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Aventura de bienvenida
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola, me gustaría hacer una breve presentación sobre mi, me llamo Isidora, soy actualmente médica cirujana en un hospital privado, tengo 28 años bien llevados, mido 1.61 soy bajita, ni delgada ni gordita, en forma, de cabello color chocolate, de carita delgada y rasgos finos, labios rosa algo carnosos, de pechos más bien pequeñitos, unas peritas de agua, pero lindos de pezones muy sensibles, que suelen erectarse en los momentos más insólitos, no tengo guatita, de caderas anchas, y nalgas pronunciadas, piernas lindas y muy blancas como mi cuerpo entero, de pies exfoliados uñitas naturales cortas.

Luego de esta pequeña introducción de como soy, me he atrevido a relatar algunas historias de mis aventuras íntimas que he vivido o bien visto en mi vida, en las carreras de la salud, abundan las mentes perversas, hasta yo misma he caído en aquellos caminos algo pervertidos, debido que solemos ver mucho desnudo, se pierde un poco el pudor y la capacidad de asombro jajaja…

Esto me ocurrió en mi primer año de internado, luego de acabar mis años de estudio en la universidad nos tocan 2 años de internado en un hospital, en mi caso me toco en un hospital muy tenebroso, estaba su fachada muy gastada, llegaba dar escalofríos entrar de madrugada, las luces de la calle estaban apagadas, era una escena tétrica.

Al entrar me recibió mi doctor guía, que me iba a instruir por 2 años, era un hombre más bien maduro de 55 años, cabello rubio, cuerpo delgado y manos muy grandes, su cara aparentaba 30 años, sin barba, me dio una calurosa bienvenida, juntos al equipo de enfermeras, y mis otras dos compañeras de internado, cenamos algo rápido en el comedor del hospital, me dieron un tour room, por el edificio, había un pasillo lleno de espejos, me sentía aterrada al pasar por ahí, me daba un miedo mirar un espejo y ver algo detrás de mi caminando, debía pasar ese pasillo para llegar a la sala de operaciones, sentía un frío increíble al pasar por ahí…

Luego me enseñaron mi lugar de descanso, era una pieza de tamaño mediana, con un baño donde había ducha, bañera, y tocador con un gran espejo, no tenía aire acondicionado, y estábamos en pleno verano con temperaturas sobre los 30° grados Celsius, apenas tenía una ventana pequeña de 1 metro aproximadamente.

Paso aquella jornada rápidamente, estaba exhausta, me tocó ser la de los mandados del doctor por 15 largas horas seguidas sin dormir, eran cerca de las 1 de la madrugada, estaba toda sudada, la ropa de internada es similar a la de las enfermeras, es un pantalón muy delgado y ajustado, que se ve a simple vista lo que llevas debajo tu ropa interior si te fijas bien, está fabricada de un material especial que es repelente al agua y muy flexible, una camisa del mismo material ajustada, junto a una pechera, tenía 4 set de ropa similar.

Me fui a la habitación de descanso, debía pasar obligatoriamente por el pasillo de espejos, me dio escalofríos nuevamente pasar por ahí, llegué a mi habitación y cerré la puerta, para mi sorpresa el espejo grande del baño estaba justo enfrente de mi cama, al parecer mi compañera lo había movido, dormimos en literas, yo arriba y ella abajo, mi compañera ya estaba dormida, sigilosamente saque mi bolso, saque ropa interior, y mi bata de dormir que nos dan, es del mismo material que la ropa oficial, es como una blusa que te llega hasta las rodillas. Entre al baño, me quite la ropa sudada y la puse en el cesto de la ropa sucia, mientras me quitaba los pantalones, que es lo más complicado de quitar, sentí un frío similar al momento de pasar por el pasillo de los espejos, me sentí algo observada, pero era obvio que estaba sola en ese pequeño baño de 3×3 metros, al desnudarme y entrar a la ducha, cuando tenía el cabello con shampo y los ojos cerrados, sentí ese mismo viento frío por mi espalda baja, era como si algo me soplaba justamente en el inicio de mi trasero, no lo tome en cuenta y seguí duchándome, me seque, puse mi ropa interior y camisa de dormir, me subí a la cama lentamente para no despertar a mi compañera.

