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El morbo que despertó en mi mujer nuestra vecina
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Tiempo de lectura: 11 minutos

Mi esposa y yo somos una pareja, digamos normal en cuestiones sexosas, a nuestros cuarenta y tantos años con veinte de casados, hemos hecho una que otra locura de las clásicas, como hacer el amor en el auto o masturbarnos en la penumbra de un bar, nada que pueda presumirse como una verdadera hazaña; recientemente, me he percatado que Juliana mi mujer, a quien llamo Yuli de cariño, cuando salimos juntos, al ver a alguna chica atractiva, la desnuda con la mirada, haciendo comentarios como “que lindo se le transparenta la tanga a esa chica” o “con esos hermosos pezones que hombre se resiste”, lo que ha ocasionado que al llegar a casa, solo entrar, se desprenda de sus braguitas para hacer el amor, entregándose con verdadera pasión, por lo que hoy mismo, me atreví a preguntarle cuál era el motivo de este excitante cambio.

No te agrada Carlo?

Me encanta linda, sólo quisiera saber por mera curiosidad, pero si no quieres tocar el tema, lo entiendo y festejo que así sea.

Si te cuento, tratarás de comprender sin ser prejuicioso?

Te lo prometo amor.

No sé qué me pasa Carlo pero… últimamente me he sentido fuertemente atraída por chicas sexis, al grado de masturbarme imaginando que disfruto el dulce sabor de una vulva ajena, sin embargo, debo aclararte que mi amor y atracción por ti no ha disminuido en lo más mínimo, te amo y espero puedas entender pues me da mucha pena confesarlo.

Agradezco tu confianza Yuli y debo reconocer que me causa una excitación enorme imaginar el morbo que despierta en ti, ver mujeres sexis y quisiera, si te animas, que experimentemos con alguien, ya sea que estemos los tres o solamente ustedes, lo comprendería cariño.

Eso harías por mi Carlo?

Sin pensarlo amor, sabes? Yo tengo muchas fantasías reprimidas, que no te confieso por temor a que me tomes como un pervertido y esto que escucho de ti, me alegra, pienso que podría ser el inicio de una vida sexual intensa, que a nuestra edad es muy merecida.

Me quieres platicar?

No amor, primero quiero complacerte, ya habrá tiempo de contarte mis deseos reprimidos, va?

Ese mismo día nos dispusimos a platicar como podríamos llevar a cabo la fantasía de mi rica esposita, cosa que no resultaría difícil de cumplir pues en verdad para la edad que tiene, es en realidad atractiva, sobre todo porque comúnmente usa leggins súper ajustados, que dibujan completamente sus lindas nalgas ocasionalmente adornadas con ligeras tangas, apenas perceptibles, y por delante… la perdición, si alguien se atreve en la calle a mirarle con descaro, puede ver como se transparentan sus rebeldes rizos púbicos ensortijados, creo es, para los demás, su mejor atractivo; sin embargo, físicamente lo que me enamora de ella en lo personal, son sus tetas pequeñas coronadas por unos lindos e insultantes pezones que se imponen retadores al sujetador pues aún sobre él, surgen turgentes desafiando la mirada más cándida de cualquier hombre, “o mujer”.

Esa misma noche se presentó la oportunidad, pues con el pretexto de que se acercaba el fin de semana largo (semana santa), nuestros vecinos organizaron una salida de campamento a la montaña; Dulce, una señora de aproximados treinta y ocho años, divorciada hace diez, sin hijos, de cuerpo soñado pero de hábitos conservadores, muy amable pero introvertida, se ofreció a visitarnos en la casa para invitarnos a tal evento.

Hola Yuli, perdona la molestia, fíjate que estamos organizando con algunos vecinos, una excursión a la montaña con motivo del fin de semana largo.

Adelante Dulce, no es molestia, toma asiento y platícame de que se trata.

Está en casa Carlo?

En un momento baja.

Ya reunidos, Dulce nos enteró de todos los detalles, costos, tiempo de estancia, lugar, etcétera, por lo que sin problema le confirmamos nuestra asistencia.

Pues ya afinados los detalles, los esperamos el jueves a las siete de la mañana con su equipaje, la salida será a las ocho como se los informé, está bien? Hasta entonces.

Ahí estaremos sin falta y gracias por la invitación, llegó muy oportuna, ja ja ja

Una vez que se retiró Dulce, Yuli se quedó pensando.

Crees que se pueda dar algo amor?

Dejemos que llegue el momento y veremos qué pasa, no crees?

