Era una noche bastante pesada después de un día asoleado de duro trabajo en el mar y otras tareas de la tarde así que me encaminé a mi casa feliz de buscar descanso, jamás hubiera pensado que las cosas no iban a ser como planeado, pero puedo decir mucho mejor…
Cuando llegué a la reja de mi casa escuché el ruido de metal de la reja de mi vecina de enfrente y me volteé, de ahí salía un joven y atrás aparecía ella, una mujer de pelo muy largo y ligeramente ondulado color blanco y gris como las nubes, una mujer entre 55 y 60 años muy flaca y atrayente que se dedicaba a ayudar a la gente con terapias de acupuntura, también sabía hacer masajes y tuve la fortuna de probar ambos tratamientos con ella, era frecuente y normal ver sus pacientes entrar y salir de su casa por su trabajo.
Tenía unas manos de hada, además cuando me tocaba podía percibir claramente una especie de energía muy positiva y benéfica y al mismo tiempo también muy sexual, siempre me preguntaba que tan intenso podría ser hacer el amor con ella, además tengo que hacer una premisa:
Mi nombre es Carlos D. Ward y soy de media edad, desde chavo siempre he tenido deseos sexuales y atracción hacia las mujeres mayores de 40 y hasta 60 años de edad, y de experiencia personal siempre me han resultado interesantes y valiosas como personas y como partner sexual, si son madres aún más; será por la generación y/o por haber crecido hijos en épocas duras quizá ya solteras sin apoyo de un marido;
Sin divagar más y regresando a Jennifer, así se llamaba, no sabía yo mucho de su vida y a pesar de esto percibía en ella una mujer que sola podría hacer de todo, muy capaz, y tengo mucho intuito con esto: en mi trabajo tengo contacto social y psicológico con muchas personas diario y he desarrollado ciertas habilidades de entender muchas cosas de las personas de todas las edades:
"Ciao Jenny, ¿cómo estás?", le grité del otro lado de la calle, "Bien, Carlos, todo bien" me contestó, así que cruzo la calle y me acerco, ella me presenta este joven de 30 años, de tez clara que trabaja como veterinario y pronto sube a su moto y se va, así que Jennifer me invita a entrar para enseñarme cómo ha evolucionado la construcción de sus cuartos destinados a la renta de turistas vacacioneros, se ve muy alegre y relajada y poco después me doy cuenta de que había estado tomando unas copas de vino tinto chileno, y que había otro vaso en el cuarto, siguiéndola en el tour me doy cuenta de que en la cama de huéspedes estaba puesto encima un calzoncito marrón que se camuflaba con la sábana del mismo color y solo lo noté después de una larga mirada… (mmmm pensé, algo habrá pasado aquí muy recién), y continuando persiguiéndola mientras ella me contaba los arreglos eléctricos y de plomería de la cocina me enseña el baño y, ya que ella misma me invitaba a mirar con atención el cuarto no pude evitar de ver el basurero chiquito bajo el lavabo, adentro había pedazos de papel, pero también un condón usado, ella no se dio cuenta de que miré ahí y cuando salimos del baño empecé a imaginar una escena muy erótica entre esta guapa mujer cabalgando encima de este joven en la cama y más cosas calientes que se me ocurrían en mi cabeza traviesa.
De repente paró y se volteó hacia mí, me miró fijo en los ojos con una mirada muy alegre e interesada y me dice: "¿quieres una copa de vino?", le contesto: "nunca puedo decir que no a un hada dulce como tú, y menos si es vino tinto".
Así me invitó a sentarme sobre el borde de la cama donde probablemente recién había hecho sexo con su visita anterior, y esto me ponía ya caliente, me metió vino en una copa y con tanta amabilidad me la ofreció, agarró la suya medio llena y brindamos, "a la alegría" me dice, y lo mismo le contestó con una sonrisa tenue y agradable.
Tenía puesto un vestido largo floreal blanco con azul que la cubría todo el cuerpo, pero yo sabía que no traía puesto el calzoncito, y no podía evitar de pensar en esto todo el tiempo, por cuanto trataba yo de concentrarme en su charla mi cabeza perversa se tenía constantemente sintonizado sobre su calzoncito que seguía posado a un metro de mí, tal vez muy húmedo.
Después de escuchar a su charla seguramente interesante que, pero no hacía tanto caso finalmente volteé a ver el calzoncito e inevitablemente ella se dio cuenta, la escuché suspirar de sorpresa y luego tratar de aligerar el escenario diciéndome: "ups, desde la mañana se me olvidó, descuida" me dice, y yo le contesto: "no debes de temer nada conmigo querida, relájate tal cual como has estado hasta ahora, la verdad es que la cosa solo me puede agradar… Por ambos" moviendo la cabeza hacia afuera en la calle refiriéndome al veterinario.