Estaba muy agotada, miraba el cielo blanco, y justo en enfrente de mi el espejo me reflejaba, a mi y mi compañera, habrá pasado unos 20 minutos, y no me dormia, miraba el espejo, y comencé a ver que mi amiga movía sus piernas de forma extraña, como si estuviera dando rodillazos hacia un lado, se le cayó la frezada que la cubría, la pequeña luz que entraba por la ventana del alumbrado público que habían reparado era suficiente para poder ver algo en la oscuridad después de apagar las luces, llevaba un hot pants negro, yo me estaba haciendo la dormida mirando por un ojo, el reflejo del espejo, se coloco boca arriba, flexiono sus piernas y las abrió, veía claramente como entraba su mano derecha dentro de su ropa interior, y lograba escuchar suavemente su agitada respiración, incluso el sonido que produce estar mojada, aquel que suena como estar chacoteando en el agua. Siempre he sido lesbiana, y la situación me pareció excitante sin duda alguna, ella era bella, era mucho más alta que yo, delgada, tenía el mismo tamaño de pechos, y menos de trasero que yo, no podía creer que aquella chica tan seria, se estaba masturbando justo debajo de mi cama, y no se había dado cuenta que yo la estaba mirando…

Estaba muy excitada, al ver tal espectáculo, pensaba que quizás, ella puso aquel espejo en aquel lugar para que yo la viera de forma intencional…

La chica no dejaba de acariciarse con su mano debajo del calzón, hasta que se detuvo de un momento a otro, miró el espejo, cerré el ojo con el que miraba, sentí que se estaba moviendo debajo de mi cama, al abrir el ojo, la chica había apilado sus dos almohadas encima de la otra, se había quitado toda la ropa, podía ver su lindo trasero brillar con la luz que entraba, por la sudoración, estaba montada encima de las almohadas con su trasero en dirección al espejo, se le vía claramente su vagina, arqueo su espalda, y comenzó a moverse lentamente sobre las almohadas a montarlas, sin miedo alguno de hacer ruido o que se sintiera que estaba haciendo por el movimiento, la litera casi no se movía, su cuerpo era muy ligero como para hacer ser sentido su movimiento, si lograba sentir su respiración cortada, y pequeños quejidos, no pude aguantarme más las ganas de tocarme, bajo la mano derecha debajo la frezada, podía sentir lo mojado que estaba mi calzón blanco, pase la mano por encima y me quedaron mojados los dedos, metí la mano por debajo, estaba empapada en líquido viscoso, lo use para flotar mi clítoris con los dedos, mientras seguía mirándola a ella disfrutar de la almohada, se sentía tan placentero, que se me olvido que se supone estaba dormida, mis piernas se fueron abriendo solas, hasta que doble las rodillas y era evidente que debajo de aquella carpa algo estaba pasando, ella pareció percatarse, monto la almohada hacia el lado del espejo, dejando ver sus senos saltar al momento de montar, fue acelerando el ritmo, y sin duda, ella estaba mirándome por el espejo.

Pero no podía ver más que una frezada levantada tipo carpa con movimientos debajo, me excite de una manera alocada, y decidí que me viera, con mi otra mano corrí la frezada, dejando en evidencia que estaba dedeandome, ella se detuvo y miró fijamente el espejo mientras jugaba con su lengua entre sus labios, sacándola, sus muecas fueron un claro llamado hacia mi vagina, me quite el calzón, me acerque más a la orilla donde se viera mejor el reflejo, y comencé a dedearme de forma rápida, donde el ruido de mi mojada vagina fue evidente para sus oídos, ella rápidamente comenzó a montar muy rápido como si su trasero fuera a explotar, esta ves si movía la litera, mientras cerraba y abría sus ojos, y mordía sus labios, mi vagina estaba abierta y siendo dedeada a la vista del espejo, ella podía verla, la excitación fue tan grande, que acabe rápido, y no pude no gemir, y cerrar las piernas, tiritaba todas mis piernas y vientre, tuve un gran orgasmo, ella se dio cuenta, saco las almohadas, y se fue al baño sin decir nada, se ducho, se acostó desnuda, yo estaba empapada en sudor, fui al baño con mucha vergüenza, me duche y me cambié de ropa, quedé tan cansada que dormí desnuda, al despertar por el ruido del celular, ella ya no estaba, su cama estaba ordenada, al ver mi reflejo en el espejo, me había dejado un recordatorio, en mi nalga derecha mientras dormia, me la beso, tenía unos labios rojos marcados, mientras dormia me había besado.

Me daba mucha vergüenza salir y encontrármela, no entendía mucho su frialdad, por suerte trabajamos en pabellones diferentes, solo nos veríamos por las noches, de descanso, si los turnos concordaban.

Fue una experiencia muy intensa, para ser mi primer día, tenía la duda que por que ella había puesto el espejo así, ella ya tenia 1 año de internada.

Y bien, la continuidad de esto la subiré pronto, esto realmente me ocurrió.

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