Tenía unos 22 años cuando sucedió está historia, yo aún era joven y pendeja, y digo pendeja porque aún confiaba mucho en los hombres y veía el mundo color de rosa.
Inicié mi vida sexual a muy temprana edad, desde la adolescencia, pero siempre me entregué en cuerpo y alma a aquellos afortunados que pudieron poseerme, yo seguía ciegamente los deseos de mis parejas, me gustaba sentirme amada y protegida.
Un día conocí a un chico que se hizo mi novio, se llamaba Leo, era atlético, muy simpático, muy gracioso, amable, quien lo viera pensaría que es un hombre modelo, pero tras bambalinas, Leo le hacía honor a su nombre y se transformaba en una bestia, siempre estuve muy satisfecha sexualmente con él, quien iba a decirlo, el chico con buen promedio en la universidad, recatado, respetuoso, y cabal, resultaba ser una bestia pervertida, dominante y fetichista, los mejores polvos de mi vida los pase en compañía de ese hombre.
Yo en ese entonces estaba más delgada que ahora, tenía un buen trasero (aún lo tengo), unos pechos que aún no cedían a la gravedad, por lo que se veían triunfantes, mi cabellera rizada castaña lo volvía loco, y a mi me encantaba que tirará de ella durante el sexo.
Un día Leo me propuso ir a una fiesta, dijo que era algo casual de la universidad, accedí a ir con él, quería lucir despampanante para la fiesta y para Leo, sabía que terminando la fiesta iba a tener acción con él, por lo que elegí una tanga muy pequeña color blanco, un vestido abrillantado color plateado y unos zapatos de tacón de plataforma abiertos, me maquille muy poco, solo pinte mis labios, un poco de rubor y el delineado, me dispuse a conquistar la fiesta.
Leo pasaría pronto por mi en su auto, justo cuando acababa de cepillarme los dientes escuché el claxon de su auto, ya estaba listo, él se veía tan guapo y sencillo, salí para subirme a su auto, íbamos conversando todo el camino, yo sentía la tensión en el aire, en cada semáforo Leo aprovechaba a mirarme las tetas o acariciarme los muslos.
Me acariciaba con sus suaves y grandes manos los muslos y poco a poco sentía sus intenciones de subir un poco más, rápido noto que estaba utilizando una tanga muy pequeña a lo que se emocionó más y pronto paramos en una calle más desolada.
-sabes que te ves tan hermosa y tan sexy
-lo sé, me gusta sentirme así para ti
-seré la envidia de todos en la fiesta, -quien no quisiera tener una novia así de buena como tú y podérsela coger a diario.
-Leo.- Le reclamé en tono burlesco por decir esa clase de cosas.
-pero solo tú puedes hacerlo, a todo esto porque nos detenemos aquí .
-quería aprovechar el tiempo antes de ir a la fiesta.
Comenzó a manosearme las tetas mientras besaba mi cuello, solo sentía como su mano bajaba por mis caderas hasta llegar a mis muslos, hacía mi vestido hacia arriba y poco a poco se abrió camino hasta mi vagina.
-Amor que haces, aquí no, nos pueden ver.
-Shhh.
Continuó besándome, poco a poco se abrió camino hasta mi vagina, inicio a introducir un dedo dentro de mi, no pude evitarlo y soltar un gemido.
-mmm estás mojadita, alguien quiere que le dé lo suyo.
-Leo si quiero pero aquí no, estamos en la calle.
-No importa, ven, mira.
De pronto bajo su cierre y libero su herramienta, al solo verla me provocó más, siempre me gustó su pene, era de buen tamaño, grande, venoso, grueso y lo mejor es que lo sabía usar muy bien .
-vamos solo será algo rápido, mi amor me tienes muerto de ganas, vamos dame unos besitos.
Comencé a hacerle sexo oral en el auto, yo solo pensaba que podría pasar alguien y nos vería, traía el vestido a media nalga y el pene de mi novio en la boca, lo hice rápido y frenético para que terminara rápido, mientras lo chupaba mi mano se movía arriba y abajo sobre el tronco de su pene, pude escucharlo gruñir y gemir, eso me calentó bastante, y me humedecía más, finalmente se vino en mi boca y pude notar que mi labial se había corrido en su pene, todo su pene estaba pintado de rojo y mis labios estaban embarrados de labial y semen que aún escurría de mi boca.
-eres la mejor mi amor, me dejaste seco con esa mamada.
