Esta historia la viví el año pasado.
Con motivo de la llegada de la primavera, en mi ciudad se acostumbra festejar organizando una fiesta de disfraces; el lugar a realizarse varía cada año.
En esa oportunidad se festejó en un boliche.
A mi me encanta disfrazarme y jugar a ser alguien más. Me atrevo a hacer cosas que yo no haría. Y este festejo de la primavera es un evento que nunca me pierdo, tengo asistencia perfecta en fiestas de disfraces.
Pasada la medianoche nos hicimos presentes en el lugar, había mucha gente, varios personajes de ficción asistieron esa noche, en un rincón pude ver a Batman, Caperucita Roja , Spiderman y Gatubela bailando, también había tres Hadas muy divertidas, una pareja eligió ser El Chavo y La Chilindrina, En esta ocasión elegí la temática de pirata para mi atuendo. Era una noche para pasar totalmente desapercibida entre todos los personajes que asistieron esa noche.
No quería que mi fama de “ jugadora sexual” fuera descubierta.
Era la noche ideal para camuflarme entre la multitud, nadie debía saber quien era.
A mitad de la noche, estaba en el sanitario, retocando mi maquillaje y observo que una joven se acerca hacia mí con una sonrisa en su rostro y me pregunta :-¿ sos Caro, la escritora?-
Si!- conteste sonrojada.
Quiso sacarse una foto conmigo, con “La famosa escritora erótica”- dijo. Acepté encantada.
Esa respuesta produjo un alboroto importante en el lugar.
Mi plan había fallado, alguien me había reconocido.
Nos sacamos unas fotos en el baño, un tanto atrevidas, me encanto su descaro y sume el mío.
De pronto las fotos comenzaron a ser más osadas y con varias participantes más que se sumaban a la fiesta, algunas de ellas me conocían y otras nunca habían escuchado hablar de mi, pero se sumaban a las fotos igual de atrevidas y divertidas.
Luego de una decena de tomas, en diferentes poses, algunas fotos de besos, otras de caricias, con diversas compañeras de aventuras, me retiré del baño, muy risueña y un tanto excitada.
Mi pareja esperaba ansioso afuera, había tardado demasiado y comenzaba a preocuparse. Al verme sonreír pícara caminando hacia él, su ansiedad aumentó y una sonrisa apareció en su rostro.
Comencé a contarle la aventura que había vivido hacía instantes con las fotos y las seguidoras, las charlas sexuales y lo encendido que había quedado el lugar, las chicas y yo.
Mientras le narraba la aventura, nuestros cuerpos se erotizaban.
Mi pareja, sonriente toma mi cabeza entre sus manos y me calla con un beso. Largo. Apasionado.
Entre la multitud, comenzó a besar mi cuello, mientras su mano acariciaba mi culo y jugaba a que sus dedos traviesos, se colaban debajo de mi falda. Mi cuerpo reacciono, y mi vagina comenzó a humedecerse.
En ese momento sentí que alguien más apoyaba su mano en mi cuerpo, al momento que susurraban en mi oído :-me das un beso a mi también?
Abrí mis ojos y giré mi cabeza en busca de quien me había susurrado.
La vi. Era ella, con su pareja. Lo había ido a buscar a la barra para presentarnos. Después de contarle nuestra experiencia en el baño estaban igual de excitados que nosotros.
Claro!- le conteste.
Sujete su barbilla. Probé sus labios con un beso.
Mi pareja, ante esa situación dejó de acariciarme la cola y comenzó a apretarmela, mientras miraba cada vez más excitado.
El joven acompañante, nos tomó de la cintura a las dos, se colocó entre nosotras y sonriente cruza miradas con mi chico, que disfrutaba de la vista y manoseaba mis gluteos.
Mientras acariciaba el pelo de mi fans, la mire con ojos pícaros y a modo de presentación le dije a mi chico: -te presento a Luly. La conocí en el baño.
Él la tomó de la cintura y Luli sello la presentación con un tremendo beso sin ni siquiera saludarlo.
Me uní a ellos, y de igual manera bese a su novio.
Comencé a sentir dos manos que jugaban a colarse por debajo de mi falda.
Entre la oscuridad del lugar y las manos hambrientas tocando nuestros cuerpos, deje escapar un gemido, ese sonido excito aun mas a todos y volvimos a encontrarnos ambas, en un beso muy caliente.
Tomo de mi mano y guiño un ojo.
Sonreí asintiendo con mi cabeza y la seguí hasta el sanitario donde nos habíamos conocido.
Entramos casi corriendo, cerramos la puerta para tener un poco de privacidad y comenzamos a quitarnos la ropa rápidamente.
Apoyó su cabeza contra la pared. Comencé a besar su cuello, me perdí entre sus pechos, sus pezones respondian a mis estímulos y se endurecian cada vez más. Bese su vientre y me hundí en su pelvis.
Explotada de placer me tomó de los hombros y me puse de pie, apoyé mi nuca contra la pared y comenzó a darme placer. Ella también se entretuvo con mis pechos y recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna.
Al notar la humedad de mi excitación, pasó su lengua, suavemente por mi vagina absorbiendo mi placer.
Jadeando le dije que parara, no quería seguir allí, necesitábamos un lugar más amplio para terminar nuestra aventura.
Cerramos el trato con un beso.
Vestimos nuestros cuerpos desnudos y volvimos en busca de nuestros hombres, que nos esperaban afuera fumando y tomando un trago, ansiosos por vernos. Casi sin mediar palabra nos retiramos del lugar.
Nos hervía la sangre a los cuatro. Nuestro próximo destino era mi departamento.
Sentadas en la parte trasera del auto continuamos con nuestras caricias, y el juego de seducción continuó, abrimos nuestras piernas, ella introdujo un dedo en mi vagina, reaccione de igual manera.
Estábamos empapadas, muy excitadas.
Jugó con su dedo índice sobre mi clítoris y llegué al clímax mientras recorría su vagina con mis dedos y logré un fuerte orgasmo en ella.
Nos recostamos para recobrar el aliento, dejando que nuestros cuerpos se relajen y nos besamos románticamente.
Los hombres, en la parte delantera del auto, se masturbaban mientras nos miraban con asombro, pero disfrutando de la escena.
Llegamos a mi casa. Preparamos unos tragos, nosotras seguiamos muy juguetonas. Bailamos un rato, mientras la temperatura entre nosotras de nuevo aumentaba y por fin era el turno de los hombres.
Sentados ambos en el sillón disfrutaban mirando nuestros cuerpos bailando cada vez más desnudos.
Veíamos la cara de placer de nuestros acompañantes y nos pareció un buen momento para compartir, por lo que continuamos nuestro baile sobre sus piernas.
Buscábamos la penetración, sus vergas estaban muy duras, nuestras tetas rozaban sus caras, ellos mordían nuestros pezones, desesperados, nos tomaban de las caderas como sujetándonos, marcando el ritmo de la música.
Fue una noche muy excitante, muy sexual.
Una aventura erótica extrema.
Al cabo de una hora nuestros nuevos amigos se despidieron y se fueron.
Con mi pareja, tomamos una ducha. Cogimos hermoso otra vez y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente mi teléfono explotaba de nuevos seguidores, que habían sido testigos de la escena del beso en el boliche y soñaban con ser los partícipes de una noche igual.
Que bien relato que bueno saber que pronto tendremos más