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Una relación prohibida
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Entraba el mes de julio, y yo había terminado mis deberes de la universidad, no acostumbro a salir o viajar mucho, ya que yo absorbo mis gastos de educación, además casi no acostumbro a salir a beber, acaso muy de vez en cuando, conozco mis limites cuando se trata del alcohol, y más cuando se trata de Tequila, una sola copa y pierdo el control de mí, me pone muy cachondo. En fin.

Vivo con mi tía Paola, hermana de mi mama en la ciudad de México, yo soy originario de Jalisco, y pues no me va mal en la vida, no tengo novia ya que estoy enfocado en mis estudios como médico, y es muy demandante, a veces me estreso mucho porque ya llevo mucho sin aventarme una buena coshada, pero bueno… He aguantado muy bien.

Yo soy un tipo de lo más normal, un poco robusto de musculatura y alto de 1.79, un poco güero, y pues mi herramienta me mide 21cm algo gruesa.

Mi tía por otro lado es la mujer que la mayoría desea, de cintura delgada, unas nalgas muy bien marcadas, un buen par de tetas algo grandes, de pezones marcados de tamaño mediano, cabello negro y largo, con muy buena forma ya que no tuvo hijos y su esposo falleció hace 8 años y a pesar que trabaja desde casa, ella corre en un parque cercano a casa pero frecuenta el gym, y aun así se conserva muy bien.

Mi relación con mi tía es de lo más normal, pero hay mucha confianza entre nosotros, ya que el departamento donde vivimos es pequeño, tenemos que compartir cama, pero en los 6 meses que eh estado con ella nunca ha sido incómodo.

Recuerdo esa mañana, me levante como de costumbre a las 7 am un poco más concentrado de lo normal ya que era día de exámenes finales de los parciales, así que tome mi toalla y para ahorrar tiempo me quite el bóxer desde el cuarto ya que mi tía no estaba, había ido a correr, y caminando con mi herramienta afuera entre al baño y me lleve una sorpresa al ver a mi tía saliendo de la ducha completamente desnuda y mojada.

Yo: Tía, discúlpeme, pensé que no estaba, que se había ido al parque (Tapándome con la toalla que traía en la mano y boqui abierto)…

Paola: Luisito, se toca antes de entrar (Lo dijo con una sonrisa algo picara). Hoy tengo que empezar a trabajar temprano y por eso me regrese más temprano.

Me dijo mientras se tapaba con una toalla, me extraño mucho que no se incomodara.

Paola: Oye ¿Para qué te tapas?, ya me viste, no es justo que yo no te vea.

Yo: Ya tía… Perdóneme.

Ella salió riéndose y diciéndome –Tranquilo, no me molesta para nada, además hay confianza entre nosotros.

Comencé a ducharme y mi mente estaba a 1000 por hora, y mi garrote se empezó a poner duro, intente concentrarme para los exámenes y poco a poco se me fue olvidando.

Termine, y cuando salí ya listo, mi tía me tenía preparado el desayuno.

Paola: ¿Listo para tus exámenes?

Yo: Si, estoy nervioso, pero seguro…

Paola: Me parece muy bien Luisito, y ya hoy sales de vacaciones, por fin tendré algo de compañía en la casa, me dejas aquí solita.

Yo: Jeje, tal vez podamos ir al cine en las vacaciones o algo, a usted le sobra mucho tiempo, es muy buena en su trabajo.

Paola: No te creas, pero si me gusta acabar temprano, bueno ya vete a la escuela que vas a llegar tarde.

El día pasó sin contratiempos, y regrese a casa, cansado y con hambre, además que volví a recordar lo que paso en la mañana.

Abrí la puerta y mi tía ya preparaba la comida, era algo tarde, pase a saludar y me lleve una sorpresa, mi tía llevaba un mini short negro bien pegado y una playera sin mangas que me dejaba ver sus tetas por los lados. Trague saliva y la salude…

Yo: Ya llegue, ¿Ya termino de trabajar?