Procedí a limpiarme con papel que llevaba en mi bolsa, el resto del camino intente limpiarme los labios y volverlos a maquillar, para tratar de disimular que no pasó nada.
Llegamos a la fiesta y ahí estaban sus amigos de la universidad, había gente bailando , chicas con vestidos muy lindos y sexys, chicos que en mi vida había visto, era un ambiente bastante jovial, las luces eran muy tenues, la música estaba muy alta, había chicas bailando de forma muy sensual puesto que la música iba a juego, era toda una danza de apareamiento ahí, las chicas seleccionando al macho que tendría el honor de hacerlas suyas, era todo muy erótico sinceramente, nos recibieron con una bebida, usualmente yo no tomo mucho alcohol, solo un poco por convivir.
Mi novio entro rápidamente en ambiente, me tomó por la cintura y movía la cadera al rito de la música, mientras lo hacía, movía sus manos por mi espalda y note como a poco su cara indicaba cierta picardía que yo ya conocía, en cuanto lo noté comenzó a besarme el cuello y a bajar sus manos más y más hasta mis nalgas.
-Leo nos van a ver
-y que importa todos están haciendo lo mismo
-pero a mí me da pena Leo.
-Anda déjate un poquito y relájate, disfruta la fiesta .
Continuamos bailando, debo de admitir que empecé a excitarme cuando mi novio bailando empezó a empujar su rodilla contra mi vulva, cada movimiento provocaba un rose que me excitaba bastante, pude sentir como mi vagina comenzaba a humedecerse.
La fiesta siguió y los tragos desfilaban en un sinfín de cócteles por la barra, honestamente empezaba a escuchar un poco hueco todo, el mundo me daba vuelta y lo estaba disfrutando, jamás me había divertido así en una fiesta, tuve que ir al baño, tanta cerveza y alcohol me provocaban ganas de orinar más seguido.
Cuando regrese vi de re ojo que mi novio le dio una nalgada a otra mujer, no sabía que sentir, tenía celos, coraje, no sabía cómo actuar si debía ir y enfrentarlo o simplemente irme, así que decidí retirarme a otra sala mientras se me bajaba el alcohol.
Fui a sentarme a un sillón un poco lejos, al poco tiempo se me acercó Carlos, un amigo de mi novio, conversamos un poco, y le conté lo que pasó.
-wow de verdad la nalgueo frente a ti?
– si Carlos eso hizo, pero creo que no noto que yo estaba ahí.
-Pues Leo te quiere mucho quizá solo fue por el alcohol, además quizá sea una amiga y a veces así nos llevamos.
– te parece que esas son formas de llevarse con las amigas?
-Pues cada quien su onda, no te enojes Meli
-Quiero irme, me siento algo mareada
-Deberías descansar un poco, hay mucho ruido aquí
Nos levantamos y llegamos juntos a una habitación, me senté un momento en la cama para intentar bajar un poco más la borrachera. Carlos se sentó a mi lado.
-Calma ya casi se pasa por completo.
Mientras me hablaba palmeaba mis muslos, no pude evitar inclinarme un poco hacia él. Me abrazo y trato de consolarme, al momento intento besarme.
-Carlos que haces.
-pensé que querías un poquito de amor después de todo Leo anda de cabron agarrando le las nalgas a otra, sería justo que le pagarás igual.
-Pero no la beso lo justo sería solo que el viera que otro me nalguee el culo.
-fácil.- dijo en tono burlesco y me dio una nalgada.
-Carlos que te pasa.
-listo ya están a mano.
-entonces ya puedes soltarme el culo.
Carlos continuo agarrando mis nalgas y pronto sentí que se había excitado, empezó a estrujar mi culo con más ganas, más fuerza, note que uno de sus dedos buscaba hurgar en mi rayita.
-Carlos que haces esto no es correcto, Leo es tu amigo.
-Si pero admite que también te gusta.
Finalmente Carlos encontró mi ano y lo acariciaba sobre mi vestido (que no era de una tela muy gruesa), solté un gemido y respondió a él con un beso, de pronto ahí estaba con Carlos besándome mientras hurgaba en mi ano con sus dedos.
mi corazón estaba a punto de estallar, mis mejillas rojas cuál manzana, el sudor recorría mi pecho y resto de mi piel.
