Era viernes en la noche, para ser más exacta, 7:30 pm. Vanesa se estaba preparando para ir al bar-discoteca llamado "Sensaciones" que estaba a 7 kilómetros de su casa, iba a divertirse con los de su grupo de la Universidad. Sacó un vestido rojo vivo que le llegaba a la mitad del muslo, de tirantes finos y espalda abierta hasta la mitad. Sabía que si su padre, Ricardo, la veía así le iba a denigar las salidas durante un mes entero, por eso se puso un abrigo negro, ancho y largo, un poco elegante, con pelusas plateadas en el borde del cuello y botones grandes en forma de zafiro. Se colocó unos tacones puntifinos del mismo color del abrigo y ya maquillada y con su carterita llena de todas las cosas que una mujer puede tener para estar bien arreglada y segura, salió de su cuarto. Al llegar a la sala y caminar rumbo a la puerta sintió que la tomaban por la cintura.
-Ehh pequeña, ¿cómo te vas a ir sin despedirte de papi?
Tragó en seco ya que no quería que su padre de curioso le desabrochara el abrigo para ver que se puso su dulce hija.
-Ohh papiii -dice Vanesa riéndose como tonta- ¿Papito no te acuerdas que cuando terminamos de cenar y yo subí rápido a mi habitación a ducharme para la salida con mis amigos, me despedí de ti con un besito en la cara ya que tú ibas a ver un filme? -Dice intentando girarse y ver el rostro de su querido padre.
Características del padre, que por cierto tiene 40 años y es divorciado ya que su esposa lo abandonó y se fue con otro hombre dejándolo a él a cargo de Vanesa. Mide 1.80, trigueño de ojos pardos, facciones finas y mandíbula semi cuadrada con poca barba. Es un hombre atlético, va al gimnasio para mantener su buen físico. Trabaja en un restaurante francés como chef de cocina y producto al trabajo ha viajado mucho, incluso por peticiones de clientes, ya que es el mejor en España. En estos momentos se encuentra de vacaciones por 3 meses y luego volverá a retomar su empleo.
-Si mi niña, claro que me acuerdo jaja, pero te ibas a ir sin despedirte de mi y eso no lo voy a tolerar -dice mirándola con sus ojos cristalinos, tornándose un poco negros por saber lo que iba a hacerle a su niña, su mandíbula se tensaba y su respiración era más fuerte.
-Papi por faaa dejarme ir, prometo que no lo haré más, te lo prometo de verdad. -Decía Vanesa con carita tierna y haciendo pucheros, cosa que calentaba más a su padre.
-Nena lo siento, pero de esta casa no vas a salir sin antes recibir un buen castigo.
Diciendo esto, la cargó y la puso sobre su hombro derecho, Vanesa movía sus piernas en señal de forcejeo porque no quería que su padre hiciera lo que ella imagino: darle azotes.
-Papitooo por faaa, por favor déjame, no lo haré más te lo prometo.
-Tranquila pequeña, esto será bueno para ti, te enseñará a despedirte siempre de tu padre y a enseñarle lo que tienes puesto, ¿piensas que no me di cuenta que escondías con el abrigo lo que traes abajo?
Ella se ruborizó, sus cachetes estaban rojos por la vergüenza y sabía que a su padre no le iba a gustar lo que iba a ver. Llegaron a su cuarto y la puso con gentileza en la cama, le quitó los tacones, y cuando iba a desabrochar el abrigo ella puso sus manos sobre las de él.
-Vanesa, quita las manos -dijo Ricardo mirándola con autoridad.
-Pa… papi no puedo hacerlo -decía ella nerviosa y tartamudeando, y en un movimiento rápido y posesivo su padre le agarró fuerte las manos y le desabrochó el abrigo, frunció el ceño cuando vio tal vestido.
-¿Así ibas a ir a la disco ehh? -dijo con molestia.
-Papi es que quería ponerme algo acorde, no me iba a drogar ni nada malo, solo me puse esto porque quería sentirme a gusto.
-¿Sentirte a gusto, o hacer sentir en las nubes a los machos que te iban a comer con la vista allá? -Le replicó él con molestia visible.- Quiero que entiendas que tu cuerpo es mío, ya que soy tu padre y no voy a permitir que otros lo miren mientras te contoneas con ese trapo rojo. Estoy seguro que tu novio no te mira como yo lo hago, sabes que te devoro con la mirada.
Vanesa se mojó cuando escuchó a su padre diciendo todas estas cosas, ella se sentía atraída hacía él, ya con 19 y con el cuerpo más desarrollado, volvía loco a su padre y a ella se sentía deseada por él y le gustaba.
Ricardo le quitó hábilmente la braga negra con flores rojas que traía puesta y la tiró a un lado de la cama.
-¿Y con esa braga tan sexy ibas a ir para allá nenita?
-Pa… papi es que yoo -dijo excitada y con el chochito mojado.
-Shhh calla perrita.
Él se agachó y sin más dilación lamió su coñito húmedo desde el acabar de su vagina hasta el inicio del clítoris. Vanesa dio un gritito ahogado.
-Pa… papito aaah, que ricooo.
-¿Te gusta perrita? -le preguntó dándole nalgadas e introduciendo su lengua en la vagina para luego dar círculos en ella y lamer también sus labios menores.
-Siii, mu… chooo papi.
Cuando Vanesa acabó en la boca de su papi con un delicioso orgasmo, él se quitó la ropa, terminó de desvestir a su hija y entró sin avisar dentro de ella con la posición del misionero, esto hizo que ella chillaba de placer.
-Mírame a los ojos mientras te cojo y dime que vas a hacer antes de salir de casa. -Ordenó dándole dos nalgadas.
-Te voy a enseñar la ropa… que lleve puesta, la braga y voy a darte un beso antes de sa… salir de casa -le contestaba ella toda excitadita y a merced de su padre.
Luego él la colocó en posición de perrito manoseó sus nalgas y comenzó a darle nalgadas, una primero y a otra después, estuvieron teniendo sexo durante dos horas y luego de que Ricardo la folló en diferentes posiciones, la llevó hasta el bar y se fue para luego volverla a recoger.