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La pasajera de la línea 5
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Os voy a contar lo que me pasó yendo al trabajo la semana pasada.

Yo como cada mañana a eso de las 7 tenía la costumbre de coger la línea 5 del bus que pasa a una calle más abajo de donde yo vivo, a esa hora mucha gente se disponía a coger la línea de bus que yo solía coger.

Una vez allí montado en mi asiento pude ver como una señora estaba sentada en la ventanilla del bus cerca de mi lado, yo no la quité el ojo durante un rato y pude ver como me miraba de reojo sin que yo la viese, la señora al ver que yo me di cuenta de que la estaba mirando echo una pequeña sonrisa pícara y me saludó por lo bajo.

Ella seguía en su asiento y yo en el mío, cuando de pronto la vi de levantarse de su sitio y sé puso en el asiento que había a mi lado, pegadita a mi, nos presentamos y una vez ya después de haber comenzado una pequeña conversación Aura que así se hacía llamar esa señora agarró mi mano y la puso encima de su pierna derecha, mientras me tenía la mano cogida comenzó a acariciar su pierna de arriba a abajo, por debajo de su falda color negra, yo no podía creer lo que esa señora era capaz de hacer con mi mano.

El bus seguía su trayecto y yo con mi mano acariciando la entrepierna de Aura, sobando y sobando me di cuenta que la señora no llevaba ropa interior; ni braga, ni tanga; vamos, nada que pudiera obstaculizar el manoseo que la estaba pegando a la señora, con la yema de mis dedos alcance a tocar los labios de su mojadita almeja y ella tenía que aguantar los gemidos para que los otros pasajeros no sé diesen cuenta de lo que estaba pasando en dichos asientos del bus.

Eso no fue lo único que pasó en dicha ruta del viaje al trabajo, ella también puso de su parte para calentarme a mi, con mucho sigilo y con buen ojo sin que nadie se enterase cogió su mano y me bajó la cremallera del pantalón, yo avergonzado y sin saber cómo reaccionar coloque una chaqueta de tela muy fina encima de mi bragueta para disimular lo que sé estaba cociendo debajo de mi pantalón, Aura comenzó a manosearme mi aparato reproductor hasta hacer que aquello se pusiese más duro y empinado, yo no quitaba el ojo de encima de mi bragueta y como jugaba la señora con mi polla, me la estaba pajeando de tal manera que sobresalía por encima de la chaqueta que había colocado para que no se viese tanto.

Gracias a Dios los pasajeros que había sentados en la otra ventanilla y detrás de nosotros se bajaron en la parada siguiente y eso nos liberó un poco de dicho ejercicio manual que estaba llevando a cabo Aura con mi polla, yo un poco más relajado me tranquilicé y mi compañera de asiento no paraba de ejercitar mi palanca de cambio bien rígida al 100% de su nivel, Aura decidió que aquello tenía que tomar otro movimiento y otra clase de masaje, agachó su cabeza y comenzó hacerme una mamada que me quitaba el sentido.

Aura estaba a lo suyo y yo todo colorado y al mismo tiempo gozando de la ruta a mi trabajo que nunca llegaba, yo no sabía si jadear de placer o taparme la boca para que no me oyesen los demás pasajeros del bus, mi polla estaba a punto de correrse y la señora chupa que te chupa, Aura levantó su cabeza de mi verga a punto de correrme y comenzó a pajearme más rápido para que la corrida saliese más rápido de mi fusil de asalto cuando de pronto; zas en toda la cara de Aura, tenía toda la cara bañada con mi propio semen expulsado a propulsión desde mi cañón.

Cogí un pañuelo que tenía en el bolsillo de mi chaqueta y la ayudé a limpiarse toda la cara empapada, yo pienso que algo tuvo que tragar porque no la vi hacer escupir nada de su boca.

Aura, cogió mi verga y la volvió a meter de donde la había sacado, debajo de mi calzoncillo y después me subió la cremallera tal y como se la había encontrado antes de dicho ejercicio manual.

Llegó mi parada y me bajé, pero aquí no termina la cosa, Aura también se bajó conmigo en la misma parada y en vez de dirigirnos al trabajo nos fuimos a pasar la mañana a un parque cercano que por allí había, justamente al lado del parque había unos aseos públicos y así poder lavarnos un poco y terminar el trabajo que nos quedaba por cumplir.

Nos metimos los dos en el aseo de señoras y echamos el cerrojo para que nadie nos pudiese molestar, Aura se bajó la falda hasta el suelo y yo el pantalón y el calzoncillo, comencé a pajearme para que se me empinase y así poder penetrar a Aura por detrás, ella se sentó sobre la tapa del inodoro y comenzó nuevamente a chuparme la polla hasta volver a ponerme la bien dura, yo viendo que la cosa cogía forma de mástil de bandera levanté a Aura del inodoro y la puse contra la pared, cogiendo mi verga se la introduje por el coño y comencé a empujar hasta el fondo hasta llegar a los huevos, así un buen rato, el mete y saca se me daba de maravilla y Aura gritaba de placer como si la estuvieran violando con fuerza y violencia, la verdad es que violar si que la estaba violando; pero con mucho consentimiento.

Así ya había pasado casi media hora y para terminar la mañana con éxito saqué mi polla de su conejera y se la metí en el agujero virgen que la quedaba por profanar; su culo, la fui introduciendo mi cañón por su lastimado ojete anal y Aura ya no es que gimiera de placer sino que también lloraba de dolor anal pero con un toque de gusto y satisfacción culera.

Yo a punto de correrme por segunda vez esa mañana saqué mi pene de su culo y eché toda mi leche dentro de su boca para que Aura se lo tragase con dulzura y dejarla un buen sabor de boca; o no?

Bueno quién sabe, eso solamente lo sabrá ella si le ha gustado o no.

Fin.

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