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Los juegos pervertidos de mi madre
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Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Alguna vez has vivido una situación tan bizarra que, cuando la cuentas, todos creen que eres un mentiroso porque un relato tan fantasioso es difícil de creer? Pues, si ese es tu cazo, te entiendo perfectamente, porque algo similar me paso a mí. Antes de empezar, quiero dejar bien en claro que, para mantenerme en el anonimato, no voy a revelar mi nombre ni el de ninguno de los involucrados en esta historia, y también les advierto de una vez que este será un relato fuerte en contenido, así que están advertidos.

Yo provengo de una familia rota, pues mis padres se separaron cuando yo era joven y, desde entonces, he vivido con mi madre. Mi madre desde siempre había sido una mujer muy hermosa la cual, con su cabellera marrón y sedosa, sus labios rojos como rubíes, sus tetas del tamaño de melones, sus muslos gruesos y firmes, y con su inmenso trasero conformados por dos gigantescas nalgas que parecían montañas de carne, despertaba el deseo de los hombres y la envidia en las mujeres en nuestro vecindario.

Algo curioso siempre me llamo la atención desde que era niño es que mi madre, desde su divorcio, había tenido una inmensa cantidad de novios y/o amantes, lo cual no era de extrañar de una mujer tan bella y con atributos tan destacados como los suyos, pero lo raro es que dichos noviazgos no solían durar más de un par de semanas. Una vez, le pregunte a mi madre del porque sus relaciones duraban tan poco, y lo único que ella me respondió fue: “es porque ellos no saben apreciar mis juegos”. En aquel momento, y con la inocencia típica de un niño, intuía que a lo que mi madre se refería por “juego” hacia refería a algo como un juego de mesa o algo así, pero pronto descubrirá la verdad.

En el momento en que todo lo que les voy a narrar paso yo tenía 18 años, y mi madre 42. Era una noche de fin de semana como cualquier otra, en la que yo estaba volviendo a casa después de haber salido con mis amigos y, al ingresar a mi hogar, vi a mi madre sentada en el sofá de la sala, con un rostro que reflejaba molestia y enfado.

“mama ¿Qué haces aquí?” le pregunte, sorprendido “¿no se supone que ibas a salir con tu novio?”

“si, pero el imbécil que cancelo la salida a último momento” me respondió, molesta “ojala me hubiera avisado con más tiempo, porque ya había preparado todo para mi noche de juegos con él ¡estuve toda la tarde preparando todo para nada!”

“tranquila, son cosas que pasan”

“espera… ¿y si jugamos juntos?” me pregunto ella “hace mucho que no pasamos una velada madre e hijo ¿no crees que sería divertido y que nos ayudaría a reforzar nuestro vinculo?”

“si ¿Por qué no?” le respondí, inocentemente “¡hagámoslo! Total, no tengo nada que hacer”

“¡perfecto entonces!” me dijo, y toda la molestia que tenía en ese instante se esfumo “solo espérame un momento, que me voy a vestir para el juego y regreso”

Mi madre se fue a su habitación y, unos momentos después, bajo disfrazada de granjera, vistiendo con una camisa manga corta a cuadros roja, un overol azul, un sombrero de vaquero, y cargando varios baldes de metal.

“¿y esos baldes?” le pregunte, con curiosidad

“¡son para el juego, ya lo veras!” exclamo ella, con cierta picardía “vámonos al sótano, allí entenderás el juego”

Una vez en el sótano de la casa, pude ver una camilla para masajes, la cual tenía un agujero en el medio. Al ver eso, me comencé a poner nervioso y, al darme vuelta, me di cuenta de que mi madre había cerrado la puerta.

“¿listo para empezar el juego?” me pregunto, con una mirada que emanaba lujuria y deseo

“¿Qué… que clase de juego?” le pregunte, nervioso

“yo lo llamo “granja milf”” dijo ella, mientras se acercaba a mi, con un paso firme “el juego es simple: tú te vas a desnudar, te acostaras en esa camilla, y mami te ordeñara todo el semen que tengas en el cuerpo hasta que quedes seco”

“pe… pero…” le dije pero, antes de que pudiera decir algo, ella me beso apasionadamente, entremezclando su lengua con la mía, y haciéndome tener una erección

“¡nada de peros, obedece a mami!” exclamo ella, mientras me sacaba la remera “¡cuando mami dice “hoy cogemos” tu solo respondes: “¿Qué tan duro?!”. Y, desde ya te advierto, que a tu mami le gusta muy rudo”

Una vez que ella me desnudo por completo, hizo que me acostara boca arriba

“¿sabes? La verdad, y pese a que estaba muy enojada al principio, creo que fue mejor que ese idiota me cancelara a último momento” dijo ella, mientras sacaba sus enormes tetas de su overol de granjera “¡porque tu verga es mucho más grande que la de él y que varios de mis exs!”