Nos continuamos besando hasta que Carlos de un solo movimiento me tumbó en la cama, mientras nos besábamos abría lentamente mis piernas, y empecé a sentir como sus manos fuertes y ásperas buscaban mi vagina, hizo a un lado con sus dedos mi pequeña tanga y comenzó a introducir me un dedo en mi cueva, no podía evitar gemir mientras lo hacía y más húmeda se ponía.
-Carlos esto no está bien Leo es tu amigo.
-Shhh no digas nada que ya sé que no eres una santa , cuando te bese supe que se la habías mamado a Carlos antes, vaya putita eres.
No sabía que responder, antes de si quiera formular una palabra Carlos introdujo el segundo dedo en mi coño y no pude evitar gemir con más fuerza, estaba muy excitada, no podía detenerme.
-Vamos sé que te gusta.- decía mientras se quitaba el cinturón, desabotonaba su pantalón y en un solo movimiento saco su miembro, era más grande que el de Leo, estaba impresionada y excitada al ver ese enorme pene, media al menos 19 centímetros y se veía muy grueso, me asustaba un poco pensar que eso pudiese entrar en mi.
Carlos me tomo de la cabeza, me coloco a cuatro patas y me pidió chupar su pene.
Estaba excitada y con la moral más relajada fruto del alcohol, comencé A darle sexo oral, con un deseo descontrolado, como si fuera mi único bocado en todo el día, Carlos no pudo evitar mover mi cabeza arriba y abajo, yo intentaba no ahogarme con semejante pedazo, entre arcadas gemidos y desbordante placer, comencé a sentir algo en mi vagina, Carlos tomo mis manos con fuerza, empecé a sentir algo suave, húmedo y tibio que recorría mi sexo, intentaba adivinar que era, era más difícil bajo la influencia del alcohol, pero comencé a sentir placer, y no pude evitar gemir mientras chupaba aquel falo, tuve que respirar un poco y sacarlo de mi boca, recorría su cabeza con mi lengua en círculos y notaba la cara de placer de Carlos, lo hacía lento en círculos, por todo su glande, cambiaba el sentido para no aburrirlo.
-Mmm Carlos que le haces a mi coñito.
-Shhh no digas nada y disfruta
Al poco tiempo sentí algo más duro y familiar, sentí que algo me penetraba mi coño, empezó suave y después de un solo movimiento sentí una penetración profunda y unas manos que tomaron mis nalgas, no pude evitar el grito de placer aún con el pene de Carlos en la boca.
-Ya ves te dije que era toda una putita.- escuché la voz de Leo, que era quien me acababa de penetrar.
-Amor, no es lo que crees.
-Shhh, solo disfruta, me encanta cogerte mientras veo como se la chupas a otro .
-Oye pero después me toca a mí. -decía Carlos en tono burlón.
Continuaron a ritmo follándome cada vez que Leo me penetraba suavemente yo deslizaba el pene de Carlos por mi boca. Hasta que Leo incremento la fuerza y la velocidad, no pude seguir el ritmo, me límite a masturbar con la Mano a Carlos y darle lamidas ocasiones hasta que escuche las palabras.
-mi turno.- dijo Carlos.
Carlos se puso de pie, Leo se acostó en la cama, me tomo de la cabeza y me pidió lo mismo que Carlos, que chupara su pene al ritmo de la penetración.
No lo podría creer, siempre tuve sexo de manera normal, vaginal mente, unas pocas veces anal, y siempre en la posición de misionero o de perrito, no podía creer que dos hombres me estuvieran follando a la vez.
Comencé lento a chupársela a mi novio, sentía como Carlos solo acariciaba mi entrada con su glande y en un momento sin avisar me dejó ir todo su pene hasta el fondo, grite un poco entre dolor y placer, tenía el pene muy grande, llegaba a zonas donde jamás ningún otro hombre había llegado, no pude evitar gemir después , Carlos no era un hombre paciente, así que me follo sin piedad duro y velozmente, no pude seguir el ritmo mi novio me veía con una cara llena de lascivia y placer.
-Me encanta lo puta que te vez, eres toda una putita, te gustan las vergas grandes.- me decía Carlos mientras me veía a los ojos.
Sentía como me temblaban las piernas continúe masturbando a Leo con mi mano y mi lengua hasta que sentí como todo mi cuerpo se contraía, unas ganas de orinar se apoderaban de mi, le pedí a Carlos que parará y solo logré que me follara más duro, hasta que sentí que una gran descarga de líquido que bajaba de mi vagina.
-A tu mujer le encanto mi verga, apuesto a que jamás la habias hecho venir así
-La verdad no bro. -le respondía Leo.
