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Nuevo gusto (5)
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de saciar su sed se levantó y me dio la mano para que yo lo hiciera también "eres una delicia cabrón" me decía mientras me miraba de arriba a abajo, mi cuerpo no tenía nada que ver con el de él, ¡Él es un gigante! Mis pies se veían pequeños frente a los de él y ni hablar de su miembro que era enorme muy grueso y venoso coronado con una cabeza gigante rosada y muy jugosa, no había comparación con el mío que yo prefiero llamar clítoris, lo tomó con su manaza y daba la impresión de que estaba tomando una pequeña salchicha cóctel mientras yo masajeaba de arriba a abajo disfrutando mucho aquel gran pedazo de carne.

Yo estaba completamente caliente, hecha una total puta, mi ano estaba dilatado gracias a la botella de cerveza y pedía a gritos esa hermosa verga muy dentro, ahí fue cuando Tania no resistió más y salió a la faena tomando la iniciativa… "Ven papacito" le dije tomándolo por la mano y guiándolo hasta el potro "siéntate ahí" le dije con voz apresurada, ¡Era delicioso ver aquella imagen, tenía frente a mí a un macho enorme sentado en el potro con su miembro apuntando al cielo! Recosté su espalda en la parte superior del potro mientras yo me colocaba en la parte inferior dándole la espalda y permitiendo que tuviera acceso total a mi ano, yo me movía en círculos invitándolo a tomar aquella carne que le ofrecía sin limitaciones, así lo hizo y con sus enormes manos separó los cachetes de mis nalgas pudiendo así observar mi culo en todo su esplendor, yo empecé a hacer contracciones para que pudiera ver cómo lo iba a morder cuando me penetrara.

Yo ya no aguantaba la calentura, mi macho metió su lengua muy adentro de mi ano arrancando de mi boca gritos de placer ¡Así papito hazme tu puta! ¡Soy tuya! ¡Rompe ese culito que es todo tuyo! Ya no me importó que se diera cuenta que soy más mujer que hombre y le exigía que me tomara entera, que ahí estaba para saciar sus más oscuros instintos y parece que eso lo calentó demasiado, al darme cuenta le dije que recostara de nuevo su espalda en el potro, yo comencé a bajar mis nalgas hacia su miembro mientras con mi mano lo dirigía a mi culo (ahí si extrañé mis tacones altos, es más cómodo hacerlo de puntillas). Su miembro comenzó a entrar, sentí una barra de metal muy caliente explorar mis carnes interiores, primero la cabeza, una vez que la tenía dentro empecé a hacer movimientos chiquitos y circulares para acostumbrar mi ano a semejantes medidas, después seguí bajando, un dolor fuerte me invadió cuando la tenía a la mitad, paré un poco y cuando el dolor desapareció sin pensarlo dejé caer mi cuerpo para que me entrara lo que faltaba, grité muy fuerte al sentir sus testículos rozar mis nalgas… Ya lo tenía hasta dentro.

Él me tenía agarrada de las nalgas ayudando al movimiento de sentones que le estaba haciendo y sus gemidos de macho me calentaron aún más "¡así cabrón! ¡Cógete a tu puta que para eso está! ¡Que dura la tienes papacito! ¡Destrózame que para eso me trajiste aquí! Le gritaba con voz de sumisa mientras él hacía fuerza hacia arriba sincronizando sus movimientos con los míos… ¡Yo sentía su miembro hasta el estómago! ¡Me estaba partiendo en dos y me encantaba!

Continuará…

Gracias por leer queridos, cómo siempre les dejo mi correo para que me mantengan calientita [email protected].

¡Besos!

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