Luego, ella embadurno sus tetas en un abundante aceite de masaje, se subió encima mío, y me comenzó a refregar sus inmenso pechos aceitados contra mi pecho. La sensación era tan suave, que no pude evitar soltar uno que otro gemido.

“¡hazlo, gime para mí, gime con mucha fuerza!” me susurro ella al oído, mientras me mordía la oreja “aquí abajo nadie te oirá, solo yo, y me encanta que mis amantes giman”

Tras restregarme sus enormes tetas por encima de todo el cuerpo, ella se quito casi completamente desnuda, dejándose puesto únicamente su sombrero de vaquero y sus botas, y se sentó en mi cara con su gigantesco culo.

“¡cómo me encanta sentir como tu inocente cara es devorado lentamente por mi trasero!” exclamo ella, mientras movía sus nalgas de adelante hacia atrás “¡vamos, dale amor al culito de mami en forma de un rico beso negro! ¡Quiero sentir tu lengua tan adentro de mi culo como sea posible!”

Acatando las órdenes de mi madre, introduje mi lengua dentro de su ano, y ella pego un gran grito de placer, al tiempo que se movía con más brusquedad sobre mi rostro.

“¡mas, quiero más lengua, sé que puedes dar más!” exclamo la milf, entre gemidos, mientras ejercía mas presión sobre mi cara con sus enormes nalgas “¡haz que mami llegue al orgasmo y te juro que te lo voy a compensar!”

Al escuchar sus palabras, me despertó una gran curiosidad por saber que era lo que ella me haría de cumplir sus exigencias, así que contigua metiendo y sacando mi lengua de su ano a mayor velocidad, al tiempo que la nalgueaba con fuerza. Finalmente, y tras varios minutos, mi madre pego un grito de placer, lo que indicaba que había tenido un gran orgasmo.

“¡que rico beso!” exclamo ella, mientras se paraba “¿sabes? Muchas mujeres fantasean con besos parecidos a los que se ven en las telenovelas, pero yo prefiero los besos negros que se ven en las películas porno ¡esos si son más de mi estilo!”

“bueno… mama… yo ya cumplí con mi parte del trato…” le dije, avergonzado, mientras le mostraba mi verga, completamente erecta y palpitante de tanta excitación que tenía “te voy a pedir que cumplas tu promesa, por favor”

“no te preocupes por eso, cariño” exclamo ella, mientras se sonaba los nudillos “mami es una mujer de palabra, y te aseguro que usare todos mis años de experiencia con hombres para solucionar tu “problemita””

Luego, mama me ordeno que me pusiera boca abajo, y mi verga quedo colgando por el orificio de la camilla de masaje. Rápidamente, ella coloco un balde de metal justo por debajo de donde colgaba mi miembro, y se descubrió en ambas manos.

“ese culito tuyo se ve apetitoso ¡deséame buen provecho!” exclamo ella, mientras enterraba su cara en mi trasero, al tiempo que me hacia una gran paja con sus dos manos

Todo mi cuerpo se estremeció al sentir la lengua de mi madre entrando y saliendo de mi ano mientras me hacia una potente paja con sus manos ensalivadas. Mis gemidos se escucharon en toda la habitación, y eso motivo a esa milf a ser más brusca en cada uno de sus movimientos. Un rato después, mi cuerpo no lo pudo soportar más, y solté una potente eyaculación, la cual cayo directamente en el balde que mi madre había puesto debajo de mi verga.

“lo llenaste bastante ¡nada mal para ser la primera corrida de la noche!” exclamo ella, contenta, mientras se ponía debajo de la camilla “pero se ve que tus pelotas aun están cargadas de deliciosa leche, y esta granjera no se ira hasta que te haya quitado hasta la última gota”

Luego, mama me empezó a hacer una paja con sus inmensas tetas, al tiempo que me lamia y chupaba los testículos. Sus chupones eran tan fuertes que, por un momentos, creí que me iba a dejar sus bolas.

“¡aquí viene una grande!” exclamo ella, mientras soltaba mi segunda descarga dentro del balde “¡excelente! Solo dos descargas más y ya habremos llenado el primer recipiente”

“solo por curiosidad… ¿Qué piensas hacer con mi semen después de esto?” le pregunte

“depende de cuantos baldes puedas llenar. Yo siempre me quedo con un balde para mi consumo personal, y los que sobre se los vendo a los bancos de esperma”

“espera… ¿vendes el semen de tus amantes?” le pregunte, sorprendido

“pues claro ¿Cómo crees que termine de pagar la casa? Pero bueno, ahora soy yo la que te quiere hacer una pregunta”

“¿Cuál?”

