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Otro reencuentro
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Ahora, les tengo otro reencuentro, he tenido suerte con ello, parece que me persigue el hecho de que en mi juventud tuve chicas lindas y por alguna razón no se dieron las cosas, y como en el primer relato, eso se hace una constante y nace este nuevo relato que también fue real.

Cuando tenía entre 20 y 22 años aproximadamente, teníamos la tecnología cada vez más a la mano, y estaban las salas de chat, en esa ocasión entre e hice “match” con una chica de nombre Liz, que casualmente era de la misma localidad donde vivía en ese entonces, estuvimos mucho tiempo chateando y conociéndonos por ese medio, yo quería conocerla en persona, pero por cuestiones de ambos no podíamos. Un día me dice:

Liz: hola, hoy tendré un evento en mi universidad es buena oportunidad para conocernos en persona, como ves

Yo: ok, iré a tu evento y así conoceré a esa chica linda que está detrás de este chat

Liz: no te vayas a decepcionar, me tienes en muy alta expectativa

Yo: la que se puede desilusionar y decepcionar eres tu mija, jajaja

Liz: lo dudo mucho, entonces te veo a las 10

Llegue a su evento de manera puntual, yo estaba ansioso, quería ver a esa chica que mi imaginación la veía deliciosa:

Liz: espérame en donde están los trofeos en el pasillo ya salgo

Yo: ok

Estaba ahí me toma por sorpresa, me dice:

Liz: hola

Yo: hola

Cuando veo a Liz me quede boquiabierto, era un manjar de mujer, alta, delgada, morena, ricos senos levantaditos y un culito levantado que a cualquier heterosexual hombre le levanta la pija al por mayor.

Liz: como estas, mucho gusto en conocerte

Yo: el gusto es mío (mudo 5 segundos)

Liz: ¿estás bien?

Yo: si, es que has superado toda la expectativa que tenia de ti, en verdad que eres muchísimo más bella de cómo te imaginaba

Liz: gracias, tú también eres bien parecido.

Ese día la estuve acompañando hasta las 3 pm en su evento, nos tomamos fotos y video, fue una tarde de amigos genial, ese día es difícil de olvidar porque éramos amigos de chat y parecía que ya nos conocíamos de mucho antes.

Estuvimos saliendo y conociéndonos más, yo venía de una decepción amorosa, así que no tenía prisa ni ella tampoco disfrutábamos el uno del otro sin ningún sentimiento de apura o de tensión, era mejor así. Meses después nos hicimos novios y anduvimos bien por cierto tiempo, pero ahí fue cuando sacamos el cobre en algunas ocasiones, ella quería ser el centro de mi universo y no, yo también tengo otras cosas que hacer, no todo es Liz, así que decidí que era mejor decir adiós, para ello pues únicamente la vi y ya no quería estar así, fue mucho el desgaste emocional. Ese siguiente sábado fue el último que nos vimos, fuimos a una casa que un familiar me presto, obvio, quería cogérmela, pero únicamente estuvimos cachondeando y tomándonos nuestros sexos sin ningún momento más y no supimos de nosotros al día siguiente.

Pasaron años hasta que un día a través de Facebook la encontré en sugerencias de amigos ya que era amiga de un amigo, y nuevamente; estúpidas decisiones de uno, decidí mandarle mensaje para saber de ella. Y pues:

Yo: hola Liz

Liz: hola

Yo: te acuerdas de mi

Liz: no

Ya le expliqué y entonces ella me dio un sermón como de 4 páginas que en resumen, nos habíamos hecho mucho daño y quería volver a lo básico conmigo porque me quería, pero en el buen sentido, no el de pareja, quería hacer las paces conmigo y volver a esa amistad que tuvimos un tiempo, porque fueron buenos tiempos antes de tener una relación de novios.

