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Seduciendo a una mamá curiosa
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Después del nacimiento de mi segundo hijo -producto de mi relación con mi macho negro-, decidí meterme a un gym para tonificar mi figura.

Ahí la vi por primera vez: una güerita muy guapa con un cuerpazo, senos grandes y muy piernuda, sus nalgas se moldeaban muy bien a sus piernas.

Siempre que iba ella estaba ya ahí y nos hicimos amigas, resultó divorciada con un hijo pequeño ya y según me confesó: con varios años ya sin novio formal.

Solíamos compartir aparatos para hacer nuestras rutinas y me di cuenta que su mirada curiosa se fijaba siempre en mis pezones ya que yo solo usaba un top sin bra, y por tener senos tan pequeños no me ponía nada debajo.

Varias veces al ayudarme a hacer alguna rutina sus manos me sostenían la cintura y al terminar la serie, note que sus manos rozaban "distraídamente" los lados de mis pequeños senos.

Juro que yo no buscaba nada sexual, por primera vez pensé había encontrado una amiga sincera y no quería mezclar placer con amistad.

Pero sus manos cada vez eran un poco más atrevidas y un día al estar levantando peso mientras ella se ponía detrás mío para ayudarme sentí sus manos apretarme la cintura.

pero al empezar la serie se fueron subiendo inocentemente hacia mis senos y al estar a punto de acabar el ejercicio sentí sus dedos apretarme los pezones mientras sus manos se posaban sobre muy tetas.

Su cara estaba pegada junto a la mía frente al espejo y al sentir sus dedos gire un poco mi cara hacia ella y le dije:

-Te gustan? Aprietamelos fuerte! Mientras buscaba su boca

Sentí sus dedos apretarme fuerte los pezones mientras ella se ponía rojisima de vergüenza y se separó de mi deshaciéndose en disculpas mientras yo le sonreí y le dije:

-Ingrid, no pasa nada (me gustó mucho!) Le dije en voz baja soltando la carcajada para relajarla y ahí terminó ese avance de ella

Empezamos a salir a desayunar después del ejercicio por las mañanas dos o tres veces por semana-

Decidí contarle algunas cosas de mi vida íntima y sus ojos se abrían como plato cuando le conté que era swinger, me confesó que ella tenía ganas de ir a alguna reunión de esas porque tenía mucho sin tener una buena sesión de sexo-

Yo francamente no entendía como una mujer tan guapa y atractiva no tenía pareja: ella estaba de verdad muy apetecible y cuando me contó más de ella caí en cuenta de que pasaba:

Era una mujer guapísima pero muy tóxica en el buen sentido, sus estándares estaban muy altos y era la típica hembra que si te le acercas en la calle a ligarla te manda al diablo de inmediato, sin embargo, algo me decía que ya en la intimidad era muy caliente.

Me di cuenta en el gym que ella a pesar de tener unos senos grandes deliciosos tampoco se ponía nada debajo del top para hacer ejercicio.

Así que en una ocasión al estarle yo ayudando a hacer su rutina me pare detrás de ella y subí mis manos rápidamente hacia sus senos y acariciandolos mientras ella levantaba pesas le apreté los pezones mientras le decía frente al espejo estando junto a su cara con la mía:

Tienes unas tetas deliciosas Ingrid, quiero mámartelas!

Mariela! Respondió ella nerviosa casi tirando las pesas, ¡qué cosas dices! Dijo riendo nerviosa…

-Pues no estaría mal, dijo bajando la vista incapaz de sostenerme la mirada.

Salimos del gym y le dije ya abiertamente:

-Pues tú dices mujer, vamos a mi casa o a tu casa?

Su mirada curiosa recorrió mi cuerpo y dijo: vamos a mi casa, tengo que pasar a recoger a mi gordito y sirve que lo conoces.

Subimos a su auto y nos fuimos a recoger a su hijo tomadas de la mano ya en señal de un pacto entre dos hembras madres ya.

El contraste de nuestra piel era tremendo, ella era muy blanquita y yo morena clara, tenía mucha curiosidad por verle desnuda, deseaba verle y tocarle sus senos que seguro tenían un pezón rosado como seguro tenía la vagina también.

Llegamos a su casa después de recoger a su pequeño y pasamos a la sala mientras la muchacha se llevaba al pequeño a bañarlo y demás cosas mientras nosotras nos sentamos en la sala a tomar un jugo.

Saqué mi teléfono y le dije que le iba a enseñar fotos de mis dos hijos, ella rápidamente se sentó junto a mi para verlas.

Sus ojos se pusieron de nuevo como plato cuando vio que mi bebé de 5 meses ya era de color.

