Siento haber tardado tantísimo en continuar este relato, os recomiendo quizá revisar los 4 anteriores para refrescar la historia. Espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo.
La semana comenzó con cierta normalidad. Mi cabeza no paraba de recordar lo que habíamos consumado mamá y yo el fin de semana, solo el recordarlo me excitaba muchísimo.
En casa con mi padre por medio, nos veíamos forzados a reprimir nuestras ganas de disfrutarnos mutuamente. Intercambiábamos mensajes constantemente, cuando estábamos fuera de casa así como cuando estábamos los tres en ella.
A mitad de semana mi padre nos dijo que ese finde estaría en casa, y el tiempo parecía no acompañar a la idea de poder escaparnos al pueblo, para mi desgracia y tristeza.
Recibí al poco un whatsapp de mi madre que decía:
Nati: No te preocupes cariño, se me ocurre que podríamos escaparnos el finde siguiente a algún sitio, viernes sábado y domingo, y hacemos un viaje madre e hijo.
Paul: Me parece una idea genial, mamá. ¿Dónde quieres ir?
Nati: Pues a algún sitio que podamos ir en coche, alquilamos un hotel y podemos ser una pareja a todas horas, donde nadie nos conozca
Al leer ese último mensaje me excité y emocioné muchísimo, a lo que respondí:
Paul: Voy a buscar algo y a prepararte además una cita completa
Nati: Me encanta la idea cielo! Además… me tiemblan las piernas solo de recordar lo del fin de semana pasado…
Paul: Yo también me excito mucho de recordarlo… sentir tus pechos juntos a mi pecho…
Nati: Me encantó como me lamiste los pezones cariño
A lo que acompañó el mensaje con una foto de sus tetas.
Paul: Dios mamá…Te deseo tantísimo…
Nati: Lo se cielo, y yo a ti… en una semana estaremos juntos disfrutando de nuestros cuerpos…
Los días fueron pasando y reservé un hotel en Soria, donde sabía que sería un lugar donde no nos cruzaríamos con nadie conocido, y podríamos disfrutar juntos. Finalmente el sábado por la mañana llegó y nos fuimos con el coche hacia allí. No sin antes, darnos un húmedo y erótico beso en la boca en el garaje, antes de salir.
-Va a ser un fin de semana mágico cielo- dijo Nati.
-Si mamá…vamos a disfrutar sin límites- dije yo.
Mientras íbamos por la autopista, mis ojos no podían evitar mirar el sugerente escote de mamá, con aquella blusa de seda rosa ceñida. Ella se dio cuenta naturalmente y dijo:
-No sé que miras tanto cielo, si solo son dos tetas
-Si… pero son las tuyas, y son preciosas- respondí yo
-Ah si? Te parecen suaves?- dijo mi madre al tiempo que tomaba mi mano y la ponía en una de sus tetas
-Son muy suaves y preciosas, como tu mamá…-dije yo
-Ufff-suspiró Nati-No me digas esas cosas que me pongo tontorrona, y te hago parar el coche para un repaso…- dijo con un tono muy juguetón.
Yo sonreí y seguí tocándole los pechos mientras durante un rato más.
Finalmente llegamos al hotel en Soria, al entrar al cuarto, había una cama grande de matrimonio y un baño con una ducha enorme donde cabríamos los dos cómodamente.
Dejamos las maletas y nos fuimos a recorrer la ciudad, cogidos de la mano, a veces abrazados, sin duda parecíamos una pareja realmente, no solo una madre y su hijo.
Llegamos a lo alto de un mirador, donde podíamos ver una imagen de la zona muy amplia. Mi madre se quedó mirando el paisaje y yo la abrace por detrás, rodeándola con mis brazos por las caderas. Mi pene, que comenzaba a estar erecto apretaba su firme culo, y Nati, apretaba sutilmente sus nalgas contra mí.
Al tiempo se giró rodeó mi cuello con sus brazos, mientras la seguía tomando de sus caderas, se acercó a mi, nuestros vientres pegados y me besó con dulzura. Nuestras lenguas comenzaron a jugar, y el beso inicialmente romántico y dulce comenzó a tornarse excitante y pasional. Mis manos comenzaron a acariciar su culo, y mi madre empezó a frotarse contra mi erecto pene.
Al separarnos, nos miramos con deseo y lujuria y Nati dijo:
-Uff cielo… estoy muy excitada ahora mismo, podría hacerte el amor aquí y ahora
-Dios mamá… yo también… te deseo muchísimo- respondí en mitad de un suspiro fruto del deseo.