El día de la salida, fue de total sorpresa, pues lejos de ser como lo imaginábamos, un autobús, varias familias con niños y demás, resultó que solo acudiríamos Tere y Martín, una pareja en los treinta y cinco con fama de saber disfrutar la vida, Dulce y nosotros; por lo que mi esposa se quedó impresionada de la poca gente que iría.

Carlo, ya viste cuantos somos? Apenas seis personas.

Cinco mami cinco, el conductor solamente nos deja y regresa el día que deba traernos.

¡Ya estamos mejor! ahora sí que nos aburriremos como ostras Carlo, y son cuatro días!

Dos cariño, hoy y mañana, de acuerdo al programa que nos proporcionó Dulce, mañana por la noche cada quién puede elegir su destino, con la condición de estar el domingo a las seis de la tarde en el mismo lugar que nos dejaron, así que ten paciencia y disfrutemos nuestro paseo; acto seguido y cuidando de no ser observados, la tomé de sus nalguitas enfundadas en una licra transparente, la cual me facilito introducir mis dedos hasta sentir su cálido anito, acercándola al vehículo.

Nos dispusimos a abordar acomodándonos justo en los asientos de la entrada, yo en la ventana y ella en el pasillo de la Urban que nos transportaría, Dulce, quien vestía un pareo con abertura hasta la cintura, procedió a abordar, por lo que al dar el paso, su vestido se corrió totalmente mostrando una delicada tanga estampada que difícilmente cubría su deliciosa vulva, por lo que mi esposa, al estar de frente a ella, observó sorprendida como por ambos lados de la delicada prenda asomaban unos finos rizos de su abultado pubis, Dulce al percatarse, se sonrojó y le dedicó una mirada apenada a Yuli, quien la ayudó a subir.

Ésta, para salir del paso y no avergonzarla más, le susurró al oído que no se preocupara pues ella tampoco se había depilado pensando que al ir al bosque no habría oportunidad de andar con ropa ligera. Ambas rieron tímidamente y terminaron de instalarse.

Consecuentemente al identificarse, se acomodaron en un mismo asiento quedando yo a la misma altura del otro lado, satisfecho de cómo se estaban dando las cosas.

El viaje transcurrió normal, pláticas, bromas de vez en vez, una escala para estirar los pies, y como el destino estaba a sólo tres horas de la Ciudad de México, no hubo necesidad de detenernos más; al arribar y una vez instalado el campamento, nuestra autonombrada coordinadora de eventos, Tere, una mujer rolliza de esas que llamamos “gordibuenas”, salió de su tienda enfundada en un micro bikini de dos piezas que nos dejó sin aliento pues el sujetador apenas cubría sus pezones, que retadores se ofrecían hermosos a la vista y sus nalgas, mmm caramba, desaparecían la diminuta prenda entre ellas, haciéndola ver como si estuviera desnuda, por lo que mi reacción fue inmediata, dibujando una rica erección bajo mi pantalón, la cual tuve que disimular metiendo las manos a las bolsas para acomodarla hacia arriba, alcanzando a asomarse por debajo de la playera, desafiante, amoratada y brillosa; mientras Martín, no perdía detalle de la reacción que su esposa había causado en mí, dirigiéndome una mirada perversa.

Bien chicos, dense prisa que el manantial de aguas termales nos espera.

Quee? yo no traje bikini Tere.

Y no lo necesitarás preciosa, el manantial es solo para nosotros, así que, vamos libera esas carnes Dulce.

Yuli sabiendo que obligadamente tendrían que acondicionarse para tal actividad ya que la única que iba preparada para la ocasión era Tere, se dispuso a planear una solución.

Adelántense Tere, Dulce y yo los alcanzaremos luego.

Mientras Martín y yo, comenzamos a desnudarnos, yo, un poco cohibido quedé en bóxer solamente y Martín, descubriendo un jockstrap negro con el que, debo reconocer, lucían divinas sus nalgas, ups en verdad lo pensé; acto seguido, echamos a andar hacia el manantial, caminando muy a propósito detrás de ellos para contemplarlos.

Caramba Tere, nunca nos avisaste que nadaríamos.

Que te preocupa querido, somos adultos, vecinos y que mejor ocasión para conocernos más “íntimamente”.

Siguiendo de cerca el vaivén de esas nalgas a las que se les dibujaban unos sexis hoyitos al caminar y las de Martín enmarcadas en esa deliciosa lencería mostrando su anito apenas cubierto por una fina vellosidad, comprendí que Tere tenía algún plan para el grupo y que sólo era cuestión de tiempo para que sucediera algo rico.

