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Alejandro y Ximena, una cita excepcional
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Alejandro es un tipo apuesto e independiente, 30 años, 1.85 metros de estatura, cabello negro, moreno claro y fornido. Trabaja como gerente de compras en una compañía reconocida y vive solo en un vecindario a las afueras de Cabo San Lucas B.C.S México. Tiene poco que se mudó pues la paga era mejor; tuvo que dejar a sus amigos y familia para seguir con su sueño que era llegar a los altos ejecutivos de la empresa e iba por buen camino.

Pasaron los meses y no lograba conectar con alguien, salía de vez en cuando con sus compañeros de trabajo, pero eso no lo hacía feliz, él simplemente quería compañía, pero de una mujer. Alejandro no es de gustos exigentes, no le importaba el físico, sentía que necesitaba algo y tal vez no era sexual al principio, solo necesitaba una llamada, un abrazo, alguien que se preocupara por él, así que descubrió navegando por internet una aplicación de citas donde con tan solo deslizar a la derecha podías ponerte en contacto con alguien, y así fue.

Al paso de las semanas e irle perdiendo el interés a la aplicación, tremenda notificación hace sonar su teléfono, alguien lo buscaba, blanca como las nubes, ojos color miel, cabello rubio, tal vez 1.60 de estatura, de buen ver y buen porte, se quedó hipnotizado con su hermoso rostro pues no había tal descripción con la que pudiera conocer mas sobre ella, lo único que sabía es que su nombre era Ximena, tenía 25 años y con tan solo una foto, aseguraba que era la mujer más hermosa que había visto en su vida por lo que no dudo en deslizar a la derecha para hacer el match perfecto.

Pasaron los días después del saludo cordial, hasta que una alerta dentro de su jornada laboral hizo vibrar su teléfono, su corazón y su miembro masculino. Ahí estaba ella, no dudo ni tres segundos para enviar un “que tal Ximena ¿cómo te va?” y tampoco no pasó mucho tiempo para recibir respuesta, comenzó la plática de reconocimiento, se preguntaban de donde eran, a que se dedicaban y cosas de mas que pueden ser banales pero siendo sinceros, no hay mucho de que platicar con alguien que no conoces y menos sin una pequeña descripción por lo que Alejandro tenía que ser muy meticuloso con las preguntas que hacía, duraron tal vez unos cuatro días conversando de sus vidas, pero no podía pasar mas tiempo ya que las pausas se hacían más a menudo así que si no construían una historia en la vida real todo se iría al carajo; agendaron un cita en el café distrito 23410, y se dieron a la tarea de encontrarse a las 8 de la noche. Alejandro tenía prejuicios sobre si mismo ya que como era nuevo en el lugar donde estaba, no sabia si la chica era interesada ya que aun no se hacia de un automóvil; era un hombre pudiente, pero recién llegado a una nueva ciudad.

Había cosas que lo atormentaban como el tipo de personas de esa región, no saber donde quedaba el lugar con exactitud, el nerviosismo de no tener contacto con una mujer después de mucho tiempo, añadiendo el tiempo que tenía sin coger e incrementaba el nerviosismo, había muchos factores por los que algo no podía salir bien, pero se vistió como todo un caza putas, se puso su mejor perfume y marchó a donde la cita dictaba con su dama.

Se vieron por primera vez, ambos sabían que habría química desde que sus mejillas rozaron por primera vez, sin embargo, la inquietud de Alejandro se hacía notar, Ximena, desde el principio se notó, segura, una hembra que sabe lo que quiere y si lo quiere lo consigue a como dé lugar, mostró total dominio ante la charla, independientemente de eso, Alejandro se fue tornando mas relajado pues su deseo de estar acompañado de una mujer se había cumplido.

Hubo mucho juego de manos, rozones, tocaban sus piernas de vez en cuando para saber hasta donde podían llegar y sin darse cuenta sus labios quedaron frente a frente, la verga de Alejandro no pudo evitar tener una erección pues el tiempo sin fornicar lo acorraló ante tal situación, sin dudarlo, subieron al auto de Ximena sin problemas, Alejandro se sentía cada vez mas relajado pues no existían prejuicios por parte de ella, se toqueteaban y acariciaban cual pareja veterana, ellos sabían lo que querían, poniendo el pretexto de ver una película en Netflix, Alejandro hace la proposición indecorosa de invitarla a pasar a su departamento, sin negligencia alguna Ximena acepta y se preparaba para ser cogida por un completo desconocido.

Se sientan en el sofá y no escatimaron en tiempo para comenzar a besarse y tocarse, Ximena estaba deseosa de ver esa verga, quería comérsela pues el hambre carnal no la dejaba en paz, mientras él estaba sentado ella baja al suelo y sin más desabrocha su bragueta y pantalón para comenzar con su cena, se sorprende al ver tal herramienta sin uso, así que era momento de lubricarla, lamió y chupo cual profesional, los gemidos de Alejandro no se hacían esperar pues la garganta profunda de Ximena se tragaba hasta el ultimo centímetro de su miembro succionando fuerte y suave a la vez, definitivamente a este foráneo le estaban enseñando como es que se hace en Los Cabos, Alejandro la tira del pelo fuerte y la levanta, le da sus buenos besos sabor a verga y se la lleva a su habitación.

La desnuda rápidamente pues las ganas de penetrarla no podían esperar más, la avienta a su cama, le abre las piernas y comienza a darle duro con su martillo, una y otra y otra vez le clavaba su verga, las tetas de Ximena eran grandes, naturales y deliciosas, no dejaban de botar de arriba hacia abajo por lo que Alejandro se calentaba más, la puso de perrito y comenzó a darle fuerte, con tremendo culo de frente no perdió la oportunidad de agarrarlo y darle unas buenas nalgadas, comenzó despacio y cuando escuchó la melodía excitante del gemido de la guarra, se dio cuenta que no era una simple mujer, sino una puta zorra sucia, así que comenzó a taladrar mas fuerte, el culo de Ximena estaba rojo del tremendo spanking que le proporcionaba este macho, nada lo podía parar, estaba en un trance sexual que la única manera de detenerlo era con una fuerte y cremosa eyaculación, cuando sus huevos se perdieron en su entrepierna sabia que era la hora, la volteó y dejo caer su caliente leche en su boca, no era necesario preguntar donde lo quería, él ya sabia que esta golfa necesitaba tragar esperma por lo que su cavidad bucal era el lugar indicado, como tercer y último acto, introduce su verga en el hocico de la ahora su perra para que tragara su logro y pudiera sentirse orgullosa.

Al pasar el tiempo Alejandro se dio cuenta que nunca necesitó un abrazo ni nada especial, el estaba perfectamente solo, viviendo su soltería, el solo quería coger de vez en cuando sin necesidad de comprometerse en lo mas mínimo, por otro lado, Ximena fue solo una mas del montón, pareciera que Alejandro se volvió todo un experto ligando a través de aplicaciones de citas, teniendo éxito a la primera en casi todos sus intentos, ganó una fama de golfo, pero eso era agradable para él, las chicas parecieran llegar solas con un tipo tan seguro, un hombre si puede ser de esta manera sin verse mal, como dice el proverbio chino, siendo el hombre la llave y la mujer un candado: “una llave que abre cualquier puerta se considera una llave maestra, pero un candado que se abre con cualquier llave no sirve para nada”.

Alejandro la llave maestra más dotada.

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