Nos cogimos nuevamente de la mano y fuimos al hotel, ambos aun muy excitados.
Al llegar a la habitación, mi madre dijo:
-Te apetece que estrenemos la ducha y nos calentemos un poco?
-Me has quitado la idea de la mente, mamá- dije yo.
Ambos nos desnudamos rápidamente y nos metimos bajo el chorro caliente de agua.
La imagen de mi madre, bajo el agua, cayéndole sobre sus pechos mojando esa línea cuidada y perfilada de bello en su vagina, hizo, como siempre, que mi pene se pusiera muy duro, a lo que ella sonrió de gusto, por ver la excitación que causaba en su hijo.
Comenzamos como siempre a enjabonarnos mutuamente, y poco a poco Nati pasó de frotarme el pecho y el abdomen a masturbarme con dulzura. Al mismo tiempo, yo frotaba sus pechos y poco a poco fui bajando hasta su coño, comenzando poco a poco a jugar con su clítoris, frotándolo despacio con mi dedo corazón, notando como, a pesar del agua su coño comenzaba a humedecerse despacio. Poco a poco mamá comenzó a masturbarme más intensamente, y yo fui introduciendo mis dedos en su dulce y húmedo coño.
Su cara delataba un intenso placer acompañado de momentos donde apretaba mi pene con fuerza fruto del placer que le estaba dando. Hasta que en un momento dado:
-Ah, aaah, aaaahhh… joder…- gimió Nati mientras se corría dulcemente.
Yo la miraba con gran placer y deseo. Entonces Nati comenzó a masturbarme con mas intensidad mientras decía:
-Vamos cielo ahora córrete tu para mi…
Poco a poco me iba excitando mas, hasta que finalmente no puede aguantar mas y me corrí, un intenso chorro de semen salió de mi pene y fue a impactar en su vientre mientras yo gemía de gusto.
Nati, se acarició el vientre con mi semen, en un gesto de gozo, mientras decía:
-Que gusto cariño, me encanta ver lo excitado que te hago estar- esbozando una sonrisa.
Salimos del baño y nos tumbamos en la cama, desnudos y abrazados. Era ya mitad de tarde.
-En un rato deberíamos prepararnos para ir a cenar, he reservado un restaurante para nuestra cita mamá- dije yo.
-Ay cielo… que bonito eres…- dijo mientras me daba un tierno beso en la boca.
-No mamá tu eres bonita, y preciosa… eres la mujer mas sexy que he visto nunca- dije yo sonriendo tiernamente.
-Pues yo tengo una sorpresa para ti también, para nuestra cita, pero no puedes cotillear ni verlo antes de tiempo- dijo mamá al tiempo que se levantaba. Voy a prepararme- dijo mientras cogia una bolsa de su maleta y se metia en el baño.
Al cabo de una hora, yo ya me había vestido, y mamá salió del baño. Mis ojos se salían de sus orbitas al verla, preciosa y elegante, y sutilmente sexy.
Llevaba un vestido negro ajustado con un escote muy sugerente que sostenía un top que venía con el vestido, lo que me indicaba que no llevaba sujetador. El vestido largo acababa en unos tacones negros muy elegantes.
-Wow mamá… estas increíble- dije sinceramente
-Bueno, me alegro de causarte esa impresión, es justo lo que buscaba- dijo Nati mientras guiñaba un ojo y me daba un sutil beso.
Salimos del hotel, caminamos de la mano hasta el restaurante y nos sentamos en nuestra mesa.
Pedimos una botella de vino y disfrutamos mirándonos y sonriéndonos, realmente parecíamos una pareja de verdad. El camarero muy amable, nos invitó a un postre alegando:
-Por cortesía de la casa el postre es gratis, por ser una pareja tan encantadora y sin duda abierta.
Al marcharse mi madre y yo nos miramos sonriendo.
-No se imagina que somos madre e hijo- susurro mi madre.
-Ya… se piensa que somos solo una mujer y un yogurin cualesquiera- dije yo susurrando.
Al acabar la cena, volvimos al hotel, abrazados, en una nube fruto del deseo y del vino.
Una vez allí, mi madre dijo.
-Paul, cariño, desnúdate y túmbate en la cama, quiero darte tu sorpresa.
Yo obediente y deseoso, así lo hice, me tumbe totalmente desnudo y semi erecto en aquella gran cama.