Paola: Si, y pensé que llegarías con hambre así que te prepare algo.

Yo estaba medio pendejo, se veía bastante sexy, y nunca se había puesto algo así en los 6 meses que llevo viviendo con ella.

Paola: Ve a dejar tus cosas y vamos a comer.

Asenté con la cabeza y me fui a la recamara con la cara bien roja, regrese y ella ya había servido los platos, pero fue distinto, acomodo su silla justo a un lado de la mía y muy muy cerca, se estaba portando muy extraño.

Nos sentamos a comer y cada quien platico de su día pero ella no dejaba de verme a los ojos mientras comía, y con la playera escotada que llevaba, podía ver sus tetas, yo deliraba, no podía dejarlas de ver, y ella lo noto.

Cuando terminamos ella me dijo:

-Quería ver una película en el cine, pero veo que estás cansado, que te parece si vemos una película aquí, compre palomitas-

A lo que le respondí:

-Si quiere, pero no le garantizo quédame despierto-

Cambiamos y nos fuimos al sillón que por cierto es muy pequeño, ella se sentó a mi lado encendió la tele y vimos una película, estuvo bien y no pasó nada hasta que cuando ya íbamos a apagar la televisión, por accidente se cambió al canal porno, intente apagarla pero el control se me cayó.

Mi tía me dijo:

-Míralo, y decías que estabas cansado-

Yo le respondí:

-Fue un accidente, déjeme apagarla-

Recogí el control y mi tía me lo quito, me jalo al sillón otra vez y me dijo:

-Ahora vamos a seguir viendo películas-

Me senté de golpe por el jalón que me dio y le dije:

-No tía, como cree, no puedo ver esto con usted-

Ella me contesto:

-Te dije que había confianza entre nosotros no te preocupes, además es solo una peli.

Yo: De verdad no es necesario, ya me quiero ir a la cama a dormir.

Apago la tele y encendió la luz y me dijo que quería hablar conmigo.

Yo: Dígame.

Paola. Mira, sé que te sientes incomodo pero quiero que exista esa confianza entre nosotros, te o dije desde que llegaste a vivir conmigo. Te quiero confesar algo, Hace mucho tiempo no estoy con un hombre, y con los que me cruzo son unos patanes, así que pensé… si no te molesta, y si tú quieres, podemos vernos desnudos, tocarnos, y tal vez hacerlo de vez en cuando.

Yo: ¿Cómo se le ocurre eso? No podemos.

Ella se me acerco y me acaricio el brazo.

Paola: Mira, sé que está un poco mal, pero tómalo como si nos ayudáramos mutuamente, yo te ayudo a calmar tus ganas ahorita que no tienes novia y tú me ayudas a sentirme mujer otra vez, no puedo quitarme de la mente tu rica verga.

Yo: Noo. No está bien y además imagínese si se enteran mis papás.

Paola: No me digas que no te guste cuando me viste en la ducha, vi tu mirada, será nuestro secreto, anda, por favor te necesito.

No podía dejar de imaginarnos cogiendo, y mi temperatura estaba muy arriba, pero mi moral no me dejaba de atormentar.

Me dijo:

-Mira, nadie tiene por que enterarse, ya estamos grandes, puedo ser tu tía afuera, y tu mujer en la casa-

Eso me prendió todavía más, así que me dije –ya que carajos.

La tome por la cintura e hice que me montara, ella me tomo del cuello y nos dimos un apasionado beso, nuestras lenguas se cruzaban mutuamente, mi tía suspiro profundamente y me dijo al odio muy tiernamente –Gracias mi amor, te juro que no te vas a arrepentir, ahora tu tía te va a cuidar y te tratara como el rey que eres.