Nos volvimos a ver, fue para mí un estímulo sexual muy cabron, estaba mejorada y aumentada, a pesar de que ya tenía un hijo, estaba en su mero punto de cocción, fácilmente encamable y con ansia de darle hasta por el chiquito.

Platicamos, nos veíamos nos gustaba estar cerca el uno del otro, pero sin compromiso de noviazgo, de hecho, le agarraba sus piernas deliciosas y torneadas sin tapujo alguno, acariciaba su cabello negro largo y lacio, su olor aun lo recuerdo y era de lo más delicioso, sus ojos que eran de una perra que guardaba dentro de sí un apetito sexual insaciable, la abrazaba por detrás y dejaba sentir mi tubo de carne en ese culazo maravilloso, que en verdad lo sentía, pero no se inmutaba, lo disfrutaba como yo a ella, hasta que pasó, un beso nos unió pero fue un beso tranquilo, sin lujuria, parecía amor y me dice:

Liz: ¿Por qué me besaste?

Yo: porque me gusta y besas rico jajaja

Liz: ya en serio, porque lo haces, es más, nunca me habías besado de esa forma

Yo: yo que se Liz, me nació hacerlo y que bueno que lo recibiste con bien

Liz: pues no es que lo haya recibido así, sino que fue con sorpresa, pero si me gustó, me gustó más que antes

Otra de mis relaciones raras, si, otra más… es muy similar a la anterior, sí. Después de ese día, nos veíamos con más frecuencia Liz y yo, yo no quería formalizar nada y ella tampoco, estábamos bien así, éramos “amigovios” y era algo que me tenía muy contento, el no tener que estar encima de ella diciéndole toda la historia de mi vida, etc. Y aquí viene nuestro primer encuentro:

Le llamo por teléfono y la invito a salir:

Yo: hola hermosa

Liz: hola mi vida como estas

Yo: muy bien aquí llamándote para invitarte a salir después del jale

Liz: perfecto, me tocó el turno de la tarde así que te espero afuera de la empresa a las 7 pm

Yo: ok sabrosa jajaja

Liz: se ve que andas….

Yo: solo me gusta alagarte. Te veo al rato, adiós

Fuimos a la casa de un familiar que estaba sola, llevábamos unas cervezas, cigarros y nosotros, estuvimos platicando de nuestro pasado, presente y futuro, ella traía su camisa de su trabajo y yo no dejaba ver su escote, nada atrevido, pero pues ya con las copas encima me empecé a poner jarioso y que me ve, me pilló en el acto:

Liz: que pasó para eso son, pero se piden

Yo: (sonrojado porque era la primera vez que me pasaba eso)

Liz: te gusta ver, a cuanta vieja no veras en el camino. (ese tipo de comentarios eran los que me molestaban cuando éramos novios, ella presumía muchas cosas que no eran ciertas, ningún hombre va por la calle solo para ver colas o tetas, hay cosas que también son importantes, no todo en la vida es sexo y eso lo sabemos todos)

Yo: ya vas a empezar, no mames Liz, ya ni porque no somos nada, no jodas

Liz: es la verdad, no peca, pero incomoda

Pues se puso tensa la cosa, y no precisamente mi verga, comencé a fastidiarme como en aquel entonces y se me vino a mi mente “si haces lo de antes, la cagaras y terminaran yéndose como siempre lo hacían”

Me acerque a ella y no lo dude le di un piquito, y me trataba de decir algo le daba otro piquito y otro y otro hasta que le doy un beso más profundo y terminamos con la colosal batalla de lenguas, me puso el tolete durísimo de cero a cien, y ella comenzaba a respirar más rápido, es decir, empezaba a excitarse, esa era su forma de excitación. Estábamos sentados en un sillón y la comencé a recostar mientras mis manos recorrían ese cuerpo que vibraba con cada caricia mía, tocaba su zona genital y la apretaba, a su vez, ella tomaba mi verga ya bastante erecta y comenzaba a masturbarla Era la primera vez que estábamos en esa situación, antes solo era muy superficial, esta ocasión estábamos listos para comernos el uno al otro. La llevé a la cama y ahí comencé a desnudarla y probar su sabor, era algo especial, algo que con palabras nadie puede describir, me quería bajar al pozo pero me detuvo y se aferró a mi palo comenzando a mamarlo, en ese momento ya estaba muy excitado, no sabía que hacer porque tenía ganas de venirme, le dije:

Yo: me están dando ganas de venirme Liz

Liz: vente en mi boca quiero probar tu leche

Yo: pero te quiero coger, deja de estimularme así

Liz: yo quiero tu leche ya papi

Yo: nooo esperaaa

Me vine en su boca, sentía como el chorro de semen corría por su boca y no desperdicio nadita de leche, toda para adentro de su ser.

Se acercó a mí y me dijo:

Liz: no te preocupes ahora que estamos juntos nuevamente podemos hacerlo después

Yo: quien sabe cuánto dure esto, mejor reposo y te cojo

Liz: jajaja

Acto seguido, me comienza a tomar la verga y despierta nuevamente para ahora si entrar en su cueva que aún recuerdo como al entrar a esa cueva, parecía que nunca hubiera tenido hijos, estaba tan apretada que quería entrar y salir todo el día de esa vagina descomunal, y me dice:

Liz: no te vengas dentro de mí, no traigo ninguna protección a menos de que quieras hijos conmigo jajaja

Yo: no chingues, eso no, hasta se me baja la inspiración con lo que me dices.

Liz: no mames cabron.

Yo: póntelo en tu boca que ya me vengo

Y pues nuevamente me vine en su boca, pero faltaba ella, puse manos y boca a la obra, comencé a besarla y chuparla todita y ella reacciono de inmediato con un jadeo y gemidos suaves pero de esos que prenden rico, y fui bajando y deslizándome hacia esa raja mojada deliciosa que me estaba esperando para ser succionada, apenas llegue a su pepita y comencé a mamarla como desesperado, como si nunca lo hubiera hecho, o a ella, en específico, comenzó a vibrar de placer, no tardamos mucho en hacerla venir una vez; sentí como los flujos se incrementaron bestialmente y ella gritaba de placer, era algo demasiado excitante, mi falo ya estaba nuevamente parado y listo para una encomienda más. Acto seguido, continúe con la tarea, el objetivo era hacerla vibrar, gemir, orgasmearla a tope, continúe metiendo dedos y lengua, nuevamente ya quería meterle el tubo de carne a lo que dice:

Liz: déjame ver tu verga

Yo: mira, ya está parada otra vez

Liz: métemela otro ratito

Yo: OK

Ya de misionero comencé a metérsela y con tanto fuego en la cama que nos sostenía; era algo descomunal esa mujer, y pensar que de novia era otra y de amigovia un ser de luz maravilloso, hasta que por última vez me vine, todos sabemos que ya para la tercera vez ya sale poco o casi nada de semen:

Liz: dame tu lechita

Yo: ya no tengo, pero toma lo que queda

Liz: báñame de tu lechita ahora

Yo: espera, me falta poco

Se levantó estrepitosamente ella y se empezó a comer mi polla una vez más, pero lo hacía con furia, honestamente ya me dolía la verga de tanto maltrato, me costó mucho poder venirme, debe ser porque el dolor que sentía era un poco fuerte, pero me hice el macho y aguanté hasta que explote en su boca, para mi sorpresa pensé que saldría nada o casi nada pero si sentí una buena descarga de leche, a lo que ella agradecida de esta hazaña me premió con un beso blanco, fue demasiado lo rico que sentí su lengua, me dejo de besar y me paso el resto de semen que quedo en su boca. Platicamos un rato al respecto de lo vivido y ella decidió ir a casa.

Con Liz tengo mi récord de aguante nunca había aguantado tanto con una chica, me caliento rápido y también me vengo rápido, no vengo a presumir lo que no tengo, pero ella sabía explotarme al máximo.