Ella solo atinó a decir: están bellísimos pero…

Su mirada era de interrogación.

¿Te sorprende? Dije divertida, mi hijo de color es de mi macho negro; le dije orgullosa mientras buscaba una foto de Tony y mía.

Le mostré una dónde estábamos desnudos en Cuernavaca en aquella reunión para conocer padres de familia de la escuela de mi primer hijo, estaba sosteniendo con la mano la enorme verga de Tony mientras el me abrazaba.

La mirada e Ingrid devoró la imagen, sus ojos iban del pene del negro a mi cuerpo, pude ver cómo su rostro denotaba aprobación al verme desnuda…

Que bonito cuerpo tienes dijo en un suspiro…y que velluda la tienes dijo regresando a verme divertida.

Eres una máster! Yo he querido siempre estar con un negro como el tuyo…y tú marido no te sube nada? Pregunto curiosa.

No, mi marido me acepta así…

Me tomó de la mano y me dijo: vamos a la recámara, quiero que me cuentes más…

Yo sabía que era el pretexto para tener algo entre nosotras y le sonríe en complicidad: ¡vamos amiga!

Entramos a su recámara y cerró la puerta con seguro.

No vayan a interrumpirnos dijo tímidamente, eres una mujer muy atrevida Mariela, nunca me imaginé! Cuando te conocí me pareciste muy tranquila! Yo…

Me acerque y le puse un dedo en sus labios… shhh

Lentamente me acerqué y la besé.

Ella recibió mi lengua ávidamente y sintiendo su respiración agitada me detuvo y me dijo: vamos a bañarnos antes!

Tu primero! Dijo señalándome su baño diciendo: una por una, quiero que sea aquí lo importante.

Entendí que quería que disfrutaramos nuestra primera vez en su cama y entre a bañarme rápidamente, terminé y salí desnuda a su habitación…

Su mirada se quedó fija en mi cuerpo y regresé a besarla con lujuria.

Rápidamente se puso de pie y entró a bañarse mientras yo la esperaba en su cama.

Ingrid era más alta que yo, más o menos de la estatura de mi marido o un poco más alta tal vez.

Salió del baño envuelta en su toalla y se paró frente a mí diciendo:

Mariela, nunca he estado con otra mujer, tu eres mi primera vez…

¡Me sentí tan afortunada! De verdad Ingrid era una hembra deliciosa y pensaba darle la cogida de su vida para que se enculara conmigo!

Lentamente se abrió la toalla dejándome ver su precioso cuerpo, sus piernas estaban preciosas: firmes, torneadas y con unas nalgas muy paraditas.

Pero sus pezones, me quedé sorprendida porque esperaba los tuviera rosas casi blancos, pero me calentó mucho ver qué eran oscuros, de areola normal pero definitivamente con un color muy excitante, marrón oscuro…

Lentamente se acercó a las cama y le abrí los brazos esperándola, se acostó junto a mi y note temblaba de nervios.

Ahhhh…tranquila, relájate y disfruta, solo somos tu y yo, le dije besándola con lujuria y empezando a acariciar esas tetas que me tenían fascinada.

Ingrid empezó a tocarme los senos también y se bajó a mamarlos…

Mmmmm gemí sintiendo su lengua jugar con mis pezones.

Eres buena mujer, eres buena!

La empujé boca arriba y ahora yo bajé a mamarle las tetas, ¡estábamos muy calientes!

Era la primera vez que me acostaba con una mamá divorciada y que era su primera experiencia lésbica, y por lo que se veía le gustaba tanto o más como a mí!

Se separó un momento y sacó de su buró un dildo doble enorme. Wow.

¡Qué hembra más caliente era Ingrid! Feliz de tenerla conmigo mientras nos acomodamos ella encima de mí me dijo:

Mariela, tengo que confesarte algo, desde hace tiempo me masturbo pensando en ti!

De verdad? Le dije, pues que bien, eso me encanta!

Ambas pusimos el dildo en nuestras vaginas y empezamos a movernos con lujuria, los gemidos de ambas se confundían y de repente me tapo la boca al estar a punto de venirme…

Shhh dijo divertida sin dejar de moverse, ¡nos van a oír!

Sonreí y empecé a mamarle las tetas de nuevo mientras ambas sentíamos el orgasmo llegarnos.

¡Me vengo! Dijo Ingrid gimiendo como loca mientras se metía el dildo profundo…

Eso me dio una idea mientras me venía yo también.

La llevaría a un hotel que conozco a coger con mi macho negro! Seguro le iba a encantar!

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