Bajo a mi cuello y me empezó a besar, su lengua lamia mi cuello, yo suspiraba de placer, mis manos bajaron a sus nalgas y la comencé a masajear, ella gemía suavemente mientras me chupaba la punta de las orejas, comencé a besar su cuello lentamente mientras tocaba sus ricas tetas, estaba en el cielo, metí mi mano debajo de su blusa y comencé a jugar con sus pezones, ella gemía un poco más rápido.

Me detuvo un momento y se sacó la blusa dejando sus tetas al aire, eran preciosas, quería comérmelas, ella me dijo.

-Soy tuyo amor, hazme tu mujer.

Empecé a chupar sus tetas, con mi lengua pasaba por la punta de sus pezones, dando círculos por sus aureolas, ella gemías más y más.

-Así amor, cométetelas bebe- Mi decía mientras me sujetaba de la nuca para no despegarme de ella, estaba en el cielo, ya no la veía como mi tía, la veía como mi mujer, quien estaría dispuesta a tener sexo cuando yo quiera.

Me separe un poco de ella y le dije que se para, ella de levanto mientras yo me quitaba el cinturón y me bajaba el pantalón, ella me ayudo hasta que mi verga quedo afuera.

Ella dijo:

-Mira que rica verga tiene mi niño, mmmm, y es toda mía.

Apenas termino de hablar y se la llevo a la boca, estaba durísimo, ella se lo trago por completo, mientras mi verga entraba y salía de esa boca, empecé a sentir esos calambres deliciosos, yo gemía, apretaba los puños mientras miraba al techo, me la chupaba como toda una profesional, pasaba su lengua por la punta de mi verga y se la metía por completo hasta la garganta.

Ella paro y me dijo:

-Quiero el primer sorbo en mi rajita.

Me termino de quitar el pantalón, y se bajó su short, yo la veía detalladamente, sus piernas bien contorneadas, sus rica rajita bien depilada, rosita podía ver sus labios bien rasurados, me levante, la tome por la cintura mientras le daba otro beso de lengua, y la acosté en el sofá, le abrí sus piernas y con mi lengua comencé a tocar toda su rajita, de arriba abajo, primero con la punta de la lengua, hasta usar toda, ella se retorcía del placer.

Me tomaba de la cabeza haciendo que me hundiera más en su sexo, estaba muy mojada.

Después de ese oral, la levante, y la cargue tomándola desde sus nalgas y mientras la llevaba al cuarto, nos fundimos en otro apasionado beso, la bajé y me senté en la cama, la tome por la cintura, y le chupe las tetas de nuevo mientras le metía los dedos en su rica rajita.

Termine, así que de la cintura de li da vuelta con su culito hacia a mí, y la fui sentando en mi verga lentamente, sentía como mi verga entraba despacio en su rajita, ella gemía, y cuando llego al fondo ella pego un grito de placer.

-Ah mmmm que rico amor.

Apoyo sus manos en mis rodillas y empezó a subir y a bajar, no podía creerlo, esa sensación que no había sentido con otras, ella gemía más y más hasta que soltó el primer orgasmo…

-Aaah -Gemía mientras sus piernas temblaban, ella se levantó lentamente hasta que mi verga salió de su rajita, la tome por atrás y mientras le daba otro beso y le tocaba sus tetas, la tumbé a la cama, ella abrió sus piernas, dejándome ver a detalle su hermosa conchita, puse la cabeza de mi verga en su rajita y la volví a penetrar, y con mi verga adentro me incline para besarla mientras la taladraba, mis movimientos fueron más violentos, ella no paraba de gemir del placer, estuve así por 10 minutos, me canse y la cambie de posición, hice que me montara, poco a poco se la fue metiendo hasta que empezó a bajar y subir violentamente.

Sus tetas rebotaban y su cara denotaba placer, eso me éxito mucho y me corrí dentro de ella, nunca había soltado tanta leche, ella se detuvo un poco y empezó a hacer movimientos de vaivén, mis ojos casi se ponían blancos, ella me vio a los ojos con mucho amor y aun con mi verga y mi leche adentro me comenzó a besar, estaba en el cielo.