En días siguientes no nos vimos por atenciones más importantes, es más, ni vía telefónica; eran momentos de ocupación laboral importantes, al menos para mí, y si ella no me había llamado es porque estaba esperando a que yo me pusiera en contacto ella, esa es otra razón por la cual tronamos, siempre esperaba a que yo diera el primer paso o iniciativa, y eso para mí debe ser mutuo o al menos reciproco.

Pasaron 5 días y yo estaba con una presión impresionante en el trabajo, de ese proyecto dependían muchas cosas a nivel profesional, la verdad no tenía cabeza para pensar en viejas, dicen por ahí más rápido cae un hablador que un cojo, pues tuve una visita inesperada:

Suena el timbre:

Yo: abro la puerta, y veo a Liz

Liz: hola como estas hace mucho que no te veía, estaba preocupada y decidí a venir a buscarte

Yo: hola Liz, no te hubieras molestado, tengo mucho que hacer y pues no he tenido tiempo para realizar otras cosas, discúlpame por favor

En ese momento esperaba que me dijera “ok nos vemos después” o alguna frase normal de despedida.

Liz: ¿puedo pasar?

Yo: (con una mala cara, no tan notoria) adelante, pasa.

Le ofrezco algo de tomar, le ofrezco una silla o el sillón para que se ponga cómoda, más forzado que con ganas, sabía que habría algún reclamo, lo esperaba, no con ansia, pero si tenía ese presentimiento, a lo cual:

Liz: Me he dado cuenta de algo, en ningún momento he sido una prioridad para ti, desde que éramos novios siempre tuviste la misma actitud de esta semana, me siento mal por no ser parte de tu vida como yo quisiera serlo, pero hoy entendí que no soy para ti, ni tu para mí, créeme que si volví a estar contigo aunque sea como amigos con derechos, era para ver que tanto podíamos avanzar como pareja, veo que tu egoísmo es mucho, y no te estoy reclamando, sé que es tu trabajo y lo respeto, pero mucha gente se da el tiempo aunque sea para llamar 3 minutos a la persona que le interesa para saber de ella o saber mínimo si está viva, pero tú no, por eso decidí que esto de los amigos con derechos termina mañana, nuestro último día, te deseo lo mejor en tu vida en todos los aspectos, tenía esperanza de que pasando este proceso de amigos con derechos podríamos forjar algo más que solo besos y caricias placenteras, nunca pasara. ¿algo que quieras agregar?

Yo: pues me disculpo por la situación, tienes razón, no lo voy a negar, prefiero estar aquí concentrado con mis cosas que estar contigo o con alguien más, o con amigos si lo quieres ver así, también te deseo lo mejor, y que en verdad encuentres a alguien que pueda contigo, desgraciadamente yo no fui, no seré… Si eres muy difícil de lidiar en muchos aspectos de ti, ni como amigovios pudimos estar bien, que es lo más fácil del mundo, a mi parecer (me interrumpe)

Liz: te equivocas otra vez, yo no soy difícil de lidiar y tampoco es fácil lo de los amigovios, no te das cuenta que en cada encuentro se pueden reflejar sentimientos (interrumpo)

Yo: Yo te quise muchísimo en la etapa de novios, a mí me jodió mucho dejarte por situaciones que aun no entiendo hasta la fecha, y ahora te aprecio, pero no combino mis sentimientos con el sexo, no te equivoques.

Liz: (sollozo)

Yo: lo lamento mucho Liz, me acerco y la abrazo con ternura, ella no lo rechaza, al contrario, lo recibe como nunca.