Nati, sutilmente se bajó el cierre de cremallera del costado de su vestido, dejándolo caer suavemente hacia abajo. Pude ver como sus hermosas tetas se quedaban al aire primero, dejando luego al aire su vientre. Finalmente al pasar de sus caderas, cayo rápidamente.
Mi pene se puso duro al momento al verla, pues solo llevaba puesto un liguero, con las ligas y unas medias, sin braguitas, y los tacones. Además pude observar que había depilado todo su bello. En ese momento en mi cabeza solo había un pensamiento.
-Es la mujer mas hermosa que jamás he visto
Poco a poco Nati se acercó hacia mí.
-Paul cielo, quiero demostrarte un poco lo pasional que puede llegar a ser tu madre, quiero que me dejes guiarte y hagas lo que te voy a sugerir, vale?- dijo suave y sensualmente
-Hecho, mamá…- dije yo con un suspiro de deseo
Entones Nati, se subió a la cama, y se arrodilló a la altura de mi pecho, acomodando finalmente su coño en mi boca. Suavemente tomó mi cabeza por el cabello, y la acerco a su coño.
Yo, entendiendo lo que quería comencé suavemente a buscar su clítoris con mi lengua, haciendo poco a poco presión sobre este, despacio fui recorriendo sus labios vaginales con firmeza, y recorriendo su coño de abajo a arriba hasta llegar a su clítoris nuevamente y hacer presión con la punta de mi lengua.
Mi madre se estremecía de placer, tomó mis manos y las puso en sus pechos, jugaba con sus pezones a la par, acariciándolos y pellizcándolos, mientras yo continuaba disfrutando de su dulce coño.
Finalmente y tras un rato comiéndoselo, Nati se corrió de gran placer, gimiendo como hasta quedarse sin voz.
Finalmente con las piernas temblorosas, se echó a un lado, tumbándose boca arriba.
-Joder hijo mío… que placer más intenso, tienes un piquito de oro… – suspiraba aun jadeante por el orgasmo.
-Joder mamá ha sido increíble disfrutarte así- dije yo también jadeante.
Nati, se recompuso, y se colocó sobre la cama en cuatro patas.
-Ahora cariño, quiero que me folles, que me empotres con fuerza y deseo- dijo Nati con un tono muy picante.
Yo me posicioné detrás de ella, arrodillado y lentamente metí mi pene en su coño, hasta que mi vientre estaba pegando totalmente esas nalgas que me volvían loco.
Poco a poco comencé a bombear mis caderas subiendo el ritmo, mientras mamá acompañaba el paso.
-Acaríciame las tetas Paul, dijo irguiéndose mientras tomaba una de mis manos y la ponía en su teta.
Mis embestidas sonaban cada vez mas fuertes, y mi madre gemía de gusto.
-Así cariño, así… -gemía y jadeaba Nati, -más fuerte, follame con todas tus fuerzas..-dijo muy excitada
Entonces coloqué mi pie derecho sobre la cama para ganar cierta tracción, y aumenté aún mas mi ritmo.
-Tírame del pelo hijo, eso me excita muchísimo- dijo jadeando y casi sin voz
Así lo hice, agarrándola de los pechos con mi mano izquierda, mientras con la derecha le di un fuerte agarre del pelo, embestía con fuerzas, notaba que ya no podía aguantar mas.
-Ah aahhh jodeeer…- gemí de gusto mientras eyaculaba en el coño de mi madre.
-Aah que bueno Paul…- gemía mamá
Finalmente tras correrme caí rendido junto a mama. Ella me abrazo y me beso, y me dijo
-Hijo mío, eres increíble
– No mamá, tú lo eres, me has demostrado una pasión que es un sueño- dije yo.
Finalmente tras asearnos un poco dormimos plácidamente toda la noche.
Al día siguiente tras desayunar y levantarnos debíamos dejar el hotel. De vuelta en el viaje mi madre me miraba deseosa.
-Por cierto Paul, en dos semanas se casa la prima Miriam, y tu padre lógicamente no va a querer ir, pero tu si, verdad?
-Por supuesto mamá, voy contigo sin dudarlo, aunque me va a costar no querer hacerte muchas cosas allí con todos delante- dije yo
-Ya… pero bueno compartiremos habitación y en silencio podremos hacer muchas cositas- dijo ella pícaramente
Llegamos a casa finalmente, nos besamos con deseo en el garaje y subimos.
Disimulamos como si nada nuevamente, y en mi cabeza solo estaba la idea de ir a esa boda con mamá, y el morbo que me daba estar con la familia sin que supieran que follábamos.