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El hoyo (2)
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De vuelta en mi departamento luego de visitar a mis padres aún tenía en mente la nota, estaba guardada en mi billetera por si en algún momento necesitaba algo de dinero fácil. Acomodando mi cuarto saque de entre mis cosas ropa interior de mi madre que seguramente se mezcló cuando estaba empacando, la tome y me la quedé mirando, nunca antes había sentido nada por otro hombre, pero esa vez no supe que me pasó, la baba se me caía de la boca, mi nariz se impregnó del olor, mis ojos se clavaron en cada cm de ese miembro. Sin notarlo una erección delató mis pensamientos, acaso me había vuelto gay? Acaso ahora tendría que ser la mujer de un hombre?

Salí a caminar para despejarme, me tope con una amiga la cual era lesbiana, nos pusimos a charlar y yo preocupado le conté lo que sentía, omití la parte del baño sexual y todo eso, pero si le conté que de un momento a otro pienso en el miembro de un hombre y me excito. Ella entendió por lo que pasaba y me contó que no había nada de malo, que aún sería yo si decidía comer penes o vaginas. Regrese a mi casa y busque el papel, marque al número y ma espera parecía infinita, los peeps del teléfono me tenían enfermo y creía que nunca terminarían hasta que una vez grabe me dice "hola?" Mi voz nuevamente empieza a cortarse, en mi intento desesperado por decir algo solo pude pronunciar un suave y agudo "s-soy yo". Pude distinguir una pequeña risa antes de que el hombre dijese "Si, eres el del baño, reconoceria esa delicada voz donde sea" estaba atónito, mi voz jamás fue la más grabe de todas, pero siempre creí que sonaba algo varonil. "Estas libre hoy? Unos amigos y yo saldremos u buscamos a alguien que sepa lo que hace" continuo diciendo el hombre, yo respondí un si muy tímido y el colgó. No sabía lo que había echo, mientras intentaba buscar alguna forma de salir del país mi celular suena repetidas veces, era el señor con el que había hablado, en un par de mensajes me había dicho la dirección donde debía estar y me dijo donde ir a conseguir mi "nuevo uniforme".

Una crisis surgió en mi, tenía nervios y pánico, a que se habrá referido con uniforme? En serio quiero ir? Muchas preguntad rondaban mi cabeza y no sabia que hacer. Mi celular suena una vez más "mándame un pulgar si confirmas que vendras". Los minutos pasaban y yo estaba inmóvil frente al celular, un impulso de coraje entra en mi tras recordar lo bien que lo había pasado en la gasolinera. Una vez confirmado mi asistencia me prepare un par de cosas en mi mochila y me dirigí a la dirección. Llegando en autobús a la dirección parecía ser una zona residencial común y corriente, nada que me indique donde es, me recorrí las calles buscando el número que aparecía "la casa 365 de la calle Los girasoles". Me detuve frente a ella un par de minutos antes de tocar, una casa de paredes blancas de dos pisos, techo de tejas y un gran patio arreglado y decorado, me acerque y antes de que pueda tocar el timbre de la casa la puerta se abre. "Pasa por favor, te estábamos esperando", me impresione un poco, jamas me habían recibido de esa manera, pedí permiso y entre a la casa. Una vez dentro pude ver como todo era normal, el hombre que me recibió era muchos años mayor que yo, podría intentar adivinar y decir que tenía unos 46 años a la vista, "en la habitación que está subiendo las escaleras justo a tu derecha está esperando tu uniforme". Lo miré y le di una sonrisa un tanto nerviosa en sinónimo de afirmación, subí lentamente mirando la casa, las fotos estaban dadas vueltas, supuse que el hombre estaba casado y ver las fotos le producía algo en su interior. Al llegar a la habitación pude ver únicamente unas bragas y unas medias largas, enserió seria solo eso lo que utilizaré? Sin poder hacer nada simplemente me desvesti y me puse la poca ropa que me dejaron, antes de salir de la habitación el hombre entro y me pidió que me sentará, saco de una pequeña bolsa unas pinzas y unos parches en forma de cruz, yo nunca había tenido experiencias así y el porno no era algo que me llamara mucho la atención así que no sabía para qué eran. Acerco las pinzas a mis pezones apretando las puntas con ellas para luego pegar los parches sobre estos. Al principio eran incómodos y un poco dolorosos, pero nada que no pudiera soportar, acto seguido el hombre me preguntó si estaría dispuesto a perder la virginidad en la parte de abajo. Me puse totalmente rojo, no sabía que responder, el hombre simplemente me miró y me dijo "la siguiente será precioso" guardando lo que estaba por tomar de la bolsa, no pude ver que era, pero la curiosidad me llevó a preguntarle, el hombre solo respondió "la siguiente vez podrás conocerlo". El hombre salió de la habitación y me dijo que podía usar maquillaje si así lo deseaba, me acerque a la mesa en donde estaban las cosas y las mire, levante mi mirada y me vi reflejado en un gran espejo, aprecie la vista y me sentí raro pero lindo, me gustó lo que podía ver.