Ese momento fue difícil para ambos, teníamos una tormentosa relación, o toxica como lo llaman hoy, no lo sé, pero al menos podríamos despedirnos de la mejor forma posible:

Liz: Me caga tener estas ganas de hacer el amor contigo

Yo: A mí no jajaja

Liz: no seas cabrón, yo que abro mis sentimientos y tu sales con tus bromitas pendejas

Yo: Perdón ya ok, yo siempre tengo ganas de tener sexo contigo, eso es genial, pero no solo por el contacto físico, en ese momento es donde tenemos mayor sinergia y conexión, supongo que para eso fuimos creados tú y yo, solo para disfrutar de algo tan banal como el sexo consensuado.

En ese momento ella cierra sus ojos y se va a acercando lentamente hacia mí para besarme a lo cual yo no rehúyo y correspondo ese beso lleno de amor de parte de ella, lo sentía, pero yo no sentía lo mismo, lo mío era solo atracción física sexual, nada más ya no quería dañar más estar relación.

Liz: te espero a medianoche en este hotel

Yo: ¿Por qué no comenzamos ahora?

Liz: quiero que sea mi último día contigo, comenzando con una noche especial y única, sino llegas puntual interpretare que no llegaras y me iré y ni me busques por favor.

Ella tomo sus cosas y se fue sin mediar palabra alguna después de tanta platica bastante intensa.

En esa noche, aproximadamente a las 10pm no me sentía bien, tenía un dolor de cabeza, como de resaca, pero no había tomado ninguna bebida alcohólica, de verdad que ya me estaba rajando en ir, me punzaba como nunca, algunos me han dicho que es el KARMA por haberla jodido, no sé si eso exista, pero pues me estaba chingando bien cabron. Siendo las 11:30 me fui al punto de reunión, llegue sin contratiempo y ahí leeremos lo que paso:

Yo: (ya llegué al hotel, pasare a la habitación, tal vez ella aun no esté aquí)

Entro a la habitación y mi primera sorpresa fue que estaba decorada y adornada con fotos nuestras y con cartas que en algún momento le escribí, globos de varios colores estaba muy bonito, en concreto, si me llegó porque era parte de mi vida, pero ella no estaba y ya faltaban escasos 5 minutos para que fueran las 12. Escucho que abren la puerta y era Liz, se veía como siempre, majestuosamente sabrosa y me dice:

Liz: hola mi vida como estas, ya viste que hermosa vista tenemos el día de hoy, vamos comenzando bien el día

Yo: la neta si, te quedo bien chido el adorno, y hoy si quiero que sea el mejor día de nuestras vidas, no sé si eso se puede hacer, pero hoy, solo por hoy te quiero amar (la verdad me sentía excelente, me nació decirle eso, lo sentí por un instante, como antes pero más grande)

Liz: Yo también quiero amarte hoy, mañana no, solo hoy, creo que ahora si estamos en donde queríamos

Yo: brindemos por hoy, por el presente mi amor

Destapamos una botella de vino, le serví y comenzamos a brindar y a beber era un ambiente muy relajante, mis dolores habían desaparecido, estaba con el ánimo a tope y se veía que ella también estaba muy feliz, creo que fue el día más feliz de nuestras vidas juntos. Por primera vez desde que la conocía no estaba pensando en sexo, eso era algo muy extraño, pero así me sentía y era una conversación con risas y recuerdos; de esas platicas que estas con alguien y dices “ah y te acuerdas de…” Jajaja me da mucha nostalgia recordar ese momento, en tanto tiempo que estuve con ella no habíamos reído tanto. En minutos me sentía un adolescente con su chica en una plaza con un helado riendo de la vida, no quería que acabara esto, me estaba dejando llevar por la emoción de vivir más tiempo con ella.

Yo: Liz, está siendo una noche fantástica, muchas gracias por permitirme estar aquí contigo

Liz: tú eres mi chico especial, nunca te olvidare te lo digo en serio, aunque pasen años, siempre te recordaré y sé que tú a mi

Yo: claro Liz, este momento y tú me hacen sentir tan querido, que yo siento que también te quiero, te amo Liz (en ese momento después de decir eso, me sentí bien pero algo extraño)

Liz: yo también te amo, disfrutemos de nosotros hoy que es nuestro día.