Ella se levantó dejando caer un poco de mi leche, vio mi verga y se la volvió a llevar a su boca, era increíble, ¿Cuánto hubiera dado por una esposa así?

Termino y dijo:

-Listo ya está limpia corazón.

Me levante y camine a mi mochila, necesitaba un cigarro, y cuando voltee a verla, acostada de lado con mi leche escurriéndole todavía.

Cuando asimile lo que había pasado mi mente quiso entrar en pánico, pero por alguna razón no le di tanta importancia como al principio, ella por su parte se limpiaba.

Termine de fumar y regrese a la cama, ella se acercó y nos quedamos recostados abrazados un rato y comenzamos a platicar.

Ella: ¿Ya estas mejor?

Yo: Si, honestamente si lo necesitaba.

Ella: Cuando quieras amor, no preguntes y cógeme como quieras y donde quieras, pero bueno, ya es algo de lo que no podemos dar marcha atrás, así que, que quieres que sea para ti.

Yo: O sea ¿Cómo?

Ella: Si, quieres que sea tu novia, esposa, puta, amiga, sé que suena a juego de rol pero si me gustaría saber lo que piensas.

Yo: Mmmm… Lo que usted quiera.

Ella: ¿Y si quiero tratarte como mi hombre, como mi esposo?

Yo: Pues tardare en acostumbrarme pero siempre que sea aquí en casa creo que está bien.

Ella sonrió y nos volvimos a besar, ese beso sí estuvo largo para mí, como de unos 5 o 6 minutos.

Nos fuimos para la ducha, y justo cuando nos estábamos enjabonando, mi verga se volvió a parar, ella lo vio y me empezó a masturbar tiernamente mientras me besaba, yo le tocaba las tetas y su rajita, no aguante más y la voltee de espaldas, y frotaba mi verga contra su culito, ella se volvió a excitar, gimiendo suavemente, y poco a poco fue parando su culito más y más y me dijo.

-Cógeme por el culo mi amor.

Ella tomo algo del botiquín del baño, era un lubricante de esos famosos, comenzó a ponérmelo en mi verga.

Ya lubricado lo guio a su culito y lo fue metiendo, ya a media verga yo sentía que ya me corría otra vez, estaba muy apretado, ella se quejaba, pero parecía que no quería quedar mal y se la metió de golpe, se quejó mucho, yo le pregunte:

Yo: ¿Estas bien?

Ella: Si amor solo hazlo despacito.

Yo me empecé a mover lentamente ella se quejaba, pero conforme lo hacíamos ella parecía acostumbrarse, o eso pensaba, me dijo:

-¿Ya vas a acabar? Es que me duele mucho.

Yo le contesté:

-Sí, ya casi.

No pasó ni un minuto y volví a correrme dentro de ella, el saque lentamente para no lastimarla, ya una vez terminada me dijo:

-Te prometo que la próxima vez te hace sentir mejor con mi culito.

Le contesté:

-No te preocupes, pero si te duele no hay que hacerlo-

Ella sonrió y nos volvimos a besar, cerramos la llave de la ducha, nos secamos, y nos fuimos a la cama ya cansados.

Ella me hizo abrazarla por atrás, y así nos quedamos dormidos hasta la mañana siguiente, ella me despertó con un beso de lengua al que yo le correspondí y me dijo que iba a prepararme de desayunar.

A partir de ese día nuestra relación por así decirlo todavía continua, ella me trata como a su esposo, mientras hago mis tareas ella me atiende, me da masajes, y yo le correspondo tratándola como mi mujer. Que por cierto es muy celosa y ya me dijo que no quiere verme con ninguna lagartona de la facultad.

Espero te haya gustado este relato. Y gracias por leerlo.

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