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Me coge una desconocida
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Decidí descansar un poco en una banca que había en el parque mientras degustaba una botana con mi refresco y chuleando a cada mujer que pasaba por ahí, detalles de todas nunca terminaría, pero todas las mujeres que pasaban estaban deliciosas, unas más otras menos, una de tantas se había sentado en la misma banca que yo, solo que no lo percibí debido a mi morbosidad de encuerar a todas las mujeres que estos ojos podían ver. La chica que estaba a mi lado era una chica morena, 1.65 m, delgada, proporcionada a su cuerpo y se veía muy joven, calculo unos 22 años, estaba leyendo un libro a lo que yo simplemente no hice caso alguno, preferí seguir viendo a las demás mujeres que pasaban por ahí. Acto seguido, me comienza a hacer platica (eso nunca me había pasado, que una chica a mí me hiciera platica, normalmente era al revés):

Ella: Hola amigo cómo te llamas

Yo: hola, que tal, me llamo Luis

Ella: mucho gusto Luis, soy Estela

Yo: el gusto es mío, dime en que te puedo ayudar, de verdad me sorprendiste

Ella: no quise asustarte ni mucho menos interrumpir tus actividades de descanso, disculpa este atrevimiento, no soy así de aventada créeme, pero te vi y a primera vista puedo observarte como un chico tranquilo y que no faltarías al respeto a alguna mujer, no me preguntes por qué, pero me inspiras confianza, como si en algún momento ya nos hubiéramos encontrado. Bueno, al grano, tengo una fiesta por la noche, pero es de parejas, la pareja con la que iría ya no va a ir y la verdad no quiero ir con algún otro hombre, no sé si tú puedas acompañarme, yo te llevo y te dejo en tu casa a la hora que quieras.

Yo: (estaba totalmente sorprendido, que una chica linda me invitara a un reventón, a mí, a un desconocido que le inspiraba confianza, hasta este punto me sentía alagado, pero también muy desconfiado, que tal si era un plan para robarme o que se yo) me permites hacer un par de llamadas por favor y ya te informo (hago llamadas para cancelar otros compromisos); listo ya quedamos entonces, pasas por mí a esta dirección, no te arrepentirás.

Ella: ah que bien, muchas gracias, ahí estaré puntual para irnos a la fiestota.

Ya era de noche, ya había pasado por mí y estábamos a escasos metros de entrar a la fiesta, era en un salón muy elegante, aunque yo no iba acorde a lo establecido:

Yo: aun sigo sin entender mucho esto, si me ves fuera de lugar o divagando es por eso

Ella: no te preocupes yo quiero que te sientas a gusto, sino estas así me indicas y te llevo a tu casa y no pasó nada

Yo: (toma mi mano y me da confianza, pero a su vez el sentirla así de verdad parecía que ya me había visto en algún momento de la vida)

Entramos al cotorreo y había mucha gente, había un olor particular en esa fiesta, olía rico, recuerdo bien que al aspirar esa esencia era algo relajante, tal vez un incienso gigante, que se yo en fin, miraba por todos lados y había muchas parejas bonitas, hombres y mujeres elegantes, deliciosas y un sin fin de adjetivos calificativos para toda la gente, tomamos una mesa que nos asignó el mesero y pedimos un par de tragos:

Yo: ahora si ya puedo preguntarte varias cosillas que tengo pendientes

Ella: no, más tarde mejor así que ven vamos a bailar

Me mando a la chingada con mi interrogatorio y entramos a la pista de baile, música electrónica y dance, de mis favoritas; perdí la noción del tiempo hasta que ya me sentía súper acalorado y ella se veía igual que yo, pero por primera vez la vi de manera lujuriosa, su cuerpo sudoroso, me acercaba a ella y percibía un olor magnifico que hizo que mi polla se levantara de su descanso, veía en cámara lenta como entre tanto baile me abrazaba y se pegaba a mi cuerpo mientras sonreía y me decía que se la estaba pasando increíble conmigo y agradecida también. La invité a descansar un rato porque ya me estaba secando; llegando a la mesa ya nos esperaban unas cervezas bien frías las cuales se acabaron como si fuera agua, estábamos sentados juntos y aun me llegaba ese olor de ella tan exquisito, me estaba excitando muchísimo, el pene resaltaba en mi pantalón a pesar de que estaba sentado, trataba de acomodármelo de tal modo que no se viera, traía un pantalón color claro, el bulto se asomaba y yo no quería que ella viera y malinterpretara todo esto. En ese instante me dice que va al tocador y se apoya en mi pierna pero pues el tubo estaba ahí atravesado a lo que ella ni me miró y yo me sonroje pero no volteo a verme afortunadamente, seguí tomando cerveza porque quería desinhibirme totalmente o quedarme dormido de tanto alcohol; regresa ella y hace lo mismo pero mi pene ya estaba relajado, no lo toco afortunadamente, ni se inmutó seguimos con una plática que es intrascendente para este relato, estábamos cómodos y no parábamos de hablar, tema tras tema y baile era una noche fantástica como hace mucho no tenía, para esta etapa de mi vida me había hecho muy ermitaño;