Estaba agotada, no podía moverme, me mantuve en esa posición chupando el pene de mi novio, sentí como el pene de Carlos palpitaba en mi vagina, se había corrido dentro.
-Te la dejé llena de leche hermano, va a estar abierta para ti.
-Dejala más abierta Charly.
Sentí como Carlos sacaba su pene de mi interior, yo estaba más que satisfecha, pronto sentí que la lengua de Carlos invadía mi culito, se colocó mis nalgas contra su cara y lamía mi ano con tal vehemencia, como si su vida dependiera de dejarme el culo limpio con solo su lengua, no pude evitar gemir y chuparle más rápido el pene a mi novio, empecé a sentir una sensación extraña, era el glande de Carlos contra mi culo, estaba empujando un poco, un sentía como si fuese a cagarme, sentía como mi culo se abría paso a paso a tremenda bestia.
-Para, me duele un poco.- trate de decirle lo que sentía, pero no le importo un poco.
-ya va a la mitad tranquila.
La mitad, yo sentía que ese pene estaba a punto de llegarme a las tripas y apenas iba a la mitad, luego en Un movimiento feroz lleno de lujuria Carlos empujó con fuerza contra mi culo, sentí como me reventaba mi culo con fuerza, no pude evitar sacar una pequeña lágrima que al cabo de unos minutos se convirtió en rotundo placer. Carlos estaba follandome el culo con ese enorme pene, me sentía tan puta y tan sensual, me excitaba la idea, Leo admiraba la escena con su pene en su mano masturbándose, veía como su mujer era follada brutalmente por su amigo frente a él y parecía excitarle.
-Para.-Dijo Leo. -ven amor
Me tomo de la cintura y me subió encima de él, sentí como me penetraba mi coño que ahora se sentía más grande.
-La dejaste llena de leche y bien abierta.
-Deberías de ver cómo está abierto su culo.
Estaba montada sobre mi novio y sentí la fuerza de Carlos sobre mi, me inclinaba hacia leo mientras empujaba contra mi ano, pronto sentí como ambos penes estaban intentando penetrarme a la vez.
-Me duele un poco, espera, creo que es mejor si primero me la metes por el culo Carlos.
Y así fue, Carlos me penetro el culo y Leo poco a poco lo metió en mi vagina, estaba allí en medio de ese sándwich humano, dónde ambos hombres me follaban con todas sus fuerzas, parecía que era un concurso de follarme, claramente tenía mi ganador, nunca nadie me había hecho venir así, sentía como el pene de Leo salía de mi vagina y entraba el enorme miembro de Carlos en mi culo llenando todos los huecos, me sentía tan llena, tan vulgar, empecé a correrme varias veces, hasta que Carlos no se pudo contener, empezó a darle con más fuerza a mi culo, parecía que me follaba con odio, eso hacía que por inercia las embestidas de leo fueran a la par, sentía nuevamente esa sensación, como mi cuerpo se arqueaba y contraía, unas ganas de orinar inmensas, Carlos me apretó las nalgas con fuerza y las separaba para abrir mi culo aún más hasta que en una fuerte embestida pude sentir su palpitar y como se corría en mi culo, mientras Leo gruñía y lo siguió corriéndose en mi vagina.
Tenía ambos agujeros llenos de leche de ambos hombres.
Carlos saco su miembro, me dio una nalgada y se tumbó en un sofá, mi novio me beso con muchas fuerzas y mucha pasión, como si fuera nuestro primer beso en mucho tiempo, acaricio mis mejillas, me coloco la tanga en su lugar y bajo mis vestido.
-te gusto la sorpresa?
-Así que esto lo planteaste tu? -le contesté confundida.
-Carlos y yo llevamos meses planeando el momento y este fue la ocasión perfecta.
No sabía que responder, solo me límite a tratar de respirar con normalidad, me recosté en el pecho de Leo ,escuché los pasos de Carlos a la puerta.
-ojalá que se repita. -dijo mientras se retiraba de la habitación.
-Ven te llevaré a casa amor.
intente levantarme pero mis piernas no reaccionaban, Leo tuvo que cargarme hasta el auto, todo el camino fue extrañamente amable y lindo conmigo, estaba agradecido por poder cumplir su fantasía, quien lo diría, mi novio era un cornudo y le encantaba.
En cuanto llegue a casa me quedé dormida al instante y esa noche soñé con Carlos…