Y ahí reanudamos nuestro amor:

Le quite la copa de la mano, estábamos sentados en la cama y comencé a besarla con mucha pasión, sentía tan rico esos labios carnosos y su lengua juguetona tan deliciosa que no me quería separar de ella, me estaba comenzando a pesar el que fuera la última vez que estaría con ella. Ella tomo mi cabello y comenzó a acariciarme fue bajando por mi espalda y yo también estaba acariciando su espalda, pase por sus firmes senos deliciosos, su cintura, cadera y sus nalgas exquisitas, era un manoseo pasional, no era atrabancado como animales en celo, estábamos haciendo el amor como debe de ser, no estábamos excitándonos para coger, para mi hay diferencias entre ambos términos.

Liz: (entre beso y beso) Te amo, nunca me olvides por favor, quiero ser tu mejor recuerdo en tu vida

Yo: Lo serás siempre mi amor, mi Liz querida, te amo, te deseo, te quiero aquí conmigo (después lo entendí, ella me estaba dejando bien clavado, el que iba a sufrir por esta despedida era yo, y así fue)

Liz: hazme el amor, mi vida, házmelo como nunca me lo has hecho

Y pues le tome la palabra, comencé a transformarme en bestia lujuriosa y mi manoseo se intensifico, a lo cual le quite la camisa que traía dejando esos senos al aire y quite el sujetador como experto para poder comenzar a mamar esas ubres que tanto me gustaban, ese pezón café oscuro delicioso ya estaba erecto al cien, al igual que mi palo, la recosté en la cama para estar más cómodos y seguí mamando mientras ella gemía delicioso y esos ruidos ricos me excitaban más; fui bajando y comencé a quitarle su pantalón donde veo su tanga negra muy mojada, mis dedos ni tardos ni perezosos comenzaron a entrar en su cueva, mete y saca, su humedad estaba muy elevada y sentía como su clítoris se ponía súper duro, jadeaba de placer. Llegando al pozo, comencé a darle el mejor sexo oral que haya recibido, palabras de ella, fácilmente me quede en el pozo una hora, se venía, me mojaba, cambiábamos de posición, pero lo que más me gusto de ese sexo oral que me recostó en la cama y se sentó en mi cara, que delicia, cada que se venía me caía toda su venida, hasta que tuve que decirle que cambiáramos porque mi boca ya se estaba trabando de tanto movimiento.

Comenzamos con un misionero, mi pene entro poco a poco en su sexo, veía su carita de felicidad con placer, de verdad que esa vez la recuerdo muy lucidamente:

Liz: sigue así, mételo suave, no me la dejes ir toda

Yo: ¿te gusta así mi amor?

Liz: si así esta deli, quiero ser tuya, pero con mucho amor

Yo: a la orden, te amo Liz, no quiero que te vayas de mi lado (ups…. Aquí en este preciso instante, no pensé que se me salieran esas palabras, pero estaba tan feliz que no quería que se acabara, ya no quería irme de su vida)

Liz: mételo más rápido papi, quiero que me des más rápido, que rico pene

Estábamos en el mete-saca monumental yo estaba más viril que nunca, no sentía ni poco que la leche quisiera llegar, ella gemía riquísimo, le daba duro y rápido, suave y despacio, eso sí con mucho amor.