Creo que su lógica no acepta discusión Martín, finalmente lo necesitamos, como vecinos, apenas intercambiamos un saludo y muchas veces, ni eso.

Ja ja ja, hagámoslo pues, procuremos intercambiar algo más que “un saludo” ja ja ja.

Ya en el manantial, que en verdad era hermoso, nos sumergimos en sus cálidas aguas disfrutando de una amena plática de vecinos; después de refrescarnos, mientras Martín buceaba un poco, Tere me pidió que le ayudara a salir para no resbalar.

Auxilio ja ja ja.

Permíteme vecina.

Y acercándome a ella me dispuse a ayudarle, por lo que la rodee con mis brazos por la cintura y al impulsarla para que depositara esa ricas nalgas en la orilla, se me resbaló, ocasionando que mis manos se deslizaran corriendo el sujetador hacia arriba, dejando libres frente a mí, sus frondosas tetas que rozaron mi cara al caer nuevamente al agua, aprovechando Tere para pegar mi cabeza a ellas, frotándola lentamente en señal de no querer que nos separáramos.

Anda Carlo hazlo.

Y Martín?

No te preocupes, él ya está disfrutando del espectáculo.

Lo que me hizo volver la mirada y constatar lo dicho por Tere, pues él a pocos metros de distancia nos observaba de pie, apenas cubierto debajo de la cintura por el agua, auto erotizándose; yo, al ver su pene en total erección siendo recorrido por ambas manos, mostrando cuando lo frotaba hacia atrás una impresionante cabeza amoratada por la presión, sentí una extraña pero deliciosa punzada en mi virginal anito, lo que me hizo apretarlo inconscientemente sin lograr identificar que me sucedía, por lo que mi excitación se elevó al instante y desesperado me dispuse a saborear los rozados pezones que se me ofrecían retadores.

Mmm rica boquita traviesa, pero disfrútalos papi, despacito, tenemos todo el tiempo del mundo y mi viejo, él solo quiere verme gozar de esta linda verga.

Tiempo, eso me recordó que ya habían tardado mucho las chicas y que en cualquier momento podían aparecer y aunque lo que buscábamos Yuli y yo, era precisamente experimentar algo nuevo, creí correcto que fuera ella quien decidiera el momento y con quien, por lo que me excusé y entre apenado y excitado, me dispuse a salir mostrando mí ya potente erección, quise disculparme nuevamente pero Tere al comprender mi situación, sólo me tomo de la barbilla y me susurró al oído que no me preocupara y que fuera donde las chicas, pues esto prometía más de lo que pudiéramos imaginar; así, saliendo de las cálidas aguas del manantial, me dirigí a las tiendas que estaban instaladas a unos doscientos metros del lugar.

Al ir hacia allá y tratando de relajarme para disminuir la deliciosa erección de que era objeto, en mi mente daba vueltas lo platicado con Yuli, cuanto más me acercaba, más fuerte latía mi corazón, imaginando que podía encontrarlas haciendo algo rico pues ya habían demorado mucho; al llegar, no hice ruido para poder espiar lo confieso, una vez que estuve frente a la tienda, solo se veían las siluetas en el interior, sentadas de frente con las manos perdidas en su bajo vientre, haciendo movimientos, sin que parecieran comprometedores, por lo que me dispuse a llamarles preguntando el porqué de su demora.

Las estamos esperando chicas.

Pasa Carlo, quiero que veas algo, crees que hice un buen trabajo?

A que te refieres.

Al asomarme al interior, ahí estaban, mi esposa cubierta tan solo por su diminuta tanga, una blusa y sin sostén, mientras que Dulce cubría su torso con una ligera frazada y abajo mmm no lo creía, estaba enfundada en un cachetero que no alcanzaba a contener sus hermosas nalgas, perdiéndose en lo más profundo de su delicioso hoyito prohibido, el cual enseñaba sin pena mostrando el excelente trabajo que había realizado Yuli.

La depilé y me depilé, lo puedes creer?

Pero si nunca te ha gustado depilarte amor.

Es una experta, casi ni sentí, no te molesta que esté perdiendo el tiempo aquí conmigo? No sabía que ponerme, solo traigo bragas de este tipo y no sé si pueda salir así, me siento desnuda.

Luces encantadora, debo decir que es alucinante verlas así, de hecho me agrada mucho que hayan compaginado chicas.