¡En esto entonces se para dándome una mirada congelante por varios segundos y me dice: "sabes… Sí, fue muy agradable, pero no fue suficiente para mis exigencias" y mientras extiende su mano hacia mi pierna y la hace escurrir más hacia mi short sin quitar su mirada congelante de mí, luego de meter ágilmente su mano fina y femenina adentro de mi calzón y agarrarme con tanta firmeza mi miembro, se acerca a mí y me besa en la boca, sus labios son suaves y frescos como una rosa recién floreada, y después me penetra la boca con una sorprendente lengua muy larga que llega casi hasta mi garganta, casi como si quisiera violarme!
Ella saca un suspiro, pero esta vez de placer y muy profundo, me empuja el busto para acostarme boca arriba en la cama y me dice: "lo que piensas es cierto, no traigo calzoncito, y la verdad no me gustan los condones, me acaban de venir adentro y mi vagina está muy cremosa y lubricada, pruébala mi chiquito" y así diciéndome levanta su vestido, se sienta sobre mi cara y, como una umbrela sobre mí, se iba cerrando la falda, en mi trabajo he visto algo parecido cuando un pulpo de noche anda atacando su presa con su pico mortífero que está justo entre sus tentáculos que se abren como una manta y aterrizan sobre la roca para que la víctima no tenga donde escaparse… Este era yo, la presa de un depredador formidable y mortal!
Me estaba tragando su líquido vaginal mezclado al semen del veterinario, ya había chupado una vagina llena de mi semen anteriormente y estaba muy rico, igual que ahora, pero lo más emocionante era escuchar sus gemidos de gozo que me cargaban de energía para continuar chupándosela y lamiéndosela interminablemente, a veces apretaba las piernas como si fuera una prensa aplastándome el cráneo, y esto me gustaba porque sabía que estaba en su clímax, "no pares chiquitín, no pares, chúpala" me gritaba, "ah, ah", sus gemidos aumentaban de volumen y me cargaban de excitación hasta que de repente me agarró fuertemente la greña y apretó fuertísimo sus piernas y empecé a sentir un río de squirt escurrir en mi boca como una fuente, era dulcísima y abundante, la estaba tragando más que podía con gusto, pero era demasiada y deje que saliera de mi boca.
Ella se levanta y finalmente pude respirar oxígeno, estaba muy asfixiado antes, ella me mira con una cara de sorpresa y felicidad y me dice: "qué intenso, mi chiquitín… Perdóname, pero todavía no estoy satisfecha al cien", esta mujer era insaciable y me sorprendió mucho porque después de los 50 años de edad muchas mujeres pierden la libido y ella parecía tener más hormonas de una jovencita en edad de pubertad!
Me agarra el short y me lo arranca como si fuera de papel, mi miembro obviamente ya estaba enorme y bien hinchado, "uhh que cosotota que tienes aquí, me la prestas un rato? Eh", me dice con una sonrisa que iba de oreja a oreja, "tómala toda querida hermosa" le digo, "disfrútala toda la noche si quieres, siempre que no me hagas venir estará parada para tu placer".
Jennifer se quita el vestido y muestra sus pequeños senos con unas areolas bien amplias y, excitada como estaba, los pezones parecían dos cohetes picudos que deseaba tener en mi boca en este instante, pero no fue así, ella empieza a tocarme el pene pelándolo todo y metiendo mi cabezota en su boca con una cara que mostraba mucha hambre, cosa que me alimentaba aún más excitación, mientras con la otra mano me empezó a manosear los testículos metiendo los dedos entre ellos y también apretándolos, cosa que me causó mucho placer "síguele mi hermosa, síguele por favor" le digo:
Su boca se abre grande y saca momentáneamente la lengua y luego veo que mi big bambú desaparece en ella siempre más, Jennifer se lo estaba metiendo hasta la garganta, solo verlo me estaba llenando de placer sin mencionar la sensación de escurrir en su garganta al parecer tan experimentada, "ohi si cariño esto es increíble", sus habilidades eran inesperadamente únicas, debido al tamaño jamás había logrado ninguna mujer meterse todo mi miembro en su boca por completo, ella lo hizo sin ningún esfuerzo y entonces veo que topa con sus labios en mi pubis y mis huevos, la visión era más extraordinaria de lo que había visto en escenas porno extremas por internet, casi me vengo, ella siente que mi glande se está hinchando más en su garganta y lo saca rápidamente diciéndome "no te vengas Carlos todavía, tenemos que disfrutar más…".
La noche fue bastante larga y rica de placer intenso, después de cabalgarme como un caballo y dejarse penetrar en varias posiciones finalmente volvió a chupármela y me vine en su garganta y en su boca, le gustaba tanto mi esperma que me exprimió el pene hasta sacar la última gota en su boca y después me dio un rico y largo beso cremoso y pasional compartiéndome parte de mi semen y continuando a besarme con sus labios suaves y carnosos.
Finalmente nos acostamos y dormimos alagados de tanto placer, yo con la cara hundida en su calzoncito, este responsable que soltó tanta lujuria inesperada…