Ella: son las 12:30 am quieres seguir aquí o vamos a otro lugar

Yo: como tú quieras, tú eres la anfitriona, a donde tu vayas yo voy

Ella: eso es todo, me gusta tu actitud, vámonos

Íbamos en su auto cantando cada canción que ponía, me estaba divirtiendo y se veía que ella también, llegamos a un lugar que me imaginé que era su casa o departamento, me invito a entrar y me puse cómodo sin que me lo dijeran, ya andaba algo suelto debido a la bebida embriagante, que fue lo que sacó de su refrigerador, mas alcohol y se sentó a mi lado, el calor de nuestros cuerpos se empezó a elevar ella se fue acercando a mi lentamente para culminar con un beso apasionado lleno de lengua, mi verga instantáneamente creció a lo desgraciado y ella la comenzó a masajear con un desenfreno sinigual; yo manoseaba su cuerpo deseando quitar tanta ropa que traía encima para poder sentir su cálida piel sobre mis manos habidas de sexo (tenía mucho tiempo sin sexo) seguíamos besándonos y quitándonos la ropa a la vez, pasábamos por todos lados, estábamos enganchados de las lenguas, no queríamos zafarnos, éramos como perros recién cogidos entre ellos mismos hasta que ella tomo la iniciativa como todo el día y me llevo a su recamara donde terminamos de desnudarnos, tenía un cuerpo celestial con las clásicas imperfecciones deliciosas de toda mujer (a mí me gustan con todo lo “malo” que dicen tener) yo me senté en su cama mientras ella bailaba a un ritmo que solo en su mente se escuchaba, pero me excitaba cada vez más, me quite mi pantalón para liberar a la anguila que estaba babeante ante tremendo espectáculo y en ese momento se me abalanza a mi verga tomándola con furia y desfachatez para comerla, la chaqueteaba, chupaba, mordía, y repetía ese ciclo virtuoso en un momento mi verga quería explotar pero la quite de encima y ahora me tocaba a mí, a lo cual le comí la concha tan deliciosamente que no tardo en venir el primer orgasmo de la noche, un chorro de ella nos mojó mientras yo continuaba mamando esa rica pepa, metía la lengua violando esa intima cuevita una y otra vez con tanta ansía, como si nunca lo hubiera hecho mientras mis manos recorrían ampliamente todo su cuerpo, esos senos que eran originales, se movían de un lado a otro o metía mis dedos en su ser para compartir de su amor con ella misma a través de su boca, chupando insanamente, ya no aguanté y tome posición para meterme a la cueva y le di el primer toletazo que soltó el grito de placer rico que había escuchado, ella misma me pegaba más con sus manos, símbolo de entrar a fondo y no sacar el pene de su vagina empapada de sexo, a lo que sigue un mete saca impresionante, con velocidad y vigorosidad como no lo había hecho en mucho tiempo, se cortaron las ganas de venirme a lo que seguí dándole y cambiándola de posición solo escuchaba sus gemidos ricos y gritos pidiendo más verga, nos convertimos en unos animales insaciables.

La pongo en cuatro para tener ese culo y ese hoyo a mi placer, mamando culo y coño para después meterle mi poderosa verga en su culo, nunca se negó a nada la chica, le hice servicio completo, le metía y sacaba la verga una y otra vez apuñalando ese ano majestuoso, no quería venirme, necesitaba aguantar más, a lo que no se pudo porque así somos los hombres, te llega ese momento de esplendor no sin antes, provocarle otro orgasmo más a mi hembra en turno y ambos nos venimos con gritos de éxtasis hasta caer completamente satisfecho en su lecho.

