Voy a confesar la que es, por mucho, la noche más excitante de mi vida.
Nuestra forma de divertirnos puede parecer algo extraña y habrá quien no le vea sentido. Igual no es algo que nos preocupe, solo nos concierne a nosotros.
Por ejemplo, hay días en lo que a ella le gusta que veamos porno mientras la masturbo con sus juguetes. Ella elige los videos, elige los juguetes, ya sea su consolador grande o el vibrador, alguna de las joyas para su culo… todo, ella lo decide todo… las posiciones, el porno romántico o sucio… -Incluso me ha pedido que le relate historias de mis encuentros con otras mientras la masturbo- así, ella se viene hasta 3 o 4 veces.
Todo termina empapado, sus fluidos me bajan por mis brazos, me pringa la cara sin reparo o deja el colchón totalmente mojado después de orinarse. Y es hasta que ella está totalmente satisfecha que me permite ponerme el condón, se da vuela en cuatro, ya sin muchas ganas y me apresura a darle pinga para venirme. Tengo que apurarme, eso porque si me tardo más de tres o cuatro minutos para venirme, simplemente se quita y me toca terminar por mi mano. En fin, disfruto mucho que me utilice así para su placer.
Ahora sí, la confesión de hoy.
Salimos como parejas ella y yo, además de su hermana con su nueva adquisición de esa semana. Debo decir que incluso a mi me impresionó, el tipo estaba bien hecho, un rostro varonil, su cuerpo tonificado, era alto y bien vestido. Una sonrisa blanca y cuidada, su cabello negro y con piernas y brazos de musculatura simétrica.
Fue una noche divertida, salimos, se consumió alcohol, un poco de marihuana, se comió bien, nada del otro del mundo. Hacia la madrugada, decidimos regresar a nuestras casas, sin embargo, después de que pasamos a dejarlos en nuestro automóvil, nos invitaron a pasar, insistieron en hacer el after party… y pues, accedimos.
Ya cómodos en su sala, seguimos consumiendo, hablando y divirtiéndonos. Una hora había pasado cuando su hermana estaba sobre ese tipo varonil, comiéndoselo a besos y ya incluso desabotonando su camisa. Sin decir nada, se levantaron y entraron a la habitación, pero sin cerrar la puerta. Como era de esperar, empezamos a escucharla gemir y a él respirando profundo para embestirla, pues sus cuerpos se escuchaban chocando y generando humedades.
Nosotros, desde los sillones en la sala, también estábamos excitados.
La volteé a ver y sin mediar palabra, nos sacamos la ropa mientras nos besábamos. Ya desnudos, ella tomó el control, como siempre. Me hizo arrodillarme frente al sillón en el que estaba tan cómoda, abrió las piernas y me hizo masturbarla. Pero en esta ocasión, me obligó a cerrar la boca, la estaba masturbando mientras escuchábamos a su hermana gemir y a ese tipo decirle todo tipo de barbaridades y groserías. Cuando su hermana gritó sin ningún pudor que ya se iba a venir, ella me pidió subir yo también la intensidad, eso al mismo tiempo que ella se movía con mas ritmo con mis dedos penetrándola. -Estas perras se vinieron casi al mismo tiempo, como su hubiera estado planeado.
Ella terminó y se dio vuelta, era mi turno- Ya no escuchaba a su hermana gemir, pero a ese punto yo ya estaba al borde de explotar. Así que la acomodé y comencé a disfrutar de su culo de cuatro, como era costumbre para mí. -Quería venirme para aprovechar, sabía que tenía que hacerlo rápido mientras ella estuviera dispuesta a dejarme penetrarla.
La sorpresa fue ver a su hermana al frente de nosotros, con su rostro rojo, sudando y estimulándose el clítoris mientras me veía empotrar a su hermana contra el sillón. Así estuvimos, los tres, varios minutos. Llegado el momento, sentía ganas de venirme y su hermana pudo leerme en mis movimientos. Se acercó, inclinó su culo como ofreciéndomelo y dijo -sácala de ahí y termina en mis nalgas.
Obedecí a su hermana, la saqué y me quite el condón, me masturbe con mucha potencia hasta que me vine y exploté toda mi leche en esas nalgas grandes y blancas. Mientras estaba extasiado, la vi jugando con la leche y esparciéndola en sus nalgas. Luego, se reincorporó y regresó a la habitación con él.
Todo terminó, nos vestimos y regresamos a casa. Yo nunca me imaginé involucrarme así con su hermana, pero a la postre, eso solo me ha traído beneficios, aunque eso es material para otras confesiones…