Damos un giro en la cama y ahora ella me estaba montando, tomó el control y me empezó a cabalgar y a darme esos movimientos de cadera fantásticos y se movía con afán de que me viniera ya eran movimientos rudos, quería que terminara y yo no quería venirme, recordemos que si me venía dentro de ella seguramente seriamos familia toda la vida. La tuve que cambiar de posición porque sentía que lo hacía con ese afán, pero aun así sentía tan delicioso que lo pasaba por alto:

Liz: quiero que, si te vas a venir, sea dentro de mi ok

Yo: pero es que no traemos condones, te vas a preñar

Liz: no, tengo otro método anticonceptivo

Yo: ok

En ese momento, reacciono rápidamente y comenzó a mamar el miembro, a tal grado que definitivamente no aguante más:

Yo: me voy a venir

Liz: no, aun no

Yo: Es que cuando estabas cabalgado te pasaste de sabrosa, no chingues

Liz: pero te gusto un chingo, se te vio en tu carita de éxtasis

Yo: si, pero a qué precio, estoy aguantando de más Liz, si te meto la leche en la cara, perdona

Engullía mi tubo con tal ferocidad que le importo un pepino que le tirara la leche en la boca, se tragó todo el semen, y siguió masturbando mi verga, yo ya quería que la dejara en paz por unos minutos, comenzó ese dolor característico que solo los hombres entienden y antes de que mi palo descendiera a ese descanso, se montó a la verga para comenzar con sus movimientos de caderas a darme placer, pero para mí no fue placer, sentía dolor, la tuve que bajar porque si me sentía muy mal de la verga jajajaja.

Liz: tan rápido me bajas

Yo: es que ya me duele el pito mi vida

Liz: mmm hoy no aguantaste como antes

Yo: ya te lo expliqué

Liz: bueno, pues gracias mi amor por todo lo que me diste

Yo: ¿ya te vas?

Liz: como siempre terminamos y te vas, por eso me estoy despidiendo de ti, yo aquí me quedare

Y pues como lo estábamos anticipando con esa conversación, me quedé con ella, no me fui como siempre lo hacía:

Yo: me quedare contigo por ser nuestro último día o si me permites más, lo hare con mucho gusto porque te amo

Liz: tanto tiempo esperando este momento, que feliz me haces

Nos acomodamos de cucharita, cobijándonos con la sabana estábamos en silencio y minutos después ella sintió nuevamente mi virilidad al máximo, ella mismo tomo el pito y se lo acomodo en su pepa para que comenzara a metérsela y eso hice, era una cogidita leve, estremecimientos leves también pero concisos con mucho placer, movía sus caderas como nunca lo había hecho, era alucinante el no poder soportar tanto tiempo no sentir las ganas de tirarle la leche, que así fue, me vine dentro de ella en un lapso corto de tiempo me quede dormido después de esa venida rica.

Abro los ojos y aún estaba oscuro miro el reloj y eran las 3:30am, pero no me desperté para ver la hora sino que entre sueños sentía rico algo, pues Liz me estaba mamando la verga nuevamente:

Liz: hola dormilón

Yo: oh Liz que forma tan rica de despertarme, no pares Liz que lengua tan exquisita tienes mi amor

Liz: ya estas babeando otra vez, corazón

Yo: Parece que nunca había cogido, caray

Liz: jajaja de esta forma no, corazón y aun te falta

La verdad ya estaba cansado, quería dormir, descansar porque después de tanto sexo merecía un descanso, y de repente otro lechazo más a su boca, ya fue poco semen el que salió para finalizar se recuesta al lado mío y la abrazo pero ella seguía jugueteando con mi verga, paso poco cuando nuevamente se paró como héroe de película moribundo, aires de flaqueza:

Yo: Liz ya me cansé, ya no puedo darte

Liz: ándale deja me monto otro rato, tu si quieres no hagas nada

Yo: a ver monta pues

Se subió y sentir esa cueva caliente y viscosa me hizo sentir tan reconfortado me empezaba a ir, está dormitando y veía entre sueños como ella montaba y montaba, la verga era de ella, no mía porque la levantaba sin ningún problema, sentí que me venía y ya no saqué nada ahora sí. Se podría decir que cogimos hasta el hartazgo, era nuestro último día juntos teníamos que vivirlo a tope.

En otra aventura más concluiremos este relato, porque aún faltan horas antes de que termine ese fantástico día que aún recuerdo y me estremezco de tanto placer que tuve ese día.

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