Y que se pondrán arriba? Pregunté haciendo un ademan con las manos en el pecho.

Como los sujetadores definitivamente son horribles, pensamos en cortar unas playeras a modo de ombligueras, quieres ver cómo lucen papi?

Diciendo y haciendo, ambas se descubrieron liberando sus hermosas tetas al mismo tiempo para cubrirlas con las improvisadas ombligueras, privándome así de la erótica imagen que me obsequiaban.

Sin tomar en cuenta que solo traía puesto un bóxer y que mi pene ya había respondido a lo visto ahí dentro, Yuli con un coqueto ademán señaló mi pene.

Carlo, amor…

Haciéndome notar que les estaba dando un espectáculo delicioso contemplando mi potente erección desde el interior de la tienda, por lo que instintivamente me cubrí con ambas manos el frente de mi delgada prenda que para colmo era de licra blanca y ya asomaba una rica humedad a través de ella.

Dulce, sin poder desviar la mirada y sin disimular la excitación que le producía ver, después de tantos años, una verga totalmente erecta a tan sólo unos pasos de ella, se pasó las manos con delicadeza sobre sus erguidos pezones, denotando lo caliente que estaba.

No creí que después de tantos años, pudiera ver algo así amigos y más la reacción que causaste en él amiga, perdón por decirlo pero tu esposo lo tiene hermoso, “muy hermoso”.

Lo se linda solo que su reacción no ha sido provocada por mi precisamente, o me equivoco papi?

Dulce al escuchar esto, con las mejillas encendidas solo atinó a agradecer el cumplido.

Vamos, acércate amor, queremos admirarte.

Al sentirse dueña de la situación, Yuli me jaló hacia Dulce, quien al sentirme muy cerca, cerró los ojos y deslizó tímidamente su mano izquierda, que era guiada por la de mi mujer hacia ese hierro candente oculto bajo la fina prenda, una vez que lo sintió, se estremeció tomándolo por sobre la tela y con voz tímida apenas perceptible pregunto, puedo?

Quien tenía la facultad de autorizar dijo, adelante amiga, hoy somos otras, hoy me siento plena.

En una especie de trance sin abrir los ojos, Dulce pasaba su mano sobre mi pene candente con delicadeza, deslizándola a lo largo, deteniéndose apenas unos instantes en lo más sensible del capullo, que resaltaba bajo la tela totalmente mojada por su delicioso néctar, para continuar en su descenso hasta mis testículos acariciándolos ahora con ambas manos mientras recorría con la lengua sus carnosos labios cubiertos por un rojo carmesí como saboreando algo delicioso.

Ven amiga.

Y tomándola por la nuca, la fue acercando lento hacia mí, por lo que tuvo que gatear para aproximarse; así, al sentir en su mejilla el calor de mi dilatada verga, comenzó ahora a pasar sus labios por todo el tronco dibujando con la lengua las inflamadas venas, comenzando a liberar de su prisión mi endurecido pene, primero la cabeza, que rodeándola con la lengua retiró el cristalino lubricante que de ella salía, continuó descubriéndola con sorprendente pasividad, recorriendo cada centímetro que asomaba del bóxer; una vez descubierta totalmente, abrió los ojos para deleitarse admirándola sólo unos instantes para volverla a ocultar bajo la delgada tela acariciándola nuevamente por sobre ésta, exigiendo con urgencia ser liberada.

Yuli por su parte, extasiada por lo que veía, aprovechó la posición de Dulce, pasando sus tibias manos sobre las turgentes nalgas que al sentir la caricia, se elevaron como si tuvieran vida propia en señal de aprobación, por lo que mi mujercita se dispuso a correr hacia un lado la braguita que llevaba untado parte de su delicioso lubricante, la cual al ser retirada dibujó un hilillo cristalino que Yuli tomó con desesperación, saboreando por primera vez la lava hirviente de nuestra candente amiga.

Dulce al sentir los dedos de Yuli hurgando en su resbaladiza vulva comenzó a pedir más y más.

Aaggh, que delicia, jamás disfruté taaanto, no pares, por favor, no pares, aggh… así, esto es delicioso agghh, que esperas, insulta con tu lengua mi cosito querida.

Al verlas en una escena tan erótica, supe que la bisexualidad declarada en ese instante por ambas, exaltaba mis sentidos increíblemente.

Nuestra amiga sintiendo a Yuli hurgando por toda su intimidad, bajó de un tirón mi bóxer devorando por completo mi verga y, abrazando mis nalgas inició un mete y saca delicioso.