Ella: ahora si quieres platicar

Yo: ya no, gracias jajaja

Ella: solo necesitábamos el uno del otro, diversión y sexo sin saber nada de nosotros más que nuestro nombre de pila, así es la mejor diversión que puede haber, no se te olvide

Yo: no maestra, es usted maravillosa, seguramente no tendremos otro encuentro por lo que leo entre líneas de tus palabras pero que genial estuvo esto, gracias

Ella: eso depende de ti, si tú quieres podemos quedar y nos aventamos otro día con otro tipo de fantasías

Yo: ah, pero claro que sí, cuenta conmigo quiero volver a cogerte una y otra vez, eres magnifica

Ella: bueno, no soy tanto así, pero gracias por el cumplido, ya es tarde te llevo a tu casa

Nos fuimos a casa, en el camino seguíamos platicando de trivialidades banales, cuando llegamos a casa que ya eran cerca de las 3am, le invite a pasar a casa:

Yo: adelante señorita esta es tu casa, pasa mientras yo guardo tu auto (ella me veía asombrada y sin habla)

Ella: pero, espera, no me iba a quedar aquí

Yo: bueno, ya comenzamos esa segunda cita, más vale ahora que nunca…

La tome por sorpresa, ahora yo, dándole un beso apasionado y tomando sus nalgas deliciosas no quedo mas que pasar a mi casa para darnos amor, entramos y me separé de ella para invitarle un trago antes de comenzar con la segunda cita, nos tomamos un shot de tequila y continuamos con nuestro encuentro amoroso, continuando con el beso pendiente y acuoso saboreando su ser y tomando con mis manos ese cuerpo hermoso que tenía esta ninfa. La lleve directamente a mi cama para recostarla y acomodarme para darle un sexo oral maravilloso, la despoje de sus prendas y comencé a chuparle su pepa como si fuera la primera vez, metiéndole mi lengua y dedos, frotando con suavidad después con fuerza, sus gemidos eran música para mis oídos, gritaba pidiendo más y que le siguiera dando más, que no me detuviera ni a tomar aire, le tome de las nalgas hermosas y la levante un poco ahí fue cuando dio su alarido más grande y me llovió encima de mí, que experiencia tan hermosa, disfrutar de esta hembra fue algo tan exquisito que lo volvería a hacer una y otra vez, enseguida me quite mi ropa como debe, ella quiso hablarme, balbuceando la besé y seguí con mi amor para seguir repartiéndole, mientras la besaba ella pujaba, gemía porque mi verga le rosaba su pepa, era como una tortura hermosa para ella, sentir mi verga caliente y mojada tan cerca de su vagina sin poder penetrarla, pedía entre gemidos que le metiera la verga ya, quería sentirla en su cueva ya bastante húmeda, y decidí complacerla hundiendo poco a poco mi verga, cada metida leve era un gemido de ella y pidiendo toda, se la deje ir y soltando un grito de placer comencé con mi mete saca habitual en misionero, estuvimos así cerca de 3 minutos de intensidad a todo lo que daba, me detuvo de repente y me bajó, para que ahora ella montara a su macho vergon así comenzando a cabalgarme tal cual vaquerita de mucha monta, sus gemidos se intensificaron, se ve que le gustaba tomar el control porque ese meneo era a su ritmo, quería sentir mi verga en algún pared especifica de tremenda vagina, solo me decía que no me moviera, que ella hacía el trabajo y yo obediente como siempre asenté. Nuestro sexo era con poco lenguaje oral, queríamos solo el lenguaje corporal, era todo como un sueño hecho realidad, no quería que terminara nunca; se bajó de su toro de carne para decirle que quería que me ahogara con su vagina ya por favor, me toma y me avienta como guiñapo y se sube a mi cara para comenzar a ahogarme con tremenda vagina rica, sentía como sus jugos caían lentamente en mí, mientras yo lengüeteaba juguetonamente, hice el mete saca con la lengua que tanto le gustaba y quería más, comencé a masajear el ano con mi dedo, de repente ella tomó mi mano y metió mi dedo más a fondo de su culo, quería que se lo metiera por su hermoso hoyo, y eso fue lo que hice tras un buen orgasmo que le provoque de tanta mamadera de panocha, la levante nos pusimos de cucharita para continuar con la penetración anal, sus movimientos eran dinamita pura, mi verga se estremecía con tremendo hoyo que estaba muy apretado lo disfrutábamos bastante ese mete saca brutal de mi verga, gemíamos juntos porque fue un sexo anal tan rico, inolvidable.