El hombre me llamó, lentamente baje por las escaleras para ver un montón de hombres que parecían tener la misma edad que el dueño de la casa. Estos hombres estaban sentados en la sala charlando, todos parecían empresarios o personas de negocios, ninguno parecia notar mi presencia, pero me sentía observado. El dueño de la casa me dirigió a la cocina donde me empezó a explicar mi trabajo. Este en resumen consistía en ser la sirvienta de la reunión, debía llevar la comida, la bebida y hacer lo que los hombres me pedían, recalcando "todo" lo que me pedían. El evento comenzó y un tanto nervioso empece mi trabajo, parecía una cena de negocios común, pero con algunos toques de más, algunos me pedían que me sentará en su regazo y les diera de comer, otros que les sirviera su bebida por mi cuerpo y así. Cuando parecía que iban a terminar de comer el que parecía ser el jefe me llamó, este me pidió sacarme las bragas, yo con algo de pena lo hice y se las di, el hombre empezó a olerlas y me dijo que mi cena estaba debajo de la mesa.

Me agache y vi a todos los hombres con sus pantalones abajo, sabía que tenía que hacer y comencé. Empecé lamiendo el miembro del que parecía ser el jefe, mirando a mis lados tome los miembros de los hombres que estaban más cerca, quise dar mi mejor impresión y me esforcé mucho para hacer que se corrieran. El primer orgamos llegó por parte del hombre a mi derecha, este lanzó un potente chorro que cubrió el costado de mi cabeza, manos y brazos. Continúe con los otros dos hombres que no tardaron en descargar sus calientes fluidos sobre me, tenía mi rostro cubierto de semen, pero antes de que pudiera limpiarme uno de los hombres me dijo que me mantenga así. Me moví hacia atrás y seguí con los 4 hombres que faltaban. Los sabores y olores me habían vuelto loco, la mezcla de sensaciones me pedian más y más y mi miembro parecía que iba a explotar. Estuve debajo de la mesa unos 20 minutos, al salir pude ver como la mesa estaba totalmente libre, los hombres me pidieron que me suba y me recueste. Cuando estaba sobre la mesa el dueño de la casa empezó a traer el postre, eran trozos de pastel el cual coloco sobre mi cuerpo. Los hombres siguieron hablando y cuando notaron que todo estaba servido empezaron a comer, el roze de las cucharas sobre mi cuerpo y los miradas me excitaron mucho, no podía aguantarlo, un chorro de semen salió disparado de mi. Los hombres quedaron en silencio mirándome, estaba muy apenado, creí que había echo algo malo, pero en vez de eso uno de los hombres pasó su cuchara por mi miembro recogiendo el semen combinándolo con un trozo de pastel.

Acabando el postre los hombres se levantaron y pasaron a hablar con el dueño de la casa, estos se fueron y el hombre se dirigió a mi, "la cena fue un éxito y la parte que más les encantó fuiste tu" yo estaba feliz, me sentía muy bien conmigo mismo. El hombre me ofreció su baño y luego fe una larga ducha me pago, cinco mil dólares por ser la sirvienta de estos hombres, era mucho más de lo que jamás había ganado trabajando. El hombre se presentó conmigo como Leandro, me contó que el trabaja para esos hombres y que era su responsabilidad traer algo "exótico" y de "calidad" a la cena de negocios de esa noche, además de eso me dio la tarjeta de su jefe, que fue el las complacido y luego me pagó un taxi para que volviera a mi casa.

Al llegar a mi departamento me dirigí directamente a mi cama, estaba muy cansado y lleno por esta nueva experiencia. Leandro me dejo conservar las medias y las bragas que use y además me dio el contacto de una chica para que aprenda a maquillarme. No se si vaya con ella pero esto de ser la sirvienta de otros me gusto, quizás este sea el camino que deba tomar.

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