Anda Yuli, hagámoslo juntos.

Déjame gozarla papi, déjame realizar esta fantasía que jamás creí posible, ahhh que cosito más delicioso, eres hermosa, por favor no paren, mmm no paren.

Así, apartándose, interrumpió el trabajo de nuestra vecina para darle un beso de fuego en el cual ambas saborearon los jugos que en la boca llevaban, estremeciéndose de pasión para después retirarse a disfrutar del erótico espectáculo, deslizando sus inundadas braguitas hasta los tobillos elevándolos y acercándolas a mi rostro.

Te excita mi aroma papi?

Y a ti, te excita el lubricante sabor de su cosito Yuli?

Mmm, me enloquece, quiero verlos, me enardece pensar que están solos… que simplemente soy una memoria viva entre ustedes.

En ese momento comprendí que la fantasía concreta de mi mujer, era vernos hacer el amor frente a ella sin tapujos, sin inhibiciones, solamente pasión, lujuria y desenfreno.

Al ver que mi esposa quería mantenerse pasiva, opte por complacerla y tomando a Dulce por la cabeza, la separé de mi lubricado pene, llevando parte de ese ligeramente salado líquido en los labios, que lamí de ella con desesperación al tiempo que mi mujer exclamaba un ahhhg, era que con la escena le había llegado un centelleante orgasmo.

Mi vida mmm, que delicia, se ven hermosos, no pares amiga, Carlo, mi amor anda, anda papi.

Así que, deslizando mis manos por debajo de la improvisada ombliguera, descubrí las deliciosas tetas de dulce, que surgieron ante mí como pequeños volcanes, perdiéndose en mi boca, primero uno, del cual saboree desde su nacimiento hasta su turgente pezón que por la succión que ejercía, creció enorme, pasando a disfrutar el otro con la misma reacción, para continuar ahora alternadamente entrando y saliendo de ellos como si de una felación se tratara.

Te gusta vida?

Sigue aahhg, sigue papi.

Hincados de frente como estábamos, sin dejar de disfrutar sus deliciosas teticas, con la verga apuntando al cielo, la elevé, le quité sus braguitas y la fui bajando sobre mi torso en una perfecta penetración que recibió con desesperante frenesí, estremeciéndose al máximo.

Dioos, donde estuve todos estos años, ahh, ahhh, dame todo amor, dámelo así, no importa que sea la última vez.

Comenzando un delicioso vaivén, adquiriendo sus caderas vida propia, moviéndose en un sube y baja que poco envidiaba de mi mujer, y ella?

Ambos volteamos al escucharla, ahí estaba, tendida, suspirando acompasada con la boca muy abierta, mientras que una mano paseaba sobre sus pezones, jugándolos, estremeciéndola, la otra era devorada por lo más profundo de su lubricada vulva, sin perder detalle de lo que sucedía frente a ella, gimiendo delicioso; Dulce, al ver su recién depilado cosito expuesto, no pudo evitar inclinarse sin salirse de mí y posar sus labios en su ardiente vulva para abrirla con ellos e introducir su traviesa lengua tan profundamente que la hizo explotar en el mejor orgasmo de su vida.

Ahhgg, ahhgg, dale tu lechita papi, déjasela dentro, quiero saborearla de ella, quiero beber de ella tu delicioso semen, te lo imploro ahhgg, me viene, me viene papi ahhgg.

Por mi parte, incrementé mis movimientos haciendo que Dulce, saboreando y masturbando a Yuli, explotara, y yo enseguida en una mezcla de sensaciones ocultas…

Vino la calma, el silencio, Yuli con las piernas contraídas, la tanga enrollada en los tobillos y la ombliguera al cuello, yacía viendo al cielo con la cabeza fuera de la tienda, mientras que Dulce y yo recostados, ella encima de mí totalmente desnuda y yo con el bóxer enredado en una pierna, el abdomen totalmente mojado por mi semen y sus fluidos mesclados, derrotados por la pasión, y mis manos, mis manos insaciables posadas en sus nalgas llevando restos de nuestra deliciosa sabia a su terso orificio posterior sintiendo la aceptación de continuar hurgando en ese desconocido pero sensible tesoro que ese día habría de perder su castidad por vez primera.

Vamos chicos, levantémonos que nos aguardan.

Aun crees que fue mala elección venir?

Creo que identificarnos ha sido lo más excitante en mi vida.

Y apenas llevamos medio día amor, les prometo que este viaje cambiará nuestras mentes por completo…

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