojalá haya buenas tomas y nos paguen bien. Es muy cansador este trabajo.
-Quieres dormir o quieres salir otro rato y después dormimos una siesta?
A lo que contestó que tal vez era preferible coger otro poco ahora que teníamos energías y descansar antes de ir a cenar. Le propuse un juego. Había en un lugar del patio una hamaca sexual de bondage, de esas que quedan suspendidas en el aire, podíamos ir hasta allí, ella subirse quedar de piernas abiertas y yo invitar a todos los tipos que la follaran uno a uno. Ella iba a tener en su vagina leche varios tipos, iba a acaparar las cámaras durante un buen rato y tendría múltiples planos filmados, además yo iba a tener para elegir las que estuvieran libres.
Ella estuvo de acuerdo.
-Si eso quieres, yo no me opongo, dijo
-Me esforzaré para ganar buena plata, dijo
Salimos de la habitación y fuimos a paso decidido hasta la hamaca, le costó subirse y ponerse cómoda, le puse las restricciones en los pies y los levanté y aseguré, quedaba toda su gran vulva y su agujero vaginal expuestos, ella tiró la cabeza para atrás, yo me di vuelta y hablé fuerte
-Necesito a todos aquí, esta mujer dice que necesita que todos le llenemos la vagina de leche
Todos miraron y tres ya caminaron hacia donde estábamos, el primero ya llegó pronto y la penetró mientras los otros dos se masturbaban. El primero eyaculó rápidamente, y el segundo también, el tercero tenía un verga de un tamaño que llamaba la atención el grosor, le costó un poco, las cámaras no se perdían detalle porque ella estaba en una zona iluminada y se podían tomar buenos ángulos, de las diferentes pijas penetrándola, de las acabadas, de los montones de semen que caían al suelo de su dilatado agujero. Yo también me masturbaba para disimular y la rubiecita teñida, la pareja con que habíamos estado en el hotel me agarró de la mano y me dijo
-Ven, dame por el culo que es lo que más me gusta.
Perdí de vista a mi mujer mientras agregaba lubricante al ano de aquella mujer, cuando la penetré ella se tensó pero cuando aflojó se tragó todo mi pene, una cámara se había arrimado a nosotros, mientras metía y sacaba todo el pene de su culo le pregunté a esta chica si le gustaba ser doblemente penetrada y asintió con la cabeza, giré, miré alrededor y vi un tipo que recién había terminado con mi mujer, él ya estaba limpio y venía de la zona de lavabos, le hice un gesto que se arrimara y le dije al oído si quería unirse a una doble penetración, ella le pidió que se acostara en el camastro, el tipo tenía una polla normal. Ella giró la cabeza hacia el costado y vio al marido que se estaba follando a mi mujer en ese momento, se acomodó arriba y engulló de una aquella verga. Ella me dijo.
-Dale ahora
Apoyé mi cabeza en su ano, empujé y no entraba, no porque su ano no estuviera ya dilatado, sino porque la verga del otro casi no dejaba espacio para que yo la penetrara, costó entrar pero mi dureza pudo más que su tamaño. No pasó mucho rato y ella tuvo empezó a tener un orgasmo, se movía frenéticamente, se quejaba como sollozando hasta que quedó quieta, ninguno de los dos eyaculamos, este tipo recién había cogido a mi mujer y yo hacía un rato.
Las cámaras se regocijaban de tanto festival, había tres filmando a mi mujer que estaba con el último de los hombres, ya terminando. Ella tenía cara de cansada, hacía caras a las cámaras y a los tipos, se golpeaba el clítoris y les decía “dame toda la lechita acá”, la verdad que la desconocía. Después que el ultimo tipo se fue, me di cuenta que había sido el dueño de la fiesta, las cámaras lo seguían a él, una quedó enfocando todo el enchastre de semen que había quedado, su vulva era un agujero que se veía para adentro, de allí chorreaba semen que le pasaba por el ano, que también estaba algo dilatado, corría por una de sus nalgas y goteaba al piso. Había casi un charco de semen allí. Y ella me pidió que la ayudara a bajar de la hamaca, estaba acalambrada, había estado más de cuarenta minutos así y seis tipos la habían penetrado, uno de ellos con una monstruosa verga.
La quise ayudar a caminar pero se negó, hizo como si no me conociera, fue hacia una zona de higiene y quedé en las cercanías pero cuando se agachó y metió todo el pico del duchero en su vagina y abrió el chorro de agua, ahí me di cuenta que se podría arreglar sola. Me fui a la habitación y a los minutos apareció ella, de pelo mojado, recién bañada, con olor a limpio, caminando con una decisión y un porte que hacía tiempo no veía, y me dijo.
Se sentó en la cama, me miró, suspiró y me pidió un beso.
A continuación dijo
-Ufff, que intenso, no me reconozco, no sé qué me pasa pero me gusta. De nuevo me pasó lo mismo, me sentía una puta, un objeto, pude abstraerme y mientras no miraba a los tipos a la cara podía pensar en otra cosa mientras me penetraban y eyaculaban, y hacer caras para la cámara. Y a vos como te fue? Me dijo
-Bien, dije
-La rubiecita que parece una nena me pidió que le diera por el culo pero con otro tipo le hicimos una doble penetración, el por la vagina y yo por el culo. Dije
-Mírala a ella, dijo. Parece una mosquita muerta. Y agregó
-El tipo ese, el de la verga grande es muy grosero y bruto, dijo.
Charlamos un rato en la intimidad de la habitación de lo que habíamos hecho y visto, en realidad habíamos visto poco porque en ese lugar , en el patio cerca de la piscina nunca hubo más de dos o tres parejas teniendo sexo, y no había más de tres cámaras, por lo que supusimos que otras dos estarían en otro lugar. Ojalá que pongan varias escenas nuestras y nos reditúen bien, dijo ella, a lo que agregó, “seguramente tu performance con seis tipos va a ser del top 10”, y tal vez el orgasmo de la mujer con mi mano dentro de su vagina también, nos reímos.
-Me gustaría probar, no me gustaría irme de acá sin haber experimentado, pero con alguien de mano chica, repitió.
-Y bueno le dije, en vez de mirar pollas mira las manos, le dije.
Nos íbamos a recostar en la cama y le pregunté si se había lavado bien, me dijo que si pero que se iba a limpiar de nuevo porque aún le salía líquido de la vulva, la ayudé en el baño, desconecté la manga de la ducha, preparamos un poco de agua jabonosa, con jabón neutro, en una botella de soda y la usamos un par de veces como ducha vaginal y luego con el pico de la manguera y el chorro fuerte sacamos todo resto que hubiera y terminamos con una nueva ducha.
Después de dormir un par de horas, en las que ella soñó un poco pero no pregunté, nos levantamos a cenar.