“¿eres virgen?”

“si… lo soy” le respondí, con vergüenza

“¡que rico, un jovencito virgen para mi solita!” exclamo ella, con una voz sensual “espero que estés preparado, porque mami te va a desvirgar, pero te advierto que no voy a ser para nada suave”

“espero que hayas traído condones, porque no quiero correr el riesgo de dejarte embarazada”

“no te preocupes, no hace falta usar protección, porque te voy a quitar la virginidad con mi culo gordo”

Tras haber hecho esa firme declaración, ella me agarro las manos, y coloco mi verga cerca de su ano. Luego, de un solo un bruco movimiento, ella levanto sus nalgas hasta tocar la parte de debajo de la camilla, lo que provoco que mi verga entrara violentamente dentro de su culo, el cual se sentía mas apretado de lo que había previsto.

“¡PUTA MADRE, CALCULE MAL!” grito ella, mientras apretaba con fuerza mis manos “¡pensé que mi culo iba a resistir tu inmenso miembro viril, pero parece ser que mordí más de lo que puedo masticar!”

“¡debemos parar!” exclame, mientras sentía como el ano de mi madre me exprimía la verga como si fuese un triturador

“¡para nada, no te libraras tan fácil de mí!” exclamo ella, mientras subía y bajaba sus nalgas, permitiendo que mi verga entrara y saliera de su culo “¡una buena granjera siempre sabe cómo domar a sus bestias, y tu verga no será rival para mí!”

Nosotros continuamos teniendo sexo anal salvaje, divididos únicamente por la camilla de masaje, la cual temblaba cada vez que mi madre levantaba las nalgas para que su culo se engullera por completo a mi verga, y solo nos deteníamos cuando yo tenía que eyacular, cada vez que sentía que iba a acabar, se lo decía a mi madre, la cual inmediatamente se sacaba mi verga del culo para dirigir mi disparo de semen hacia uno de sus baldes y, una vez que mi descarga saliera por completo, continuar con nuestra sesión tan particular de sexo.

Tras muchísimos orgasmos, sentía que estaba a punto de perder la conciencia.

“¡mama… creo que ya no puedo más!” le dije, mientras comenzaba a perder el conocimiento

“¡vamos hijo, solo uno más, yo sé que puedes!” exclamo ella, mientras movía sus nalgas a toda velocidad “¡enorgullece a mami con una última corrida!”

“¡creo que ya está aquí!” exclame, mientras aguantaba mis ganas de eyacular

“perfecto” dijo ella, mientras se sacaba mi verga del culo “esta no la voy a guardar dentro de un balde, me la voy a tomar toda directamente de la fuente ¡a veces es bueno consumir las cosas recién salida de fábrica!”

Rápidamente, mi madre se metió mi verga en su boca y yo, al no poder aguantar más, solté mi última descarga. Luego, mi madre salió debajo de la camilla, con la boca que parecía un globo de lo llena que la tenía, y se tragó todo el semen de un solo movimiento.

“¡excelente trabajo, hijo!” exclamo ella, contenta “llenaste un total de cuatro baldes de semen, la mayoría de mis amantes no llegan ni a dos, y eso que se me cayeron varias gotas en el suelo ¡me enorgulleces profundamente!”

“gracias… mama…” exclame, sintiéndome agota, mientras intentaba ponerme de pie

“tranquilo, yo te ayudo” me dijo ella, mientras me ayudaba a caminar

Una vez fuera del sótano, mi mama me llevo a mi habitación, y me arropo como si fuera un niño pequeño.

“ahora descansa, duerme hasta tarde si quieres, y no te preocupes por el desastre del sótano, yo me ocupare de limpiar todo”

“¡gracias, mama!” exclame, mientras me acomodaba “la verdad, me encantaron tus “juegos”, deberíamos repetirlo un dia de estos”

“¡y ese “día de estos” será mañana mismo, así que descansa, porque ya veras lo que te tengo preparado!” exclamo ella, mientras me daba un beso en la frente “ahora descansa y recupera tus fuerzas, porque las vas a necesitar”

Tras darme el beso de las buenas noches, mi madre se fue de mi habitación y, en ese preciso momento, comprendí porque ninguna de sus parejas era capaz de estar con ella por mucho tiempo. Sea como fuese, estaba muy cansado como para seguir pensando, y me quede dormido rápidamente pues, como bien dijo mi madre, necesitaría todas mis fuerzas para jugar su próximo juego.

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