Así continuamos durante un rato ya había perdido la noción del tiempo nuevamente mientras yo le daba chupaditas a su oreja, cuello y le gemía al oído, la prendía demasiado mis gemidos de macho, me decía que me viniera dentro de ella, en su cola y yo nuevamente la obediencia es una de mis mayores virtudes apreté el paso para poder venirme dentro de ella en su hermosa colita, seguí y seguí hasta que por fin comenzaba a llegar esa sensación de llegar al clímax cuando ella se retira la verga del ano y comienza a chaquetear la verga descomunalmente, hasta sentía dolor del rico, como me lo hacía; quería tomar lechita me decía, cambio de opinión y quería que me viniera en su boca y ella con tanta fuerza jalaba, succionaba mi verga como queriendo sacar la leche manualmente, era una sensación fantástica; comencé a llenarle la boca de lechazos interminables, los entrenamientos que había hecho para aguantar más daban resultado y la leche que tiraba era la suficiente para satisfacer a mi hembra favorita, me seguía jalando el ganso hasta que sacó la última gota de esa sesión de amor intenso. Caímos en la cama como si viniéramos de un maratón, ambos sudorosos y llenos de fluidos por todos lados, abrazados con la respiración calmándose minuto a minuto:

Yo: Ahora si quieres hablar

Ella: Que rico estuviste cabron, no mames me encantas, no cabe duda que desde que te vi algo me ató a tu ser, eres maravilloso, tengo buen ojo para elegir a mis amantes

Yo: que rico que te haya gustado, a mí también eres una hembra en toda la expresión de la palabra, me encanta tu sabor, tu olor, tu panochita (le metí dos dedos mientras le decía esto) que aún sigue palpitando de placer (gemía bien rico que mi verga quería levantarse) eres la mejor amante que he tenido en mi vida y no exagero.

Le volví a besar sus dos labios para darle una ligera sesión oral para calmar esa panocha caliente y vibrante a lo que la llevo por otro orgasmo más, era insaciable esta ninfa.

Ella: ya no puedo más, ahora si estoy muerta, mira mis piernas me tiemblan estoy totalmente jodida, déjame dormir contigo quiero amanecer en tus brazos

Yo: (ya estaba más dormido que despierto jajaja) si mamita ven aquí conmigo quédate.

Dormimos profundamente, estábamos molidos de tanto sexo nuestras mentes querían mas pero ya no era posible, nuestros cuerpos necesitaban el reposo necesario y así fue en mi caso, eran las 7am y abrí mis ojos mientras ella estaba acostada boca arriba con sus piernas abiertas, decidí darle el saludo de buen día con un buen oral, comencé a chuparle su clítoris y a meterle la lengua una y otra vez, hasta que ella reaccionó para decirme que no paré que quiere más, que siguiera comiéndome su panocha, no sabía de donde diablos sacaba tanto jugo de amor pero ella seguía sacando, le di una buena venida que le apretaba el clítoris como loco, ahí si gritó tan fuerte que seguro los vecinos escucharon como mi hembra bufaba de placer, eso hizo que se levantara y me comenzara a mamar mi verga, era el desquite de tan rudo orgasmo que le provoqué, mamaba mi verga desquiciadamente con fuerza y con placer que no tarde ni 10 minutos en venirme en su hermosa boca, ahí te va tu desayuno leche, con huevos y carne que riquísimo.

Ahora era yo el de las piernas temblorosas, estaba pegada a mi verga, no la quería soltar seguía mamándola a pesar de la flacidez que nos da por tan buena venida y seguía duro con todo, sentía dolor pero placer al fin, se levantó y ella misma se sentó en mi pija el sentir tan cálido lugar hizo que me prendiera nuevamente y vas pa’rriba otra vez a cabalgar, no teníamos un fin, nuestro ciclo sexual no nos daba ni para comer algo o tomar agua, nada, solo queríamos cogernos y ya no nos importaba la hora el día el lugar, nada, seguía montando con fuerza hasta que nuevamente me vine dentro de ella, solo tire un lechazo más, estaba totalmente vacío y cansado, me quede dormido como muerto. Al despertar miró el reloj y eran las 6 pm ella ya no estaba, me dejo una nota:

“Estuviste maravilloso, quería más de ti, pero estábamos muertos yo me estoy retirando de tu humilde morada siendo las 5:30 pm, quiero más de ti, te quiero para la próxima semana y continuar dándonos tanto amor, espero y tú también quieras que estoy ansiosa de que ya sea ese día. Estela”

Duramos bastantes semanas cogiéndonos, en todas formas, tiempo, espacios, no veíamos fin, parecíamos dos seres enamorados del sexo, nunca tocamos temas del corazón, solo era diversión desenfrenada, aun en esta actualidad a veces todavía nos reunimos para revivir estos gratos momentos, ya no tan seguido, pero mientras haya sensaciones que nos impulsen a cogernos, pues adelante.

Gracias por tu atención amable lector espero y te hayas podido dar placer con esta historia.

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